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Venezuela

Venezuela y la continuidad del ajuste antiobrero y antipopular

diciembre 17, 2022

Entre la devaluación, la destrucción del salario y la necesidad de luchar

El gobierno promueve una acelerada devaluación

Por: Leonardo Arantes, de la Unidad Socialista de los Trabajadores (UST)

Luego de que, durante varios meses del año, el precio del dólar mantuviese una dinámica de crecimiento relativamente moderada, cotizándose para el 30/10/2022, en 8,59 bs por $ el cambio oficial y 9,01 bs por $ el cambio paralelo; desde la última semana del mes de noviembre el bolívar empezó a sufrir una acelerada devaluación, que no dudamos de calificar de megadevaluación; pasando a cotizarse en la actualidad en 15,23 bs y 17,41 bs por dólar el cambio oficial y paralelo respectivamente. Lo que implica un incremento de aproximadamente 100% en el tipo de cambio, si tomamos como referencia la cotización del 30 de octubre.

Todo esto es consecuencia de la desastrosa política monetaria y cambiaria del gobierno burgués de Maduro, que, desde el primer trimestre del año, intentó frenar el incremento del tipo de cambio, haciendo uso del mecanismo de inyectar dólares provenientes de las reservas internacionales del país, a las denominadas mesas de cambio de la banca privada, dólares que luego, por esta vía eran comercializados en el mercado de divisas.

El problema o los límites de esta política radican en que, de no haber un ingreso sustancial de divisas (por ejemplo, por mantenerse estancada la producción petrolera, principal fuente de ingreso de divisas al país) las reservas internacionales no pueden mantenerse en un nivel adecuado, con lo cual comienzan a disminuir y se abona el terreno para la megadevaluación.

Desde mediados de noviembre el gobierno ha venido disminuyendo la oferta de divisas a precio oficial, lo que ha venido a acelerar el incremento del precio de dólar, tanto a nivel del tipo de cambio oficial como paralelo, y está devaluación promovida por el gobierno trae consigo los consabidos efectos inflacionarios que destruyen los salarios e ingresos de los trabajadores y del pueblo venezolanos, quienes a propósito de estas fechas de cierre de año han visto volverse sal y agua los tradicionales ingresos por concepto de utilidades y aguinaldos.

La pulverización del salario

El incremento del tipo de cambio, o devaluación, como se le denomina comúnmente, por supuesto, no afecta de la misma manera los trabajadores y a la burguesía o al gobierno burgués de Maduro que la promueve. A este último le permite recortar el gasto fiscal y social, en un contexto de pagos de aguinaldos, utilidades, evaluaciones de fin de año y otros conceptos salariales, así como de recortes fiscales y presupuestarios, debido a que un dólar alto le permite con menos dólares cubrir una mayor cantidad de bolívares para cancelar salarios y otras obligaciones. El mismo efecto surte para la burguesía, principalmente la burguesía exportadora o la asociada a la inversión extranjera, que con menos dólares puede cubrir mayor cantidad de salarios, costos de producción y obligaciones fiscales.

Para quienes sí tiene un efecto extremadamente nocivo es para los trabajadores venezolanos, debido a que un dólar oficial que sobrepasa los 15 bs y/o un dólar paralelo que supera los 17 bs eleva la inflación, incrementando los precios de los bienes y servicios que precisan adquirir, destruyendo sus salarios, pensiones, bonos, utilidades y aguinaldos.

De hecho, con tal cotización del dólar oficial el salario mínimo de un trabajador venezolano apenas asciende a 8,53$ mensuales (130 bs/15,23) lo que deriva en un ingreso diario de apenas 0,28$, la relación es peor si tomamos en cuenta el dólar paralelo (17,41), resultando un salario de 7,46$ mensuales, 0,24$ diarios.

Es decir, la disminución del salario mínimo y de las pensiones, conceptos que no han sido incrementados por el gobierno desde marzo del año en curso ha sido del 74,2%, tomando en cuenta que con el incremento de ese mes se ubicaba en 30$ a tasa oficial.

