Trotsky: La batalla contra la burocracia y la fundación de la IV Internacional
Por Alicia Sagra
Ante un nuevo aniversario del asesinato de León Trotsky, rendimos nuestro homenaje recordando su lucha contra la burocracia que culminó en la fundación de la IV Internacional.
La fundación de la Cuarta, no estaba en el programa de Trotsky cuando comenzó la batalla contra la burocracia. Por el contrario, su objetivo estratégico era recuperar para la revolución al partido soviético y a la Internacional. La necesidad de la IV Internacional se manifestó como tal cuando, después de 10 años, esa batalla fue derrotada.
La lucha contra la burocracia.
Fue Lenin el primero en ver la necesidad de esa batalla. Al final de 1922, cuando se reintegra después de haber estado alejado por su enfermedad, queda impresionado por la expansión de la burocracia en el partido y en el estado.
El partido bolchevique, cuando tomó el poder, heredó el atraso y la barbarie de siglos. La destrucción de la Primera Guerra Mundial y después la Guerra Civil, bajaron aún más el nivel cultural general del país. La terrible situación económica llevó a una lucha desmoralizadora de sobrevivencia. Las masas que habían hecho enormes sacrificios, tendían a alejarse de la actividad política, los soviets comenzaban a vaciarse, y las tareas del Estado cada vez recaían más y más en manos del partido.
Lenin y Trotsky intentaron por todos los medios buscar nuevos organismos que permitieran la participación de las masas: los sindicatos independientes, la organización de los sin partidos. Pero no pudieron cambiar esa tendencia del movimiento de masas que había perdido a sus mejores representantes en la Guerra Civil. Nahuel Moreno opinaba que el proceso del estalinismo fue tan profundo, precisamente por esa realidad del movimiento de masas, que los esfuerzos de Lenin y Trotsky no lograron revertir[1].
Todo esto se agravó cualitativamente con la derrota de la revolución alemana. No vinieron los técnicos y especialistas que los bolcheviques esperaban de Alemania. Se tuvo que recurrir al viejo servicio civil zarista, así como a sus técnicos y especialistas. El resultado fue el crecimiento dentro del partido de una corriente que reflejaba las aspiraciones de los arribistas.
Esa corriente se fue aglutinando en torno a Stalin quien, como dirigente del Buró de Organización, era el responsable de asignar los cargos en el partido y en el Estado.
En diciembre de 1922, Lenin escribió a Trotsky proponiéndole formar “un bloque contra la burocracia en general y contra el Buró de Organización en particular”[2]
Lenin inicia la batalla enfrentando a Stalin en la cuestión de las nacionalidades. El 30 de diciembre dictó lo siguiente a sus secretarias: “Se dice que se necesita un aparato unificado, ¿de dónde proviene esa afirmación? ¿No será del mismo aparato gran ruso que le tomamos al zarismo y que ligeramente engrasamos con aceite soviético?” expresó la necesidad de “defender a los no rusos del azote de aquel auténtico hombre ruso, del chauvinista gran ruso, en esencia, un bribón, un tirano, tal como es el típico burócrata ruso”, e insistió “la responsabilidad política recae, claro está, sobre Stalin y Dzerzhinski”[3]
El 4 de enero de 1923, escribió una posdata a sus escritos sobre la dirección, que es conocido como su testamento “el camarada Stalin al convertirse en secretario general, ha concentrado en sus manos un poder ilimitado, y no estoy seguro que sea siempre capaz de utilizar esa autoridad con cautela” y proponía que el partido “buscara la forma de remover a Stalin” de su cargo de secretario general.
El 5 de marzo escribió a Trotsky pidiéndole que defendiera a quiénes disentían con Stalin en el Partido Comunista de Georgia. El mismo día escribió a Stalin amenazándolo con romper toda relación con él.
