La actualidad de Lenin a 100 años de su muerte
Por Nazareno Godeiro
Lenin murió el 21 de enero de 1924 a las 6:30 am, en las proximidades de Moscú, tres meses antes de cumplir 54 años. Llevaba 6 años en el poder, desde la revolución socialista de octubre de 1917, que instauró el poder de los trabajadores, el poder soviético en Rusia.
En el Segundo Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata ruso, en 1903, Plejánov, fundador del marxismo ruso, se refirió al joven Lenin diciendo: “De esta madera se hacen los Robespierres”, comparando a Lenin con el dirigente de la revolución francesa de 1789.
Esta comparación fue muy apropiada, ya que los dos fueron los principales dirigentes de las mayores revoluciones que cambiaron el mundo: la revolución burguesa en la Francia de 1789 (Robespierre) y la revolución proletaria en la Rusia de 1917 (Lenin).
Sin embargo, se puede afirmar, sin lugar a dudas, que Lenin fue el mayor revolucionario de la historia de la humanidad: la influencia de la revolución rusa alcanzó un tercio de la superficie terrestre y sus obras fueron traducidas a cientos de idiomas, en todo el mundo.
Lenin nació y creció en Simbirsk (actualmente Ulyanovsk), región central de Rusia, dominada por el río más grande de Europa, el Volga, y los Montes Urales, frontera natural entre Europa y Asia.
En esta región tuvieron lugar dos grandes insurrecciones campesinas (la de Stepan Razin, en el siglo XVII y la de Pugatchev, en el siglo XVIII), las primeras revueltas espontáneas de la revolución burguesa rusa.
Por eso, en Lenin Oriente estaban fusionados el Oriente y el Occidente. Su conocimiento universal estaba arraigado en profundas raíces rusas. Su sencillez franciscana[1] se combinaba con su experiencia en los países europeos, donde vivió y aprendió a hablar con fluidez francés, inglés, alemán, además de ruso, y leía y se comunicaba en italiano, latín, griego, polaco y checo.
Murió en el apogeo de su fama, respetado por millones de trabajadores en todo el mundo. Hoy, sin embargo, en el centenario de su muerte, su papel de dirigente comunista internacional está olvidado, despreciado, distorsionado y enterrado por el terremoto de la degeneración burocrática de la revolución rusa, que culminó con la restauración del capitalismo en todos los llamados «países “socialistas” (URSS, China, Europa del Este, Alemania Oriental, Cuba, etc.) en las décadas de 1980 y 1990.
Lenin no llegó a ver la burocratización del Estado soviético como hecho consumado, pero dedicó sus últimos seis meses de su vida a la lucha contra los primeros síntomas de este virus que se propagaba silenciosamente en los órganos del Estado y del partido bolchevique. Sus últimos escritos estuvieron dirigidos a esta lucha y su testamento indicaba la destitución de Stalin de la secretaría general del partido. Su último acto como dirigente político fue la ruptura de relaciones personales con Stalin. Su muerte prematura le impidió dar esta batalla hasta el final.
La revolución francesa también atravesó un proceso de degeneración y de restauración del régimen monárquico borbónico, que duró más de 40 años, de 1804 a 1848.
Así, la historia avanza a través de la lucha de clases, nunca por un camino recto, ni siempre en una dirección determinada de antemano.
Fue a partir de estas luchas de clases, especialmente de su culminación en revoluciones y contrarrevoluciones, en el siglo XIX, que Marx y Engels elaboraron una concepción materialista de la historia, la teoría marxista, una visión científica del mundo y de su transformación comunista a través de una revolución proletaria. .
Lenin bebió de esta fuente de manera privilegiada, ya que perteneció a las primeras generaciones de revolucionarios que abrazaron el marxismo: se convirtió en dirigente del movimiento revolucionario ruso a principios de la década de 1890, diez años después de la muerte de Karl Marx en 1883, y cuando Engels todavía estaba vivo.
Trotsky afirmó que genios como Lenin surgen cada 100 años, no como semidioses que ya nacen con una sabiduría innata, sino como productos de su época.
La época de Lenin fue un tiempo de transición de las revoluciones democrático-burguesas a las revoluciones socialistas.
Lenin era el hombre de las transiciones, siempre buscaba el movimiento de un proceso para impulsar la revolución.
Desarrolló la teoría marxista, estableciendo una conexión entre la revolución democrática (que quedó atrás) y la revolución socialista (que entraba en escena) en una combinación compleja y contradictoria[2].
La revolución democrática (anticolonial, incluso), vista como un fin en sí misma, separada y opuesta a la revolución socialista, es la ideología del reformismo, que se pasó para lado de la burguesía.
