Ómicron: ¿oleada final o pandemia eterna?
Actualmente, el mundo sufre una nueva e intensísima oleada de la pandemia de coronavirus provocada por la variante Ómicron, con una dinámica de contagio que ya supera claramente los picos más agudos de las oleadas anteriores.
Por Alejandro Iturbe
Veamos datos de algunos países. En EEUU, entre el 18 y el 19 de enero pasados, se reportaron 1.178.403 casos (contra 75.883 de esa fecha en diciembre), de los cuales hubo 152.427 hospitalizados y 2.990 muertes[1]. En la India, el 19 de enero pasado se registraron 317.532 contagios (contra 22.775 del mes anterior)[2]. En Argentina, ese día hubo 128.321 mientras que en diciembre se habían producido 5.648 (¡casi 23 veces más!). La gran mayoría de los países del mundo muestran crecimientos exponenciales de contagios.
A partir de esa realidad, en los medios periodísticos y científicos se desarrolla un debate. Algunos, por una combinación de elementos, afirman que, ahora sí, la pandemia se acerca a su fin o, mejor dicho, va hacia su transformación en “endemia” (una enfermedad crónica de oleadas secuenciales, pero “tolerables” en el impacto que tienen en la vida y en las actividades cotidianas de las personas, como la gripe clásica). Otros por el contrario, sostienen que ese fin está lejos y que es muy apresurado predecirlo.
Como ejemplo de la primera posición, Pedro Hallal, epidemiólogo y ex rector de la Universidad Federal de Pelotas (Rio Grande do Sul, Brasil) expresó un “optimismo moderado” porque “está comprobado que la variante Ómicron contagia más pero es menos agresiva y puede representar el primer paso para que el Covid-19 pase de un estado pandémico (es decir, de niveles descontrolados mundialmente) a uno endémico”[3].
Es cierto que los estudios médicos de los casos atendidos indican que la acción de esta cepa en el cuerpo humano es menos agresiva que variantes anteriores, especialmente la Delta, porque permanece en las vías aéreas, tiende a no descender a los pulmones. Sin embargo, este análisis deja de lado lo que se ha denominado “covid largo” o “pos covid”. Es decir, las secuelas y efectos negativos que deja la infección en el organismo por un período mucho más prolongado. Algo que, en el caso de esta oleada de Ómicron, solo podrá saberse con certeza en los próximos meses.
Otra omisión muy importante es que este análisis pone la evolución de la enfermedad en el terreno de las mutaciones del virus y deja de lado el efecto positivo que ha tenido la vacunación. Porque los estudios médicos demuestran que la nueva cepa del virus contagia más a los no vacunados y, al mismo tiempo, que los no vacunados tienden a desarrollar cuadros más graves. Por ejemplo, en Argentina, la subsecretaria de Salud de la provincia de Buenos Aires, Alexia Navarro, basada en los estudios de los casos de ese territorio, expresó que “las personas que no se han vacunado tienen 36 veces más riesgo de estar en terapia intensiva”[4].
A finales del año pasado, el jefe de la OMS (Organización Mundial de la Salud), Tedros Adhanom Ghebreyesus, compartía este optimismo (aunque poniendo el acento en la vacunación) y “emitió una nota de esperanza sobre cómo vencer la pandemia en 2022. En un mensaje de vísperas de Año Nuevo, dijo que ‘el mundo tenía las herramientas para acabar con esta calamidad’, incluso con nuevos casos diarios de Covid alcanzando nuevos récords”[5].
Menos de tres semanas después, dejó de lado esta esperanza y declaró que “la pandemia de coronavirus ‘está lejos de haber terminado’ y descartó que ‘la variante Ómicron… sea benigna… está provocando hospitalizaciones y muertes, e incluso los casos menos graves desbordan los centros de salud». Finalmente alertó que «es probable que surjan nuevas variantes”[6].
Es el mismo temor que manifiesta el boletín ya citado del Boston Globe, luego de informar los números actuales e, incluso, planteando que esta oleada puede refluir como las anteriores: “¿Qué pasará? ¿Otra variante vendrá y habrá una nueva ronda de infecciones y muertes?”[7].