Todo estaba orientado hacia el XII Congreso del Partido Comunista ruso, que se iniciaría el 30 de marzo. Según Trotsky: Ahora Lenin ya no se contentaba con preparar la destitución de Stalin del cargo de Secretario General, sino que se disponía a hacer que fuese descalificado por el partido. En todas las cuestiones que se planteaban: en la del monopolio del comercio exterior[4], en la cuestión de las nacionalidades, en la del régimen del partido, en la de la inspección obrera y campesina y en cuanto a la comisión de vigilancia, toda su preocupación sistemática y tenazmente manifestada, era encauzar las cosas de tal modo que en XII Congreso del partido, que había de celebrarse, pudiera asestar un golpe de muerte al burocratismo, al régimen de pandillaje, al funcionarismo, al despotismo, a la arbitrariedad y a la grosería, personificadas en Stalin.[5]
Pero fue una batalla que no pudo llegar a su fin, porque el 9 de marzo de 1923, Lenin tuvo un nuevo ataque que lo mantuvo paralizado hasta su muerte, el 21 de enero de 1924.
El Congreso fue postergado para abril a la espera de que Lenin se recuperase y pudiese participar. Stalin preocupado por el clima creado por las manifestaciones de Lenin, se había comprometido a modificar su documento sobre las nacionalidades y en el Politburó se aprobaron las tesis sobre economía y la industria de Trotsky.
Pero después del agravamiento de la enfermedad de Lenin, cuando se vio que no participaría del congreso, “la troika”[6] cambió de actitud. No se animaban a tomar medidas contra Trotsky quien tenía una gran popularidad en el partido, pero comenzaron acciones para desacreditarlo. A fines de marzo, la “troika” con el apoyo del Politburó lanza una carta a todos los miembros y candidatos al CC en la que enumeraban todas las diferencias con Trotsky. Una de las principales acusaciones era que con sus tesis (del informe sobre la industria) donde plantaba una mayor separación entre el trabajo partidario, estatal y económico “tendía una mano a aquellos que quieren liquidar el papel dirigente del partido”[7]
Mientras que Trotsky, planteaba sus diferencias sólo al nivel del Politburó, por lo que eran desconocidas por los delegados y no existió ninguna coordinación, en el Congreso, entre Trotsky y varios delegados que planteaban críticas similares.
Trotsky explica el porque de su actitud: La idea de un “bloque” entre él [Lenin] y yo para dar la batalla contra el aparato y a la burocracia sólo la conocíamos Lenin y yo. Las cartas de Lenin a propósito de la cuestión nacional y el “testamento” permanecían en el mayor secreto. Mi campaña se hubiera interpretado o al menos hubiera podido interpretarse, como una batalla personal para conquistar el puesto de Lenin al frente del partido y del estado. Y yo no era capaz de pensar en eso sin sentir espanto. Me parecía que ello produciría una desmoralización tal en nuestras filas, que, aun en el caso de que triunfase, pagaría el triunfo demasiado caro.[8]
Puede ser, que ese haya sido, como plantan algunos de sus biógrafos, el mayor error de Trotsky. Lo concreto es que el XII Congreso, lejos de dar el golpe final contra el burocratismo, como planeaba Lenin, terminó fortaleciendo a la “troika”.
La Oposición de Izquierda
El 8 de octubre de 1923, Trotsky envió una carta al Comité Central, en la cual atribuía el surgimiento de grupos en el partido a dos factores: “a) el régimen partidario radicalmente incorrecto y malsano al interior del partido y b) la insatisfacción de los obreros y campesinos por la grave situación económica causada, no sólo por las dificultades objetivas, sino por las flagrantes y radicales errores de la política económica”. Exigía que el “burocratismo secretarial” fuese reemplazado por la democracia partidaria en la medida que fuese necesaria para evitar que el partido fuese amenazado por la “osificación y la degeneración”. Y manifestaba que durante un año y medio venía dando esa batalla dentro del CC, y que ahora en vista de la crisis producida por las políticas aplicadas, se consideraba libre para llevarlas fuera del organismo.
El 15 de octubre, 46 líderes del partido enviaron un Manifiesto al Comité Central, donde hacían una fuerte crítica a la política económica y denunciaba que el partido estaba manejado por una camarilla burocrática que estaba apartando al partido de las masas.
La “troika” se vio forzada a abrir la discusión y anunció que el 7 de noviembre las columnas del Pravda se abrirían para publicar las distintas posiciones.
