Mar Mar 19, 2024
19 marzo, 2024

No hay una nueva normalidad ¡Basta de naturalizar la muerte!

En un artículo reciente, denunciábamos la campaña de diversos gobiernos de países imperialistas y otros países sobre que la pandemia del coronavirus estaba llegando a su fin y alertábamos que eso era una mentira. Lamentablemente, tanto la realidad como las evaluaciones de los expertos más serios confirmaron este pronóstico.

Por Alejandro Iturbe

En el artículo al que nos referimos, señalábamos que la gran desigualdad de los niveles y ritmos de vacunación entre los países imperialistas y el resto del mundo (una clara expresión de la desigualdad en la jerarquía económico-social de los países) determinaba una fuerte persistencia de la pandemia en gran parte del mundo (por ejemplo, en países muy poblados como la India y Brasil). En ese marco, por su proceso natural de mutación genética, surgían nuevas cepas del virus (como la variante delta) que mostraban un proceso más acelerado de contagio y diseminación que el virus original y, además, cuya acción patológica sobre el organismo humano era más fuerte y más resistente a los tratamientos ya experimentados. Al mismo tiempo, alertábamos que “en la actual dinámica de transporte de mercancías y de viajes de personas por el mundo, es inevitable que estas nuevas cepas vuelvan como un boomerang e ingresen en los propios países imperialistas”[1].

Este análisis coincide con el que realizó Larry Brilliant, un experto epidemiólogo que integró los equipos de la OMS que erradicaron la viruela, y combatieron contra la gripe y la polio. En recientes declaraciones, consideró el escaso porcentaje de personas vacunadas contra el Covid-19: “Sólo el 15% de las personas en el mundo han sido inmunizadas y algunos países ni siquiera han vacunado al cinco por ciento de sus habitantes. No hay vacunas disponibles en todos los países. Creo que estamos más cerca del comienzo que del final de la pandemia”. Agregó que la variante Delta es quizás el virus más contagioso jamás registrado” y, al mismo tiempo, expresó que, aunque esta cepa desapareciese o fuese controlada, va a darse “el surgimiento de nuevos linajes”[2].

 

Sobre este tema de los nuevos linajes o cepas de coronavirus, cabe agregar que ya ha sido identificada una nueva “variante lambda”, inicialmente en Perú pero que también comienza a expandirse en EEUU donde, desde un caso inicial detectado en Texas, se pasó, en un mes, a más de 1.000, según datos de la organización independiente especializada GISAID[3].

 

Una tendencia al cambio de perfil de la pandemia

Tal como anticipamos, la persistencia de la pandemia “volvió como un boomerang” sobre los propios países imperialistas cuyos gobiernos ya consideraban que “habían ganado la batalla”. Sobre este marco de fondo, existe una cuestión muy importante a considerar: hay una tendencia al cambio de perfil etario de los nuevos pacientes contagiados.

 

En una nota reciente referida a EEUU, el New York Times informa: “Muchos de los pacientes con COVID-19 que ahora llegan al hospital no solo no están vacunados, sino que son mucho menores de 50 años, una clara diferencia con respecto a los pacientes frágiles y mayores que se contagiaron cuando la pandemia surgió por primera vez el año pasado. Los médicos dicen que los pacientes no vacunados de entre 20 y 30 años se enferman más gravemente y con mayor rapidez”.  Según los expertos, esto no solo se debería a la mayor peligrosidad de las nuevas cepas sino también a “que el cambio en la demografía de los pacientes es el resultado de las tasas de vacunación más bajas en este grupo”[4].

 

Esta tendencia al descenso de la edad de los nuevos pacientes es aún más profunda y ya afecta a los niños:

 “Estados Unidos enfrenta en estas semanas un crecimiento de casos registrados, fallecimientos y hospitalizaciones que, sobre todo, se dan en jóvenes y niños menores de 12 años. Las autoridades sanitarias atribuyen estas circunstancias al impacto de la variante Delta del covid-19 en la población no vacunada, según informó Frank Collins, director de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, en inglés), durante una entrevista con el programa «This Week» de la cadena ABC News[5]. 

