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40 años de la LIT-CI

La LIT-CI y la IV Internacional

Acto por los 30 años de la LIT-CI, en Buenos Aires, 2012
noviembre 14, 2022

Existen miles de luchadores obreros y populares que simpatizan con las ideas revolucionarias de Trotsky y el trotskismo, a través de varias organizaciones nacionales e internacionales que se reclaman trotskistas. Al mismo tiempo, ven que no existe una organización internacional unificada (la IV Internacional) sino una gran dispersión en numerosas “Cuartas”, que tiende a acentuarse con nuevas divisiones en las organizaciones existentes.

Por Alejandro Iturbe

Por eso, nos preguntan por qué no se puede avanzar en un reagrupamiento de las organizaciones trotskistas, no es por sectarismo o autoproclamación, opinamos que esta situación actual es resultado de lo sucedido en la IV Internacional después de la muerte de Trotsky y de las profundas diferencias existentes sobre la caracterización y el programa que una organización trotskista debe tener frente a procesos centrales de la realidad mundial, como la guerra en Ucrania o las protestas populares en Cuba.

El punto de partida de esta dispersión fue la división de la IV, en 1953, entre la dirección ejercida por Michel Pablo y Ernst Mandel, por un lado, y la mayoría de las fuerzas trotskistas, por el otro[1].

Mandel, dirigente histórico del ex SU

No vamos a abordar el debate con todas las corrientes que fueron surgiendo al interior del trotskismo[2]. Nos concentraremos en las diferencias con dos de ellas: el Buró Político de la IV Internacional (nombre actual del ex Secretariado Unificado-SU, heredera del mandelismo) y la Fracción Trotskista por la IV Internacional-FT (originada de una ruptura del MAS argentino y la LIT-CI en 1988).

Los herederos del mandelismo

Ernst Mandel (1923-1995) centralizó la dirección de la IV junto con Pablo, y es corresponsable de la ruptura de 1953. Luego de que Pablo abandonase el trotskismo y, después de la reunificación parcial de 1963 en el SU, Mandel se transformó en uno de los principales dirigentes trotskistas, con una corriente que se conoce como mandelismo. Las fuerzas encabezadas por el argentino Nahuel Moreno (antecedente de la actual LIT-CI) entraron en esa reunificación, pero de modo crítico y en oposición permanente al mandelismo.

Mandel mantuvo un elemento central del pablismo: sus análisis y caracterizaciones totalmente impresionistas y la elaboración de orientaciones que se adaptaban a la “moda” imperante en la vanguardia de izquierda. A partir de allí, capitulaba a diversas direcciones burocráticas y pequeñoburguesas: fue “guerrillerista” en los ’60 y “vanguardista” en los ’70. Moreno debatió duramente contras estas desviaciones.[3]

En la segunda mitad de la década de 1970, como expresión del impacto que tenía en la izquierda europea el llamado “eurocomunismo”, Mandel asumió posiciones “democratistas”. En su texto “Democracia socialista y dictadura del proletariado” (1979), más tarde aprobado por el congreso del SU, presentaba un modelo de dictadura del proletariado que era una capitulación al eurocomunismo y a la socialdemocracia.[4]

Moreno, además de analizar y defender la esencia de este régimen político de los Estados obreros, hace un pronóstico: si Mandel y el mandelismo profundizaban ese camino, abandonarían el campo de los revolucionarios y se pasarían al del reformismo. Este pronóstico se cumpliría años más tarde. Este salto cualitativo regresivo se produjo en el XIV Congreso del SU (1995), expresado en el informe de Daniel Bensaid y sus conclusiones programáticas: ya no estaba planteada la estrategia de la toma del poder y la revolución socialista.[5]

Casi simultáneamente al inicio del giro “democratista”, el mandelismo volvió a expresar su política de capitulación a las direcciones pequeñoburguesas y burocráticas que encabezaban un proceso revolucionario: apoyó al gobierno burgués del FSLN nicaragüense que había reprimido y expulsado del país a la Brigada Simón Bolívar, impulsada por el morenismo desde Colombia[6]. La transgresión de este límite intolerable llevó a la ruptura de la Fracción Bolchevique morenista con el SU y a la fundación de la LIT-CI, junto con otras fuerzas, en 1982.