Poco después de abierto el debate el Comité Central de la Juventud Comunista apoyaba a la oposición. La mayor parte de las células estudiantiles declararon su apoyo a los “Cuarenta y seis”
Ante eso, la “troika” se dio dos tácticas. Por un lado, la persecución de los dirigentes de la oposición. Por ejemplo, Antonov Ovseenko, uno de los “Cuarenta y seis”, jefe del asalto al Palacio de Invierno en octubre de 1917, héroe de la guerra civil en Ucrania y jefe de los comisarios políticos del Ejército Rojo, fue destituido de su cargo y fue suspendido su voto. El Comité Central de la Juventud Comunista fue desintegrado y reemplazado por personas dispuestas a apoyar la línea de la “troika”.
Por otro lado, intentó neutralizar algunas de las críticas, identificándose con ellas. En una resolución aprobada por el Politburó y publicada el 7 de diciembre se condenaba: “La aguda diferenciación en la situación material de los miembros del partido”, “una estrechez de mira oficial”, “la burocratización que se ha venido observando en los puestos del partido” y hacíaun llamado a “la real y sistemática aplicación de la democracia obrera”.
El 11 de diciembre aparece en el Pravda, firmada por Trotsky, una carta abierta a todo el partido, donde llamaba a todos sus miembros a asumir las promesas contenidas en la resolución del Politburó. Decía que era necesario remover de sus posiciones de dirección a los “que, ante la primera palabra de crítica, de objeción o de protesta, hacen relucir los rayos de las penalidades…, el nuevo curso debe empezar por hacer sentir a cada uno que, de ahora en adelante, nadie se atreverá a aterrorizar al partido”
La aparición pública de Trotsky fortaleció a la oposición, él era el dirigente más popular después de Lenin y muchos de los grandes dirigentes del partido estaban de su lado: Preobrazhenski, Rakovski, Muralov, Sosnovski, Piatakov.[9] Pero la batalla se definió por el peso del aparato.
La “troika” enviaba a sus adictos de una fábrica a otra en automóviles oficiales. Los oposicionistas eran amenazados con la pérdida del trabajo o con el traslado a regiones lejanas. El peso del aparato aumentaba en las regiones alejadas.
Así, a pesar de que en las conferencias del partido en Moscú la oposición tuvo 36% de los delegados, en el XIII Congreso nacional, donde se definiría la discusión, que se realizó en enero de 1924, la oposición sólo tuvo 3 delegados sobre 218.
La prueba de fuerza de la “troika” fue contundente, y la oposición se vio obligada a renunciar a sus actividades. El XIII Congreso dio categoría de principio a una suspensión temporal de las tendencias dentro del partido y amenazó con expulsión a quien no cumpliese con esa norma. El nuevo régimen del partido fue resumido por S.I. Gusiev, un nuevo miembro de la Comisión Central de Control: “La autoridad se adquiere no sólo por el trabajo sino por el miedo. Y ahora la Comisión Central de Control y la Inspección de obreros y Campesinos han tenido éxito en imponer el miedo. En este aspecto su autoridad está creciendo”.[10]
La derrota de la revolución alemana- el socialismo en un solo país.
Esa derrota de 1923, de fue un golpe muy duro para la revolución rusa, que vio acentuado su aislamiento. En el XIII Congreso Bujarin planteó “la depresión psicológica tuvo una influencia extraordinaria en las filas de nuestro partido”.
La orientación equivocada de Stalin de no impulsar el levantamiento, así como la negativa al viaje de Trotsky a Alemania, contribuyeron a la derrota, pero la respuesta fue responsabilizar a la dirección alemana. Zinoviev, como presidente de la Tercera Internacional acusó a Heinrich Brandler[11] de oportunista y pidió que se lo bajara de su cargo de dirección. Trotsky fue atacado duramente por oponerse a esa destitución. Zinoviev con el apoyo de Stalin, extendía a la Internacional las prácticas que se venían aplicando en el partido ruso.
El debate dentro del partido ruso había concluido oficialmente. La Oposición de Izquierda pasó a ser definida como una “desviación pequeño burguesa del leninismo” mientras que Trotsky era tildado de semi menchevique. Esa campaña de 1924, marcó el inicio de la falsificación histórica. Al principio tímidamente y después en forma abierta, el papel de Trotsky en la insurrección y en la Guerra Civil fue disminuido, distorsionado, hasta que finalmente fue sacado de la historia.
