Los trabajadores griegos vuelven a luchar

En los últimos meses, los trabajadores y el pueblo de Grecia protagonizaron tres importantes acciones de lucha. En noviembre pasado, llevaron a cabo una huelga general y movilizaciones de miles de personas por aumento de salarios y contra el aumento de costo de vida[1]. En febrero de 2025, cientos de miles de personas salieron a las calles de todo el país y chocaron con la policía en el aniversario de un gravísimo accidente ferroviario cuyas causas nunca fueron investigadas a fondo ni castigados sus responsables[2]. Finalmente, en abril, realizaron una nueva huelga general por los mismos reclamos que la anterior[3]. Entre 2009 y 2015, los trabajadores y el pueblo griego fueron la vanguardia y la referencia mundial en la lucha contra los planes de ajuste y sus consecuencias en el nivel de vida[4]. Ahora, están retomando ese camino de lucha.
Por Alejandro Iturbe
Para comprender mejor lo que se sucede actualmente, es importante hacer un breve resumen de lo sucedido en la historia griega reciente. Grecia es un país de 132.000 km2 y poco más de 10 millones de habitantes, ubicado al sureste de Europa, en la península de los Balcanes. Después de la II Guerra Mundial fue un país de desarrollo económico medio, por detrás de las grandes potencias europeas, pero que logró insertarse en el “juego grande” a través del transporte marítimo y los astilleros. El símbolo de la burguesía griega de la época fue el magnate Aristóteles Onassis.
En 1993, se constituyó la Unión Europea (UE) como una entidad supranacional política y económica. La principal potencia de la UE es Alemania, secundada por Francia. Grecia ocupaba un lugar muy subsidiario. Dentro de la UE, en 1999, se conformó la eurozona con los países que adoptaron como moneda común el euro, emitido y controlado por el Banco Central Europeo (BCE). Grecia adhirió a la eurozona en 2001 y al hacerlo renunció a su soberanía monetaria y financiera, que pasó entonces a ser dirigida desde el BCE.
En ese marco, Grecia pasó a importar la mayoría de los productos industriales. Su industria se redujo mucho y casi desaparecieron también sus astilleros y compañías marítimas. Para equilibrar su balanza de pagos, su principal fuente de ingreso de euros pasó a ser el turismo que, a su vez, impulsaba el comercio y la construcción.
Este circuito funcionó relativamente hasta el estallido de la crisis económica-financiera internacional, en 2007-2008. Por un lado, los ingresos por turismo disminuyeron mucho. Por el otro, el BCE, para sostener el euro, comenzó a realizar grandes “inyecciones de liquidez” y, para ello, obligó a los países a endeudarse, en especial a los más débiles, como Grecia y Portugal.
La crisis de la deuda con el BCE
En pocos años, estos países ya no tuvieron condiciones de pagar los préstamos. Se llegó así a lo que se llamó la crisis de las “deudas soberanas”, que transformó a Europa (especialmente a Grecia y Portugal) en el epicentro de la crisis económica internacional[5].
Para otorgar los “préstamos de salvatajes” que impidieran la quiebra de esos países, el BCE exigía feroces planes de ajuste, privatizaciones, ataques al nivel de vida de las masas, y el desfinanciamiento de la salud y la educación públicas. En ese contexto, en 2009 comenzaron las grandes luchas de los trabajadores y el pueblo griego contra estos planes de los gobiernos.
Entre 2009 y 2014, esas luchas rápidamente debilitaban y hacían entrar en crisis a esos gobiernos, que eran obligados a renunciar y a convocar elecciones generales[6]. En esos gobiernos se fueron alternando los dos principales partidos griegos (la Nueva Democracia, de derecha, y el PASOK, socialdemócrata) que quedaron muy desprestigiados, especialmente el PASOK.
Syriza
Es en ese contexto que se da el gran crecimiento de Syriza (acrónimo en griego de Coalición de la Izquierda Radical), fundada en 2004 por diversos grupos de izquierda de distinto origen (eurocomunistas, maoístas, trotskistas, socialistas democráticos e independientes) para intervenir en las elecciones legislativas de ese año. Syriza se presentaba con un discurso antisistema y opuesto a la supeditación a la UE y al BCE. En ese marco, sin embargo, el eje de su funcionamiento eran las elecciones, con el objetivo de lograr diputados y actuar dentro del sistema político griego.
