La Corte Suprema de EE.UU. acaba con las políticas de acciones afirmativas en las universidades
Este jueves (29/06), por seis votos contra tres, la Corte Suprema de los Estados Unidos de América decidió que las universidades estadounidenses ya no pueden usar la raza como criterio para admitir estudiantes. La decisión provino del juzgamiento de la acción contra la Universidad de Harvard y de Carolina del Norte presentada por la organización conservadora y racista Students for Fair Admissions – SFFA (Estudiantes por la Admisión Justa).
Por: Wagner Miquéias F. Damasceno, 1/7/2023
Con esta decisión, la Corte Suprema pone fin a una política de acciones afirmativas en la educación superior estadounidense.
En poco más de un año, el poder judicial estadounidense retira dos derechos emblemáticos de los trabajadores y los oprimidos. Esto se debe a que, en junio del año pasado, la Corte Suprema revocó la decisión del caso “Roe versus Wade”, de 1973, que garantizaba a las mujeres el derecho al aborto en Estados Unidos.
Al contrario de lo que comúnmente se piensa, en EE.UU. no existe una política de cuotas, sino una política de acciones afirmativas que entró en vigencia en 1978. Esa política surgió, justamente, en el centro de una decisión de la Corte Suprema sobre el caso Regentes de la Universidad de California vs. Allan Bakke. En la época, la Corte Suprema falló a favor de Bakke, un hombre blanco de 35 años que había sido rechazado dos veces de la facultad de medicina de la Universidad de California (UCLA) y responsabilizó por eso a la reserva de 16 lugares –en un universo de 100 vacantes– para estudiantes pobres, negros, indígenas, latinos y asiáticos tomados por UCLA.
Pero, a pesar de declarar inconstitucionales las políticas de cuotas raciales, en esa misma decisión, la Corte Suprema de Estados Unidos abrió la posibilidad de utilizar la raza como criterio para admisión en las Universidades. Ahora, la decisión tomada este jueves revió esa decisión.
Estados Unidos, un histórico de ataques a los negros
Estados Unidos de América es el país más rico y poderoso del mundo y no se cansan de reafirmarlo en las películas y series que vemos por ahí. Pero lo que se dice muy poco es que esa riqueza se construyó sobre la base de la explotación de los negros esclavizados y de los trabajadores.
Y allá, como en el Brasil, después de siglos de esclavitud negra, no hubo una política seria de reparación a los hombres y mujeres negros, con el fin de la esclavitud en 1865[1]. Al contrario, lo que hubo fueron décadas de políticas y leyes segregacionistas que recién fueron derrocadas en 1968, con la lucha por los derechos civiles. Las reservas de vacantes para estudiantes no blancos en universidades como la UCLA en la década de 1970 solo pueden entenderse como resultado de estas luchas contra la segregación racial.
Sin embargo, incluso antes de la decisión del jueves, las políticas de acciones afirmativas ya habían sido revocadas en varios Estados, como California en 1996, Florida en 2000 y Arizona en 2010. Y en los Estados donde desaparecieron las políticas de acciones afirmativas, disminuyó la participación de negros, latinos y asiáticos en las universidades y en el mercado de trabajo.
Un sistema universitario privatizado y excluyente
El sistema universitario estadounidense también es, históricamente, excluyente. El proceso de admisión a la universidad no es nada objetivo porque, además de pruebas, se exigen cosas como cartas de recomendación y de presentación. Y los estudiantes admitidos en facultades y universidades estadounidenses, ya sean públicas o privadas, deben desembolsar [mucho] dinero.
Por cierto, la privatización y la elitización del sistema universitario contribuyeron a la crisis de 2008: muchos trabajadores en EE.UU. se endeudaron e hipotecaron sus propiedades para costear los estudios de sus hijos.
Para conseguir pagar sus estudios, los jóvenes y trabajadores recurren a fuertes préstamos financieros. El resultado es que, hoy, más de 45 millones de estadounidenses tienen deudas estudiantiles que, juntas, suman 1,6 billones de dólares.
