África del Sur: población negra aún sufre con el racismo

Esta es una historia de racismo en un país donde menos de 9% de la población es blanca. Es una historia increíble, aunque no tan increíble así para quien vive en África del Sur, cuando está relacionada con los trabajadores, los habitantes de las townships (villas de emergencia o favelas), u otros sectores populares. Es común oír en ese núcleo social que el apartheid no acabó. Lo que acabó fue la prohibición de los negros de frecuentar lugares reservados para blancos, como escuelas, parques, hospitales, shopping centers, etc. Para los que piensan así, y nosotros tenemos total acuerdo, el apartheid hoy es social. No hay empleo, no hay planes habitacionales, no hay saneamiento y no hay salud gratuita para todos, y muchos menos educación. Así, los negros sudafricanos viven una nueva forma de apartheid, el apartheid social.
Por: Cesar Neto
La propaganda de cosméticos y otras manifestaciones racistas
El lunes 6 de setiembre fue el día en que la red de farmacias Clicks lanzó una promoción para un nuevo y revolucionario producto para el cabello de las negras, el TRÈSemme, “el champú que va a dejar tu cabello tal cual el cabello de una persona blanca”, como divulgado en las propagandas. En realidad, el anuncio comparaba dos fotos de cabellos de mujeres negras con dos fotos de cabellos de mujeres blancas. Los cabellos de las mujeres negras eran descritos como naturalmente “secos y damnificados” e incluso “crespos y opacos”. Por su parte, el cabello de las mujeres blancas era “fino y lacio”, y “normal”.
Así, una afrenta a la dignidad de la mujer y a la estética negra. Sin embargo, este no es solo un caso aislado que ocurre en el país, pues hace poco tiempo la red de tiendas de ropas Hennes y Mauritz (H&M) hizo un anuncio de buzos de algodón para niños. En el cartel aparecía un niño negro vistiendo el bucito verde con la siguiente inscripción: “el monito más lindo de la selva”.
Quiero revelar algo a pesar de que no es usual plantear en un artículo experiencias personales, pero pido permiso para contar mi experiencia con el racismo en África del Sur, el lugar donde viví por dos años. Cuando llegué allá, quedé preocupado con la violencia xenofóbica y por eso busqué un órgano especializado en documentos para inmigrantes para informarme mejor sobre qué tipo de documentos debería llevar conmigo cuando estuviese en la calle o en lugares públicos. Y la respuesta dada por el funcionario fue inimaginable: “¡No se preocupe. Usted es blanco. Nadie va a pedirle documentos en la calle!”. Y fue lo que se dio, nunca nadie me pidió documentos en la calle ni sufrí cualquier tipo de abordaje policial.
La lucha contra el apartheid quedó por la mitad
La historia de lucha contra el apartheid en el África del Sur es una de las más bellas páginas de las luchas contra la opresión y la explotación que vivimos en los finales del siglo pasado. Actos de bravura, heroísmo y resistencia son contados en los libros y por los que lo vivieron. Nelson Mandela, por ejemplo, pasó 27 años preso, y no fue el único. Otros pagaron con la propia vida, como Steve Biko, Chris Hani, entre tantos. El ascenso del gobierno de Mandela y su proyecto de Nación Arco Iris trajo esperanza, pero falló.
Y la razón de haber fallado se debe exactamente al hecho de no haberse enfrentado con la estructura capitalista del Estado sudafricano. Los empresarios que usaban mano de obra semiesclava jamás recibieron punición, los que expulsaron a las poblaciones negras de sus tierras y las ocuparon no fueron penalizados, y la pobreza a que está sometida la mayor parte de la población negra, heredada del apartheid, nunca fue reparada.
Un poco sobre las empresas Clicks y Unilever, los actores principales de este caso específico de racismo
Para entender mejor este caso de racismo precisamos entender quien lo practicó. Vamos a ver entonces quienes son la Clicks y la Unilever, que produce el Trèsemme.
El Grupo Clicks es parte de la burguesía sudafricana blanca, racista, reaccionaria y que acepta la recolonización imperialista.
La red de farmacias Clicks posee en total 870 locales en todo el país; en África del Sur hay 821 y las otras 49 se encuentran distribuidas en Namibia, Botswana, Suazilandia y Lesoto. La gran mayoría de los 15.000 empleados son tercerizados y sin derechos laborales y, como consecuencia, la lucratividad de la Clicks es altísima. Tanto que el valor de sus acciones en el mercado es 33 veces superior al valor de sus instalaciones.
La empresa Clicks fue fundada en 1961, por lo tanto dentro del período del apartheid, y sin duda desde su origen es racista. Actualmente, las acciones de la empresa están divididas entre la familia fundadora (que tiene menos de 4% de las acciones) y los grupos de inversiones: Fidelity Management & Research Co., LLC; The Vanguard Group, Inc.; JP Morgan; Asset Mangement (UK) Ltd.; T. Rowe Price International Ltd.; Black Rock Fund Advisors; etc. La distribución geográfica de los accionistas está indicada de la siguiente forma: el porcentaje de 28,3% de sus accionistas está en África del Sur y Namibia; 41,1% en Estados Unidos y Canadá; 11,4% en el Reino Unido; 8,8% en Europa; y 10,3% en otros países. El informe de la Clicks a los accionistas dice que “Clicks Group probó ser cada vez más atrayente para inversores internacionales en la última década, y más de 70% de las acciones del grupo son ahora detentadas por gestores de fondos offshore”. Esa declaración a los accionistas es una demostración inequívoca de que se constituye en una burguesía sumisa al imperialismo, súper explotadora de los trabajadores negros y, peor aún, racista.