 

La curva vuelve a ascender

En este marco, es lógico que los resultados favorables que algunos países habían logrado en la disminución del número de contagios y de muertes ahora comiencen a revertirse.

 

Ya hemos visto el caso de EEUU y el cambio de perfil etario de la nueva ola de contagios: El aumento de la presencia de la variante delta del virus, altamente transmisible, generó que el total de casos nuevos diarios llegara a 118.000, su nivel más alto desde febrero, las muertes aumentaran 89% en las últimas dos semanas, y los hospitales infantiles en estados como Florida se vieran ‘abrumados’ a medida que los jóvenes son cada vez más afectados, consignó AFP […] los profesionales de salud dicen que esta ola es quizás más inquietante debido a que los casos se multiplican con mayor rapidez que en las anteriores[6].

 

El escaso porcentaje de vacunación a nivel mundial por la avaricia de los laboratorios, lo que ha llevado a un verdadero apartheid de vacunas, provoca además de la muerte de millones el surgimiento de nuevas cepas que no permiten ver el final de la pandemia en el corto plazo.

En diversos artículos, hemos denunciado esta situación y señalamos que otro de los factores de persistencia de la pandemia ha sido la siniestra política de “nueva normalidad” impulsada por el imperialismo y las burguesías nacionales.

La salud mental de las masas trabajadoras se vio muy afectada, la ruptura de los lazos sociales y familiares de contención, así como el hambre, la desocupación y los duelos permanentes son el caldo de cultivo donde los gobiernos pretenden seguir instalando la naturalización de la pandemia, para poder impulsar una reapertura creciente de todas las actividades económicas y poder retomar sus niveles normales de explotación y ganancias. Fue al servicio de esa política que anunciaron “el fin de la pandemia” en varios países. A la burguesía le importaba poco el riesgo que ello implicaba para la salud de los trabajadores.

 

Veamos el caso de Israel: “Shimshon Erdman, miembro ejecutivo de la Asociación Médica de Israel, señaló a La Nación que se tomaron medidas apresuradas. Las cifras de la pandemia en Israel, país modelo en cuanto a su plan de vacunación, son ahora alarmantes. En cuestión de semanas pasó de unas decenas de contagios diarios a más de 6500 casos por día, básicamente impulsados por la variante delta. Los especialistas israelíes no consideran que el problema sea alguna falla del plan de vacunación, con el 63% de la población totalmente inmunizada. ‘Acá estamos pagando las consecuencias del apresurado levantamiento de las restricciones a mediados abril pasado, cuando dejó de ser obligatorio el uso de barbijo al aire libre, y no se previó la inminencia de la llegada de la delta, muchísimo más contagiosa’, dijo Erdman en diálogo telefónico con La Nación”[7].

Esto se produce también en Cuba, un país que, el año pasado, había logrado un excelente resultado en la primera oleada en base a un combate muy agresivo desde su sistema de salud pública, incluso antes de desarrollar su propia vacuna[8]. Ahora la situación es totalmente diferente: “Cuba registró un ‘aumento dramático’ del número de personas infectadas por Covid-19, con una media diaria de 6.199 casos esta semana, anunció la Organización Panamericana de la Salud. De acuerdo con esta organización, la variante delta del coronavirus ya está presente en gran parte de las regiones de la isla caribeña en la que es considerada la peor oleada de la pandemia en el país. Los números representan un aumento de 21% comparando con la semana anterior”[9]. Este aumento de casos, provocó caos en los hospitales (y falta de insumos para la atención), con muchas personas que no consiguen ser atendidas, algunos de estos con víctimas fatales[10]. Incluso está circulando por la red un video hecho por médicos cubanos exigiendo la provisión de insumos para poder cumplir su trabajo[11].