En la medida en que la situación del país se radicalizaba, sus resultados electorales fueron creciendo a saltos. En 2004, lograron 3,1% de los votos y 6 diputados; en 2007, 5,05% y 14 legisladores; en mayo de 2012, 16,8% y 52 diputados; en 2014, llegó a 26,7% pero no pudo formar gobierno ya que había sido superada, por escaso margen, por la Nueva Democracia, que luego se alió con el PASOK para formar gobierno.
En diciembre de ese año obtuvo un resultado similar, pero al ser la fuerza más votada logró el “premio” de 50 diputados que otorga la legislación griega a la primera minoría. De esa forma, Syriza logró la mayoría parlamentaria y pudo formar su propio gobierno.
La traición del gobierno de Alexis Tsipras
En enero de 2015, el principal dirigente de Syriza, Alexis Tsipras, asumió como primer ministro de Grecia. Los trabajadores y el pueblo griego lo percibieron como una culminación de la lucha de los últimos años. Esperaban que el gobierno de Syriza terminase con los planes de ajuste impuesto por la UE y el BCE e iniciase un camino opuesto.
Por otro lado, estas instituciones europeas y el FMI (la troika) presionaban para que el gobierno de Tsipras firmase un memorando con un pan de ajuste y privatizaciones aún más duro que que los anteriores. Entre otras cosas, se establecía la privatización del puerto El Pireo, el principal del país. El gobierno de Tsipras estaba dispuesto a firmar el acuerdo (aunque quería “ablandarlo” un poco). Al mismo tiempo, era consciente de que la mayoría del pueblo griego estaba en contra de ese Memorando.
En ese contexto, convocó a un plebiscito para apoyarlo o rechazarlo. Este se realizó en julio de 2015. El resultado fue que más de 60% de los votantes lo rechazaron. A pesar de este contundente resultado, el gobierno de Tsipras decidió continuar las negociaciones con la troika, en la perspectiva de aceptar el memorando. Finalmente, el acuerdo se firmó en agosto de ese año y se aprobó en el Parlamento por amplia mayoría. De esta forma, el gobierno de Syriza traicionaba no solo el apoyo y las expectativas que había recibido del pueblo griego sino también la voluntad expresada en el plebiscito.
Es imprescindible hacer un balance sobre esta experiencia porque mostró con absoluta claridad cómo las organizaciones del tipo de Syriza (de lenguaje radicalizado pero integradas al sistema político burgués) cuando llegan al gobierno siempre terminan defendiendo los intereses del capitalismo y la burguesía.
Este proceso llevó a la salida del gobierno de Yanis Varufakis, el economista de Syriza y ministro de Finanzas, que renunció tras el resultado del plebiscito y luego criticó con dureza el acuerdo firmado[7]. Al mismo tiempo, desde la llamada Plataforma de Izquierda (una corriente interna de Syriza), se produjo la ruptura de 25 diputados con la organización, para formar un nuevo partido: Unidad Popular[8].
La decadencia política de Tsipras y de Syriza
Cuando el gobierno de Tsipras inició la aplicación de las medidas determinadas por el memorando, estableció un “corralito” bancario al estilo argentino y volvió a pagar la deuda externa. Comenzaron, entonces, una serie huelgas en el sector de la salud y la educación públicas, el transporte, y movilizaciones contra el ataque al sistema jubilatorio y la privatización de El Pireo[9]. Ante ello, el gobierno respondió con despidos de huelguistas, detención de manifestantes, etc., como cualquier gobierno burgués “normal”.
En los años siguientes, Tsipras y Syriza, comenzaron a hacer las maniobras típicas de estos sistemas parlamentarios burgueses (renuncias, elecciones anticipadas, coaliciones amplias), y de esa forma fueron el centro de varios gobiernos que continuaron aplicando los planes de ajuste.
Finalmente, en las elecciones generales de julio de 2019, como resultado de la decepción de los trabajadores y el pueblo griego con Syriza, esta organización fue derrotada por la Nueva Democracia, que formó un nuevo gobierno. En las elecciones de 2023, este tradicional partido burgués volvió a obtener el primer lugar. El retroceso electoral de Syriza se profundizó: solo sacó 18% de los votos y 47 diputados.
