Sáb Jul 27, 2024
27 julio, 2024

Netanyahu reproduce el exterminio nazi ¡sí! Lula tiene que romper relaciones con el Estado genocida

Por: Redacción PSTU Brasil

El domingo 18, el presidente Lula celebró una conferencia de prensa en la capital de Etiopía, Addis Abeba, y expresó su indignación por el genocidio en curso en Gaza, comparándolo con el holocausto nazi, y abogó por un alto el fuego inmediato y la libre entrada de ayuda humanitaria en la franja de Gaza.

El mismo día, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu declaró que comparar las acciones de los nazis en Europa con las acciones del Estado de Israel en Gaza era inadmisible, y calificó la declaración de Lula como antisemita (en este caso, discriminación contra los judíos).

Al día siguiente, el Estado de Israel montó una provocación y convocó al embajador de Brasil para «amonestarlo» en un lugar público, el memorial del Holocausto Yad Vashem en la Jerusalén ocupada, donde el ministro israelí de Relaciones Exteriores, Israel Katz, declaró que el presidente Lula es “persona non grata”.

El gobierno brasileño decidió entonces retirar a su embajador de Tel Aviv durante diez días, señal diplomática de desacuerdo con la provocación sionista.

Contra Netanyahu, el sionismo y la derecha abiertamente prosionista

Es necesario repudiar estas acciones diplomáticas de Netanyahu y del Estado de Israel que, de hecho, son un ataque y una provocación contra el Brasil y todos aquellos que critican a Israel. Vale recordar que el Estado de Israel es la correa de transmisión de los países imperialistas. También es ridículo que 91 diputados pidan el impeachment de Lula por esto. Sólo muestra el nivel de sumisión de parte de la derecha brasileña a la pauta sionista e imperialista. Además, el hecho de que 20 firmas de esta solicitud provinieran de la propia base aliada del gobierno debería dar que pensar. Sirve como alerta de la importancia de ser una oposición de izquierda a él.

No hay nada de antisemitismo en criticar el Estado de Israel. Y no hay nada en contra de que los judíos estén contra Israel, tanto es así que hay muchos judíos que se oponen a la política sionista y al Estado de Israel, más allá del desastroso gobierno de Netanyahu.

Netanyahu aislado

Esta controversia diplomática llega en un momento en que el gobierno de Netanyahu ha perdido la guerra por corazones y mentes en la mayoría de los países del mundo donde el genocidio israelí en Gaza es impopular. Además, Netanyahu cuenta con el apoyo de sólo 15% de la población israelí, y el fin del genocidio significará el fin de su gobierno y su juzgamiento por crímenes de corrupción.

Por eso Netanyahu quiere mantener el genocidio en Gaza a cualquier costo, así como expandir el conflicto al Líbano, Siria e Irán. Incluso en medio del genocidio, las manifestaciones de israelíes que piden la caída del gobierno de Netanyahu y nuevas elecciones crecen cada semana.

Además, los patrocinadores del Estado de Israel, como Estados Unidos y los países europeos, también enfrentan protestas obreras y populares. 

La política de Lula

Desde el inicio del genocidio en Gaza, el gobierno de Lula ha buscado una posición equidistante criticando tanto lo que él denomina “las acciones terroristas de Hamás” como el genocidio israelí. Además, en un coqueteo con los sionistas, Lula defiende la liberación de los prisioneros israelíes en Gaza, pero no dice nada sobre los miles de prisioneros políticos palestinos encarcelados por el Estado de Israel.

 Más de cuatro meses después, la cruel realidad en Gaza, con 29.000 muertos, nueve mil desaparecidos, más de cien mil heridos, hogares, hospitales y escuelas destruidos por la acción genocida israelí, enciende la solidaridad internacional con Gaza y obliga a varios gobiernos a realizar gestos simbólicos de desagrado. Este es el caso del presidente Lula.

Lula apoyó el pedido de Sudáfrica de llevar al Estado de Israel al banquillo de los acusados ​​ante la Corte Internacional de Justicia por el crimen de genocidio. También anunció la ampliación del financiamiento a la agencia de la ONU de asistencia a los millones de refugiados palestinos, la UNRWA. Y, ahora, la comparación de las acciones israelíes con las acciones nazis y el retiro del embajador brasileño por diez días. 

