Por una salida socialista a la crisis del Banco Continental
Después del desfalco al IHSS [Instituto Hondureño de Seguridad Social], la burguesía hondureña protagoniza otro escándalo al verse involucrada la familia Rosenthal en el lavado de activos con la banda de “Los Cachiros”. Como consecuencia, Yankel Rosenthal fue capturado y se le sigue un proceso judicial en Estados Unidos, mientras que US$ 20 millones de sus activos fueron congelados en ese país a partir del 7 de octubre del corriente año, por resolución de la Oficina del Departamento del Tesoro de Control de Activos Extranjeros (OFAC).
Por: PST – Honduras
El gobierno de Juan Orlando Hernández (JOH), fingiendo “proteger a los ahorrantes” de inmediato decretó la “Liquidación Forzosa” del Banco, a través de una resolución de la Comisión Nacional de Bancos y Seguros (CNBS). Eso significa el cierre del mismo, lo que afecta todo el capital de los Rosenthal en el país y no solo su segmento en el extranjero. Esto costaría el empleo a 11,000 trabajadores e indirectamente afectaría a unas 100,000 personas, entre familiares de estos y trabajadores de otras empresas que se verán afectadas por la medida. El gobierno trata de minimizar sus consecuencias diciendo que la pérdida “solo” equivale a 3.5% del PIB, pero aun si aceptamos ese dato, el impacto es tan brutal que directamente se liquida el equivalente a 14,300 millones de Lempiras (unos dos mil millones más que el actual presupuesto de Salud). Es evidente que la liquidación es toda una bomba económica y social.
La co-responsabilidad del gobierno
La posición del gobierno es hipócrita porque, aunque quiere aparentar lo contrario, estaba enterado de todo lo que ocurría. De hecho, la versión de Ethel Deras, presidenta de la CNBS, quien afirma que se enteró “una hora antes” del problema, se contradice con lo revelado por la rectora Julieta Castellanos, quien tras entrevistarse con ella afirmó que la CNBS ya sabía de la conducta anómala de los Rosenthal “meses antes”.
Nunca se les cruzó por la mente denunciar a esa empresa, mucho menos cerrarla. La razón es política: Los Rosenthal han sido aliados de JOH en los últimos años. En el Congreso Nacional los diez diputados liberales que obedecen a Yani Rosenthal, votaban siempre apoyando las iniciativas del Poder Ejecutivo. Todo era un canje de favores políticos por favores criminales. Por eso no extraña que no fueran requeridos en Honduras. Tan es así que el mismo día que la OFAC notificó al gobierno el encarcelamiento de Yankel Rosenthal, la primera reacción de la CNBS fue emitir un comunicado en el que establecía que “Banco Continental S.A. seguirá operando normalmente, para lo cual mantiene la suficiencia patrimonial adecuada para la realización habitual de sus operaciones nacionales” (Comunicado 7 de octubre).
Sin embargo, la estocada que le ha propinado el gobierno norteamericano a Banco Continental, con quien ya ninguna institución podría hacer negocios en Estados Unidos ni Honduras, prácticamente lo ha herido mortalmente y, en la lógica capitalista, ya no hay nada que hacer (claro, solo en esa lógica). El gobierno se justifica en ese hecho para no dar otra salida que sacrificar a su ex aliado y lanzarlo a que lo devoren los otros bancos del sistema, condenando a la miseria a miles de familias obreras; y, como tiro de gracia, ha nombrado al “trío maldito” de Vilma Morales –conocida mandadera de Banco FICOHSA–, Arturo Corrales Álvarez y Germán Leitzelar, como Junta Liquidadora, es decir, como los verdugos que decapitarán al Banco Continental. De esa forma, la clientela del Banco Continental sería acaparada por los otros grandes bancos y sus empresas adquiridas por estos, como los tiburones se avalanzan cuando huelen sangre. Pero eso no significa que estos otros bancos no sean menos delincuentes ni que estén exentos de seguir la suerte de los Rosenthal.
