Israel: a Netanyahu se le complica todo
Por Alejandro Iturbe
El mes pasado, miles de israelíes se movilizaron en diversas ciudades del país contra el gobierno de Benjamín Netanyahu[1]. En Tel Aviv (capital de Israel), hubo represión cuando los manifestantes intentaron desbordar una barrera policial[2].
En esta movilización se sumaron dos reclamos, Uno de ellos es impulsado por los familiares de los israelíes retenidos por Hamas en Gaza desde su acción del 6 de octubre pasado. Estos familiares ya se habían organizado y se instalaron en un lugar del centro de Tel Aviv que pasó a ser llamado “plaza de los rehenes”[3] y recibían cada vez más apoyo. Inicialmente, exigían que el gobierno de Netanyahu los “trajera de vuelta a casa”.
La feroz ofensiva de Israel sobre la Franja de Gaza (a pesar de sus métodos genocidas) está empantanada y Netanyahu no consiguió liberar a los rehenes. Peor aún, una acción de rescate del ejército israelí mató a tres de esos rehenes “por error”[4] lo que generó una gran indignación en la población israelí. En ese marco, este sector ha comenzado a “reclamar un cese de fuego de cualquier tipo (transitorio o permanente), como propone Hamas, para que sean devueltos sus seres queridos”[5]. Un acuerdo de este tipo significaría una gran derrota para Netanyahu.
El segundo reclamo va mucho más a fondo: exige la renuncia inmediata de Netanyahu y su gobierno, la inmediata convocatoria a elecciones y la formación de un nuevo gobierno sobre una base política mucho más amplia que el actual como pidió Eyal Gur, líder de la organización Hogar Compartido[6].
Una ofensiva empantanada
El marco de fondo es que la acción militar israelí en Gaza está empantanada, a pesar de los casi 30.000 muertos que ocasionó, la destrucción de la infraestructura y los servicios, y el desplazamiento forzado de la mitad de la población palestina hacia el sur de este pequeño territorio.
Así lo evalúan los analistas sionistas más lúcidos, como Mario Sznajder, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Hebrea de Jerusalén: “Netanyahu, en efecto, en cuatro meses no logró ninguno de los dos objetivos que justificaron la pesadísima ofensiva militar en Gaza: ni aniquilar a Hamas, ni la liberación de los rehenes”[7].
Sznajder no se refiere a otro objetivo de Netanyahu: apropiarse del norte de la Franja de Gaza (donde está su principal ciudad). Para ello, forzó el desplazamiento de más de un millón de palestinos hacia el sur, hacia el paso de Rafah (que comunica con Egipto). Ahí sobreviven en una situación desesperante.
A pesar de ello, el ejército israelí ni siquiera ha logrado controlar totalmente el norte del territorio ni la ciudad de Gaza (ya casi destruida). En este punto, Sznajder apunta que “Apenas las tropas retroceden de alguna parte supuestamente limpia, los ‘terroristas’ reaparecen [desde] los túneles subterráneos que dicen que hay en Gaza”.
Se reabre la división en la sociedad israelí
´Por ello, ahora en un nuevo contexto, parece reabrirse una fuerte contradicción en la sociedad israelí que se había manifestado el año pasado con las movilizaciones contra la reforma judicial que quería aplicar el gobierno de Netanyahu[8].
Israel es un enclave imperialista construido artificialmente con población trasplantada (judíos provenientes de Europa y otros países) en un territorio robado al pueblo palestino y sobre la base de la expulsión violenta de los palestinos de sus casas y propiedades. Esta es la esencia del Estado sionista y de su población y marca su dinámica política porque, consciente de que vive sobre la base de este robo, está dispuesta a defender a Israel contra el “enemigo palestino” que quiere recuperar su territorio.
En ese marco, en las últimas décadas, hubo cambios profundos en la economía israelí y se desarrollaron muchas empresas privadas, especialmente en el sector de tecnología de seguridad, de software y sistemas en general, y también en rubros como farmacología y alimentos y bebidas. Las exportaciones de esas empresas tienen hoy un gran peso en la economía de Israel.
Surgió así un nuevo sector la población (empresarios y trabajadores) que defiende la usurpación que significó la creación de Israel pero, al mismo tiempo, aspira a que se transforme en parecido a un pequeño país imperialista europeo (próspero, democrático y sin conflictos).
Por ello, ven la necesidad de abrir negociaciones con los palestinos e incluso avanzar hacia la existencia de los “dos estados” que le otorgue a los palestinos un “mini estado” en Gaza y Cisjordania y así lograr una “paz permanente” con ellos.
Estas aspiraciones chocan con la política de “guerra permanente” de Netanyahu y su gobierno porque provoca un el creciente desprestigio de Israel en el mundo y fortalece la campaña BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones), perjudicando las exportaciones israelíes y trabando las posibles inversiones extranjeras que buscan esas empresas. Un choque que se expresó en las movilizaciones de julio pasado.