Esta dinámica de nuevas cepas ya está presente. En el mismo período en que se expandía la Ómicron, en Belo Horizonte (Brasil) se informaba de la aparición de una variante Deltacron, que habría surgido de la combinación de ambas cepas en el organismo de una persona doblemente contagiada. En otros lugares del mundo se han dado casos similares. Otros especialistas consideran que tal cepa no existe y que ese diagnóstico habría sido causado por “un error de laboratorio” en el que se habrían “contaminado ambas muestras”[8]. Los próximos estudios médicos nos dirán cuál es la realidad. Lo que sí está comprobado es el surgimiento de la Flurona, un contagio doble de covid-19 y el virus de la gripe que fue descubierto en Israel pera que ya comienza a aparecer en otros países y que tendría altas posibilidades de contagio[9].
La parábola de la “gripecita”
La mayoría del capitalismo imperialista, las burguesías nacionales y sus gobiernos se aferran con fuerza a la “esperanza” de que la pandemia evolucione hacia una endemia y que una de las enfermedades más peligrosas que ha conocido la humanidad retroceda naturalmente al nivel de una gripe. Se cierra así una parábola siniestra de la profunda degradación del capitalismo y sus consecuencias. Al inicio de la pandemia, hace casi dos años, fueron muy criticadas las declaraciones de Donald Trump y de Jair Bolsonaro sobre que se trataba apenas de una “gripecita” y que nada debía parar o cerrar por ella (es decir, las actividades económicas). Hoy, todos ellos se aferran y difunden la perspectiva de que la catástrofe que nos afecta terminará en una gripe.
Esto les sirve, por un lado, para justificar la criminal política de “nueva normalidad” al servicio de mantener sus ganancias y los niveles habituales de explotación de la clase trabajadora[10]. Por el otro, para intentar ocultar su responsabilidad en el surgimiento de la pandemia, en su desarrollo y en su absoluta imposibilidad de combatirla seriamente y derrotarla.
Nosotros no tenemos los elementos para elaborar nuestro propio pronóstico. En ese sentido, debemos apelar a los estudios y consideraciones de los científicos especialistas para formarnos una opinión. Pero sí tenemos el derecho, por un lado, de desconfiar profundamente de este nuevo anuncio del “fin de la pandemia”. Por otro lado, acusamos al capitalismo de ser el responsable de su surgimiento, su desarrollo y su impacto, y su persistencia.
Es responsable porque ha creado condiciones cada vez más propicias para el surgimiento de zoonosis (enfermedades que se transmiten desde los animales al ser humano) que se propagan con rapidez por la gran dinámica actual de circulación de personas y mercaderías[11]. Porque los gobiernos burgueses encararon el combate contra ella con sistemas de salud pública debilitados por años de ataques, con el criterio de alentar los negocios privados en esta área, y sin hacer las inversiones públicas necesarias para revertir este deterioro. Porque, ante la recesión de la primera mitad de 2020, sin haber derrotado la pandemia, comenzó la criminal política de la “nueva normalidad” que multiplicó las posibilidades de contagio.
Sobre la vacunación
A inicios de 2021, se anunció el “año de la vacunación” y, con ello, del triunfo sobre la pandemia. Pero ese gran avance que representaban las vacunas también fue manejado con los criterios del capitalismo imperialista. En primer lugar, una vacuna contra el Covid ya podría existir hace muchos años porque en 2002-2003 se desarrolló un fuerte brote, focalizado en Asia, generado por un virus similar. Pero los grandes conglomerados farmacéuticos privados no la desarrollaron porque, en esos momentos, no les representaba una ganancia significativa.
En segundo lugar, la “carrera por la vacuna”, se hizo sin un plan de desarrollo cooperativo y centralizado internacionalmente sino en una feroz competencia entre esos grandes laboratorios privados y salvaguardando sus ganancias a través del “derecho de patente”[12]. Las vacunas tuvieron un alto precio y los países imperialistas compraron y acapararon gigantescas cantidades de dosis de vacunas para su población mientras, en el otro extremo, los países más pobres solo accedían de modo limitado o no tenían ninguna posibilidad de comprarlas y, todavía hoy, presentan porcentajes menores o bajísimos de vacunación.
Esta contradicción se expresó agudamente en la India, que por un lado es el principal fabricante de vacunas del mundo (en laboratorios de propiedad de los conglomerados imperialistas) y, por el otro, no tenía condiciones de comprarlas masivamente para su población. En este país se desarrolló una fortísima segunda oleada de la pandemia que originó la peligrosísima variante Delta, que acabó volviendo como un boomerang sobre los países imperialistas y el resto del mundo[13].