La continuidad del ajuste antiobrero y antipopular

Tal pulverización de los salarios y las pensiones de los trabajadores venezolanos no es más que la continuidad del brutal paquetazo que Maduro viene aplicando contra estos, oficialmente desde 2018, haciéndoles pagar el costo de la crisis del país, crisis generada por el chavismo y que hoy se enmarca dentro de la crisis capitalista global.

Pero este paquete antiobrero y antipopular que nos aplica el gobierno y del que hoy se lucran los capitalistas venezolanos, boliburgueses y burgueses tradicionales, así como los capitalistas foráneos, no se reduce nada más que a la pauperización del salario mínimo. A eso hay que sumarle la aplicación desde 2018 del memorando 2792, que permite los empresarios modificar unilateralmente las condiciones laborales a su favor, prescindir de trabajadores a su discreción, así como tambien cancelar a los trabajadores bonos tomando como referencia el valor del $, pero sin ningún tipo de incidencia salarial; lo que no es más que el preludio de la bonificación del salario que ahora pretenden legalizar.

Igualmente, parte del paquete son las tablas salariales de la Administración Pública (AP), implementadas desde el 2018 (denominadas por los trabajadores como tablas del hambre) y su reedición en 2022 con el nefasto Instructivo ONAPRE, la pretensión de pagos fraccionados de los bonos vacacionales en la administración pública y los pagos fraccionados de los aguinaldos en ese sector. Así como tambien lo son las insconstitucionales leyes Antibloqueo, Contra el Odio y ahora la pretendida Ley de Emergencia Laboral, con la que buscan legalizar la bonificación del salario. Esta última ley propuesta por el empresario y expresidente de Fedecámaras, Jorge Roig, actualmente representante empresarial venezolano en la OIT.

A esto debemos agregar el hecho que el gobierno viene recortando el gasto social y eliminando programas sociales a través de la aplicación de diversos mecanismos, como es la reciente eliminación por la vía de los hechos del Programa de Alimentación Escolar (PAE), mediante la modificación del horario escolar (vale decir que desde hace varios años ya casi no funcionaba o funcionaba muy parcialmente, recibiendo los niños menús incompletos y de bajisimo valor nutricional).

Por último, y de manera más general, debemos señalar cómo parte del paquete, el hecho de que el gobierno pretende financiar el presupuesto para el venidero 2023, a través mayormente de impuestos y tributos al consumidor. Impuestos principalmente indirectos y regresivos, que terminan siendo cancelados en mayor magnitud por quienes tiene un menor nivel de ingreso, como el Impuesto al Valor Agregado (IVA) y el Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras (IGTF). Tasados en 16% y 3% respectivamente.

Tales impuestos, que terminan siendo asumidos y pagados por el trabajador en su rol de consumidor final, debido a que empresarios y comerciantes los trasladan a los precios de las mercancías que expenden y servicios que ofrecen, (sean estás insumos productivos o de consumo final); representan el 50.87 y el 16.83%, respectivamente en el presupuesto del venidero 2023. Mientras que, el Impuesto Sobre la Renta ISRL que es cancelado en mayor magnitud por aquellos sectores sociales con ingresos mayores como empresarios, comerciantes y devengadores de altos ingresos, solo representa el 18.25% de la totalidad de los ingresos vía impuestos en el señalado presupuesto 2023. Tal como revela una publicación del periódico digital Tal Cual, de la semana iniciada el 28/11/2022

La necesidad de continuar la movilización obrera y popular

Todo esto deja claro que los trabajadores y habitantes de los sectores humildes de la población debemos continuar en las calles, movilizados para derrotar el paquete antiobrero y antipopular del gobierno, debemos seguir exigiendo salario igual a la canasta básica, es necesario desarrollar una campaña nacional en torno a ese tema, así como precisar las alianzas internacionales que nos apoyen en la misma, debemos salirle al paso a los pagos fraccionados y parciales de nuestros beneficios laborales y contractuales, reclamar su pago completo y por el pago completo de nuestros beneficios laborales, por el cumplimiento y discusión de los convenios colectivos, entre otros.