Netanyahu aprovechó el impacto de la acción de Hamas de octubre pasado y lanzó su nueva ofensiva sobre Gaza. Inicialmente neutralizó este proceso ya que logró el apoyo de una mayoría de la población israelí y una parte de las organizaciones políticas convocantes entraron a su gobierno.
Ahora que la ofensiva se ha empantanado (incluso, como vimos, algunos analistas del sionismo consideran que ya fracasó en sus objetivos) solo queda como saldo un gran repudio internacional a Israel y un aislamiento cada vez mayor. Por eso, esa grieta se ha reabierto como lo muestran las recientes manifestaciones.
Cada vez más aislado
En el plano internacional, la situación del gobierno de Netanyahu también empeora. Esto es consecuencia que su acción en Gaza generó un gigantesco repudio en las masas y un fuerte crecimiento de la solidaridad y el apoyo a los palestinos, expresado en movilizaciones masivas en muchos países, incluido EEUU (en última instancia, el gran respaldo de Israel). Esto obligó al gobierno de Joe Biden a proponer la negociación de un “alto el fuego” que, como vimos, Netanyahu rechaza de plano[9].
En Inglaterra, hubo una expresión específica de este proceso. George Galloway, principal dirigente del Workers Party (una organización de izquierda radical) fue electo diputado por el distrito de Rochdale con una “arrasadora victoria” sobre el candidato laborista (tradicional ganador en ese distrito) y el candidato conservador[10]. La campaña de Galloway tuvo como centro el repudio a la acción israelí en Gaza, el respaldo a la lucha del pueblo palestino y la crítica a los partidos tradicionales por su apoyo a Israel.
Este resultado tuvo tanto impacto nacional que “el primer ministro Rishi Sunakdio un mensaje televisivo diciendo que la democracia británica estaba siendo amenazada, exhortando a la unidad nacional y pidiendo a los manifestantes que vienen saliendo a las calles todos los sábados en las principales ciudades del reino que ‘no se dejen capturar por elementos extremistas”’.
Otro ejemplo, son las declaraciones que se vio obligado a hacer Lula, presidente de Brasil, un tradicional aliado y apoyador de Israel: en una conferencia de prensa comparó la acción israelí en Gaza con el “genocidio nazi” a los judíos europeos. Al mismo tiempo, Lula se alineó con Biden al solicitar un “alto el fuego”[11]. Pero fue una expresión de lo que decimos porque sus declaraciones generaron una fuerte crisis diplomática entre Israel y Brasil.[12]
Algunas conclusiones
Afirmamos que la “esencia” del estado de Israel no puede ser cambiada “desde adentro” por el carácter del conjunto de la población israelí que hemos analizado. En ese marco, es muy bueno que se produzcan divisiones y crisis política en su interior porque, en el marco de su ofensiva empantanada en Gaza, eso lo debilita aún más.
Al mismo tiempo, es extraordinario el gran proceso de gran repudio internacional de masas a Israel y las masivas movilizaciones en apoyo de los palestinos. Y que ese proceso golpee a los gobiernos que apoyan o son aliados de Israel, En ese marco, hoy es más necesario que nunca mantener y profundizar estas grandes movilizaciones de masas.
Al mismo tiempo, reafirmamos la propuesta que la única solución de fondo a la situación en Palestina es la construcción de una Palestina Unida Democrática y No Racista en todo el territorio de lo que fue el Mandato Británico de Palestina (del río [Jordán] al mar [Mediterráneo] como dicen los palestinos]. Esto que implica imprescindiblemente derrotar militarmente a Israel y destruir el estado sionista[13].
[1] Israel: miles de manifestantes piden la renuncia de Netanyahu | EL TERRITORIO noticias de Misiones
[2] https://www.youtube.com/watch?v=thjKXCCnRBs
[3] https://www.lanacion.com.ar/el-mundo/netanyahu-bajo-asedio-presion-de-los-familiares-por-los-rehenes-una-ofensiva-empantanada-y-reclamos-nid03022024/
[4] https://www.youtube.com/watch?v=R6jp-TouPfA
[5] Ver referencia 3.
[6] Ver referencia 1.
[7] Ver referencia 3.
[8] https://litci.org/es/74690-2/
[9] https://www.barrons.com/news/spanish/biden-dice-que-espera-un-alto-el-fuego-en-gaza-para-ramadan-e41d7485
[10] Cómo la guerra en Gaza cambió la política británica | Un outsider pro palestino derrotó a laboristas y conservadores en el norte de Inglaterra | Página|12 (pagina12.com.ar)
[11] Netanyahu reproduce el exterminio nazi ¡sí! Lula tiene que romper relaciones con el Estado genocida – Liga Internacional de los Trabajadores (litci.org)
[12] Crisis diplomática entre Israel y Brasil se agrava: declaran a Lula “persona no grata” por comentarios sobre Gaza (msn.com)
[13] Para conocer más de los análisis y posiciones de la LIT-CI, recomendamos leer la revista Correo Internacional No 26 (Diciembre 2023) en Maquetación 2 (litci.org)