Pero el ataque contra el “trotskismo” se centró en la Teoría de la Revolución Permanente. La “troika” comenzó a acusar a Trotsky de aventurero que trataba de embarcar a Rusia en peligrosos planes para expandir la revolución. Stalin fue mucho más allá. En septiembre de 1924, enunció una nueva teoría que revisaba todas las concepciones marxistas, la del “socialismo en un sólo país”. En síntesis, esa teoría decía que el socialismo se podía construir en la URSS sin tener en cuenta el curso de la revolución europea. Y planteaba que existían países maduros para el socialismo y otros que no lo estaban, la URSS era la única que estaba madura. Esa teoría servía para justificar su política de subordinar los intereses de la revolución mundial a los intereses inmediatos de la burocracia soviética.
En 1925, Trotsky fue relevado del cargo de comisario de guerra y fue nombrado presidente del comité de concesiones, jefe de las explotaciones electrónicas y presidente de la dirección científico-técnica de la industria. Según dice en Mi Vida, el objetivo era separarlo del ejército rojo y taparlo de trabajo para alejarlo de la actividad dentro del partido.
La Oposición Conjunta de 1926
La aplicación de la NEP[12] sirvió para reanimar la economía destruida por la guerra civil, pero dio origen a un sector de nuevos explotadores, centralmente en el campo, los kulaks, que tenían fuerza suficiente para también chantajear a las ciudades. Todo eso aumentaba el malestar social, a pesar de lo cual continuaba la política de capitulación a los kulaks
Kamenev y Zinoviev se fueron apartando de esa política, al tiempo que no aceptaban la nueva teoría del socialismo en un solo país. Por iniciativa de Kruskaia, la viuda de Lenin, organizaron un bloque para enfrentar a Stalin en el XIV Congreso (1925) pero fueron derrotados y apartados de sus cargos de dirección en el partido y en los soviets.
Esa nueva realidad creo las condiciones para ir a una oposición unificada entre la dirigida por Zinoviev y la dirigida por Trotsky.
En julio de 1926 la Oposición Conjunta presentó su programa al Comité Central. El CC rechazó sus propuestas y declaró ilegales sus reuniones. Lashevich, vicecomisario de guerra, fue destituido de su cargo y expulsado del Comité Central por haber hablado en un mitin de la Oposición Conjunta. Zinoviev fue separado del Politburó.
La Oposición apelaba a la base con panfletos y hablando en las reuniones de células, en las fábricas. En los mítines, debían enfrentarse a matones organizados que los silbaban y abucheaban. A pesar de eso, llegaron a tener 8.000 miembros. Probablemente esa fuera la misma cantidad de los miembros activos de la fracción de Stalin-Bujarin, la gran masa del partido estaba apartada de la discusión.
En octubre de 1926, el Comité Central expulsó a Trotsky del Politburó, a Kamenev se le privó de su condición de miembro candidato y Bujarin reemplazó a Zinoviev en la presidencia de la III Internacional. Eso provocó desmoralización en algunos miembros de la Oposición. Trotsky escribe en Mi Vida: “A comienzo de 1927, Zinoviev estaba ya dispuesto a capitular si no de una vez, por lo menos sí en varias etapas. Pero vinieron los acontecimientos catastróficos de China, en que el crimen cometido por la política de Stalin era tan evidente, que la capitulación de Zinoviev y de cuantos le seguían hubo de suspenderse por algún tiempo”
Expulsión y exilio
La política de Stalin llevó a la muerte de miles de comunistas chinos.[13] Trotsky exigió que la política para China fuese discutida a nivel de todo el PCUS. Como Stalin se negó, apeló al Comité Ejecutivo de la Internacional. En setiembre él y Zinoviev fueron expulsados del Comité Ejecutivo Internacional.