La ahora famosa cepa Ómicron se identificó por primera vez en Sudáfrica, uno de los países no imperialistas que tendría capacidad para fabricar vacunas contra el Covid-19, pero no lo hace porque los laboratorios imperialistas no se lo permiten y su gobierno (al igual que el de la India) “no rompe el cerco”. Al momento de originarse esta variante, el porcentaje de vacunación era menor de 30%[14]. Nuevamente aquí, vale la imagen del boomerang.
La profunda desigualdad en los niveles de vacunación, sumada a la criminal política de la “nueva normalidad”, es la causa profunda de la persistencia de la pandemia, del surgimiento y la propagación de nuevas cepas del virus, e incluso de una acción parcial de las vacunas ya aplicadas. Hasta el jefe de la OMS “denunció de nuevo la falta de equidad en materia de vacunas y dijo que… cerca de la mitad de la población mundial aún no está vacunada”[15].
El capitalismo se demuestra incapaz de desarrollar una verdadera campaña internacional solidaria de vacunación para el conjunto de la población mundial. Por eso, solo avanza por caminos muy parciales. Es el caso de Covax (nombre con que es conocido el Fondo de Acceso Global para las Vacunas Covid-19) impulsada por sectores públicos y privados para “suministrar vacunas anticovid a los países en condición de pobreza”.
En un reciente comunicado, Covax informó que “necesitaba 5.200 millones de dólares en tres meses para financiar las dosis de vacunas para 2022”[16]. Este dato nos lleva a realizar una consideración. A inicios de 2022, la población mundial se estimaba en 7.800 millones de personas[17]. El costo promedio de una vacuna contra el Covid-19 puede estimarse en unos 10 dólares[18]. Es decir, que dos dosis para la mitad de la población mundial no vacunada requerirían una inversión 78.000 millones de dólares.
A esa base, deberíamos sumarle los costos de transporte y de los operativos de vacunación. Podemos hablar de un costo total de entre 100 y 120.000 millones de dólares. Es una cifra alta pero muy accesible si la comparamos con las ganancias obtenidas por los diez hombres más ricos del mundo solo en 2021: en conjunto acumulan lucros por más de 608.000 millones de dólares[19]. Por su parte, las grandes compañías farmacéuticas acumulaban, en octubre del año pasado, un incremento de su capital de 270.000 millones de dólares[20]. Pero para el capitalismo y sus gobiernos es más importante la defensa de la propiedad privada, del derecho de patente y de sus ganancias que la salud de los trabajadores y la población mundial.
En un próximo artículo abordaremos el tema de los movimientos antivacuna con fuerte presencia en EEUU y varios países de Europa donde se ha producido movilizaciones. Además del debate conceptual con estos movimientos y sus fundamentos, ese fenómeno es utilizado por diversos gobiernos, por un lado, para justificar la persistencia de la pandemia y esconder las verdaderas razones de fondo; y, por el otro, para atacar e intentar dividir a la clase trabajadora.
“Todo el mundo a trabajar”
Sin haberse comprobado fehacientemente que la Ómicron sea una cepa más “benigna”, las burguesías y sus gobiernos comienzan a actuar con el criterio de que esta oleada es apenas una “gripecita”. Por ejemplo, el gobierno argentino de Alberto Fernández y Cristina Kirchner (que intenta presentarse como “popular y progresista”) dictó recientemente una resolución del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social que define que “una persona que tiene Covid o es contacto estrecho de un caso confirmado puede retornar a su lugar de trabajo de manera presencial… sin necesidad de presentar resultado de test negativo ni certificado de alta”[21].
Entre otros factores, esta decisión refleja el colapso del sistema público de testeos. En ese marco, en el contexto de las negociaciones con el FMI sobre la refinanciación de la fraudulenta deuda externa, el gobierno acaba de anunciar su plan de cuentas para 2022 con un recorte presupuestario de cerca de 2.000 millones de dólares, con especial impacto en los sectores de educación, salud y partidas sociales[22]. Sin llegar a tales extremos, lo mismo comienzan a hacer otros “países emergentes” como México o Tailandia. En Brasil, el gobierno de Bolsonaro ya ni siquiera publica cifras oficiales de la pandemia y su ministro de Salud ha reducido el tiempo dispuesto para volver al trabajo[23]. Todo esto, en momentos en que comienza a comprobarse que el período de contagio de Ómicron es más extenso de lo que se creía[24].
El ejemplo cunde: “El primer ministro español, Pedro Sánchez, se transformó en el primero líder de un gran país europeo en pedir que la Unión Europea debata la posibilidad de tratar el covid-19 como una enfermedad endémica, como la gripe”[25].