Lenin se enfrentó esta corriente internacional que traicionó al marxismo en la guerra de 1914, que se negó a luchar por la revolución proletaria, que se negó a impulsar las tareas democráticas como palancas para la revolución proletaria.
Los reformistas de todo tipo (representantes de la II Internacional socialdemócrata, a la que se unió el estalinismo en los años 1930) pararon en la estación democrático-burguesa, tratando, en vano, de “humanizar el capitalismo”, perfeccionar la democracia burguesa perfecta, ideología que esconde su completa capitulación al sistema imperialista.
Ya en el poder, predijo que esa corriente reformista internacional podría retrasar la transición del capitalismo al socialismo durante varias décadas. Dio en el clavo. Sin embargo, no imaginaba que este pronóstico se volvería secular, con la restauración capitalista en la ex URSS, China y demás Estados obreros degenerados y deformados.
Lenin, a través del partido bolchevique, utilizó todas las tácticas: alentó la lucha económica sin ser economicista, luchó por reformas sin ser reformista, participó en el parlamento sin ser parlamentarista, utilizó la guerrilla sin ser guerrillerista, participó en elecciones sin ser electoralista, hizo alianzas de todo tipo sin ser aliancista. Para él, toda táctica estaba al servicio de la estrategia: la toma del poder por el proletariado y la instauración de una sociedad socialista.
Tácticas, estrategias, programas y principios –la agitación y la propaganda– estaban conectados para desarrollar la conciencia de clase del proletariado y de los pobres de la ciudad y del campo sobre la necesidad de una revolución violenta para derrocar el capitalismo.
Por otro lado, la revolución proletaria, separada y opuesta a la revolución democrática, se convirtió en un dogma sin vida, es la ideología de los ultraizquierdistas, que se niegan a utilizar las demandas democráticas revolucionarias como palancas de la revolución socialista.
Por ello, Lenin identificó al ultraizquierdismo como un enemigo al que enfrentarse, aunque lo haya designado, en 1920, como una “enfermedad infantil del comunismo”:
“Porque pensar que la revolución social es concebible sin insurrecciones de las naciones pequeñas en las colonias y en Europa, sin explosiones revolucionarias de una parte de la pequeña burguesía, con todos sus prejuicios, sin el movimiento de las masas proletarias y semiproletarias inconscientes contra la opresión terrateniente, clerical, monárquica, nacional, etc.; pensar así, significa abjurar de la revolución social. (…) Quien espere la revolución social “pura”, no la verá jamás. Será un revolucionario de palabra, que no comprende la verdadera revolución.”[3]
Todo el aporte de Lenin al marxismo quedó plasmado en las resoluciones de los primeros cuatro congresos de la Internacional Comunista, en una lucha constante contra el oportunismo y el sectarismo al interior del movimiento obrero internacional.
Para quienes estén interesados en conocer toda su obra, ponemos a disposición, en PDF, de forma gratuita, los 55 volúmenes de las Obras Completas de Lenin en el enlace: https://phlalt.bibliotecaleontrotsky.org/lenin_completas/. Agradecemos al PSTU del Brasil que digitalizó los 55 volúmenes de las Obras Completas de Lenin en español, publicados por la Editorial Progreso, de Moscú.
LENIN Y SU OBRA, REUNIDA EN DOCE LIBROS TEMÁTICOS, QUE ESTARÁN DISPONIBLES EN 2024
Hoy, después de la degeneración estalinista de la URSS y de la restauración capitalista en los ex Estados obreros, observamos un intento de “volver a Marx” para revivir el marxismo.
Para eso, se intenta desvincular a Marx de Lenin y de la experiencia revolucionaria concreta del siglo XX. Sin embargo, esto es imposible porque Lenin no fue sólo un realizador práctico de la teoría marxista. Según Trotsky, en la Historia de la Revolución Rusa, “Lenin da a las ideas de Marx un nuevo carácter concreto y, por tanto, una nueva significación”.
Al convertirse en una realidad concreta en la URSS, la teoría marxista amplió sus horizontes y se enriqueció como la ciencia de la revolución. Ese enriquecimiento del marxismo en el siglo XX le debe mucho a Lenin.
Por eso, la LIT-CI utilizará las conmemoraciones del centenario de la muerte de Lenin para recuperar su contribución teórica y práctica al marxismo en las cuestiones fundamentales de la revolución proletaria, para que las nuevas generaciones puedan aprender con su experiencia.
Así, publicaremos 12 libros con textos de Lenin sobre temas específicos, durante 2024, extraídos de sus Obras Completas en 55 tomos. Cada libro tendrá un prefacio que actualizará los debates en el siglo XXI.