Un nuevo tipo de partido

Como consecuencia el SU abandonó la tarea de construir partidos revolucionarios según el modelo leninista. Su principal organización, la Liga Comunista Revolucionaria (LCR) francesa, se autodisolvió, en 2009, para fundar el Nuevo Partido Anticapitalista (NPA). Su propuesta general pasó a ser la construcción de “partidos amplios” en común entre “los revolucionarios y los reformistas honestos”, lo que implicaba, por supuesto, la aceptación del programa reformista.

En Portugal, son parte del Bloco de Esquerda; en el Estado español integran Podemos; y, en Grecia, apoyaron el gobierno de Syriza. En Brasil, esto se expresó en la construcción del PSOL. Esos partidos amplios, primero fueron “anticapitalistas”, después “antiausteridad” y, finalmente, un apoyo de izquierda a gobiernos burgueses “progresistas” (como dicen que será el próximo de Lula en Brasil), en una dinámica programática cada vez más rebajada y hacia la derecha.

Lula y Boulos. El PSOL brasileño y su capitulación al PT.

El ex SU ya no es una organización trotskista revolucionaria. Por lo tanto, no puede ser considerada como un posible participante de un proceso de reconstrucción de una IV revolucionaria, aunque insista en presentarse como “la continuidad” de la IV y usurpar su nombre.

Actúa como un polo de reagrupamiento de otras organizaciones internacionales y nacionales (algunas de las cuales aún se reivindican trotskistas), que se aproximan así a sus posiciones y propuestas reformistas. Opinamos que aquellos que, dentro del SU o de su “esfera de influencia”, creen honestamente que así se ayuda a “reconstruir la IV” están equivocados: una verdadera reconstrucción de la IV solo puede provenir de un combate contra las posiciones teóricas, programáticas y políticas del Buró Político de la IV Internacional (SU).

Sobre Cuba

Estas diferencias de concepción del mundo y propuesta política se expresan en debates sobre hechos centrales de la realidad mundial. Por ejemplo: qué es Cuba hoy y qué posición adoptar sobre las protestas populares contra el gobierno de Miguel Díaz-Canel del 11 de julio de 2021 (11J) y las más recientes contra el apagón generalizado que hubo en la Isla[7].

Desde inicios del siglo XXI, LIT-CI ha afirmado que fue el propio régimen castrista quien restauró el capitalismo en Cuba, durante el llamado “período especial” de la década de 1990, tal como lo había hecho Deng Xiaping en China desde 1979, y Gorbachov en la ex Unión Soviética desde 1986. Cuba dejó de ser un Estado obrero burocratizado y pasó a ser un Estado capitalista en rápido proceso de semicolonización por parte de varias potencias imperialistas.

El régimen castrista dejó de expresar a la burocracia de ese viejo Estado obrero y pasó a ser una dictadura capitalista, defensora de los intereses de una nueva burguesía cubana que usufructuaba la restauración, a partir de su control de empresas estatales centralizadas en GAESA. Un régimen que, por un lado va eliminando las conquistas de la revolución cubana y atacando con duros ajustes las condiciones de vida de los trabajadores y el pueblo cubano hasta límites intolerables, y, por el otro, les niega cualquier libertad democrática. Por eso, consideramos que estas protestas son muy justas, las apoyamos y las impulsamos. Ubicamos ese apoyo en la consideración de que esas luchas deben ser pasos en la tarea imprescindible de derrocar la dictadura castrista[8].

Protestas en Cuba, julio de 2021. ©Alexandre Meneghini/Reuters.

En ese marco, expresamos que el bloqueo establecido por el imperialismo estadounidense desde hace décadas, por presión de la burguesía cubana que huyó a Miami (los “gusanos”), efectivamente existe e incide negativamente en la situación de Cuba. Pero, en el marco cubano actual, es solo un factor complementario y no la causa principal de lo que sufre el pueblo cubano.

Para el SU, como para gran parte de las organizaciones que se dicen trotskistas, Cuba sigue siendo un Estado obrero burocratizado en el que hay un plan restauracionista del régimen castrista, al que hay que combatir, pero que todavía no ha dado el salto cualitativo hacia el capitalismo. Al mismo tiempo, hay un “peligro restauracionista” equivalente que proviene del imperialismo estadounidense y de la burguesía “gusana”. Por eso, mantenemos profundas diferencias de caracterización sobre el carácter de Cuba y, por lo tanto, de la estrategia revolucionaria para ese país.