Debemos movilizarnos y luchar por la escala móvil de salarios que indexe nuestros sueldos a la inflación, defendiendo así nuestro poder adquisitivo, hay que exigir un freno a la devaluación tanto oficial como paralela, la congelación de los precios en dólares, que los bonos en dólares sean incorporados al salario y por ende tengan incidencia salarial, es preciso seguir movilizados en la calle para defender nuestros derechos sindicales y el derecho a la elección democrática de nuestros representantes, así como el cese a la criminalización de la protesta laboral y popular como también la libertad de todos los trabajadores presos por luchar.

Durante este año las movilizaciones fueron creciendo y ganando masividad. Además, se demostró que es posible derrotar la política del gobierno, como fue en el caso de los trabajadores de la educación, que en alianza y con el apoyo de otros trabajadores del sector público, e incluso algunos del sector privado lograron imponer al gobierno el pago completo del bono vacacional. También son ejemplo de esto las luchas de los trabajadores sidoristas que lograron aumentos salariales, así como otras pequeñas luchas que lograron victorias parciales en la defensa de sus condiciones de vida.

Es necesario continuar con esa lucha hasta lograr la derogación de los nefastos instructivo ONAPRE y Memorándum 2792, así como de las tablas de hambre de la AP. También es necesario dar la pelea para rechazar la Ley de Emergencia Laboral y su pretensión de bonificar el salario, así como exigir la derogación de todas las leyes antilaborales y represivas (Ley contra el Odio), así como la derogación de la Ley Antibloqueo que cercena la soberania del país.

La movilización obrera está mostrando que solo a través de esa vía es posible derrotar la política criminal del gobierno contra los trabajadores y el pueblo venezolano. Pese a que luego de las protestas laborales por la reconquista del bono vacacional de los trabajadores de la educación y contra el instructivo ONAPRE, las movilizaciones han disminuido en masividad, el ánimo y la voluntad de lucha continúan creciendo entre los trabajadores, la necesidad de luchar es evidente para estos y las razones sobran, se vislumbra un 2023, de movilizaciones, de grandes combates contra nuestros enemigos de clase, es decir, el gobierno burgués de Maduro y la patronal pública y privada, contra la burguesía de conjunto.

Diversos elementos muestran indicios de recomposición en el movimiento obrero venezolano e incluso se empiezan a construir instancias de reorganización que han venido realizando encuentros y plenos y se plantean la convocatoria a un congreso para el 2023 como un medio para seguir fortaleciendo la lucha y la movilización

La Unidad Socialista de los Trabajadores (UST), expresa su disposición de continuar apoyando las luchas en curso y las venideras, así como de sumar sus modestos esfuerzos para ayudar a construirlas contribuyendo tanto en el debate para definirlas, como participando activamente en las mismas y aportando en todo lo posible.

Solo con la movilización obrera y popular será posible derrotar al gobierno burgués de Maduro, su política antiobrera, antipopular y de entrega del país e imponer un gobierno de los trabajadores que lleve adelante un plan económico al servicio de los trabajadores y el pueblo humilde el país.

Dicho plan que debe partir del no pago de la ilegítima y fraudulenta deuda externa, la repatriación de los capitanes fugados, el rechazo a las sanciones imperialistas, la recuperación de los activos venezolanos confiscados en el exterior, la nacionalización 100% de la industria petrolera sin transnacionales ni empresas mixtas, la nacionalizacion y recuperación bajo control de los trabajadores del aparato productivo nacional, la implementación de una reforma tributaria progresiva; debe además colocar en el centro de sus prioridades las necesidades y las reivindicaciones de la clase trabajadora anteriormente señaladas.

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