Y este endeudamiento es mayor entre los hombres y mujeres negros. Después de todo, la combinación de racismo, machismo y capitalismo empuja a los negros a los peores empleos y a las mujeres negras al fondo de la pirámide salarial. Según datos recientes, de 2015 a 2020, la deuda promedio de los estudiantes negros creció 51%, en comparación con aumentos de 24 % para los estudiantes blancos, 18% para los estudiantes asiáticos y 16% para estudiantes latinos [2].
Pero el día después de abolir la política de acciones afirmativas, la Corte Suprema anuló la condonación de U$S 400.000 millones de las deudas de financiamiento estudiantil.
Algunos analistas reformistas explican todos estos ataques por el carácter conservador e incluso reaccionario de la actual composición de la Corte Suprema de Estados Unidos, lo que no es mentira. Al fin y al cabo, además de su carácter naturalmente burgués y conservador, el republicano Donald Trump hizo su parte con el nombramiento de tres jueces más alineados con él. Sin embargo, el problema de este tipo de explicaciones es que, además de ser parcial, preserva al presidente demócrata, Joe Biden, de críticas y ataques.
En el caso de las deudas estudiantiles, el proyecto enviado por Joe Biden a la Corte Suprema contemplaba la suspensión de solo 25% del total de US$ 1,6 billones. Es importante recordar que la suspensión de las deudas estudiantiles era una de las banderas de la juventud negra estadounidense durante las elecciones que dieron la victoria a Joe Biden. Además, Biden mantuvo intacta la naturaleza privatista de la educación superior pública estadounidense, recordando a su correligionario Barack Obama, quien no se enfrentó con los conglomerados de la Salud e incumplió una de sus grandes promesas de campaña de crear un sistema público de salud.
Estas dos recientes decisiones de la Corte Suprema de los Estados Unidos revelan, una vez más, el carácter de clase de la justicia y que, bajo el capitalismo, ningún derecho es intocable para los trabajadores y oprimidos. Frente a esto, los jóvenes estudiantes negros, latinos y asiáticos, en unidad con la clase trabajadora, deben salir a las calles no solo para protestar contra la Corte Suprema sino también para denunciar la inacción y las traiciones del gobierno de Joe Biden.
– ¡Abajo el fallo de la Corte Suprema de los Estados Unidos contra las políticas de accióones afirmativas!
– ¡Por una política de cuotas raciales en Estados Unidos, ya!
– ¡Por la amnistía de toda la deuda de financiamiento estudiantil en los Estados Unidos, ya!
[1] “Andrew Johnson –con la fragmentación de la coalición liderada por el Partido Republicano– negó cualquier reparación a los negros y negras, que incluía la expulsión de las tierras que ocupaban los exesclavos y la prohibición de votar. En 1867, los llamados republicanos radicales logran imprimir un programa de Reconstrucción Radical, con la aprobación de la 14ª Enmienda en respuesta a los llamados códigos negros de los Estados del Sur que cercenaban las libertades de los negros. Amplían el acceso a la educación y el derecho al voto para hombres y mujeres negros. Sin embargo, la congruencia de intereses económicos y territoriales entre los capitalistas del Norte y los terratenientes del Sur, así como el miedo a las revueltas de blancos y negros pobres tras la gran depresión de 1873, hizo que demócratas y republicanos enterrasen la Reconstrucción, sin otorgar de hecho una política de reparación a los negros por los siglos de esclavitud en suelo estadounidense. Así se abrió el camino para el fortalecimiento del Partido Demócrata en el Sur y para el surgimiento de la organización terrorista y supremacista Ku Klux Klan”. Ver: https://litci.org/es/sobre-los-escritos-de-marx-y-engels-acerca-de-la-guerra-civil-americana/ . Consultado el 30 junio de 2023.
[2] Consulte: https://www.science.org/content/article/black-students-take-more-debt-and-get-fewer-slots-grants-data-show . Consultado el 30 junio de 2023.
* Wagner Miquéias F. Damasceno es miembro de la Secretaría Nacional de Negras y Negros del PSTU Brasil.
Artículo publicado en www.pstu.org.br
Traducción: Natalia Estrada.