Sobre Ucrania

Con respecto a la guerra en Ucrania, la LIT-CI tiene con el ex SU un acuerdo muy importante: ambas organizaciones caracterizamos que esta guerra se inició por la agresión de un país más fuerte militarmente (Rusia) sobre otro más débil (Ucrania). Por eso, ambas organizaciones apoyamos la lucha de la resistencia ucraniana contra la agresión y estamos por la derrota de Putin. No es un acuerdo menor, ya que, con distintos argumentos, toda una parte de la izquierda mundial apoya la invasión rusa, mientras otra parte se ubica en una posición “neutral”.

En el marco de este acuerdo, surge una diferencia profunda sobre un tema clave en una guerra: el del armamento. Los trabajadores y las masas ucranianas han mostrado de sobra el heroísmo con que defienden su país. Pero sin las armas necesarias (en cantidad y calidad) este heroísmo puede no ser suficiente para derrotar al enemigo.

Por eso, la LIT-CI, siguiendo la tradición histórica de Trotsky y el trotskismo, reivindica el derecho de la resistencia ucraniana de exigir a los gobiernos de otros países (incluidos los países imperialistas miembros de la OTAN) que, sin ninguna condición, les entreguen esas armas. Por el contrario, el SU elude pronunciarse sobre este problema.[9]. Al mismo tiempo, uno de sus principales referentes en política internacional (Gilbert Achcar) le niega explícitamente ese derecho a la resistencia ucraniana.[10].

Achcar y el ex SU apoyan la resistencia, pero, por diversas consideraciones, están en contra de que exijan armas a los gobiernos de los países que pueden suministrárselas abandonado la tradición y los criterios históricos del trotskismo frente a guerras de este tipo[11].

La FT/PTS

La Fracción Trotskista de la IV Internacional (FT) nació a partir de la ruptura de un sector de militantes con el MAS de Argentina y la LIT-CI, en 1988. Primero construyeron el Partido de los Trabajadores Socialistas – PTS en ese país y luego la FT, con secciones en Latinoamérica y algunos grupos en Europa[12]. Desde entonces hasta ahora, la FT/PTS ha criticado permanentemente elaboraciones y posiciones de Nahuel Moreno y de la LIT-CI por considerarlas “oportunistas” o “etapistas” (contrarias a la revolución permanente).

Hemos respondido a esas críticas y no vamos a reiterar aquí esos debates[13]. Lo que sí es necesario señalar es que, durante muchos años, la FT criticaba a la LIT-CI desde la “izquierda” y la “ultraortodoxia trotskista”. Sin embargo, en los últimos años, sigue criticándonos tan duramente como antes pero ahora vemos que se ha ubicado a nuestra “derecha” y utiliza argumentos antes impensables en ella.

Ha adoptado la “caracterización” de que en el mundo existe una “onda reaccionaria” y dado que la correlación de fuerzas con el enemigo es muy desfavorable, se imponen esencialmente tácticas defensivas y unitarias. Por eso, las secciones más importantes de la FT han girado el centro de su actividad hacia el eje electoral-parlamentario. Así sucede, por ejemplo, con el PTS argentino y el MRT brasileño[14].

En Argentina, el PTS es la principal fuerza del FIT-U (Frente de Izquierda y los Trabajadores – Unidad). La sección argentina de la LIT-CI (el PSTU) integra con candidatos las listas de este frente durante los períodos electorales. El debate no es sobre esa táctica en sí misma sino sobre el hecho de que el PTS ha centrado el eje de su construcción en la actividad electoral y parlamentaria: el perfil actual de este partido se referencia con las figuras de sus legisladores. En ese marco, los procesos de lucha han pasado a ser subsidiarios y complementarios de esa actividad. El MRT había avanzado más aún: desde su fundación (hace casi 10 años) hasta hace poco, el eje de construcción del MRT fue la campaña para ingresar al PSOL (un partido-frente electoral de programa reformista). En el marco de esa política, criticaban al PSTU brasileño por centrarse en las luchas obreras y en los sindicatos, y lo caracterizaban como “una secta sindicalista grande”[15].