Estos gestos simbólicos son importantes, pero, a través de ellos, Lula busca atraer el apoyo del pueblo palestino y evitar una medida de ruptura con el Estado de Israel. 

El problema de la declaración de Lula es lo contrario de las críticas que recibe. El problema es que esta todavía es limitada. El pueblo palestino, en este momento, necesita mucho más. El reconocimiento de que hay un genocidio en curso debe ser acompañado de la ruptura de todas las relaciones diplomáticas, económicas y políticas con Israel. De lo contrario, sería similar a mantener relaciones con la Alemania nazi o la Sudáfrica del apartheid. Otro problema es que, ante un genocidio en curso, cualquier equiparación entre la resistencia del pueblo palestino y la violencia del Estado de Israel sirve al Estado de Israel.

En la historia de la diplomacia brasileña, la defensa del Estado de Israel siempre estuvo presente. Al principio, la línea diplomática de Osvaldo Aranha, de alineamiento incondicional con Estados Unidos, condujo al apoyo incondicional al Estado de Israel desde su formación. En los años 1970, durante la dictadura militar, el ministro Azeredo da Silveira mantuvo el apoyo al Estado de Israel pero hizo pública la posición brasileña a favor de la constitución de un Estado palestino al lado del Estado de Israel. Durante los trece años de gobiernos del PT, esta posición de dos Estados se mantuvo, pero el Brasil se convirtió en uno de los cinco mayores importadores de la industria armamentista israelí. Con Bolsonaro hubo un alineamiento incondicional con Israel, y ahora el gobierno de Lula busca que la política brasileña retome la defensa de los dos Estados y de crítica a las atrocidades israelíes.

La polémica sobre el Holocausto

El Holocausto nazi en Europa representó el asesinato en escala industrial de millones de judíos, gitanos, disidentes de izquierda y los pueblos de la ex Unión Soviética, en campos de exterminio y ejecuciones sumarias.

Sin embargo, este no fue el único holocausto en la historia. El holocausto nuclear de Hiroshima y Nagasaki es otro ejemplo. El conocido intelectual Mike Davis escribió “Holocaustos coloniales, la creación del tercer mundo” en el que denuncia el exterminio de 50 millones de personas. La periodista Daniela Arbex escribió “El Holocausto brasileño” sobre la tragedia del sistema de manicomios brasileño, en particular el hospital colonia de Barbacena.

De modo que el uso del concepto de holocausto no es exclusivo al exterminio nazi. Tampoco deberíamos comparar un holocausto con otro. Se deben combatir todos los holocaustos y respetar el sufrimiento de sus víctimas.

Lo que es necesario es entender lo que está sucediendo en la franja de Gaza. La deshumanización de las familias palestinas, su asesinato en masa, ya sea mediante bombardeos indiscriminados, ejecuciones en masa, o haciendo imposibles las condiciones de supervivencia en la Franja, se caracteriza como un holocausto. No es ni mayor ni menor que cualquier otro exterminio en masa. Por eso, organizaciones de judíos antisionistas y supervivientes del holocausto utilizan el llamado “Nunca más, para nadie más”. 

Rompiendo relaciones con el Estado genocida

Los palestinos enfrentan un genocidio y Lula no puede limitarse a hacer gestos diplomáticos. Es necesario que Lula rompa todas las relaciones diplomáticas, comerciales, militares e institucionales con el Estado de Israel, medida defendida por los movimientos de solidaridad con Palestina.

El PSTU llama a la clase trabajadora, las organizaciones sindicales, los movimientos populares, los grupos de Derechos Humanos y los partidos de izquierda a fortalecer la movilización en apoyo al pueblo palestino y a sumarse a la campaña para que Lula rompa todas las relaciones con el Estado terrorista de Israel.

Artículo publicado en www.opiniaosocialista.com.br, 19/2/2024.-

Traducción: Natalia Estrada.

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