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Grecia

Memorándum en Grecia: ocho años que no dejan otra salida que la lucha obrera

septiembre 10, 2018

Dado por finalizado el proceso de “rescate” en Grecia ocho años después, sigue estando pendiente la suspensión de la deuda y la nacionalización de la banca. Es necesario hacer un análisis para entender qué está pasando en Grecia y por qué está pasando lo que está pasando en Grecia, y hacia dónde camina el país heleno, así como extraer conclusiones a modo de balance. Lo cierto es que nuestros vecinos permanecen en la sombra mientras la mayoría de la izquierda mira a otro lado.

Por Imanol B. 

El primer ministro griego, Alexis Tsipras, aseguró que el país saldrá del régimen del memorándum de rescate en agosto de este año tras ocho años de duros recortes y ajustes económicos, que parecen convertirse en su aclamada normalidad y estabilidad bajo el nombre de “recuperación económica”.

El nuevo memorándum (el tercero, votado por los parlamentarios de SYRIZA y ANEL, tras el acuerdo de agosto de 2015 y los pre-requisitos de mayo de 2016) sacrifica en el altar del superávit fiscal cualquier aumento del PIB que pudiera existir. La reducción del PIB en un 0,5% en el primer trimestre de 2017 acaba ya con las proyecciones optimistas de reducción del desempleo, que se habían incorporado en el presupuesto de este año. No es ninguna coincidencia que el crecimiento proyectado del PIB de 2017 en el medio plazo se limite a un 1,8%, muy por debajo del 2,7% previsto en el presupuesto estatal. Aún queda un cuarto memorándum, que incluye medidas que se han cualificado en el objetivo presupuestario a medio plazo del Programa 2018-2021, sin duda, destructivo para el pueblo trabajador griego.

Para poder explicar un presente al que no se le está prestando suficiente atención, es importante comentar que en 2016 Syriza reunió al Consejo de Ministros para preparar la cumbre extraordinaria de la UE prevista para una reunión en la que previsiblemente presentaría una nueva oferta de reformas para los prestamistas internacionales.

Se jugaba un partido muy importante: el de cuál sería la relación de Grecia y el gobierno de Syriza con la Unión Europea y la Troika; se dijo en tantas ocasiones en aquellos últimos meses que estábamos ante “la reunión más decisiva” que sonaba a exageración mediática. Pero esa fue verdad. A nivel institucional era en ese momento o nunca. Estaba en juego seguir sirviendo o no a los intereses del imperialismo.

Siempre insistimos en que si el gobierno de Tsipras hubiera buscado cambiar la situación del país realmente hubiera tenido que haberse apoyado en la lucha y movilización del pueblo griego para dejar de pagar la deuda y salir de la Unión Europea, dentro de la cual no hay salida para la clase trabajadora ni margen político-económico-social para defender y cumplir un programa de emergencia social que realmente solucione las necesidades (que se convierten en reivindicaciones) de la clase obrera, como son revertir la explotación, la injusticia, la miseria y la pobreza.

De aquel día dependía que Grecia siguiera siendo una colonia económica de la banca europea y mundial, y el hecho de que Grecia rompiera, pudo desatar una oleada de movilizaciones en otros países al ver que sí se puede, porque el pueblo griego depositó en las urnas el voto a Syriza para romper con el bipartidismo pero también contra el BCE, el FMI y la CEE, lo que viene siendo la Troika. Un voto de ilusión pero también de exigencia, por lo que el gobierno Tsipras tiene que responder a las expectivas que creó en el pueblo (porque sin el pueblo Syriza no hubiera ganado las últimas elecciones generales griegas) y cumplir su programa, no dar bandazos o giros a la derecha como ha hecho Podemos.

Si no hay exigencia en su momento, luego no se puede tener la misma legitimidad para poder denunciar las medidas y reformas de Tsipras, quien ha cumplido a orden y medida todo lo que se le ha requerido desde Europa sin rechistar. Varoufakis se desmarcó justo a tiempo, pero su propuesta de ‘’plan B’’ no deja de ser una propuesta light de democratización de las instituciones de la Unión Europea, evidentemente sin renunciar a su figura.

Sectores como Anticapitalistas depositaron su confianza en Syriza sin asteriscos: insinuaban hacer la experiencia con este joven y nuevo gobierno, alentando un “voto de confianza”.

Nosotros, en contraposición, queremos luchar y movilizar siempre, e independientemente, por ‘’muy de izquierdas’’ que parezca ese gobierno denunciar sus lamentables acciones de represión y recortes de libertades democráticas, así como el arrebatamiento de derechos conquistados.

Así, nos encontramos a una izquierda perdida en Nicaragua, incapaz de ver lo evidente y apoyando y justificando hasta límites insospechados las violentas intervenciones policiales de la dictadura Ortega al pueblo trabajador.