Las diferencias teórico-políticas que tenemos con la FT son profundas. Pero ademas tiene un método de relacionamiento desleal, como la realización de la táctica de “entrismo secreto” en otras organizaciones trotskistas. Así lo hicieron con el PSTU brasileño en la década de 1990 para lograr la ruptura de algunos militantes que fundaron la LER (su primera organización en Brasil). Eso hace hoy imposible cualquier acercamiento estratégico sobre bases serias y honestas.

Cuba y Ucrania

Sobre Cuba, la FT trabaja con la misma caracterización que el SU, sin embargo, a diferencia de él que oscila en sus posiciones frente a las protestas, la FT permanece siempre dentro del “callejón sin salida” político a que los lleva su caracterización. La FT “huye por la tangente” y formula una política abstencionista: no fija posición sobre las movilizaciones y formula una política ultrapropagandista de lucha por un “programa por la revolución y el socialismo”. Así lo hicieron frente al 11J. Una política que acaba sirviéndole al régimen castrista. La FT llegó al extremo de no sumarse a la campaña por la libertad de los presos políticos del 11J[16]. Frente a las últimas protestas, ha publicado un artículo que reitera esa posición abstencionista (en ningún lado dice que las apoyan) y esa respuesta propagandística “socialista”[17].

Sobre la guerra en Ucrania la FT vuelve a meterse en el “callejón sin salida” del razonamiento de los dos “enemigos contrarrevolucionarios equivalentes”: la Rusia de Putin y las potencias imperialistas de la OTAN. Por eso, considera que hay una lucha que tiene un componente “justo” (la resistencia a la agresión rusa) pero que acaba (o tiene el riesgo de acabar) siendo una herramienta del polo imperialista de la OTAN. En ese marco, presenta una posición de “no tenemos lado” y formula una política “pacifista”.

Esa política acaba favoreciendo la agresión rusa. Sin embargo, lo central es que la FT abandona los criterios de Lenin que, en el marco de la Primera Guerra Mundial interimperialista, analizó que había “guerras justas” de liberación nacional de naciones más débiles contra la potencia que las oprimía. En ese caso, afirmaba que “los socialistas tenemos patria” y debemos apoyar sin dudar la lucha de esa nación oprimida[18].

La LIT-CI es totalmente consciente de que existe un proyecto de colonizar Ucrania por parte de los imperialismos estadounidense y europeos, que el gobierno de Zelensky es su agente, y que intentan utilizar la guerra para avanzar en ese proyecto. Así lo hemos denunciado y llamamos a los trabajadores y las masas ucranianas a combatirlo[19]. Al mismo tiempo, mantenemos la caracterización de que la guerra sigue siendo una guerra justa por parte de Ucrania y, siguiendo los criterios de Lenin, “tenemos patria”, la FT ha abandonado estos criterios.

La estrategia de la LIT-CI es reconstruir la IV

Somos conscientes de la confusión que genera la existencia de tantas “Cuartas”. También de la necesidad de reconstruir una gran IV Internacional que pueda atraer a los mejores luchadores que surgen de la clase obrera y las masas para poder disputar con éxito la dirección de los procesos revolucionarios que se dan en el mundo, contra las direcciones que los esterilizan o los llevan a la derrota. Esa es la “madre de todas las tareas”, la tarea prioritaria que les planteamos a los revolucionarios del mundo.

Por eso, desde su propia fundación y sus estatutos, la LIT-CI nunca se autoproclamó “la IV”, sino que siempre puso su propia construcción al servicio de la tarea estratégica de reconstruir la IV Internacional.

Reconstruir la IV Internacional fundado por Trotski en 1938

Desde nuestra fundación, hemos intentado diversas aproximaciones con otras organizaciones internacionales y nacionales para explorar la posibilidad de unificaciones. Algunas dieron resultado, otras fracasaron. Abordamos estos intentos con criterios muy claros, y así lo seguiremos haciendo en el futuro:

En primer lugar, verificar si tenemos una comprensión común de la realidad mundial y una estrategia común frente a ella, lo que debe expresarse en un programa común[20]. En segundo lugar, ver si coincidimos en las posiciones sobre los principales hechos de la lucha de clases, especialmente en los procesos revolucionarios, para poder desarrollar una acción militante común sobre ellos. Un tercer criterio imprescindible es que las relaciones entre las organizaciones deben ser honestas y sin maniobras desleales.

