A 7 años de JOH en el poder
Un balance puede desarrollarse desde diferentes ángulos, sin embargo, este análisis de los ocho años de JOH en el poder, bien puede ser resumido en una fotografía de la caravana migrante, que era, más bien, una procesión de la desesperanza de más de ocho mil hondureños que llevaban puestas sus perspectivas de cambio en otras tierras.
Por: Ovet Córdova
Un gobierno que atravesó muchas crisis
La movilización de diversos sectores sociales como los indignados, los estudiantes, los movimientos defensores de los territorios y en especial la insurrección poselectoral y la lucha de la plataforma golpearon muy hondo, debilitando las bases del régimen, al punto de desarrollarse paros nacionales que, a falta de una dirección revolucionaria, hubieran conseguido la salida del dictador, puesto que estos últimos, fueron verdaderos alzamientos populares que lograron en dos ocasiones la ruptura y paralización de la policía.
El régimen de JOH ha enfrentado importantes crisis en sus dos períodos de gobierno, provocando la configuración de un régimen inestable que basó su política en la represión y la criminalización a los movimientos sociales por un lado, mientras que por otro, estableció un pacto de gobernabilidad con Libre y los demás partidos que se auto definen de oposición, quienes a cambio han recibido cuotas de poder y participación en negocios mafiosos.
Una colonia del imperio
El régimen de JOH y su relación con el imperialismo ha acentuado el carácter colonial de Honduras con los Estados Unidos. A diferencia de otros países de la región, en Honduras los presidentes son elegidos por la embajada gringa, práctica que se realiza desde el golpe de Estado de 2009. Eso hace la diferencia entre una colonia y una semi colonia donde, las élites tienen cierto margen de decisión sobre la política nacional.
Se han implementado todos los planes económicos neoliberales para privatizar las empresas estatales como la ENEE, la entrega de los recursos naturales a las transnacionales al costo de desplazar a poblaciones enteras tal y como se pretende con la Ciudad Modelo en Roatán. Persecución y asesinato de los defensores de los bienes comunes, como lamentablemente a ocurrido con los lideres Garífunas del Triunfo de la Cruz que se han opuesto al saqueo de sus territorios. También la clase trabajadora vive sus peores años con la pérdida de importantes conquistas logradas en las últimas siete décadas, siendo la ley de empleo por hora, el medio que la burguesía encontró para implantar el trabajo esclavo en pleno siglo 21.
Corrupción y narcotráfico
En los últimos ocho años el país se ha constituido, a razón de los designios del imperialismo, en un narco Estado que se ha convertido en la ruta preferida de los cárteles de la droga. Este fenómeno ha provocado terribles consecuencias para la sociedad y la democracia hondureña ya que regiones enteras del país, al occidente y en el litoral atlántico son posesión indiscutible de estos grupos criminales. Honduras figuró entre los países más violentos del mundo, con más muertes per cápita que en naciones donde había guerras civiles, para el 2015 una persona era asesinada cada 90 minutos y el 90% de las muertes se quedan impunes. Y que decir sobre el financiamiento del narcotráfico a las campañas electorales del Partido Nacional y el Partido Liberal, siendo el primero en mención, el que ha sacado mayor provecho, al conquistar de manera fraudulenta las dos últimas elecciones presidenciales.
También la corrupción ha sido un lastre que ha crecido exponencialmente y que es lucrativo para los intereses de régimen y de los Estados Unidos debido a que esto beneficia el financiamiento de las campañas electorales y garantiza la constitución y permanencia de un gobierno claramente al servicio de los intereses del imperialismo en la órbita de la política nacional y regional. Así mismo, de la lucha contra la corrupción se desprendió uno de los movimientos sociales de mayor importancia en la última década, las movilizaciones de las antorchas que tuvieron un carácter nacional, fue necesaria la intervención de la OEA para desviar las protestas hacia la mesa de negociación. Este proceso de lucha, falto de coordinación y de una conducción independiente, conquistó las calles luego del reflujo provocado por la derrota del golpe de Estado y de la traición del FNRP que abandonó las calles para convertirse en partido político electoral.
El gobierno y las emergencias nacionales
A más de 10 meses de haberse decretado la cuarentena por la emergencia de la CoVid 19, el narco gobierno de JOH ha manejado la situación como una oportunidad de seguir desfalcando los fondos del Estado asignados para atender la misma. Una situación marcada por la negligencia, el latrocinio, este gobierno nos da una referencia de cómo se manejan las situaciones críticas dentro del sistema capitalista, siempre poniendo las ganancias de los ricos por encima de la vida de la población. Tampoco era de esperar una reacción a la medida, este gobierno se ha caracterizado por “institucionalizar la delincuencia”, cualquier oportunidad es buena para robar, sin importar la cantidad de vidas que se pierdan (hospitales móviles, mascarillas sobrevaloradas, compra de equipo médico inservible y sobrevalorado).