Stalin incapaz de soportar el debate sobre China, redobló sus ataques contra la Oposición, destituyendo o trasladando a sus dirigentes. El punto culminante fue el 7 de noviembre en la celebración del 10° aniversario de la revolución. La Oposición participó con carteles con sus propias consignas: “Lucha contra el kulak y el burocratismo”, “Acelerar la industrialización”, “que se cumpla el testamento de Lenin”, “Contra la división del partido, conservemos la unidad bolchevique”.
La columna de la Oposición fue atacada por grupos armados y el 14 de noviembre, Trotsky y Zinoviev, junto a cientos de miembros de la oposición fueron expulsados del partido. La Oposición Conjunta se divide. Zinoviev, Kamenev y sus seguidores capitulan[14]. No sólo aceptan las decisiones, sino que denunciaron a sus propias posiciones como “equivocadas y anti-leninistas”. Trotsky es exilado al Kurdistán.
Después de la expulsión de Trotsky, la Oposición de Izquierda se organizó como fracción del partido oficial y continuó la pelea por reformar al PCUS y a la Internacional. Sostenían que aún no existían fundamentos para afirmar que el proceso de burocratización fuese irreversible, que la vanguardia del proletariado mundial se concentraba en las filas de la Internacional Comunista y que la tarea de la Oposición era llegar a ellos.
La Oposición de Izquierda Internacional
En abril de 1930 se constituyó la Oposición de Izquierda Internacional. La integraban pequeños grupos. Los de España y Grecia se acercaban a los 2 mil miembros, en los demás países eran grupos de centenas o incluso de decenas de militantes. En su lucha por la regeneración de la Tercera Internacional, intervinieron en los procesos desarrollando una fuerte batalla por el Frente Único Obrero para enfrentar al fascismo y contra del Frente Popular.
Esa lucha por recuperar al partido mundial para a revolución llegó hasta 1933.
La victoria de Hitler y la muerte de la Tercera Internacional
Analizando la victoria de Hitler, Trotsky escribió: “Es inconcebible la socialdemocracia sin gobierno parlamentario y sin organizaciones de masas de los obreros, como los sindicatos. Por el contrario, la misión del fascismo es destruir a ambos, al parlamento y a las organizaciones obreras.
La unidad defensiva de los comunistas y socialdemócratas hubiera debido basarse en ese antagonismo. Pero dirigentes ciegos rechazaron ese camino. A los trabajadores se los dejó divididos, indefensos, sin planes ni proyectos ante un enemigo que atacaba”[15]
Aunque el peligro del fascismo no había conseguido despertar al partido alemán, Trotsky aún confiaba que la Komintern podía reaccionar. Pero el 7 de abril de 1933, la Internacional Comunista anunciaba: “La línea política del Comité Central del PCA, con Thaelmann a la cabeza, fue completamente correcta, antes y después del golpe de estado de Hitler”.
Eso fue determinante. En julio de 1933, Trotsky, llamó a construir una nueva Internacional marxista, independiente de la burocracia estalinista y completamente opuesta a ella, diciendo que sólo así se podría salvar el gran triunfo de 1917.
En octubre del mismo año, Trotsky llegó a la conclusión de que sólo se podría acabar con la burocracia estalinista con una nueva revolución, la revolución política. Las reformas del PCUS y de la Komintern, eran imposibles. Se había dado una larga y dura batalla y se había perdido.
La polémica sobre la fundación de la Cuarta.
En medio del avance del terror estalinista, de los procesos de Moscú, de los asesinatos de militantes, Trotsky desarrolló un gran combate por la construcción de la Cuarta. Entre los miembros de la ex Oposición de Izquierda Internacional, había resistencia a su fundación.