 

Hemos dicho que Cuba había tenido bastante éxito en contener la primera oleada de la pandemia. Claramente, el origen de la nueva fue la reapertura del turismo internacional que impulsó el régimen castrista. Incluso con la importante disminución de esta actividad que provocó la pandemia, en 2020 visitaron la isla un millón de turistas extranjeros, una fuente de contagio masivo. Incluso, una vez desarrollada su propia vacuna, el régimen castrista llegó a promover el “turismo de vacunación” para visitantes extranjeros[12]. Aunque no sea el objetivo de esta nota, creemos que lo expuesto es una demostración del carácter capitalista del actual estado cubano.

 

Una nueva mentira: la “mitigación”

Ante esta dura realidad que, por distintas vías ha generado el capitalismo, el imperialismo y las burguesías nacionales comienzan a cambiar su discurso. Ya no hablan del “fin de la pandemia” y de la perspectiva del control definitivo del Covid-19, sino que ahora intentan plantear en su discurso que el objetivo es “mitigarla”.

Es decir, como los burgueses y dueños de laboratorios no están dispuestos a rebajar sus ganancias en pos de la vida humana, quieren establecer un límite de muertes “aceptables” para continuar con la producción y seguir llenando sus bolsillos.

Deshaciéndose de toda responsabilidad, hablan de nuevas oleadas inevitables y de que es posible alcanzar “niveles tolerables” para los trabajadores y las masas que “normalicen” el coexistir con esta enfermedad en la vida cotidiana, tal como acontece con la gripe tradicional. Y buscan argumentos “científicos” para esa política.

 

Por ejemplo, Nancy Jecker, profesora de bioética en la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington expresó: “Eventualmente, el mundo se dividirá en dos tipos de países: aquellos que continúan persiguiendo una estrategia de ‘cero covid’ y los otros que han cambiado a la mitigación. En última instancia, es posible que no tengamos más remedio que aceptarlo: en una fase posterior a la pandemia, las muertes se reducirán, pero el virus puede reaparecer anualmente como el resfriado»[13].

 

En un artículo de opinión publicado en el New York Times (“¿Hay un futuro sin covid?”), el autor, residente en la ciudad de San Francisco, expresa: “Quiero saber si hay un desenlace a la vista. En San Francisco, donde vivo, el 70 por ciento de los residentes están completamente vacunados. Este es el tipo de cifras que, alguna vez nos dijeron, nos llevarían a la inmunidad de rebaño. Ahora la esperanza de la inmunidad comunitaria parece haberse esfumado e incluso en San Francisco estamos usando cubrebocas de manera generalizada en interiores”[14]. Luego de referir contagios, hospitalizaciones y muertes provocados por la gripe tradicional (la influenza), su conclusión es que “Si la vacunación hace que el coronavirus se convierta en una amenaza de la gravedad de la influenza, eso no significa que seamos inmunes a la enfermedad o incluso a la muerte. Significa que nos deja en un riesgo que aceptamos de manera rutinaria”.

Sin embargo, ha sido un funcionario argentino el más claro sobre los reales objetivos de la falsa mitigación. El ministro de Salud de la Ciudad de Buenos Aires, Fernán Quirós, expresó que lo que “se está procurando no es evitar la tercera ola del Covid-19 (algo que va a ocurrir, como sucedió en otros países) sino que estamos tratando de hacer que esa ola sea más pequeña y suceda lo más tarde posible para dejarnos vacunar a la mayoría de la gente y que los casos sean leves». En ese contexto, consideró «razonable ir recuperando actividades de la vida diaria»[15]. Es decir, todo el mundo a trabajar y a producir normalmente aunque sepan que los casos aumentarán y que ya en 2021 superan los de 2020.

 

Algunas consideraciones

Es de vital importancia, para enfrentar la falsa campaña de “normalización”, enumerar la gravedad que implica esta pandemia, y por lo tanto queremos hacer algunas referencias al respecto.

