Vie Oct 25, 2024
25 octubre, 2024

Un desastre llamado “Putinismo” 

Por Masha Cháikina 

Justo antes del Año Nuevo, Rusia llevó a cabo bombardeos masivos contra ciudades ucranianas, causando numerosas víctimas y destrucción. Kiev, Jersón, Dnieper, Odessa, Zaporozhye, Krivoy Rog, Jarkov…. Parecía que Rusia estaba repitiendo su estrategia del año pasado: destruir la infraestructura de Ucrania para obligarla a capitular. ¡Cuántas victorias brillantes y decisiones brillantes prometió la propaganda estatal a los rusos!  

Sin embargo, como siempre, la vida misma pulverizó todos los «grandiosos» proyectos de Putin. Y resultó que en un año el pueblo de Ucrania aprendió a luchar, aprendió a repeler ataques, a liquidar de manera organizada las consecuencias de la destrucción y a seguir viviendo en condiciones de guerra, a hacer planes para la victoria, la que, por supuesto, no será fácil… 

Ah!… ¿Qué pasa con Rusia?  

«De repente» y «sin aviso» resulta que comenzó el derrumbe de la infraestructura en todo el país, y en el mismo centro, en la región de Moscú. Podolsk, Voskresensk, Solnechnogorsk, Jimki, Naro-Fominsk, Dmitrov…. Los sistemas de calefacción se estropean, los cables eléctricos se queman, centenas de edificios de apartamentos se quedan sin calefacción ni electricidad, miles de residentes se congelan en sus apartamentos, los hospitales con pacientes internados se quedan sin luz ni calefacción. La lista de ciudades crece literalmente cada día y la situación se está convirtiendo en un verdadero desastre. Estos incidentes están desarrollando y realimentando una reacción en cadena.  

En primer lugar, se interrumpe el suministro de calor a los edificios de viviendas. Como resultado, la carga en la red eléctrica aumenta, ya que muchos residentes encienden calentadores eléctricos. La infraestructura, ya sobrecargada, sufre una tensión adicional significativa y en muchos casos colapsa.  

Como resultado, los edificios de varias plantas se quedan no sólo sin calefacción, sino también sin electricidad. Al mismo tiempo, comienza el proceso de congelamiento de los pasillos de las plantas y de las entradas. Nadie los calienta y no se drena el agua de los radiadores. El agua de esas baterías se congela y estallan. Entonces, para reiniciar el sistema de calefacción, previamente también hay que repararlos… 

Sin embargo, para los rusos comunes no sucede «nada inusual». Todas las causas son generalmente obvias. En primer lugar, existe un desgaste importante y generalizado de las obsoletas redes de calefacción, redes eléctricas y redes de suministro de agua.  

La infraestructura habitacional y comunal de Rusia se creó principalmente bajo la URSS. Después de su colapso, no recibió el mantenimiento ni la renovación adecuados durante muchos años. La infraestructura fue perdiendo capacidad. Al principio no hubo muchos fallos en el sistema, pero con el tiempo se fueron haciendo mucho más numerosos y frecuentes. E incluso los pocos intentos de corregir la situación en la última década han dado poco resultado debido a la magnitud del problema. Por la escasez de recursos asignados y las dificultades organizativas y burocráticas.  

Y la llamada «optimización» de la industria ha llevado a una falta de equipos, suministros y personal suficientes para incluso responder a las condiciones climáticas normales durante, por ejemplo, todo el invierno. En segundo lugar, muchos complejos de viviendas nuevos están conectados a la vieja infraestructura existente, que a su vez fue diseñada para un número menor de consumidores.  

A los capitalistas del sector de la construcción no les gusta asumir costos “adicionales” en la construcción de edificios de apartamentos. Se utiliza de todo: desde sobornos a funcionarios locales hasta reescribir la documentación reglamentaria, incluidas las normas de construcción.  

La construcción desenfrenada en aras de ganancias rápidas en las condiciones de un aparato estatal corrupto no puede dejar de conducir a accidentes y desastres. 

Y además está la guerra, a la que el poder prohibió llamar Guerra… 

La guerra exacerba todas las contradicciones y problemas. Especialmente una guerra que no tiene perspectivas de victoria.  Empezando por un hecho: no se puede llamar «guerra» a una «operación especial» que exige un tercio del presupuesto estatal para gastos militares. Eso conduce a un abandono y destrucción masiva de ciudades y pueblos, que, a su vez, tendrán que ser restaurados a expensas de otros.  

