Jóvenes luchando contra el sionismo y las masacres en Gaza

Por ISL – Inglaterra
Introducción
Desde octubre de 2023, una multitud de ingleses ha salido a las calles para protestar contra el genocidio llevado a cabo por el gobierno sionista de Israel contra la indefensa población de Gaza. Se estima que sólo en Londres más de 500.000 personas salieron a las calles, convirtiéndose en la manifestación pública más grande en décadas. Las consecuencias de esta gigantesca marcha adquirieron formas e intensidades diversas. Hablamos con el joven Abel, ex alumno de SOAS – School of Oriental and African Studies (Facultad de Estudios Orientales y Africanos de la Universidad de Londres).
Portal LIT: Nos gustaría que nos contases cómo están los movimientos de solidaridad con los palestinos desde octubre de 2023.
Abel: Mira, desde octubre de 2023, el movimiento ha crecido mucho. Hoy el movimiento es mucho más grande que antes de octubre de 2023. Hay una conciencia mucho mayor. La gente que antes tenía ideas progresistas ahora sólo tiene una preocupación: la cuestión palestina. La gente considera que la cuestión palestina es el tema más importante de esta época. Así que en este último año y medio ha habido una profundización de la discusión sobre el problema palestino, pero también ha habido un cierto descenso numérico.
El movimiento creció mucho dadas las imágenes del genocidio y la vergüenza de saber que Inglaterra está apoyando, o no está haciendo nada ante esta situación, o por el apoyo diplomáticamente a Israel. La vigilancia policial sobre los activistas también ha aumentado.
Además de estos movimientos callejeros, hay otras formas de expresión masiva contra la masacre en Gaza. Hay personas que venden pasteles (tortas) en las calles para enviar dinero a Gaza, otros mantienen reuniones virtuales. Hay muchas acciones de este tipo que son convocadas por las comunidades. Después de un año y medio estamos profundizando nuestras reflexiones. No hay mucha claridad sobre cómo seguir adelante. La gente sale a las calles y sabe que esta es la fuerza más importante para acabar con la guerra. El apoyo aquí es importante, pero debemos tener claro que sólo la derrota militar de Israel es fundamental. Esta comprensión aumenta la participación directa.
Además de las iniciativas populares, también hay acciones más radicalizadas. Por ejemplo, tres o cuatro personas van a una fábrica de armas en la madrugada, entran y tratan de romper las armas. Otras veces suben a los tejados de las fábricas de armas y esperan a que venga la policía a retirarlos. Son acciones que tienen mucho impacto. Los activistas consideran que estas armas serán enviadas a Israel y que esto debe evitarse de alguna manera. La gente quiere hacer algo porque está impactada con las imágenes del genocidio.
La personas quieren gritar en las calles, quieren destruir fábricas, pero lo que falta es una estrategia. Hay organizaciones que participan en la organización de movilizaciones, una de ellas es la Campaña de Solidaridad con Palestina, que está vinculada a organizaciones como el SWP (Socialist Workers Party), y ellos siempre invitan a parlamentarios del Partido Laborista (Labour Party), de su ala izquierda, a dar discursos en las manifestaciones. Así que la gente no confía en esas organizaciones de manifestaciones nacionales. En las manifestaciones de fines de semana, organizan la manifestación junto con la policía. Todo muy controlado. El recorrido de la marcha se acuerda con la policía. Todo debidamente controlado. Este tipo de relación conduce al descrédito.
Existe otra organización llamada Stop the War (Paren la guerra) que está vinculada a otras organizaciones de izquierda, especialmente grupos trotskistas muy cercanos al estalinismo. Por ejemplo, apoyaban la dictadura de Assad en Siria. También hay dos organizaciones islámicas. Una es la Asociación de Musulmanes británicos y la otra es la Friends of Al-Aqsa (Amigos de Al-Aqsa). Son menos políticos, pero hacen muchos fundraisers para recaudar fondos. Me parecen más interesantes los movimientos más de base organizados por la población local, no por políticos profesionales. Programáticamente son más salvajes, pero no están controlados. Por ejemplo, en Liverpool o Manchester, cada fin de semana hay marchas con 200, 300, 400, 2.000 personas. Creo que este tipo de movimiento es más puro. Por ejemplo, hay organizaciones que sólo defienden la línea de alto el fuego; en realidad, quieren calmar el movimiento en el Reino Unido.