En mayo de 1938, Trotsky escribe una carta, a un camarada belga, respondiendo a los cuestionamientos que existían: (…) “Usted señala el hecho de que nosotros no hemos hecho todavía un análisis de la última fase del imperialismo, etc. (…) La relación entre la teoría y la práctica tiene no un aspecto, sino dos aspectos, es decir un carácter dialéctico. Nosotros estamos suficientemente pertrechados teóricamente para la acción, mejor que cualquier otra organización. Nuestra acción impulsará nuestro trabajo teórico, originará y atraerá nuevos teóricos, etc.(…) El proceso histórico no espera a la investigación marxista, ‘definitiva’, ‘completa’ y ‘exhaustiva’. Tenemos que tomar una posición sobre la Revolución Española sin esperar los estudios marxistas sobre España. La guerra nos exige una respuesta, independientemente de si, nuestros teóricos han producido o no uno, dos o tres volúmenes de trabajo de investigación (…) La teoría es muy importante; pero el fetichismo pedante de la teoría no sirve para nada.” (…) “Es preciso dedicar la mayor atención a los grupos de la clase obrera, vacilantes, inmaduros que se están moviendo hacia nosotros. Pero no podemos hacer concesiones de principios a los sectarios dirigentes centristas, que no quieren reconocer nuestra organización internacional, ni nuestra disciplina”
“¿Significa esto que usted quiere una internacional monolítica? Diría alguien con santo temor. No, nada de eso, replicaría yo. Toda la historia de la IV Internacional y de cada una de sus secciones muestra una constante, ininterrumpida y libre lucha de tendencias y puntos de vista. Pero como nuestra experiencia lo testimonia, esta lucha mantiene un sano carácter sólo cuando sus participantes se consideran miembros de una misma organización nacional e internacional, que tiene su programa y sus estatutos (…)” Por todas estas consideraciones, sostengo mi posición de que nos denominemos, así como somos llamados por los trabajadores y las clases enemigas, es decir ¡La Cuarta Internacional!”[16]
En el Programa de Transición se contesta una vez más a los diferentes sectores que cuestionan fundación de la Cuarta: “Los escépticos preguntan: pero, ¿ha llegado el momento de crear una nueva internacional? Es imposible, dicen, crear una Internacional ‘artificialmente’, ‘sólo grandes acontecimientos pueden hacerla surgir’ etc. (…) La Cuarta Internacional ya surgió de grandes acontecimientos: las mayores derrotas del proletariado en la historia.”
“La causa de esas derrotas está en la degeneración y la traición de la antigua dirección. La lucha de clases no admite interrupción. Para la revolución, la Tercera Internacional, después de la segunda, ha muerto. ¡Viva la IV Internacional”
“¿Qué es débil? Sí, sus filas no son numerosas porque todavía es joven. Por ahora hay principalmente cuadros. Pero estos cuadros son prenda del futuro”
“Si nuestra Internacional es débil numéricamente, es fuerte por su doctrina, su programa, su tradición, el temple incomparable de sus cuadros”
El Congreso de Fundación.
El 3 de septiembre de 1938, en una Conferencia realizada en París se funda la IV Internacional. Participaron diez secciones (URSS, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Polonia, Italia, Grecia, Holanda, Bélgica y Estados Unidos) más un delegado representando a Latinoamérica (el brasileño Mario Pedrosa). Por razones de seguridad Trotsky no participó de la Conferencia. Días antes había sido asesinado por la GPU Rudolf Klement[17]. El Congreso dura solamente un día, en él se aprueba el Programa de Transición.
Las presiones provocadas por el avance del nazismo y del estalinismo, llevan a la capitulación a diferentes sectores que en un primer momento se habían incorporado a la tarea de construir una nueva Internacional. Por ese motivo la Cuarta es fundada por lo que fuera la Oposición de Izquierda Internacional. Fue fundada como continuidad programática, metodológica, moral, de la Tercera Internacional, expresada en sus cuatro primeros congresos. Trotsky había insistido en la necesidad de su fundación, para conservar las bases del leninismo y poder responder al ascenso revolucionario que se daría después de la Segunda Guerra Mundial. El ascenso se dió, pero la Cuarta no cumplió ese papel.
Nahuel Moreno decía que la IV Internacional nació con una cabeza de gigante y un cuerpo de enano. El asesinato de Trotsky, dos años después, dejó sólo el cuerpo de enano. Una dirección sin experiencia que tuvo que enfrentar no sólo la guerra y el terror nazista, sino también el terror, las persecuciones, los asesinatos del estalinismo. Terminada la guerra, esa dirección se vio sometida a las presiones del estalinismo, la socialdemocracia, los movimientos nacionalistas burgueses, y no supo responder, lo que llevó a la dispersión.
Hoy nos encontramos con la contradicción de que, cuando la realidad confirma su programa, la Cuarta no existe como organización.
