Argentina. Contra la entrega y la sumisión: ¡Abajo la Ley Bases, el Pacto de mayo, el RIGI y el Protocolo antipiquetes!
Declaración del PSTU Argentina
El gobierno nacional con el apoyo de gobernadores de diferentes colores políticos ha logrado aprobar en la Cámara de Diputados y Senadores, leyes y dictámenes en contra del pueblo trabajador y la soberanía.
Estas leyes ponen nuestros recursos naturales y demás palancas productivas en entrega para profundizar el saqueo y la rapiña; por eso las grandes potencias extranjeras y sus multinacionales sean yanquis, europeas, chinas o brasileras ven a nuestro país como un botín de guerra al cual poder exprimir de una manera excepcional.
Un golpe a la clase obrera y los sectores populares
Para generar las condiciones al servicio del saqueo capitalista, se ha profundizado el ajuste en los hogares de nuestro país, los salarios mayormente de miseria, los despidos y suspensiones, las jubilaciones y pensiones de hambre, los aumentos en las tarifas de transporte, luz, gas, hacen que el costo lo paguemos nosotros, la crisis económica que los gobiernos y empresarios provocaron cae sobre las espaldas del pueblo trabajador.
Esto sumado a las reformas laborales que se han introducido en los últimos años por los acuerdos de los dirigentes sindicales con los empresarios. Hoy las reformas se ven plasmadas y profundizadas en la Ley Bases. A su vez se vuelve al impuesto a las ganancias en el salario de casi 1 millón de trabajadores y trabajadoras.
Sin duda por la traición de la CGT, la inacción de la CTA y otros gremios no federados en marco de una tregua general ha permitido que este golpe pase.
Incluso la CGT se retiró de la movilización antes de la votación, ayudando a la represión en la calle. El peronismo, por su parte, se conformó con votar en contra, pero no hizo nada para impedir la votación, ni movilizó para lograrlo.
Pasar de la defensiva a la ofensiva obrera y popular
No podemos quedarnos solo a soportar hambre, desocupación o rebaja salarial por suspensiones. Tenemos que organizar desde abajo con asambleas, coordinación y acción directa, forjar planes de lucha para construir un paro general activo. No podemos quedarnos de brazos cruzados ni menos resignarnos a la “realidad” que el gobierno y los medios de comunicación nos quieren hacer creer.
Debemos tomar los problemas en nuestras manos. Basta de creer ciegamente en las supuestas crisis en las empresas que con esa excusa suspenden, despiden, ofrecen retiros voluntarios o directamente cierran. Los trabajadores y trabajadoras necesitamos saber la verdad, para ver quién miente y quién no. Por ejemplo, deben abrir los libros contables, terminar el secreto comercial y bancario por lo menos de los últimos 10 años. Así sabremos donde cada empresario destinó las ganancias producidas por los trabajadores, si fue destinado en acciones de otras industrias, en inmuebles o campos.
También tranquilamente se podrán distribuir las horas de trabajo (sin rebaja salarial) y un salario básico acorde a la canasta familiar indexado automáticamente de acuerdo a la inflación.
Ninguna empresa se hace cargo del pasivo ambiental que generó en décadas; son ellos quienes deben garantizar la remediación ambiental, lo que daría miles de nuevos empleos en los que tranquilamente podrían trabajar hijos y familiares de los trabajadores de esas empresas y los desocupados de alrededores teniendo prioridad jóvenes y mujeres sostenes de hogar.
Lo mismo con las tarifas de los servicios o con la falta de alimentos: en el país del trigo y las vacas pasamos hambre. Hay que ir a las empresas a que se terminen los cortes de servicio por falta de pago, tarifas sociales para el pueblo trabajador y los pequeños comerciantes. Ir a las grandes cadenas de alimentos y frigoríficos para la entrega gratuita de comida y carne.
Mejorar nuestra forma de luchar
No solo nos quieren cercenar el derecho a huelga, sino que hay cientos de pedidos de desafueros a delegados sindicales, quieren penalizar el piquete para que no sea un instrumento de lucha.
Eso nos obliga a mejorar nuestra organización dentro y fuera de las fábricas o yacimientos, debemos empezar con fortalecer propia organización sindical y no significa tener más delegados, sino que debemos ampliar la organización con comités de fábricas con representantes elegidos en asamblea que complementen a los delegados, asambleas resolutivas, terminar con las reuniones a solas entre la gerencia y el sindicato, que puedan participar como veedores otros trabajadores, que ninguna acta se firme sin primero ser aprobada por la asamblea general del sector.
Formar comisiones de los familiares de los trabajadores, de solidaridad para unirse con las demás fábricas o empresas, tratar de mantener un propio órgano de prensa y difusión para contrarrestar las mentiras de los patrones y el gobierno. Sin olvidar por ningún momento que ante la represión se necesita conformar comités o grupos de autodefensa obrera las cuales deberán ser incorporados en los estatutos de cada organización.
Una cuestión de principios: luchar por las libertades democráticas
No podemos permitir el hostigamiento a las libertades democráticas, nadie nos regaló nada, a la dictadura militar se la tiró abajo con sangre obrera y popular, los 30.000 desaparecidos son el emblema de esa lucha.
Por eso ante cualquier reclamo sectorial hay que sumar la libertad a los presos por luchar contra la Ley Bases, los presos mapuches, el cese de persecución a ambientalistas, sindicalistas y también el desprocesamiento de Heber Hernández en Neuquén o la absolución de los condenados por la reforma previsional de Macri en 2017 y de los petroleros de Las Heras. Es fundamental que la defensa de las libertades democráticas la tomen todas las organizaciones obreras y populares del país.
Sacarnos de encima al imperialismo
Cada día que pasa vemos como se incrementa el sometimiento de las potencias imperialistas en nuestro país. El pago de la fraudulenta deuda externa nacional o de las provincias es una estafa al pueblo, el saqueo de los recursos sean mineros, pesqueros, petroleros o sojeros no tiene límites.
Por eso hay que dejar de pagar la deuda, expropiar sin pago a las multinacionales para estatizarlas bajo control obrero, a su vez recuperar la soberanía en la Hidrovía del Paraná y todo el litoral marítimo del Atlántico.
Es imprescindible lograr una Segunda Independencia y retomar la tradición de los pueblos latinoamericanos contra el imperio español tal cual hicieron San Martín, Belgrano, Bolívar y O’Higgins.
Por una salida de los trabajadores y las trabajadoras
Ya quedó demostrado que los diferentes gobiernos y espacios políticos patronales no han servido para el conjunto de la clase trabajadora.
El peronismo en todas sus variantes, que dirige amplios sectores de masas, juveniles, la mayoría de los sindicatos y movimientos sociales no ha tenido la voluntad de cambiar la situación, simplemente porque su ideología en la que pueden haber “patrones buenos” y que se debe confiar en ellos, nunca tuvo resultados ya que siempre somos los trabajadores el último orejón del tarro.
Tampoco la izquierda que tiene representación parlamentaria ha logrado ser factor determinante en el cambio social que se necesita.
Los trabajadores y trabajadoras necesitamos construir nuestra propia herramienta política, que tenga horizonte claro, en que la revolución social y la imposición de un gobierno obrero y popular sea el punto de partida para que podamos vivir en un país sin explotados ni oprimidos, para que de una vez la crisis la paguen los capitalistas responsables de esta situación.
Súmate al PSTU y la LIT-CI para ayudarnos a cumplir estos objetivos, porque son ellos o nosotros
¡Revolución o Colonia!