Durante todo un tiempo, el grueso de la izquierda europea (Podemos, Izquierda Unida, el Bloco de Esquerda. el Front de Gauche o Die Linke) presentó a Tsipras y a Syriza como los grandes héroes de la izquierda y como modelo a seguir frente a una socialdemocracia entregada al neoliberalismo y en caída libre. A día de hoy, sabemos que Tsipras ha aprobado las nuevas exigencias criminales de la Troika, entre las que se encuentran: nuevo hachazo a las pensiones públicas, una nueva reforma fiscal, nuevos recorte a las prestaciones sociales, deterioro de los derechos laborales, venta forzada a precio de saldo del patrimonio público al capital extranjero, traspaso de los créditos morosos de los bancos griegos (100.000 millones) a “fondos buitre” extranjeros… Tsipras, el sicario de los capitalistas europeos del que Pablo Iglesias nos intentó convencer (sin nunca repudiar) de que era la esperanza para los pueblos.

Ante este panorama, hay que anteponer la soberanía de Grecia frente al sometimiento a la Troika y a las políticas de austeridad que realmente viene del hecho de que todo el dinero del país se destine a pagar la deuda, lo que implica recortes, privatización, despidos, abaratamiento de salarios, desahucios… Así es como se explica la coyuntura actual, la situación político-económica de Grecia tras claudicar a los intereses de Merkel y compañía, tras no mantenerse firme.

Es decir, que no hay absolutamente NADA para las cuestiones realmente importantes, como la cuestión de la vivienda, empleo, mujer, sanidad, educación, pensiones…

En general, son necesarias medidas profundas que verdaderamente resuelvan las necesidades la gente, y en la coyuntura político-económica actual de Grecia, eso es imposible.

Cuando tienes una deuda, lo normal es que la cantidad a pagar vaya decreciendo con el paso de los meses.
En este caso es justo al contrario: pasan los meses y las colonias económicas de la UE (Estado Español, Grecia, Portugal, Chipre, Italia) cada vez deben más a la Troika por los altos tipos de interés, algo que se salda con recortes en educación, sanidad, dependencia, reforma laboral… Al final, queda una deuda externa eterna, impagable, hasta el punto de que ‘’los griegos soportan una deuda que casi triplica el valor de su PIB y que les obligará a obrar un “milagro económico” para pagarla antes de 2060’’, como comenta un artículo económico del diario digital Infolibre.

Esto evidentemente ha traído consigo consecuencias devastadores, y una crisis político-económica y social muy preocupante, para más inri, con medio millón de jóvenes griegos emigrando al extranjero, lo cual ha traído consigo un severo impacto en la economía helena. Así, el 4 de febrero de 2016 Grecia vivió la tercera huelga general durante el gobierno Tsipras, sólo un año después de su investidura. Sonadas han sido las protestas de los incesantes pensionistas.

Y eso lo estamos viendo muy bien en el Estado Español, Chipre, Portugal, Italia y esperemos que nunca más en Grecia, y es que como comenta Begoña Ramírez en Infolibre, ‘’el rescate a Grecia deja un país empobrecido que seguirá encadenado a una deuda ciclópea durante décadas’’, de hecho muchos de los planes comentados se empiezan a aplicar a partir de 2019.

Partiendo de que la UE es una cárcel de pueblos y una máquina de explotar a los trabajadores y trabajadoras, el gobierno griego no puede ser un mero gestor social de los recortes y la miseria. Syriza no quiso ser el cambio, sino el recambio a lo anterior, que ya estamos viendo todo lo que supone el neo-reformismo que se declara “ni de izquierdas ni de derechas” y que cree que desde las instituciones se puede revertir la situación.

Por eso insistimos tanto siempre en la cuestión del no pago de la deuda y la ruptura con la UE, y para ello no basta sólo con posicionarse públicamente y que levanten la bandera de la insumisión. Queremos hechos, no palabras, queremos que se apoye en la lucha para avanzar.

Tsipras en todo momento ha dicho que su mandato es de negociar y no de ruptura, y que la reestructuración de la deuda es necesaria para la salida de la crisis. Al señor Tsipras decirle que la deuda ni se negocia ni se reestructura: la deuda es ilegítima y NO SE PAGA. El pueblo (con grandes huelgas generales a las espaldas) les ha pasado por encima, así como a las direcciones de los viejos aparatos, porque las movilizaciones en Grecia tienen un ritmo acelerado y ahora mismo el gobierno sigue estando mucho más a la derecha que el pueblo.

Las cosas no se arreglan en despachos, se arreglan en la calle, que es nuestro terreno, el terreno de lxs revolucionarixs. Lo que sí es necesario ahora más que nunca es levantar un plan alternativo desde la movilización, al calor de las luchas, con un programa internacionalista y de clase, de emergencia social que incluya la ruptura con la Unión Europea y el euro y la suspensión del pago de la deuda.

Ahora más que nunca es necesaria la ruptura, no la “democratización” de sus instituciones, con la UE del capital, una cárcel de pueblos y máquina de explotar a lxs trabajadorxs. La única forma de parar el retroceso social es romper con la UE de los banqueros y luchar por una Europa de los trabajadores y los pueblos.

Frente al tercer rescate y la sumisión del gobierno Tsipras ante la Troika y la UE, frente a la subida de impuestos y bajada de las pensiones, frente al paquetazo en forma de privatización y recortes, frente a la traición al OXI…

LUCHA OBRERA, EL PUEBLO NO DEBE NADA A EUROPA NI AL GOBIERNO!

ANTE LOS INTERESES DE LA TROIKA Y DEL CAPITAL, NUNCA CEDER!!

 

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