Esa ausencia se siente con fuerza en momentos en que vivimos la heroica resistencia palestina contra el genocidio sionista, las movilizaciones internacionales de apoyo a Palestina, la guerra de Ucrania contra la invasión rusa, las grandes movilizaciones de Bangladech, la de los jóvenes ingleses contra el fascismo.
Esa realidad confirma la definición estratégica que asumió la LIT-CI desde su fundación: ponerse al servicio de la reconstrucción de la IV Internacional, continuidad revolucionaria de la Tercera Internacional leninista, como única forma de avanzar hacia el triunfo de la revolución socialista mundial.
[1] Escuela de Cuadros- Argentina 1984, Crux Ediciones
[2] Diario de las secretarias de Lenin
[3] Lenin, Obras Completas, Tomo XXXVI
[4] Stalin había hecho votar en el CC (en ausencia de Lenin y Trotsky), una reducción de ese monopolio. Tanto Lenin (a pesar de ya estar enfermo) como Trotsky manifestaron su oposición y Lenin notificó a Stalin que Trotsky defendería su posición en la próxima reunión. Ante eso, Stalin retrocedió y el CC anuló su resolución anterior.
[5] Mi Vida, La enfermedad de Lenin, pág. 383. Editorial Pluma
[6] A fines de 1922, Stalin había formado un bloque con Kamenev y Zinoviev dentro del Politburó del partido bolchevique. Zinoviev dirigía la organización del partido en Petrogrado y Kamenev en Moscú, las principales ciudades rusas. Y Zinoviev era presidente de la Internacional Comunista. Ese bloque conocido como la “troika” que tenía la mayoría del Comité Central no se basaba en un acuerdo programático, sino en el apoyo mutuo para mantenerse como los principales dirigentes del partido
[7] Informe del XII Congreso del PC ruso, citado por Vadím Rogóvin en “Havia Alternativa ao stalinismo?”, pág. 146, Editora Sunderemann
[8] Mi Vida, pág. 384, Editorial Pluma.
[9] Preobrazzhenski: Principal economista bolchevique. Ingresó en 1903, dirigió la lucha clandestina en los Urales, en donde encabezó la lucha por la revolución y en Guerra Civil. Racovski: encabezó el primer gobierno soviético en Ucrania. Fue embajador soviético en Francia e Inglaterra. Muralov. Bolchevique desde 1903, dirigió a los Guardias Rojas en el asalto al Kremlin en octubre de 1917. Comandante del distrito militar de Moscú durante la guerra civil, miembro de la Comisión de Control del partido. Sosnovki, destacado periodista bolchevique, jefe de departamento de agitación y propaganda. Piatacov: Lenin dice en el “testamento” que era uno de los más destacados dirigentes de la joven generación.
[10] Citado por Dave Frankel en Historia de la Oposición de Izquierda.
[11] Principal dirigente del partido alemán.
[12] En 1921, el partido bolchevique había aprobado la aplicación de La Nueva Política Económica (NEP). Lenin la propuso como un mecanismo para levantar la economía soviética después de la destrucción de los años de la Guerra Civil, por medio de una limitada restauración del mercado libre. La idea básica era que el estado soviético mantuviese el control de los “centros decisivos” de la economía, mientras utilizaba el mercado para establecer un vínculo entre las ciudades y la economía
campesina. Los campesinos venderían el cereal voluntariamente a cambio de productos industriales que podrían comprar en el mercado.
[13] Stalin impuso la disolución del PCch en el Kuomintang, designando a su jefe, Chiang Kai Shek miembro honorario de la dirección de la Internacional. Después de la represión de Chiang Kai Shek que provocó la muerte de miles de militantes del partido, Stalin indicó la misma política en relación al Kuomintang de Izquierda
[14] A pesar de su capitulación, Zinoviev y Kamenev, acaban siendo condenados y fusilados en los procesos de Moscú.
[15] La victoria de Hitler– Escritos, 1933.
[16] León Trotsky, Escritos, Tomo IX, Vol. 2. Editorial Pluma
[17] Secretario de Trotsky, era uno de los responsables de la organización del congreso.