Este enero próximo ya pondremos a disposición el primero de los doce libros: “Lenin y la Asamblea Constituyente: institucionalidad y lucha revolucionaria”.
TÍTULOS DE LOS LIBROS SOBRE LOS 100 AÑOS DE LA MUERTE DE LENIN
1. LENIN Y LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE: INSTITUCIONALIDAD Y LUCHA REVOLUCIONARIA
2. LENIN Y EL IMPERIALISMO
3. LENIN Y LAS GUERRAS
4. LENIN Y LA OPRESIÓN DE LAS MUJERES
5. LENIN Y EL PARTIDO REVOLUCIONARIO
6. LENIN Y EL INTERNACIONALISMO PROLETARIO
7. LENIN Y LA CUESTIÓN MILITAR
8. LENIN, EL ESTADO Y LA DICTADURA DEL PROLETARIADO
9. LENIN Y LA CUESTION NACIONAL Y COLONIAL
10. LENIN Y LA FILOSOFÍA
11. LENIN Y LA RELACIÓN ENTRE DEMOCRACIA Y SOCIALISMO
12. LENIN Y LA LUCHA CONTRA LA BUROCRACIA “SOVIÉTICA”
Lo que nos motiva a realizar este trabajo es que Lenin, a pesar de ser el más grande revolucionario de la historia de la humanidad, es un ilustre desconocido para 99% de la humanidad e, incluso, para la mayoría de la izquierda mundial.
Las contribuciones de Lenin, propagadas por todo el mundo, quedaron, en general, desfiguradas por el estalinismo y por la socialdemocracia internacional.
Aprovecharemos entonces los 100 años de su muerte para recuperar las contribuciones de Lenin al marxismo en toda su magnitud.
OFRECEREMOS UNA BIOGRAFÍA “LA VIDA Y LA OBRA DE LENIN” EN 45 CAPÍTULOS, ENTREGADA REGULARMENTE EN EL TRANSCURSO DE 2024
Este libro biográfico estará dedicado principalmente a la obra teórica, programática y política de Lenin, a sus opiniones, tácticas, estrategias y métodos de acción. Presentaremos sus principales características personales, relacionadas con su vida militante durante el período en que escribió cada volumen.
Presentaremos, regularmente, los capítulos del libro “La vida y la obra de Lenin” correspondientes a cada tomo de sus Obras Completas, que cuenta con 45 volúmenes (más 10 tomos de cartas), con alrededor de 26.000 páginas en total.
En cada capítulo reseñaremos las principales obras contenidas en el volumen y las actividades de Lenin durante el período, ilustrando sus características personales y su desarrollo como dirigente del partido y del movimiento comunista internacional, así como sus relaciones con otros dirigentes revolucionarios de Rusia y del mundo.
Pondremos a disposición, gratuitamente, los capítulos en PDF, que puede ser descargados del enlace https://litci.org/es/lenin-100-anos/ y para cada capítulo haremos un podcast de presentación.
El libro “La vida y la obra de Lenin” se publicará en el transcurso de 2024 y toda opinión y sugerencia serán bienvenidas.
Traducción; Natalia Estrada.
[1] Lenin siempre vivió modestamente, incluso después de llegar al poder. En esto también se lo comparaba con Robespierre, conocido como el “incorruptible”. Ambos se negaron a utilizar los altos cargos gubernamentales para enriquecerse, como es muy común hoy en día. Lenin, como presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo, recibía el salario medio de un obrero, como todos los trabajadores de la Unión Soviética. Una vez, su secretario aumentó el salario de Lenin sin que él lo supiera. Recibió una advertencia pública de Lenin, bajo amenaza de despido sumario si se repetía el hecho.
[2] “La imaginación común capta la diferencia y la contradicción, pero no la transición de una a otra, y eso es lo más importante. Inteligencia y comprensión. La inteligencia capta la contradicción, la enuncia, relaciona las cosas entre sí, permite que «el concepto se haga transparente a través de la contradicción», pero no expresa el concepto de las cosas y sus relaciones. La razón pensante (comprensión) agudiza la indiferencia de la diversidad, la mera multiplicidad de la imaginación, y la transforma en oposición. Sólo cuando alcanzan la cúspide de la contradicción, las diversas entidades se vuelven activas y vivas en su relación entre sí, adquieren la negatividad que es el pulso inherente al automovimiento y la vitalidad”. Lenin, Cuadernos filosóficos, Obras completas, t. 29.
[3] LENIN. V. I. t. 30, Balance de la discusión sobre la autodeterminación – 1916, p. 56.