La guerra provoca la huida del país de un gran número de hombres y mujeres jóvenes, en su mayoría especialistas. Eso está llevando al reclutamiento forzado de cientos de miles de trabajadores comunes y corrientes, «carne de cañón», condenados a convertirse en asesinos y destructores y probablemente retornar en bolsas de plástico o mutilados inválidos.  

Todo esto condujo a un éxodo masivo de trabajadores inmigrantes que antes limpiaban nuestras calles y cuidaban nuestras infraestructuras en todas las grandes ciudades.  

El resultado es obvio. Y mientras esta guerra continúe, la vida será cada vez peor. Los problemas sólo aumentarán. Toda nuestra vida depende de cuánto antes terminará la guerra. Cada mes la guerra caerá más como un yugo sobre los hombros del pueblo. 

Por lo tanto, ante todo debemos poner fin a esta masacre al servicio del régimen oligarquico del FSB. Los pueblos de Ucrania y Rusia no tienen porqué estar divididos. Esta guerra no redunda en interés de los trabajadores rusos; sólo trae dolor, muerte, destrucción y pobreza a todos los hogares. Los habitantes comunes y corrientes no ganarán nada con esta aventura de la dictadura de Putin.  

El interés de nuestro país y nuestro pueblo está en poner fin inmediatamente a la guerra y retirarse de tierras extranjeras ocupadas.  

Exijamos tribunales, juicio y castigo para todos los que iniciaron este genocidio.  

Sólo entonces nuestro país podrá empezar a resolver todos los problemas que se vienen arrastrando desde hace años bajo el gobierno de Putin. La vivienda, la agricultura, la alimentación, la salud, educación y la seguridad sólo podrán mejorarse después de la derrota del putinismo

¿Cómo solucionar los problemas de infraestructura y vivienda? 

¡Por supuesto, es necesario invertir dinero. Pero no en el ejército y su guerra!  

Es imposible llevar a cabo una urbanización intensiva de edificios de apartamentos sobre una infraestructura obsoleta  y desgastada. El «desarrollo»  se llevó a cabo únicamente en aras de las ganancias de un puñado de capitalistas de empresas constructoras y bancos con sus hipotecas feroces.  

Se requiere una política de planificación urbana diferente, que tenga en cuenta las capacidades de la infraestructura general existente y los recursos energéticos. Políticas que tengan en cuenta la ecología y las condiciones climáticas. Las políticas y en particular las de vivienda , salud y educación deben centrarse en las necesidades de los habitantes comunes y no en las necesidades del capital.  

La aglomeración de nuevos edificios masivos alrededor de varias grandes ciudades de nuestro país es el resultado del «Bum» capitalista de Rusia, como abastecedor de materias primas y energía para el mercado mundial. Con una política de este tipo,  se da nivel de vida muy desigual. Mejor en las grandes ciudades y peor en las provincias, en las pequeñas ciudades y pueblos. Allí los negocios se han cerrado y destruido durante décadas, las carreteras están desgastadas, las escuelas y los hospitales han cerrado (el putinismo llama a esto “optimización”). Los rusos comunes y corrientes tienen que abandonar sus hogares en masa y mudarse a las grandes ciudades. De ahí el enorme crecimiento caótico con fines de lucro y la catástrofe actuales. 

Necesitamos una estrategia completamente diferente para el desarrollo de Rusia: una nueva industrialización y un desarrollo real de todo nuestro enorme país. En interés de la mayoría de los trabajadores. Y no esta guerra sangrienta de saqueo, que se prolonga durante años al capricho de los capitalistas y de un grupo de burócratas asesinos del Kremlin. 

Los trabajadores y trabajadoras rusos no necesitan la conquista y saqueo de Ucrania. Necesitamos vivir y desarrollar nuestro país.  

El poder de Putin, el FSB y los oligarcas ha llevado al país a un callejón sin salida. Es hora de que los obreros y los trabajadores comunes y corrientes establezcan su poder en el país.  

Para ello, los trabajadores de Rusia necesitan su propia fuerza política 

Sólo así podremos poner fin al putinismo y sus guerras e invasiones y la rapiña sobre los recursos del país y del pueblo. 

Necesitamos nuestro propio partido de trabajadores y trabajadoras, que pueda convertirse en parte del partido mundial de la clase trabajadora, capaz de traer paz y desarrollo al mundo. 

¡No a la guerra! ¡Retiro de las tropas ocupantes de Ucrania! 

¡Alto a la degradación putinista del país!  

¡Rusia necesita un gobierno de la clase trabajadora! 

¡Los obreros y los trabajadores comunes y corrientes, de todas las nacionalidades de la Federación Rusa necesitan su propio partido! 

¡Los trabajadores de todo el mundo necesitan su propia Internacional! 

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