El gobierno del Reino Unido asegura que “Ómicron se está retirando” y su ministro de Salud, Sajid Javid, dijo que “es el momento correcto” para eliminar las medidas restrictivas. Mientras tanto, el gobierno francés comenzará a levantar las restricciones en febrero[26].
¿Qué hacer?
Hemos dicho que no podemos hacer un pronóstico de exactitud matemática sobre la dinámica de la actual pandemia. Sin embargo, lamentablemente, hay una perspectiva casi certera: incluso en el caso de que ella se transforme en una endemia “controlable”, en tanto continúe el capitalismo imperialista es muy posible que se produzcan nuevas pandemias. Es la perspectiva que plantean los científicos más especializados: Sarah Gilbert, una de las creadoras de la vacuna de AstraZeneca advirtió en una reciente conferencia que “La próxima pandemia podría ser más contagiosa o mortal que la de covid-19”[27].
Bill Gates, uno de los hombres más ricos del mundo es, sin dudas, una persona inteligente. En los últimos años tomó la actitud de predecir dinámicas futuras del mundo y actuar como una especie de “consejero” de la burguesía mundial. Incluso, en 2015 alertó sobre el riesgo de “una pandemia causada por un virus altamente infeccioso que se propagaría rápidamente por todo el mundo y contra el cual no estaríamos listos para luchar”[28].
Ahora, al igual que Sarah Gilbert, alerta sobre una futura pandemia más mortal que la actual[29]. ¿Qué propone frente a esta perspectiva? Gates pidió a los principales países que contribuyan con dinero para prepararse para la próxima pandemia. Como primer paso, la fundación que tiene con su ex esposa ha donado 300 millones para la Coalition for Epidemic Preparedness Innovations (CEPI), una de las participantes del programa Covax. La primera meta es recaudar 3.500 millones con el objetivo de reducir a solo 100 días el tiempo necesario para desarrollar una nueva vacuna. La segunda es invertir cantidades mayores en desarrollo científico, testes en masa, un sistema de alerta global de pandemias y la creación de un equipo internacional de “primeros auxilios para enfermedades infecciosas”[30].
Gates plantea dos cuestiones reales: la perspectiva de nuevas pandemias aún más peligrosas y la necesidad de prepararse internacionalmente para prevenirlas y combatirlas. Sin embargo, tanto su enfoque como su propuesta son los de un gran burgués imperialista. Por un lado, él analiza que «Cuando se trata de gastar miles de millones para salvar billones en daños económicos…, yo diría que es una póliza de seguro muy buena». Por el otro, elude atacar las causas que generan las pandemias: la sobreexplotación de los recursos naturales que realiza el capitalismo y el deterioro de los sistemas de salud pública. En lugar de proponer el fortalecimiento y la financiación de estos sistemas, nos propone la creación de una fundación elitista que se parece al proyecto destinado a salvar a los grandes burgueses y a los líderes de los países imperialistas que nos muestra el reciente filme “No miren arriba”.
Lo peor de todo es que ni siquiera se refiere al combate a la actual pandemia, que continúa castigando la salud y las condiciones de vida de los trabajadores y las masas en el mundo. Ya hemos visto la mezquindad de esos gobiernos y de grandes burgueses en el tema de la desigualdad de la vacunación en el mundo.
Frente a este panorama, nosotros reivindicamos como correctas las consignas, asumidas por la LIT-CI, de vacunas para todos, ruptura del derecho de patente de los laboratorios que las fabrican y la necesidad de un plan internacional de vacunación masiva y gratuita, extendido a todos los países del mundo, así como la reconstrucción y el fortalecimiento de los sistemas de salud pública.
La realidad ha mostrado que la vacunación masiva ayudó a atenuar los efectos más graves del contagio en las personas y que ha sido la desigualdad mundial en esta vacunación lo que generó nuevas cepas y oleadas. También muestra que son los sistemas de salud pública los que vienen soportando el peso del combate a la pandemia, con alto riesgo para sus médicos/as y enfermeras/os. Por eso, sostenemos que es el único camino verdadero (en este sentido, el único camino realista) para avanzar en ese combate y debemos continuar luchando por esas consignas.
El otro factor que incide en la persistencia de la pandemia es la criminal idea de la “nueva normalidad”, que ahora se expresa en la política de muchos gobiernos de tratar la actual oleada de la cepa Ómicron como una “gripecita”. Por eso, debemos agregar, como una necesidad inmediata, la lucha contra esa política y sus medidas. Es la salud y la vida de los trabajadores la que está en juego.