Una banca corrupta y criminal
La banca privada ha sido la mimada del capitalismo en Honduras. Ha sacado jugosas ganancias al Pueblo hondureño, sobre todo después de su liberalización en los años 90s, [y] especialmente después del Golpe de Estado de 2009. Los norteamericanos, tan hipócritas como la oligarquía hondureña, fomentaron esa liberalización hasta crear el monstruo que hoy castigan parcialmente. Los banqueros han hecho clavos de oro como los principales financistas de los gobiernos de Pepe Lobo y Juan Orlando, al grado que el Estado les adeuda más que a la misma banca internacional.
No bastándoles con eso, la banca capitalista ha sido la administradora de los recursos de las más grandes actividades criminales. Fueron estos bancos los que recepcionaron los 7 mil millones de lempiras desfalcados al IHSS para lavar el dinero al Partido Nacional. También lavan dinero del narcotráfico; por ejemplo, al Gerente General de Banco FICOHSA, Camilo Atala, se le sigue un juicio desde junio de este año en Panamá, también por “Lavado de Activos”; otros bancos como el Banco Atlántida, Banco Lafisse, Banco de Occidente y Banco Proamérica, están siendo investigados por agencias del gobierno norteamericano por el mismo delito, según denuncia del periodista David Romero Elner, y tarde o temprano van a seguir la misma suerte de los Rosenthal.
Por tanto, no se trata, como argumenta el gobierno, de un “caso aislado”, sino todo lo contrario: la banca hondureña vive de las fortunas que exprime al Pueblo, y de lo que lava a la delincuencia organizada, con la complicidad de la CNBS y del gobierno de JOH. En ese sentido, el problema no solo son los Rosenthal. Toda la banca capitalista es una amenaza para la economía nacional, pues chorrea sangre y crimen por todos sus poros, tiene secuestrada la economía nacional, y de seguir como va, conducirá a todo el país a más crisis y sufrimientos para sus trabajadores, para sus ahorrantes y para sus clientes menos afortunados.
Por supuesto, el gobierno de JOH es su principal aliado. No solo no los investiga, sino que trata de impedir que continúen las denuncias sobre las investigaciones que se le siguen. Ha llegado al extremo de elaborar una prohibición, a nombre de la Comisión Nacional de Telecomunicación (CONATEL), para que ningún medio de prensa siga difundiendo noticias en ese sentido, lo que constituye una verdadera amenaza a la libertad de expresión. Por eso, a largo plazo, parte de la solución es que termine la dominación de este gobierno enemigo del pueblo.
El doble rasero moral del imperialismo
Hay que decir que de todo esto, los gringos también son co-responsables y sacan su tajada. Las políticas desarrolladas por el régimen de JOH son resultado de las presiones que recibe de los organismos financieros internacionales, como el FMI, el BID y el BM para que se liberalice al máximo al sector bancario, abriendo aún más las puertas al capital de origen extranjero. Medidas como las que el gobierno de Estados Unidos toma contra los Rosenthal, y eventualmente las que podría tomar contra el resto de bancos, no se deben a “nobles” motivos sino a la necesidad de romper el cerrado mercado financiero hondureño, copado por tres o cuatro bancos súper poderosos. Los organismos financieros presionan porque el sector se transnacionalice aún más. Es que los dineros del narcotráfico son muy jugosos y los gringos no van a permitir que ese negocio se les vaya de las manos, si pueden tenerlo. Para el imperio, el problema no es el narcotráfico sino si ello se benefician o no. Basta recordar que en los mismos Estados Unidos, bancos como Wells Fargo, Bank of America, Citigroup, American Express y Western Union, lavan dinero del narcotráfico y siguen operando como si nada. Con ese rasero “moral” los norteamericanos “castigan” a la banca nacional.