La primera es algo a lo que ya nos hemos referido: las secuelas que queja el covid-19 en el organismo humano una vez que se ha superado el período de crecimiento de la carga viral y el de la potencialidad de contagio a otras personas.

En la medida que crece el número de personas en esta situación, la medicina va avanzando en su comprensión y en la estimación estadística de su impacto. Comienzan a utilizarse los conceptos de “pos-covid” y “covid larga”, según el tiempo de duración de esas secuelas. Se estima que afectan Ocho de cada 10 personas que tuvieron coronavirus”, con diversos síntomas (especialmente pulmonares) que duran entre 140 días y un año (o más)[16].

La segunda se refiere a las vacunas para prevenir el contagio (o atenuar el impacto de la enfermedad) y otros medicamentos para combatirla. Por un lado, estudios de varios laboratorios están llegando a la conclusión que la eficacia de las vacunas (por ejemplo, la de Pfizer o la de Astra-Zeneca) “disminuye con el paso del tiempo”, especialmente contra la variante delta. En el caso británico, incluso los investigadores van a solicitar al Comité Conjunto sobre Vacunación e Inmunización (JCVI, por sus siglas en inglés), que recomiende “la administración de una tercera dosis de refuerzo” en los próximos meses[17]. En EEUU, ya se planifica la aplicación de esta tercera dosis, ocho meses después de haber recibido la segunda[18]. Estos nuevos estudios colocan en mayor vulnerabilidad a los países que están últimos en el reparto de vacunas, como sucede por ejemplo en África. La distribución tan inequitativa de las vacunas dará tasas de contagios y mortalidad inhumanas en esas regiones, ante el acaparamiento de las terceras dosis en los países imperialistas.

Relacionado con los medicamentos contra esta enfermedad, un estudio de pruebas de laboratorio realizado por la Universidad de Chicago indica que un medicamento usado con otros fines (el mastinib) podría inhibir la replicación de la carga viral del covid-19 en un 80 o 90%, incluso contra la variante delta (un resultado que pocos medicamentos antivirales logran). Por supuesto, se trata de una fase inicial del proceso porque, al tratarse de un medicamento de uso en quimioterapia anticancerígena, no se conocen los efectos secundarios negativos que podría ocasionar[19]. Pero es un indicativo que es imprescindible invertir en la pública salud e investigar sobre las mejores formas de combate a esta y a futuras pandemias.

Otras consecuencias   

Para completar este análisis, veremos dos procesos que derivan de la pandemia. El primero sucedió en Francia. En este país, el gobierno de Emmanuel Macron presentó al Parlamento un proyecto de ley que determina la obligatoriedad de la vacunación, hasta el 15 de setiembre, de todos los encuadrados en ella por edad. A partir de allí, establece el uso del llamado “pase sanitario” (comprobante oficial de haber recibido las dos dosis de vacunas) como requisito para poder entrar a los locales de “cultura y entretenimiento”, y no se descarta que luego pueda ser aplicado a “otros ámbitos” (incluso el laboral). Para “no dar puntada sin hilo”, el gobierno incluyó en el paquete un ataque a las indemnizaciones por despido y al subsidio de desempleo.

Con la excusa de avanzar en el combate contra el coronavirus, el gobierno imperialista de Macron (cuyo balance en este campo ha sido muy malo) ataca a los trabajadores y a las masas, y pretende dividirlos entre “vacunados” y “no vacunados”. La respuesta fue una importante ola de movilizaciones, más aún si se considera que el país está en plena temporada de vacaciones. Esta respuesta abarcó numerosas ciudades (con epicentro en el interior del país aunque también se reflejó en París) y se contabilizaron cerca de 250.000 participantes totales el día de mayor participación. Las movilizaciones tenían, por supuesto la confusión sobre la importancia de la vacunación para los trabajadores y el pueblo, considerando el tomar o no la vacuna como una “elección individual. Sin embargo, según el artículo enviado desde Francia (publicado en nuestro sitio en francés), tanto por su composición social y su ubicación geográfica como por la bronca creciente al gobierno Macron, recordaban a la de los “chalecos amarillos” de enero de 2019[20].

