Trump anuncia el fin de la “guerra”, pero la agresión israelí continúa
El 13 de octubre, el presidente estadounidense Donald Trump anunció el fin de la “guerra” en el parlamento israelí. En un discurso autoproclamatorio y con muchos elogios al criminal de guerra Binyamin Netanyahu, Trump recordó al alto mando sionista que son los Estados Unidos quienes envían las armas a Israel y, por lo tanto, tienen la última palabra. Además, Trump informó que reanudará las negociaciones nucleares con Irán.
Ese mismo día, Trump se reunió con líderes imperialistas europeos y árabes en la ciudad egipcia de Sharm al-Sheikh y reafirmó su plan de rendición de la resistencia palestina.
Cambio de estrategia para imponer un plan colonialista contra los palestinos
A principios de año, Trump defendió la expulsión de los palestinos y la transformación de la Franja de Gaza en un protectorado estadounidense (una “Riviera”) en la que se construirían proyectos inmobiliarios de lujo frente al Mar Mediterráneo. Para ello, mantuvo todo el apoyo político y militar a Israel.
Su plan fue repudiado por los palestinos y por la juventud y la clase trabajadora en varios países. Las movilizaciones multitudinarias obligaron a varios gobiernos a rechazar este plan y a criticar el genocidio israelí, aunque sin ninguna acción concreta, como la aplicación de sanciones económicas y políticas.
Además, los ataques israelíes contra Líbano, Siria e Irán pusieron a los regímenes ricos aliados de Trump en la región en estado de alerta. La gota que colmó el vaso fue el ataque israelí a la capital de Catar para eliminar a los negociadores de Hamas el 9 de septiembre. Esto llevó a Arabia Saudita a cerrar un acuerdo estratégico de defensa mutua con Pakistán, una potencia nuclear, en el mismo mes. La credibilidad de Trump se vio seriamente afectada.
A principios de octubre, Trump cambió su estrategia para mantener sus bases electorales, su influencia entre los países árabes e imponer una derrota a los palestinos. Trump defendió un alto el fuego, el intercambio de prisioneros, un retroceso parcial de Israel en Gaza, el desarme de la resistencia palestina y un “consejo de paz” en el que él y Tony Blair gobernarían Gaza a través de un gobierno títere “tecnocrático” que sería sostenido por tropas internacionales de países árabes y musulmanes.
Trump entendió que las fuerzas israelíes fracasaron en imponer su plan colonialista con el genocidio. Durante dos años, las fuerzas de Israel buscaron eliminar a Hamas y recuperar a los prisioneros israelíes. Destruyeron Gaza y asesinaron a más de 67 mil palestinos, pero no lograron acabar con Hamas ni recuperar a los prisioneros israelíes. Además, la continuidad de las acciones militares israelíes en toda la región amenazaba con alejar a los países árabes de Trump. Por último, el genocidio provocó repudio entre los pueblos de todo el mundo, incluida la población estadounidense, e incluso en la base trumpista.
Por eso, Trump obligó a Netanyahu a aceptar el alto el fuego y a llamar al emir de Catar, pedir disculpas y prometer nunca más atacar a Catar sin previo aviso. De esta manera, Trump buscó mantener las buenas relaciones con sus aliados árabes ricos. Y anunció su plan de rendición palestina.

La población de Gaza celebra el alto el fuego
Resistencia
Hamas acepta el alto el fuego, pero no está de acuerdo en entregar las armas
Los palestinos estaban en una situación defensiva en Gaza frente al genocidio impuesto por el Estado de Israel. Y Israel estaba en una situación defensiva ante la enorme ola de solidaridad internacional con Palestina.
El plan neocolonial de Trump para Gaza fue aceptado por la amplia mayoría de los países. Cabe mencionar que son los mismos países que, durante los dos años de genocidio, mantuvieron relaciones diplomáticas y comerciales con Israel, en contraposición a la solidaridad con Palestina.
Por último, hubo una enorme presión de Catar y Egipto sobre los dirigentes de Hamas para que aceptaran el acuerdo de Trump. Pero pesó la experiencia histórica de los palestinos de que toda entrega de armas fue seguida de masacres, como en Sabra y Chatila en 1982.
De esta forma, Hamas aceptó el alto el fuego y el intercambio de prisioneros, pero rechazó la entrega de las armas y un gobierno no palestino para gobernar Gaza.