Finalmente, como un aspecto tan importante como los anteriores “Defendemos la moral obrera y revolucionaria” porque “La profunda degeneración de las organizaciones trotskistas, producto de la larga crisis, de las presiones del estalinismo en el pasado, y del ‘aluvión oportunista’ en las dos últimas décadas, ha producido también una degeneración metodológica y moral”[21]. Hablamos de peleas por el aparato; robo de sedes partidarias y sindicales; mandatos parlamentarios y dinero; acusaciones sin pruebas y calumnias, etc… Nos posicionamos categóricamente contra estos métodos que caracterizan una profunda degradación moral.

Por su funcionamiento centralista-democrático, por su programa y por el mantenimiento de la estrategia de la dictadura del proletariado, por su política frente a los procesos y por su defensa de la moral revolucionaria, la LIT-CI es hoy, con todas sus debilidades, la única organización revolucionaria trotskista internacional que merece el nombre de tal.

Quizá en el futuro, la lucha de clases permita un acercamiento con algunas de las organizaciones que hemos analizado, o con otras. Cuando esa posibilidad se dé en la realidad, actuaremos como ya lo hemos hecho en el pasado: con seriedad, honestidad y lealtad, para intentar concretarla. Por eso, consideramos que una verdadera reconstrucción de la IV Internacional pasa actualmente por la construcción de LIT-CI.


[1] Para quien tenga interés en profundizar este tema, remitimos a los varios artículos publicados en esa serie. Recomendamos en especial: Por la reconstrucción de la IV Internacional – Liga Internacional de los Trabajadores (litci.org)   

[2] Ver referencia anterior.

[3] Este debate se desarrolló principalmente en el trabajo “El Partido y la Revolución” (“El Morenazo” de 1973)

[4] Contra este material, Nahuel Moreno escribió Dictadura Revolucionaria del Proletariado.

[5] La crítica a estas posiciones se desarrolla en el artículo de Alicia Sagra “Necesidad y posibilidad de la revolución socialista”.

[6] Colombia: El PST y la Brigada Simón Bolívar – Liga Internacional de los Trabajadores (litci.org)

[7] Sobre las protestas contra el apagón en Cuba – Liga Internacional de los Trabajadores (litci.org)

[8] Ver referencia anterior.

[9] Guerra en Ucrania: solidaridad con la resistencia ucraniana, contra todos los imperialismos | Cuarta Internacional (fourth.international)

[10] ACHCAR, Gilbert, “La diferencia entre ayudar a Ucrania a defenderse y practicar una política belicista”. Tomado de la versión en español publicada por Viento Sur en https://vientosur.info/ (16/05/2022).

[11] Ver el conjunto del debate con el SU sobre la guerra de Ucrania en: Debate sobre Ucrania con el “Buró Político de la IV Internacional” y Gilbert Achcar – Liga Internacional de los Trabajadores (litci.org)      

[12] Ver https://litci.org/es/menu/especial/80-anos-de-la-cuarta/fraccion-trotskista-pts-del-sectarismo-propagandistico-al-oportunismo-electoralista-parte-i/

[13] Ver, por ejemplo: En defensa de la Revolución Permanente – Liga Internacional de los Trabajadores (litci.org)

[14] Ver Fracción Trotskista/PTS: del sectarismo propagandístico al oportunismo electoralista [parte II] – Liga Internacional de los Trabajadores (litci.org)

[15] Ver Polémica con el PTS-FT | Dos políticas frente a la revolución chilena y los procesos latinoamericanos – Liga Internacional de los Trabajadores (litci.org)

[16] Sobre este debate, ver: ¿Qué política debe tener el trotskismo ante el actual proceso cubano? – Liga Internacional de los Trabajadores (litci.org)

[17] Ver: Crisis social. Nuevas protestas en Cuba tras apagón general (laizquierdadiario.com)

[18] Ver: Polémica | Sobre la consigna “No a la guerra” en Ucrania – Liga Internacional de los Trabajadores (litci.org)

[19] Ver: La guerra de Ucrania y el imperialismo estadounidense – Liga Internacional de los Trabajadores (litci.org) y La estrategia imperialista de colonizar Ucrania – Liga Internacional de los Trabajadores (litci.org)

[20] https://litci.org/es/menu/teoria/el-proyecto-estrategico-de-la-lit-ci-es-reconstruir-la-iv-internacional/

 

 

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