La izquierda ganó las elecciones en Sri Lanka
Anura Kumara Dissanayeke, principal dirigente del JVP (sigla en cingalés del Frente de Liberación Popular) es el nuevo presidente de Sri Lanka, luego de derrotar en las recientes elecciones presidenciales a los otros 38 candidatos. La noticia ha tenido gran repercusión en los medios internacionales, en los que Dissanayeke y la JVP son presentados como “marxistas”. Han circulado videos y fotos del día en que asumió su cargo, con miles de adherentes al JVP desfilando con banderas rojas y grandes fotos de Marx y Lenin[1]. ¿Cuál es el significado de este hecho?
Por Alejandro Iturbe
Para responder esta pregunta, en primer lugar debemos recordar que en 2022 los trabajadores y el pueblo cingalés desarrollaron un fortísimo proceso revolucionario con huelgas, grandes movilizaciones, toma de edificios públicos y de residencias oficiales, que derribó al corrupto gobierno burgués de los hermanos Rajapaksa que dominaron la política cingalesa en el siglo XXI.
El site de la LIT-CI publicó varios artículos dedicados a analizar este proceso. En ellos presentamos numerosos datos sobre este país insular, pobre y semicolonizado, así como un repaso de su rica historia de luchas obreras y populares desde que se independizó del Reino Unido en 1948[2].
En ese momento, definimos: “hay un proceso revolucionario en curso cuya fuerza logró un primer triunfo (derribar un presidente) y así generó una profunda crisis en el régimen político burgués”. Pero la movilización no llevó a los trabajadores y las masas a tomar el poder, por la política de sus direcciones (incluida el JVP). Incluso analizábamos que “esta crisis no alcanzó el nivel de lo que denominamos ‘vacío de poder burgués’ porque siguió existiendo una institución de ese régimen (el Parlamento) que, si bien es cuestionada, aún es aceptada por los trabajadores y las masas, y no fue atacada en estos meses de lucha”.
Esta brecha fue utilizada por la burguesía cingalesa para sacar el proceso revolucionario de las calles y desviarlo primero hacia el camino parlamentario y ahora hacia estas elecciones presidenciales. En este sentido, la burguesía consiguió, hasta ahora, contener ese proceso revolucionario a través de los mecanismos de la democracia burguesa.
Al mismo tiempo, este resultado electoral refleja de modo distorsionado ese proceso de 2022 y sus aspiraciones. A través del voto a un candidato y una fuerza política que se presenta con banderas rojas y fotos de Marx y Lenin, los trabajadores y las masas cingalesas expresan “queremos el socialismo”. Al mismo tiempo, como veremos a continuación, el JVP jugó un papel muy importante en 2022.
El JVP y Dissanayeke
El JVP fue fundado en 1965 por la unión de sectores maoístas, estalinistas y nacionalistas de izquierda. En sus bases teóricas y programáticas reivindicaba la concepción de la “revolución por etapas”. Es interesante señalar que, desde 1935, existía en el país un fuerte partido trotskista (el LSSP) que llegó a dirigir una huelga general en 1953. En 1964 este partido entró a formar parte del gobierno burgués de Sirimavo Bandaranaike y se transformó en un partido más del régimen[3].
En 1971, el JVP encabezó un levantamiento armado contra ese gobierno, que fue totalmente derrotado. Volvería a intentarlo en 1987-1989 contra otro gobierno burgués y también fue derrotado. A pesar de esas derrotas, en esas décadas cimentó su prestigio de organización combatiente y revolucionaria.
En la década de 1990, siguiendo el camino de muchas organizaciones similares en el mundo, el JVP abandonó su política de “lucha armada” e inició un profundo giro para centrar su actividad dentro de la legalidad y de los procesos electorales. También fue abandonando puntos esenciales de su programa fundacional como la “abolición de la propiedad privada”[4]. A pesar de ello, mantuvo su visual de “banderas rojas y socialismo”. En los procesos electorales intervenía muchas veces en frentes con otras organizaciones (incluso burguesas).
Dissanayeke tiene 55 años y milita desde su época estudiantil en el JVP. Fue partícipe muy activo de su “giro legal”. En 2000 fue electo diputado, y entre 2004 y 2005 fue ministro de Agricultura durante la presidencia de Mabinda Rajapaksa. En 2014 fue designado como máximo líder del JVP, y como candidato en las elecciones presidenciales de 2019 obtuvo 418.533 votos (3,16%).
El JVP en 2022
Vimos que el JVP centró su actividad en los procesos electorales y parlamentarios y que, al mismo tiempo, mantuvo su “apariencia roja”. Así fue construyendo una fuerza militante de cierto peso.
Es con esa fuerza que interviene de modo muy activo en el proceso revolucionario de 2022. En especial, en el sector de las movilizaciones impulsadas por el “movimiento ciudadano” llamado Janatha Aragalaya (Lucha Popular). Este movimiento se inició con pequeños actos en los barrios, fue creciendo junto con el proceso y, luego, llegó a instalar de modo permanente la Aldea Gota Vete en las adyacencias de la sede presidencial. En este movimiento predominaban los jóvenes estudiantes y de sectores medios, con poca (o muy dispersa) presencia de trabajadores estructurales y sindicalizados que se movilizaban con sus sindicatos[5].
El JVP intervino en Lucha Popular a través de su organización juvenil y de su peso en la Federación Interuniversitaria de Estudiantes. Eso le permitió aumentar su prestigio e influencia y, al mismo tiempo, fortalecer mucho su fuerza militante. Otro elemento importante para analizar su reciente triunfo electoral.
