Sudán: Diario de una revolución (5)
Los trabajadores sudaneses se movilizan: viejas tradiciones, nuevos desafíos. Muchos gremios organizan huelgas por varias reivindicaciones, pero hay una demanda central, el fin del régimen. Pero, ¿quién se juntó a la marea creciente y por qué?
Por: Martin Ralph
La revolución enfrenta cortes de energía eléctrica y de agua
La ocupación frente al cuartel general en Jartum tiene muchos foros, que son reuniones al aire libre para hablar y discutir sobre la revolución y su organización. Muchos son realizados por la noche y la electricidad es necesaria para hablar y ver. Pero, cuando los oradores comienzan, la electricidad es cortada por acción de los gerentes de la compañía de abastecimiento, sin duda bajo las órdenes de los militares.
A medida que los cortes se hicieron más regulares, la ocupación se movilizó frente a la sede de la compañía de energía eléctrica, y los trabajadores del sector en Jartum entraron en huelga.
El 12 de mayo, los habitantes del distrito densamente poblado de Ombadd, en Omdurman, cerraron la calle de la Compañía de Agua, en Jartum, en protesta contra la continua falta de agua. “Cerramos la calle El Jumhuriya [en el centro de Jartum] para mostrar a la Compañía de Agua que estamos cansados de tener que comprar agua cara de entregadores de carros”, dijo un morador irritado de Ombadda a la Radio Dabanga.
Todo el Estado de Jartum sufre de falta de agua y de electricidad hace más de un mes.
Los bancarios combaten el régimen
Los bancarios saben cómo los administradores de los bancos, que son parte del régimen, están engañando a los trabajadores y el pueblo. Los gerentes están cambiando los detalles de las cuentas de los corruptos: nombres, quién fue que pagó, de dónde vino el dinero. Ellos destruyeron documentos en por lo menos dos grandes hogueras.
Los bancos, como parte del régimen, están saqueando dinero, fondos de ayuda y recursos hace 30 años. Como parte de esa red, empresas de caridad controladas por el gobierno mantenían enormes stocks de alimentos, mientras las personas pasaban hambre yendo en busca de alimentos a los almacenes. Donaciones de caridad enviadas del exterior fueron para esos baluartes del gobierno y solo aquellos que lo apoyaron recibieron asistencia.
Los bancarios entraron en huelga exigiendo la remoción de esos gerentes. No es la primera vez. El 15 de febrero de este año, una protesta con otros sectores de trabajadores, fue organizada por varios bancarios para condenar el asesinato de activistas durante las manifestaciones contra el régimen del entonces presidente Omar al-Bashir. En aquel momento, los bancarios fueron suspendidos.
Los trabajadores exigen una huelga general contra el régimen y el control militar
Alrededor del 12 de mayo, esos sectores, junto con los trabajadores de la construcción civil, conductores, agricultores, estudiantes y muchos otros, exigieron una huelga general para el 16 de mayo, a menos que se formase un gobierno civil. Es por eso que los militares intentaron primero la represión, que fracasó, y un día después, intentaron hacer un nuevo acuerdo.
También surge la posibilidad de que la Asociación de los Profesionales del Sudán (APS) pueda tornarse una central de trabajadores en la medida en que los trabajadores comienzan a emerger como fuerza principal de la revolución. Como dijo un dirigente de la APS a este reportero, “los trabajadores son mucho más numerosos y poderosos que nosotros, ellos pueden paralizar todo el país”.
El 12 de mayo, la Alianza por Libertad y Cambio (AFC) repitió las acusaciones que confirmaron que las balas que alcanzaron a los manifestantes aquel día pertenecen a las Fuerzas de Soporte Rápido (RSF), la principal milicia del gobierno del Sudán. Ellos mataron a seis personas, incluyendo un capitán del ejército. El Consejo Militar de Transición (CMT) continúa negando eso, citando la acción de “quintacolumnas”, leales al depuesto presidente al-Bashir.
Pero nadie le cree. De hecho, los Estados Unidos están asustados con el hecho de que los trabajadores y otros activistas puedan dirigir la revolución que dijo al consejo militar que debe dar lugar a un gobierno civil. Los militares no pueden controlar la situación y los trabajadores están movilizándose mucho más masivamente.
Para evitar la huelga general y el rápido aumento de ocupaciones y movilizaciones en diferentes partes del Sudán, los militares ofrecieron un nuevo acuerdo el 13 de mayo. Pero muchos activistas dicen que es más de lo mismo, porque los militares permanecerían en las instituciones del gobierno. En la medida en que el humo sobre el acuerdo se disipa, los trabajadores, si ya no están haciéndolo, comienzan a planificar nuevas acciones.
Todos estos eventos prueban que solamente la propia revolución puede defenderse. Los militares de rangos inferiores del ejército deberían, urgentemente, combinarse con los trabajadores y las organizaciones revolucionarias de la ocupación, para defender la ocupación, las huelgas y las movilizaciones. Eso puede ocurrir en todas las ciudades y áreas, como en Darfur y en los Montes Nuba.
El ejército se niega a desistir del poder, incluso cuando camufla sus intentos por mantenerse. Como nos dijo un activista, la propuesta de ellos es mantener el mismo gobierno islámico, con los militares aún involucrados y apoyados por la Liga Árabe, Arabia Saudita, la Unión Africana (liderada por el egipcio al-Sissi), etc. En otras palabras, esos apoyadores del régimen quieren matar la revolución ahora, mientras los Estados Unidos y otros de la “comunidad internacional” precisan de tiempo para construir palancas de control sobre las masas.
Los trabajadores están exigiendo la remoción de los gerentes que apoyaron el régimen en los lugares de trabajo. El único camino a seguir es continuar luchando por un gobierno civil de todas las organizaciones revolucionarias que se oponen a la participación del Consejo Militar. Ahora, los trabajadores están movilizándose y, junto con las ocupaciones y los movimientos de liberación, es posible un nuevo gobierno sin el poder militar, y para salvaguardar la revolución precisa ocurrir eso.
¡Por un gobierno de las organizaciones de la revolución sin ningún militar! ¡Ningún acuerdo con los militares! ¡Todos los corruptos, asesinos y torturadores del régimen deben ser juzgados!
Liberación de todos los prisioneros de esta revuelta y de las revueltas anteriores, y de las luchas de liberación en todo el país.
Traducción del original en inglés al portugués: Marcos Margarido.
Traducción del portugués al castellano: Natalia Estrada.