Por otro lado, se ha confabulado con los empresarios para hacer ataques feroces a los derechos de los trabajadores, se estima que alrededor de 250,000 trabajadores perdieron su empleo, y otros 450,000 se encuentran suspendidos, sin poder garantizar el sustento a sus familias. Las medidas paliativas tomadas por el gobierno son un chiste en comparación a las necesidades que atraviesa la población, programas de asistencia como “Honduras Solidaria” no cubren ni siquiera el 25% de la población hondureña (1 millón de bolsas de comida entregadas), a todo el desastre que ha sido el manejo de la pandemia hay que agregarle el azote de dos tormentas tropicales, que vinieron a profundizar y a precarizar la ya golpeada situación de nuestra clase, sobre todo en el Valle de Sula que resultó ser una de las zonas más afectadas y que es el eje económico del país, dejando a tres de sus ciudades más importantes bajo el agua y casi inhabitables por un buen tiempo, la cuestión del manejo de estos desastres naturales y los resultados de estos son responsabilidad del gobierno, puesto que al frente de las instituciones que deben manejar estas emergencias están personas totalmente incompetentes y serviles a los a los intereses de los grandes empresarios, una semana antes del embate de ETA, el gobierno ya tenía conocimiento de la magnitud de la tormenta y del desastre que iba a provocar y a dos días antes de que tocara tierras hondureñas el gobierno levantaba las prohibiciones de circulación e invitaba a la población a disfrutar de la “semana morazanica”, dando otro ejemplo de que no había otro interés más que el de asegurar las ganancias de los empresarios del turismo. Y ni hablar del tema de la vacuna, puesto que ni siquiera hay vacuna asegurada, mientras en países como Costa Rica ya reciben lotes de vacunas y avanza la vacunación de la población, en Honduras a penas se habla de una pequeña adquisición de vacunas por parte del Instituto Hondureño de Seguridad Social y que empezarían a aplicarse a mediados de este año, el resto de la población tendrá que esperar hasta finales del 2022 para poder recibir su dosis.
El estado endeble de la democracia
En Honduras los últimos gobiernos se han constituido por medio del golpe de Estado o a través de fraudes electorales y finalmente con la instalación de una dictadura; Las instituciones electorales están absolutamente corrompidas y cooptadas por el oficialismo, los procesos electorales son financiados por el narcotráfico, las leyes electorales jamás podrán garantizar elecciones democráticas y los partidos de oposición, siendo Libre uno de ellos, están coludidos con el régimen para mantener las cosas tal y como están.
Por otro lado, el régimen, al que hemos caracterizado como una dictadura inestable, se ha visto en la necesidad de conceder un espacio a las FFAA que se han convertido en una pieza importante para mantener en el poder al gobierno juanorlandista, como se pudo observar en la represión a las movilizaciones en la insurrección postelectoral y en los paros nacionales de la Plataforma en defensa de la salud y la educación. Ahora el ejército ocupa todo tipo de ministerios y gabinetes gubernamentales, está inmiscuido en el lavado de activos, negocios mafiosos y tiene participación en la actividad del tráfico de drogas, se han vuelto los escoltas de las rutas de drogas. Es una vuelta a la presencia que tenía en el oscuro periodo de las dictaduras militares que se establecieron previo a la llegada de los gobiernos civiles en 1982.
La bancarrota de la izquierda
La bancarrota ideológica de la izquierda hondureña es grave porque reniega completamente de la lucha de clases, la tarea de organizar y movilizar a la clase trabajadora contra los patrones está vedado, también lo está la lucha por la revolución y el socialismo. Se puede afirmar que el proceso de adaptación a la democracia burguesa por la que han transitado las organizaciones y partidos de izquierda que integran el partido Libre ha sido más veloz que la que experimentó la UD.
Tareas estratégicas
Es indispensable retomar la lucha en las calles por la caída de JOH, pero también de todo el andamiaje de la dictadura que él representa debido a que todas las instituciones del Estado están contaminadas por un régimen profundamente antidemocrático.
Así mismo, no es suficiente luchar únicamente contra el régimen, es importante desarrollar proceso de movilización para que los trabajadores reconquistemos los derechos que los capitalistas nos han arrebatado con la complicidad de la dictadura juanorlandista. Para ello los trabajadores precisamos de un partido revolucionario que defienda nuestros intereses de clase y nos conduzca por el camino de la lucha revolucionaria y por el socialismo.
Es indiscutible la construcción de un espacio de articulación que dirija las luchas por medio de métodos democráticos, consultando a las bases sobre el camino a seguir en la lucha. Por ello, es crucial hacer de este espacio de lucha, uno que tenga independencia política de los partidos de la oposición electorera ya que, las demandas que hay que levantar son propias de la clase trabajadora y van más allá de los intereses de estos partidos y de sus dirigentes.
Urge que los que seguimos queriendo sacar a la dictadura, nos organicemos en un espacio como en su momento lo fue la CNRP, que recoja las demandas más sentidas de nuestra clase y ejecute un plan de lucha para conquistarlas.
Partido Socialista de los Trabajadores
27 de enero del 2021