Esta idea de atacar a los trabajadores que no se vacunen con la excusa del combate a la pandemia parece extenderse a otros países. En Argentina, la UIA (Unión Industrial Argentina, principal central empresarial de este sector) propuso implementar la medida de no pagar los sueldos a aquellos trabajadores “dispensados” por la pandemia y que no quieran vacunarse[21].

Al segundo proceso ya nos hemos referido en diversos artículos y declaraciones: el impacto de la pandemia acentuó al extremo la crisis económica del sistema capitalista mundial que ya venía de 2019, y provocó un gran salto en los despidos y rebajas salariales, y en el aumento de la pobreza y la miseria. Aunque la economía mundial vive un momento de recuperación parcial desde hace más de un año, estas consecuencias profundas para los trabajadores y el pueblo en todo el mundo permanecen.

Un artículo reciente, sobre la base de un informe del Programa Mundial de alimentos de la ONU, estima que, en 2021, cerca de “270 millones de personas “enfrenten una escasez de alimentos que podría costarles la vida, en comparación con los 150 millones registrados antes de la pandemia. La situación es especialmente desoladora en África, donde hubo un repunte de nuevos contagios”[22].

Algunas conclusiones

El sistema capitalista mundial y sus gobiernos son los responsables de esta pandemia y de su impacto. En primer lugar, porque la sobreexplotación de los recursos naturales más allá de sus límites generó las condiciones para el surgimiento creciente de pandemias por zoonosis, como es el caso del covid-19.

Lo es porque demoró conscientemente, durante años, el desarrollo de vacunas contra virus de este tipo porque no daban ganancias, a pesar de las advertencias de los especialistas. Lo es porque, una vez desatada esta pandemia, la enfrentó con sistemas de salud pública deteriorados por décadas y con una investigación y desarrollo farmacológico y tecnológico medicinal dominado por la ganancia de las empresas privadas, y de allí deriva una profunda desigualdad mundial de acceso a las vacunas y recursos técnicos necesarios. Lo es también porque incluso cuando intentaba combatir a la pandemia, con medidas restrictivas parciales, lo hacía con el objetivo principal de recuperar rápidamente los niveles habituales de explotación de los trabajadores e impulsó la repugnante y criminal política de la “nueva normalidad”.

Queremos ser categóricos, la pandemia lejos de estar terminando o con posibilidades de ser “mitigada” está en su peor momento. La política de naturalización de las muertes y de la normalización de la enfermedad es un acto criminal sobre los trabajadores y pobres del mundo.  La desigualdad de las campañas de vacunación mundial y la reapertura creciente de las actividades económicas resultan en la persistencia de la pandemia y en el surgimiento de nuevas cepas más contagiosas y peligrosas.

El costo en vidas y sufrimiento recae siempre sobre la clase trabajadora y las masas del mundo. ¡No podemos aceptar esto! ¡No podemos aceptar que el desastre que producen el capitalismo y sus gobiernos recaiga sobre nuestras espaldas!

Por eso, mantiene toda su vigencia el llamado a luchar hoy por exigencias tales como la vacunación masiva y gratuita para todo el mundo; la ruptura de los derechos de patente de las vacunas; la defensa de los sistemas de salud pública y la necesidad de grandes inversiones en ellas, y la expropiación de los grandes conglomerados de producción de vacunas y tecnología médica para la elaboración de un plan internacional solidario de combate a la pandemia, controlado por los trabajadores (especialmente por aquellos especializados).

Al mismo tiempo, tal como señalamos en los numerosos artículos y declaraciones dedicados a la pandemia, reafirmamos que la enfermedad de fondo es el capitalismo imperialista y sus consecuencias en todo el mundo.