Tsipras y Syriza tuvieron el apoyo y la disposición de los trabajadores y el pueblo para cambiar la historia moderna de Grecia. Pero, por su concepción política, eligieron el camino de salvar el capitalismo y a la UE. Ahora son un partido más del sistema político burgués.
Los gobiernos de Nueva Democracia
Nueva Democracia asumió con gran parte del “trabajo sucio” hecho por los gobiernos de Syriza: la firma del memorando y la puesta en marcha de sus medidas. Se trataba entonces de profundizar y consolidar ese camino.
Poco después de asumir, en 2019, estalló la pandemia de Covid que generó una profundísima crisis económica internacional. Una vez terminado este período, comenzó una fase de recuperación y de crecimiento del PIB. La burguesía griega y medios imperialistas internacionales, como The Economist,argumentan que esto se debe al “orden en las cuentas” después del memorando y de la aplicación de los planes de ajuste impuestos por la troika[10].
Es cierto que la situación monetaria y financiera se ha estabilizado, que Grecia ha tenido una evolución económica un poco mejor que otros países de Europa, y que ha disminuido un poco el desempleo.
Sin embargo, los trabajadores y el pueblo griego no han obtenido nada de esta mejora. Si bien la inflación ha bajado en porcentaje y se ha estabilizado, continúa erosionando permanentemente el poder adquisitivo de los salarios. Al convocar las recientes huelgas generales, los sindicatos denuncian: “Desde los años de la crisis (financiera) hasta hoy el poder adquisitivo de nuestros salarios cayó un 60 %”.
Hay otro dato contundente que desnuda las mentiras del capitalismo y de los medios imperialistas: actualmente, Grecia tiene el segundo peor PIB per cápita (considerado un indicador del nivel de vida) de los países de la UE, solo por arriba de Bulgaria. Es contra esta realidad (resultado del sometimiento de Grecia a la UE, el BCE y el FMI) que los trabajadores y el pueblo griego retoman el camino de la lucha.
En 2015, en el momento más agudo de su lucha, sostuvimos que, para cambiar esa realidad, los trabajadores y el pueblo griego debían “dar vuelta la tortilla”. Que era necesario dejar de pagar la deuda externa y romper con la UE, el BCE y el FMI, como primer paso de un cambio desde las raíces en el país (una verdadera revolución socialista), y que esa lucha debía darse en unidad con los trabajadores y los pueblos de toda la UE[11]. Actualmente, esa propuesta conserva toda su vigencia.
[1] https://www.infobae.com/america/agencias/2024/10/22/grecia-parcialmente-bloqueada-por-huelgas-en-diversos-sectores/?gad_source=1&gbraid=0AAAAADmqXxRZeHDc5uGr0Kw_Z9tkN0eJl&gclid=CjwKCAjwq7fABhB2EiwAwk-YbAPyw3O11ce1Db_LSJfr15I89mDxmrR0qLapEHWuRbFJ8CSKMNEp9hoCXkcQAvD_BwE
[2] https://www.swissinfo.ch/spa/masiva-movilizaci%C3%B3n-y-enfrentamientos-en-grecia-por-el-segundo-aniversario-de-mortal-accidente-ferroviario/88944034
[3] http://rfi.fr/es/europa/20250409-huelga-en-grecia-por-mejoras-salariales-paraliza-el-transporte
[4] https://litci.org/es/un-proceso-revolucionario-en-curso-en-grecia/?utm_source=copylink&utm_medium=browser y
[5] https://litci.org/es/europa-como-el-epicentro-de-la-crisis-mundial/?utm_source=copylink&utm_medium=browser
[6] El sistema político griego es parlamentario: el partido o la coalición de gobierno deben tener mayoría de diputados en el Parlamento.
[7] http://litci.org/es/el-peor-acuerdo-de-la-historia-de-grecia/?utm_source=copylink&utm_medium=browser
[8] Ver “Un debate imprescindible con la izquierda de Syriza” en Correo Internacional (Tercera Época) No 13 (agosto de 2015)
[9] https://elpais.com/internacional/2016/02/03/actualidad/1454529190_370945.html
[10] https://www.portafolio.co/internacional/grecia-el-pais-del-ano-2023-segun-the-economist-estas-son-las-razones-de-su-eleccion-594635
[11] https://litci.org/es/hay-vida-fuera-del-euro/?utm_source=copylink&utm_medium=browser