¿Y qué decir de la Unilever?
La empresa Unilever tiene una historia vinculada al genocidio practicado en la República del Congo por el rey belga Leopoldo II. Los hermanos Lever, ingleses y aventureros, recibieron más de 100.000 hectáreas de tierras a lo largo del río Congo, donde explotaron la palma africana nativa y utilizaron ampliamente la mano de obra nativa a través del trabajo esclavo[1]. Para ocupar las tierras recibieron el auxilio de la Fuerza Pública, una policía violenta y genocida, con mucha experiencia en la expulsión de las poblaciones originarias de la región.
Y fue así que nació el imperio Unilever: tierras gratis, explotación de las palmas nativas, y trabajo esclavo. Y esa acabó siendo la filosofía de la empresa en todo el mundo.
En este sentido, en su historia y actualmente, hay innumerables denuncias por trabajo esclavo, usurpación de tierras y abuso de poder económico contra el grupo Unilever, también conocido como Unikiller[2]. En 2017, la marca Dove, de la Unilever, publicó un anuncio en su página de Facebook que mostraba a una mujer negra transformándose en blanca. Con ese perfil, el actual caso de racismo es un hecho más en la historia de esta empresa que desde su origen es racista, espoliadora y genocida.
Pero esta vez fue diferente: ¡hay lucha!
El martes comenzaron las manifestaciones en las puertas de las farmacias Clicks. Y más de 40 locales fueron cerrados por piquetes de manifestantes. En siete locales, los manifestantes no solo cerraron la entrada como también saquearon e incendiaron uno de ellos.
Un video muy popular, “Clicks debe irse al infierno”, hecho por militantes de la organización populista EFF (Luchadores por Libertad Económica), muestra varias escenas de movilizaciones[3]. En otros videos de Twitter podemos ver a otros activistas derribando estanterías de la farmacia[4].
Preventivamente, la red Clicks cerró todos sus locales en todo el territorio sudafricano y publicó una nota pidiendo disculpas. Los manifestantes repudiaron el formal pedido de disculpas y siguieron cerrando la entrada de los locales con manifestaciones. Por tres días la empresa dejó de facturar porque se encontraba con las puertas cerradas.
La Unilever también publicó una nota formal pidiendo disculpas por el retiro de las estanterías por 10 días del producto Trèsemme de todas las farmacias y comercios del país.
La vergonzosa posición del gobierno sudafricano
El gobierno sudafricano, desde 1994, y en su amplia mayoría, está compuesto por políticos negros del CNA, de la central sindical COSATU y del Partido Comunista Sudafricano (PCSA). Como acción máxima se esperaba que el gobierno se pusiese del lado de los que luchan por la igualdad racial. Sin embargo, la triple alianza CNA-COSATU-PCSA que hoy gobierna el país, lo hace aplicando todas las medidas neoliberales del imperialismo y pone a la mayor parte de la población negra en situación de pobreza y miseria. Eso quiere decir que los dirigentes negros sudafricanos se tornaron un casta rica que se unió a los antiguos blancos y racistas del período del apartheid, que continúa explotando y practicando el racismo.
El ministro de Economía Tito Mboweni, puso un signo igual entre el acto racista del grupo Clicks y las manifestaciones contra la empresa por el pueblo negro que hace décadas y décadas sufre racismo dentro de su propio país. Según él: “La anarquía no es la fuerza motriz de la transformación. Es regresivo. ¡El racismo tampoco va a llevar a nuestro amado país adelante! Bakuninismo y racismo están en el mismo grupo de WhatsApp”.
El actual presidente Cyril Ramaphosa, también conocido como Carnicero de Marikana por su responsabilidad en la muerte de 34 mineros, el mismo día pidió calma a los manifestantes en el caso contra la Clicks, y dijo que él resolvería el problema. Considerando su actuación en Marikana, es mejor que los manifestantes desconfíen y pongan sus barbas en remojo.
Se inicia la lucha
Después de 26 años de gobiernos negros, que colaboraron (y colaboran) con la burguesía blanca, los negros sudafricanos comienzan a levantar la cabeza. Esa lucha no puede acabar, ella debe proseguir en las townships, en las escuelas de la periferia, y en las filas del desempleo que aumentan cada día, lugares estos donde la mayoría casi absoluta es negra.
El pueblo negro debe definitivamente romper con el gobierno del CNA, la COSATU y el Partido Comunista. Y elevar el grado de lucha contra el racismo, no aceptando declaraciones racistas, y, al mismo tiempo, luchando por vivienda, saneamiento, salud y educación gratuitas, y empleo para todos. No es posible continuar aceptando acciones de racismo y súper explotación, es necesario y urgente construir una sociedad más justa, solidaria, y sin patrones.
[1] DIAS, Hertz; FERNANDES NETO, Antônio; SANTOS, Adriana Gomes (org.). África: colonialismo, genocídio e reparação. São Paulo: Sundermann, 2019, p.78.
[2] http://www.eatnoshit.de/unilever.html
[3] https://www.youtube.com/watch?time_continue=189&v=bnSDYxZP4lM&feature=emb_logo
[4] https://twitter.com/Abramjee/status/1302891010478018561?s=20
Artículo publicado en www.pstu.org.br, 14/9/2020.-
Traducción: Natalia Estrada.