Un gobierno de frente popular
Hemos dicho que el triunfo del JVP y su llegada al gobierno son un reflejo electoral “en delay” del proceso de 2022. En este sentido, las masas tienen el sentimiento de que han logrado un gran triunfo y de que están gobernando con Dissanayeke y el JVP.
Sus expectativas son que el nuevo gobierno aplicará todas las medidas necesarias para resolver las gravísimas necesidades socioeconómicas que sufren. En ese sentido, este gobierno puede ser definido como de “frente popular”, con las características analizadas por Trotsky en la década de 1930, en especial en sus trabajos agrupados en ¿Adónde va Francia?
Una de las características de un gobierno de frente popular es que la izquierda gobierna en alianza con sectores de la burguesía y dentro de los límites de las instituciones del régimen burgués y del sistema económico capitalista, sin ninguna intención de sobrepasar o romper esos límites.
En el caso de Sri Lanka hablamos de un régimen burgués al servicio de mantener el sometimiento del país al imperialismo. Hoy, el centro de ese sometimiento es el pago de la inmensa deuda externa contraída por los Rajapaksa, y los planes de ajuste y sus consecuencias para garantizar ese pago.
Dissanayeke ha dicho que su principal tarea es “la renegociación del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI)”. Es muy sabido lo que significan estas “renegociaciones” y los acuerdos que surgen de ellas. Baste recordar lo ocurrido con los gobiernos de Syriza, en Grecia, a partir de 2015[6].
El nuevo gobierno se dispone a seguir pagando la deuda externa y a cumplir las exigencias del FMI. En este marco, otras propuestas de su campaña, como “enfrentar la crisis económica, exacerbada por las severas medidas de austeridad implementadas por el gobierno anterior… reducir el costo de vida, junto con la expansión de programas de bienestar social” pasan a ser solo palabras vacías para engañar a las masas.
Al mismo tiempo, el JVP llama a la burguesía y sus viejos partidos, que llevaron el país y a las masas a esta situación de crisis económica y social, a gobernar juntos. Dissanayeke declaró: “Hemos comprendido profundamente que nos espera un país complicado. No creemos que un gobierno, un partido único o un individuo puedan resolver esta profunda crisis”.
¿Cuáles son las posibles perspectivas?
Lo primero que veremos en Sri Lanka es al nuevo gobierno y al conjunto de las fuerzas burguesas llamando a los trabajadores y a las masas a “tener paciencia y confianza” y “dejarlo gobernar”. Es posible, entonces, que las expectativas populares abran un tiempo de espera y tranquilidad, sin movilizaciones y luchas o con procesos calmos cuyo contenido sea “pedirle al gobierno” alguna medida.
Pero, más temprano que tarde, los trabajadores y las masas verán que han sido defraudados en sus expectativas, y sacarán la conclusión de que Dissanayeke y el JVP son “más de lo mismo”. A partir de allí, se abre la posibilidad de que vuelvan a luchar en las calles como lo hicieron contra los Rajapaksa. De modo similar a lo que ocurrió en Grecia con el gobierno de Alexis Tsipras y Syriza[7]. Es un deber de toda organización que se reivindique de izquierda impulsar esa respuesta de los trabajadores y las masas.
En el marco de este posible proceso de luchas, los trabajadores y las masas pueden ir comprendiendo que, para resolver los agudos problemas socioeconómicos que sufren, es necesario avanzar en medidas de fondo, como parte de lo que llamamos un Plan Obrero y Popular de Emergencia que, sobre la base de los recursos disponibles, fije prioridades en su utilización; en primer lugar, la satisfacción de las urgentes necesidades de los trabajadores y las masas (como las de alimentación y combustibles). Un plan destinado a romper el sometimiento del país al imperialismo, causa de fondo de la situación que están viviendo.
Este plan debe partir del No Pago de la Deuda Externa y el fin de las “renegociaciones” con el FMI, e incluir la expropiación de los bienes obtenidos legal e ilegalmente por el clan Rajapaksa y los otros clanes burgueses, la instalación de impuestos progresivos a la burguesía, y el control obrero y popular de la producción y de la cadena de comercialización.
Para impulsar y llevar hasta el final la lucha por este programa, es necesaria la construcción de un partido obrero socialista y revolucionario. Los trabajadores y las masas de Sri Lanka deben retomar la tradición y la experiencia de las primeras décadas del LSSP, al que ya nos hemos referido. La LIT-CI pone todas su fuerzas al servicio de esta tarea.
[1] Quién es y qué promete Anura Kumara Dissanayeke, el nuevo presidente de Sri Lanka | Perfil
[2] Ver por ejemplo Sri Lanka | Una revolución en curso derriba al presidente Rajapaksa – Liga Internacional de los Trabajadores (litci.org) y Sri Lanka | ¿Cuáles son las perspectivas después de haber echado al presidente Rajapaksa? – Liga Internacional de los Trabajadores (litci.org)
[3] https://litci.org/es/sri-lanka-el-dia-que-los-trotskistas-paralizaron-el-pais/?utm_source=copylink&utm_medium=browser
[4] «JVP clarifies policy on abolishing private property ownership»
[5] Para quienes tengan interés en conocer más sobre este movimiento y su rol en 2022, recomendamos leer el artículo “Sri Lanka: Se acabó el partido para los Rajapaksa”, escrito por Balasinghan Skanthakuma, en https://vientosur.info/sri-lanka-se-acaboel-partido-para-los-rajapaksa/
[6] Sobre lo ocurrido en Grecia, recomendamos leer la revista Correo Internacional N° 13, agosto de 2015.
[7] Ver https://litci.org/es/memorandum-grecia-ocho-anos-no-dejan-otra-salida-la-lucha-obrera/?utm_source=copylink&utm_medium=browser