Tenemos orgullo de nuestra trayectoria en la lucha por el derecho al aborto

En diciembre pasado, las mujeres argentinas lograron un gran triunfo con su movilización: la aprobación de la ley del IVE (Interrupción Voluntaria del Embarazo); es decir, el derecho al aborto libre, gratuito y seguro. Fuimos parte de esa lucha y festejamos con mucha alegría esa victoria. Este resultado tuvo repercusiones continentales y en todo el mundo. Sin embargo, el gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner quiere “apropiarse” de ese triunfo diciendo que solo fue posible gracias a la acción del Frente de Todos (una alianza entre el kirchnerismo y otras corrientes peronistas).
Por: Ruth Díaz y Alejandro Iturbe
Es una grosera deformación de la realidad. No solo porque la “marea verde” de mujeres (por el color de los pañuelos con que se identificaban) fue la protagonista indiscutible de la lucha sino porque el peronismo es una corriente con una historia muy negativa sobre el derecho al aborto. Veamos algunos hechos.
Por ejemplo, en diciembre de 1973, en su tercera presidencia, Juan Domingo Perón presentó el proyecto Plan Trienal para la Reconstrucción y la Liberación Nacional que, entre muchos otros aspectos, fijaba una posición contra el aborto con el argumento de “estimular la natalidad”. No era una posición nueva de Perón que la impulsó activamente durante sus dos primeras presidencias [1]. No es casual que varios obispos, en una carta que llamaba a los senadores a votar contra la ley, citaran esta postura del líder peronista [2].
Esta posición contra el derecho al aborto también era compartida por su esposa Evita, reivindicada por el peronismo como la figura histórica en la lucha por los derechos de la mujer. En 1950, en un discurso que dio ante un grupo de enfermeras, expresó: “El aborto es un capricho gorila y burgués, compañeras, cada aborto que ustedes permiten es un servicio a los poderes coloniales que quieren debilitar la revolución, cada hijo menos que nace es un hombre menos en la defensa de la Patria y de Perón” [3]. En otra ocasión, declaró: “El vientre de la mujer es la cuna sagrada donde se genera la vida” [4].
Otro presidente peronista posterior, Carlos Ménem, estuvo claramente contra el derecho el derecho al aborto [5]. Una posición que mantiene ahora como senador por La Rioja, aliado político del gobierno. Si bien en esta sesión no pudo votar por encontrarse enfermo e internado, su hija Zulemita recordó públicamente esta postura [6].
Finalmente, cabe hablar del propio kirchenrismo que, antes del actual, había sido gobierno durante doce años y tres mandatos presidenciales. En su segundo mandato, Cristina Kirchner fue electa con el 54% de los votos y tenía mayoría en ambas cámaras del Parlamento. Sin embargo, no impulsó ningún proyecto sobre este tema. En realidad, estaba contra el derecho al aborto por su relación con el Papa Francisco. Recién, durante la primera ola de la “marea verde” que exigió de una ley por ese tema, durante el gobierno de Mauricio Macri (2019), cambió su posición y, como senadora, votó a favor, aunque el proyecto acabó siendo derrotado en el Senado [7].
Estamos seguros de muchísimas mujeres que simpatizan con el kirchnerismo o militan en esa corriente fueron parte activa de esta lucha. Pero la realidad es que el actual gobierno impulsó la ley del IVE montándose de modo oportunista sobre la “marea verde”, y lo utilizó como una manera de aparecer como promotor de una “medida progresista” en el marco de un pésimo manejo de la pandemia del coronavirus y de durísimos ataques al salario y las condiciones laborales, y de una política de deterioro constante de las jubilaciones. Incluso en el marco de impulsar la ley, erosionó su contenido al introducir el “derecho de objeción de conciencia” para que los médicos que así lo manifiesten puedan negarse a practicarlo,
La trayectoria del morenismo
En contraposición, la corriente morenista (fundada por Nahuel Moreno en 1944) ha tenido una trayectoria de total coherencia en este punto. En 1973, ella se expresaba a través del PST (Partido Socialista de los Trabajadores), que acababa de obtener su legalidad para participar de las elecciones presidenciales. En marzo de ese año, participó con la fórmula integrada por el ex diputado socialista Juan Carlos Coral y Nora Ciaponni, una joven obrera textil de la fábrica La Hidrófila.