Genocidio
El Estado de Israel sigue utilizando el hambre como arma de guerra

Incluso después del alto el fuego, el Estado de Israel continuó bombardeando Gaza. Foto IRNA
Netanyahu aceptó a regañadientes el alto el fuego, pero continúa la agresión contra los palestinos. Por un lado, limita la entrada de ayuda humanitaria en Gaza a la mitad de lo necesario, lo que constituye un crimen de guerra. Por otro lado, entrega armas a mafias palestinas aliadas de Israel dentro de Gaza para atacar al Hamas y a la población. Finalmente, las tropas israelíes matan palestinos todos los días, aunque en un número menor que en el período anterior al alto el fuego.
El futuro de Palestina en manos de la resistencia y la solidaridad internacional
Trump y el Estado de Israel quieren el fin de la resistencia palestina, el mantenimiento del bloqueo a Gaza y de las agresiones colonialistas en Cisjordania y Jerusalén (Al-Quds).
Sin embargo, eso dependerá de la resistencia palestina y de la solidaridad internacional. El Hamas cometió un error al aceptar el alto el fuego sin denunciar ante la opinión pública internacional que se veía obligado a hacerlo por la situación insoportable de hambre y destrucción en Gaza, y sin convocar a la juventud y a la clase trabajadora de todos los países a mantener las movilizaciones populares y obligar a los gobiernos a romper relaciones diplomáticas y comerciales con Israel. A pesar de ese error, es decisivo mantener y ampliar la solidaridad internacional. Acciones como las huelgas generales en Italia y en el Estado español muestran que la clase obrera tiene un papel muy importante que cumplir en la defensa de Palestina.
Una victoria contra el plan de Trump es un paso hacia una Palestina libre desde el río hasta el mar.
Solidaridad
La Flotilla y el día de la pesca
El 9 de octubre, los 13 brasileños que integraron la Flotilla Sumud Gaza desembarcaron en Brasil. A su llegada, el representante de la CSP-Conlutas, Magno de Carvalho, relató un momento de felicidad. Al llegar a Jordania después de salir de la prisión israelí, palestinos le contaron que, gracias a la flotilla, los pescadores de Gaza pudieron trabajar por un día. Esto se debió a que la marina israelí estaba completamente ocupada secuestrando los 42 barcos de la flotilla, lo que dio a los pescadores una oportunidad única de trabajar. La ayuda humanitaria que Israel impidió que la Flotilla entregara, fue entregada de otra manera. ¡Viva la solidaridad internacional!
Cobardía
Lula limita su crítica a Israel para agradar a Trump
La ilusoria luna de miel de Lula con Trump salpicó la solidaridad con Palestina. En una visita a Roma el 13 de octubre, el presidente Lula declaró: “Brasil no tiene problema con Israel, el problema de Brasil es con Netanyahu. Cuando Netanyahu ya no sea gobierno, no habrá ningún problema entre Brasil e Israel, que siempre tuvieron una relación muy buena”.
Esta declaración lamentable desconoce los 78 años de apartheid y limpieza étnica a los que los palestinos están sometidos desde la Nakba (catástrofe) en 1948, cuando se formó el Estado de Israel sobre la base de la expulsión de alrededor de 800 mil palestinos y la destrucción de más de 500 aldeas palestinas.
Esta declaración también desconoce la deuda histórica que Brasil tiene con los palestinos debido a las maniobras realizadas por el representante brasileño Osvaldo Aranha en la conducción de la Asamblea de la ONU en 1947 para aprobar la partición de Palestina, sin consultar a sus habitantes, iniciando el proceso de expulsión de los palestinos.
Esta declaración oculta la naturaleza colonialista y racista del Estado de Israel, base de la limpieza étnica del pueblo palestino, independientemente de si el primer ministro es el laborista y criminal de guerra Ben Gurion, la laborista y criminal de guerra Golda Meir o el derechista y criminal de guerra Binyamin Netanyahu.
Pero Lula aún tiene la posibilidad de corregir esta declaración equivocada. La relatora especial de la ONU para los territorios palestinos ocupados, Francesca Albanese, hizo un llamado a todos los países a cumplir con el derecho internacional y aplicar sanciones contra el Estado de Israel por el crimen de genocidio. Estas sanciones incluyen el embargo militar y energético y la ruptura de relaciones diplomáticas. Más que nunca es necesario que Lula rompa las relaciones con Israel y convoque a todos los países a hacer lo mismo, en solidaridad con el pueblo palestino.