Notas:
[1] Datos tomados del informe de Teresa Anafin, publicado en el boletín electrónico del Boston Globe (20/1/2022)
[2] https://graphics.reuters.com/world-coronavirus-tracker-and-maps/pt/countries-and-territories/india/
[3] https://forbes.com.br/forbessaude/2022/01/entenda-por-que-omicron-pode-indicar-que-a-pandemia-de-covid-19-esta-no-fim/ (original en portugués, traducción nuestra)
[4] https://www.cronica.com.ar/sociedad/Coronavirus-las-personas-no-vacunadas-tienen-36-veces-mas-riego-de-entrar-en-terapia-intensiva-20220121-0030.html
[5] https://www.cnnbrasil.com.br/internacional/chefe-da-oms-2022-pode-marcar-o-fim-da-pandemia/ (original en portugués, traducción nuestra)
[6] https://www.dw.com/es/pandemia-de-coronavirus-est%C3%A1-lejos-de-haber-terminado-advierte-la-oms/a-60467575
[7] Ver nota 1 (original en inglés, traducción nuestra)
[8] https://pebmed.com.br/deltacron-uma-nova-variante-do-coronavirus-ou-erro-de-laboratorio/
[9] https://www.cronista.com/informacion-gral/que-es-la-flurona-la-nueva-variante-del-coronavirus-que-ya-llego-a-la-argentina/
[10] Sobre este tema, recomendamos leer: https://litci.org/es/66832-2/
[11] Sobre este tema, ver: https://litci.org/es/capitalismo-productor-de-pandemias/
[12] Sobre este tema ver: https://litci.org/es/la-carrera-por-la-vacuna-contra-el-covid-19/ y https://litci.org/es/la-carrera-por-la-vacuna-contra-el-covid-19-ii/
[13] Sobre este tema, ver https://litci.org/es/la-verdad-sobre-las-muertes-por-covid-en-la-india/
[14] https://www.bbc.com/mundo/noticias-59466211
[15] https://www.estrategiaynegocios.net/lasclavesdeldia/1509776-330/covax-necesita-us5200-millones-para-financiar-vacunas-en-2022?utm_source=pushopsa&utm_medium=pushnotification&utm_campaign=pushopsa
[16] Ídem
[17] https://www.wfla.com/tampa-hoy/mundo/poblacion-mundial-crecio-en-74-millones-en-el-ultimo-ano/#:~:text=Se%20calcula%20que%20la%20poblaci%C3%B3n,de%20A%C3%B1o%20Nuevo%20de%202021.
[18] https://www.goal.com/es/noticias/cuanto-cuesta-vacuna-covid-19/1d0ngem2skf521hey98yr7shru
[19] Datos obtenidos de https://mvsnoticias.com/noticias/economia/los-hombres-mas-ricos-del-mundo-cuanto-ganan-en-un-ano/
[20] https://www.jornada.com.mx/notas/2021/10/18/economia/farmaceuticas-han-ganado-270-mil-mdd-por-la-pandemia/
[21] https://www.lanacion.com.ar/politica/tengo-covid-o-soy-contacto-estrecho-el-gobierno-comunico-las-fechas-para-regresar-al-trabajo-segun-nid19012022/
[22] https://www.resumenlatinoamericano.org/2022/01/17/argentina-guino-al-fmi-el-gobierno-recorta-225-mil-millones-en-salud-educacion-y-partidas-sociales/
[23] https://exame.com/ciencia/emergentes-abandonam-estrategia-de-covid-zero-na-onda-da-omicron/
[24] https://www.clarin.com/internacional/sorpresa-expertos-japon-dicen-omicron-pico-eliminacion-tardio_0_j0FP2mb5gK.html
[25] Ídem
[26] https://www.infobae.com/america/mundo/2022/01/20/en-reino-unido-aseguran-que-omicron-se-esta-retirando-y-francia-empezara-a-levantar-las-restricciones-en-febrero/
[27] https://www.bbc.com/mundo/noticias-59546388
[28] https://www.bbc.com/mundo/noticias-52009150
[29] https://exame.com/ciencia/proxima-pandemia-mortal-covid-bill-gates/
[30] Ver https://exame.com/ciencia/proxima-pandemia-mortal-covid-bill-gates/ y https://forbes.com.br/forbes-money/2021/01/bill-gates-diz-que-pandemias-do-futuro-devem-ser-levadas-a-serio-como-ameaca-de-guerra/