Estas presiones han aumentado drásticamente, principalmente desde la firma del acuerdo stand-by con el Fondo Monetario Internacional, quien de tanto en tanto viene a supervisar el “buen” funcionamiento del país. Cada vez que viene, las empresas públicas son privatizadas, los empleados despedidos, los sistemas de pensiones saqueados y, ahora, los bancos cerrados. Precisamente en estos días está por estas tierras una Misión del FMI. ¿Causalidad? Por eso sigue siendo vigente la necesidad de liberar a nuestro país de sus yugos y de la intervención imperialista. No se trata de “proteger” a esta banca nacional parasitaria, corrupta y usurera, sino que sean los ricos quienes paguen la actual crisis económica, porque ellos la originan y se benefician de la misma, no los trabajadores. El primer paso para lograr esto sigue siendo el rompimiento inmediato con el FMI y por dejar de pagar de la Deuda Externa.
Una salida socialista: nacionalizar toda la banca y pasarla a sus trabajadores
Por lo antes expuesto, la solución para este problema no consiste en destruir fuentes de trabajo, como hace la “liquidación” forzada o voluntaria, ni en pasar los activos de un grupo de capitalistas a otro, menos si son transnacionales, como quieren los gringos. No consiste en que el gobierno se haga de la propiedad de las empresas quebradas ni quede administrándolas porque terminarán siendo saqueadas como hace con toda empresa que toca. Tampoco consiste en dejarse atontar por las lágrimas de cocodrilo de explotadores como los Rosenthal, a quienes en realidad no les interesa el bienestar de sus trabajadores, sino utilizarlos para que el gobierno les ceda la “liquidación voluntaria” que les permita ganar tiempo y negociar una salida que mejor convenga a sus intereses, para luego dejar vendidos a sus empleados.
La solución no puede hallarse en la lógica capitalista sino rompiendo con esa lógica. La solución está en la clase trabajadora. Según la burguesía, no hay empresa si no hay un capitalista al frente. Para los socialistas, son los trabajadores quienes generan la riqueza social, no los empresarios; estos solo se apropian del fruto del trabajo ajeno y lo derrochan en lujos y “negocios turbios”. Entonces, las empresas pueden y deben ser dirigidas por los trabajadores y trabajadoras organizados/as.
Desde el PST consideramos que la única salida viable que existe es la expropiación de todas las empresas del Grupo Continental, su nacionalización y el completo control obrero sobre las mismas. Asimismo, todas las empresas que son parte del Grupo Continental deben pasar a manos de sus trabajadores, y las tierras en propiedad de la familia Rosenthal deben pasar a los miles de campesinos y campesinas pobres sin tierra, para que estos la hagan producir y reactiven el agro hondureño. Similar solución debe diseñarse para toda la banca nacional y transnacional, la cual debe también ser nacionalizada.
Por tanto, el banco y las empresas del Grupo Continental no deben ser liquidadas de ninguna manera sino traspasadas a sus trabajadores. Nadie mejor que ellos las conocen y pueden administrarlas colectivamente, así como los campesinos y campesinas pueden organizar grandes empresas cooperativas y empresas asociativas en esas tierras.
Claro está, ni el gobierno ni los banqueros estarán a favor de esta salida. Solo puede ser llevada a cabo por los trabajadores mediante la lucha y de la manera más democrática posible. Por eso llamamos a todos los trabajadores y trabajadoras de las empresas del Grupo Continental a organizar grandes asambleas desde donde se decidan acciones de presión para lograr la nacionalización, como la toma de dichas empresas, y a diseñar democráticamente el plan que conduzca a su expropiación, nacionalización y al pleno control obrero de las mismas.
El llamado también es a todas las organizaciones del movimiento social y popular, al movimiento de los indignados y al pueblo en general, a acompañar y solidarizarse militantemente con los trabajadores del Grupo Continental y con los ahorrantes, ante los intentos de ambos bandos de despojarlos de todos sus derechos.
¡Todo el apoyo a las y los trabajadores del Grupo Continental!
¡Ninguna confianza en el gobierno ni en los Rosenthal!
¡Por la nacionalización y control obrero de las empresas de Grupo Continental!
¡Ruptura de los acuerdos con el FMI!
¡Abajo el régimen de JOH!
Comité Ejecutivo del Partido Socialista de los Trabajadores
13 de octubre de 2015