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Honduras: sobre la elección de la nueva Corte Suprema de Justicia

enero 26, 2016

Un importante debate se ha abierto sobre la elección de la nueva Corte Suprema de Justicia [CSJ] que caduca en su mandato el próximo 25 de enero. Las posturas que entran en debate se polarizan en dos temas: Sobre la continuidad o no de la actual CSJ, y sobre si la una nueva CSJ tendrá independencia respecto al gobierno de Juan Orlando Hernández (JOH) para impedir su continuidad en el Poder, o si por el contrario, consolidará el control de JOH sobre el Estado para los próximos 7 años. 

Por: PST Honduras

“Vieja” o “Nueva” Corte es un falso dilema por las siguientes razones: 1) La Junta Nominadora fue integrada por instituciones gubernamentales o controladas por el Partido en el gobierno; 2) todos y todas las candidatas(os) a magistrados seleccionados por la Junta Nominadora, fueron propuestos por instituciones de Estado y sectores no gubernamentales pro-gobierno y por tanto cuentan con el visto bueno de JOH, sin mencionar que los viejos integrantes de la actual Corte (algunos de los cuales se han postulado para la “nueva”) son sus incondicionales y contaría con ellas y ellos de prolongarse el mandato de la actual CSJ; 3) el proceso de selección tuvo anomalías como la exclusión de los abogados que no fueran Notarios, la no difusión de los criterios y de los resultados que llevaron a hacer la selección de la lista corta de los 45 nominados(as), un proceso de “audiencias públicas” que no indagó sobre la idoneidad profesional ni sobre los antecedentes éticos de los y las participantes, y lo peor, la no-exclusión de candidatos(as) públicamente cuestionados por sus prácticas golpistas, corruptas, o por haber violado las leyes y ser instrumentalizados por el crimen organizado.

Como puede verse, el proceso está viciado desde el principio y quienes se sometieron al mismo es porque están dispuestos(as) a seguir los lineamientos del gobernante. Por esta razón, de los 45 nominados no podría sacarse una CSJ “independiente” del gobierno actual o de las elites de Poder que lo sostienen.

Hay quienes creen que si el voto fuera “público” y no “secreto”, o que si las y los nominados se sometieran a “audiencias públicas”, JOH tendría menos posibilidades de lograr imponer a las magistradas y magistrados que pretende. Pero ese buen deseo no tiene asidero en la realidad. Debe tenerse en cuenta que el control de la Junta Directiva del Congreso Nacional es detentado por los mandaderos de JOH (gracias a la Alianza de liberales y cachurecos[1]) y estos no permitirán ningún mecanismo que ponga en riesgo sus pretensiones.

La correlación de fuerzas en el Congreso y la misma Constitución juega también a favor del gobierno. La “oposición” no reúne los votos necesarios para elegir una CSJ independiente del actual gobernante, y, por otro lado, no tiene un control real sobre sus propios diputados(as). El mismo partido de gobierno se jacta de que son pocos los diputados y diputadas de “oposición” que faltan de ser “comprados” por la danza de millones que utiliza JOH para asegurar una mayoría calificada. Pero aunque no lograra la cantidad necesaria de votos, JOH ya ha demostrado que tiene el suficiente nivel de arbitrariedad para imponer desde la Junta Directiva del Congreso, un resultado a su favor, aun cuando quede en minoría técnica  (tal como hizo con la aprobación de las reformas al RAP [Régimen de Aportaciones Privadas]). Y por si ese mecanismo le fallara, en la Constitución de la República faculta a la actual CSJ a continuar en funciones mientras el Congreso elige una nueva Corte, sin límite en el tiempo. Es decir, que en cualquier escenario, el oficialismo tiene las ventajas a su favor.

Aun en el poco probable caso de que la “oposición” lograra impedir a JOH dominar ese organismo del Estado, eso no significaría que el pueblo explotado y oprimido contaría con una Corte Suprema de Justicia preocupada por resolver los problemas de justicia que realmente preocupan a la población, en especial a la clase trabajadora. Si así fuera el PAC, LIBRE, el PINU-SD, y los diputados-as villedistas, hace tiempo que exigirían a la actual CSJ la solución de los conflictos laborales a favor de la clase trabajadora, la restitución de los derechos del magisterio, del campesinado y de los estudiantes, cercenados por este gobierno con los votos de esos mismos partidos. Si estuvieran interesados, hace tiempo habrían exigido el castigo a los violadores de derechos humanos, la derogación de las Ciudades Modelo, los paquetazos económicos, las sentencias desfavorables a las poblaciones garífunas, lencas, o a los movimientos ambientalistas, que cuestionan las concesiones de nuestros recursos naturales.

A los partidos de “oposición” no les interesan las preocupaciones del Pueblo. En lugar de eso, hemos visto a esos partidos apoyar al gobierno en muchos de esos temas, o hacerse de la vista gorda sobre los mismos. A ellos solo les interesa que la nueva Corte Suprema de Justicia no esté bajo control de JOH, y que se hagan reformas a la Ley Electoral y de las Organizaciones Políticas. Por su parte, la preocupación del gobierno es mantener el control político de la CSJ para continuar en total impunidad con su escandalosa corrupción y para asegurar su reelección. Es decir que, de ambas partes, todo se reduce a la aspiración de participar de la repartición del pastel. Esto es así porque todos esos partidos son pro-capitalistas y solo entienden por bienestar el bienestar de sus inversiones. Los problemas del pueblo les valen un comino.

Adicional a lo anterior, la llamada “oposición” en el Congreso Nacional, no solo es numéricamente débil sino que es políticamente incoherente frente al gobierno de JOH. Basta recordar que la mayoría de diputados-as del Partido Liberal  un sector del Partido LIBRE y hasta el mismo PAC, han apoyado en muchas ocasiones las iniciativas de JOH, como ocurrió con la aprobación de la Ley Marco de Protección Social (que le dio el tiro de gracia al IHSS [Instituto Hondureño de Seguridad Social]), o con la aprobación de los paquetazos económicos. El mismo líder de LIBRE, Manuel Zelaya Rosales, se reúne constantemente con JOH a espaldas de sus bases y de la misma dirigencia de LIBRE, para negociar favores políticos.

Por consiguiente, la clase trabajadora y, en general, el pueblo explotado y oprimido de Honduras no tiene nada que ganar con apoyar ni al gobierno ni a la “oposición” en este conflicto.

Impedir la continuidad de JOH en el poder, mediante su reelección, así como la solución de los problemas que aquejan a los pobres y oprimidos, no es algo que se decidirá en el Congreso Nacional con votos de los partidos de la burguesía. Se decidirá EN LA CALLE, mediante la lucha popular, organizando una Jornada Nacional de Lucha para impedir la reelección de JOH y para defender los derechos de los trabajadores y trabajadoras, tales como los derechos del magisterio, del campesinado, de la clase obrera, de la juventud, de los pueblos originarios y ambientalistas.

IMPEDIR QUE LA NUEVA CORTE SUPREMA SEA TÍTERE DE JOH, SOLO SE LOGRARÁ EN LA LUCHA POPULAR, NO EN EL CONGRESO.

POR UNA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA INDEPENDIENTE, SUMÉMONOS ESTE 25 DE ENERO A LA JORNADA DE LUCHA EN LOS BAJOS DEL CONGRESO NACIONAL. 

Tegucigalpa, M.D.C. 17 de enero 2016

[1] Cachureco significa fraudulento, tramposo. Se llama así a los miembros del Partido Nacional de Honduras.

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