En esas elecciones, Nora fue la única candidata mujer a un cargo ejecutivo. Pero no solo eso, como parte de una campaña “hecha a pulmón”, fue la primera en levantar en una campaña política el derecho al aborto. Eso se expresó en la frase: “Exigimos el derecho de amar y de abortar” [8].
Si bien fue Nora quien le dio voz y figura al reclamo, se trataba de una política que era parte del programa del PST, en un momento en que ese tema no estaba tan presente como en la actualidad Como vimos, el peronismo estaba claramente contra ese derecho y las organizaciones feministas de la época no tuvieron una política de agitación de masas por ese reclamo ni exigieron a los candidatos que se definieran públicamente sobre ese punto.
No lo decimos solo nosotros. La periodista e investigadora argentina Marta Belucci nos cuenta: “En esos años, el PST tomó relevancia por ser el único partido local empeñado en proponer un programa específico en diversos planos sobre la égida de las mujeres, tanto por los contenidos de sus reivindicaciones como por las formas de contiendas contra la subalternidad femenina”. De modo específico, en el marco de estas reivindicaciones, “abogaba por la legalización y gratuidad del aborto, practicado en establecimientos del Estado, y con todas las garantías necesarias que aseguren su salud” [9].
En el principal acto electoral de esa campaña, participó Linda Jenes, candidata presidencial del entonces partido hermano del PST en Estados Unidos (SWP – Socialist Workers Party) cuyo discurso tuvo dos puntos centrales: el apoyo a la lucha del pueblo vietnamita contra el ejército imperialista y el llamado a la lucha por la liberación de la mujer.
Una herencia aún más lejana
Sin embargo, el PST solo fue fiel a una trayectoria que proviene del marxismo revolucionario, aquel de Marx, Engels, Lenin y Trotsky. Existe otro hecho histórico indiscutible y de mucha mayor magnitud. Fue la joven Unión Soviética, durante el gobierno encabezado por Lenin y Trotsky, la primera nación que decretó la legalización del aborto voluntario y gratuito, en 1920, ¡hace 100 años!
No fue casualidad, era parte de la defensa de la vida de las mujeres trabajadoras, que representan la inmensa mayoría de aquellas que se veían obligadas a abortar en condiciones de clandestinidad y sin ninguna seguridad médica y sanitaria. En el prefacio del decreto se expresa: «La legislación de todos los países combate este mal mediante el castigo a las mujeres que deciden abortar y a los médicos que llevan a cabo la operación. Sin haber obtenido resultados favorables, este método de combatir el aborto condujo estas operaciones a la clandestinidad y convirtió a la mujer en una víctima de mercenarios, a menudo ignorantes, que hacen de las operaciones secretas su profesión” [10]. En este sentido, es una reivindicación no solo de las mujeres sino que debe ser un reclamo y una lucha de toda la clase trabajadora.
Como dato complementario, en Latinoamérica, el primer país en legalizar el aborto fue Cuba, en 1965. Es decir, ese derecho también fue un resultado de una revolución socialista [11].
No nos atribuimos este reciente triunfo que, como hemos dicho, fue el resultado de una lucha de masas de las mujeres argentinas (y de muchos hombres que las apoyaron). Pero, como hemos dicho, estamos orgullosos de esta trayectoria y de haber sido partícipes, junto con muchas otras organizaciones y colectivos, de este triunfo.
Notas
[3] https://www.agencianova.com/nota.asp?n=2020_3_1&id=83764&id_tiponota=4
[5] https://www.lanacion.com.ar/sociedad/menem-reafirmo-su-posicion-en-contra-del-aborto-nid132588/
[9] Ídem
[10] https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-44259569
[11] https://www.programacuba.com/en-cuba-el-aborto-legal-seguro-y-gr