Tal como expresamos en nuestro último artículo “resulta absolutamente claro que el capitalismo imperialista no puede ser ‘reformado’ o ‘mejorado’. Es necesario un cambio radical de sociedad y de los criterios de producción y funcionamiento que hoy tiene. Por eso, las luchas presentes y futuras de los trabajadores y las masas deben ser un paso en el camino de la lucha por el poder y por una revolución obrera y socialista que cambie de raíz este presente desolador. Lo que está en juego ya no es solo tal o cual conquista sino la propia supervivencia de la Humanidad”[23].

Notas:

[1] https://litci.org/es/la-mentira-del-fin-de-la-pandemia/

[2] https://www.infobae.com/america/ciencia-america/2021/08/10/un-renombrado-epidemiologo-advirtio-el-mundo-esta-mas-cerca-del-comienzo-que-del-final-de-la-pandemia/

[3] https://www.cnnbrasil.com.br/saude/2021/08/07/o-que-a-ciencia-sabe-sobre-a-variante-lambda-da-covid-19 

[4] https://www.nytimes.com/es/2021/08/04/espanol/variante-delta-contagio-jovenes.html

[5] https://www.perfil.com/noticias/internacional/covid-19-estados-unidos-registra-mayor-cifra-de-ninos-internados-durante-pandemia.phtml

[6] Ídem

[7] https://www.lanacion.com.ar/el-mundo/disparada-de-casos-israel-paga-las-consecuencias-de-haber-levantado-muy-rapido-las-restricciones-nid11082021/

[8] https://litci.org/es/por-que-cuba-logra-frenar-la-expansion-del-coronavirus/

[9] https://sicnoticias.pt/especiais/coronavirus/2021-07-21-Cuba-regista-aumento-dramatico-de-casos-covid-19-fb8ee5e7 (original en portugués, traducción nuestra)

[10] https://www.bbc.com/portuguese/internacional-58087694

[11] https://www.facebook.com/watch/?v=628827528084064&extid=WA-UNK-UNK-UNK-AN_GK0T-GK1C

[12]https://www.em.com.br/app/noticia/internacional/2021/02/04/interna_internacional,1235082/turistas-que-visitarem-cuba-podem-ser-vacinados.shtml

[13] https://www.bbc.com/mundo/noticias-58114853

[14] https://www.nytimes.com/es/2021/08/06/espanol/opinion/variante-delta-vacunas-covid.html

[15] https://www.diariopopular.com.ar/politica/quiros-no-se-podra-evitar-la-tercera-ola-buscamos-que-los-casos-sean-leves-n579015

[16] Ver: https://www.pagina12.com.ar/362315-covid-larga-8-de-cada-10-personas-tiene-secuelas-luego-de-la y https://www.clarin.com/buena-vida/-long-covid-pulmones-duran-tratan-secuelas-respiratorias_0_jcK6XEFNm.html

[17] https://www.pagina12.com.ar/362520-variante-delta-como-decae-la-eficacia-de-las-vacunas-de-pfiz

[18] https://www.latimes.com/espanol/eeuu/articulo/2021-08-18/eeuu-dosis-refuerzo-vacuna-covid-19

[19] https://www.consalud.es/pacientes/especial-coronavirus/estudio-apunta-farmaco-masitinib-eficaz-covid-19_100115_102.html

[20] Ver https://litci.org/fr/quelques-reflexions-a-propos-de-la-mobilisation-contre-le-passe-sanitaire-en-france/

[21] https://www.ambito.com/economia/uia/la-sugiere-no-pagar-sueldo-los-empleados-que-no-quieran-vacunarse-n5247433

[22] https://www.nytimes.com/es/2021/08/09/espanol/pandemia-hambre.html

[23] https://litci.org/es/la-mentira-del-fin-de-la-pandemia/

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