Incluso con esas organizaciones que intentan controlar el movimiento, hay miles de personas nuevas que no eran activas antes de octubre. Y ahora tenemos nuevas manifestaciones cada vez, con reuniones preparatorias y planificación de las actividades.
Me gustaría hablar un poco sobre el movimiento en la universidad, especialmente del Palestine Action. ¿Conocen el Palestine Action?
Portal LIT: No lo conocemos, cuéntanos cómo es.
Abel: Creo que el movimiento de Acción Palestina tuvo sus raíces en Extinction Rebellion. Parte de la Acción Palestina tuvo origen en ese movimiento. Hoy en día, él es muy independiente y una de las organizaciones más respetadas del movimiento. No son tanto un grupo político sino más bien un grupo de acción. Quieren detener la producción de armas lo más rápidamente posible, de forma muy pública, y al hacerlo así atraer la atención y ganar más fuerza en las redes sociales. En general, son personas que han perdido la esperanza en la clase obrera y que dicen que los trabajadores son una aristocracia, que son nacionalistas, racistas, y que no podemos esperar por ellos para avanzar.
Con ese punto de vista, dicen que es necesario actuar como individuos, con fuerza, y enfrentar el sistema. Creo que reflejan el sentimiento de la gente, y ellos juntan a muchos jóvenes. Creo que tenemos ahí una fuerza importante. No quieren mucha discusión, quieren hacer cosas.
Entonces, apoyamos sus acciones, porque son las acciones más comprometidas que la gente está tomando por Palestina en este momento. Es necesario que sepan que hay mucha vigilancia y persecución; ahora tenemos algunas personas en prisión por estas acciones.
El objetivo de este grupo ha sido la Elbit Systems, una empresa de armas con numerosas fábricas en Inglaterra. Ellos también atacan las instalaciones de los propietarios, compañías de seguros y otros servicios vinculados a la Elbit. Esto tiene que ver con la denuncia de que las armas son enviadas a Israel para masacrar al pueblo palestino. Este hecho convierte a Inglaterra en un centro de agitación, además del hecho de que Inglaterra tiene mucho que ver con la historia de Palestina. En el ámbito internacional, el país no tiene mucha fuerza porque sigue las directrices estadounidenses y ya no tiene voz en la Unión Europea.
El peso de las universidades en las movilizaciones tiene que ver con que son una parte importante de la economía y, más importante aún, porque las universidades inglesas son un punto de referencia para todo el mundo. Por ejemplo, el Primer Ministro de Jordania estudió en la universidad donde yo estudio, la SOAS. La SOAS (Instituto de Estudios Orientales y Africanos) se fundó en 1916 para entrenar y capacitar a oficiales para el Imperio británico. Inicialmente enseñaba la lengua de los países colonizados y posteriormente formaba a los dirigentes de los países independientes. También cuenta con alumnos miembros del Foreign Office, Ministerio de Relaciones Exteriores, Organizaciones de Ayuda Humanitaria, etc. Es una escuela elitista, que se presenta como progresista y anticolonial. De hecho, se presentan como si estuvieran en contra de todo eso, pero no es así. En realidad, no están en contra del sistema, ya que son la parte global del sistema.
La SOAS vende esta imagen de progresista, pero todas las facultades aquí están entrenando a las próximas generaciones para dirigir el sistema. Las universidades están estrechamente vinculadas a las empresas de armas y esto determina que las universidades están investigando y construyendo las próximas armas que se utilizarán en otras partes del mundo. Por eso, creo que la lucha en las universidades es muy importante aquí en Inglaterra.
Así empezaron a surgir los campamentos dentro de las universidades. Estos “acampantes” crearon conexiones informales que se convirtieron en un movimiento entre las universidades. Es cierto que hubo rupturas en esas conexiones, pero estas se debieron a cuestiones políticas y programáticas. Por ejemplo, hay activistas más tradicionales, que tratan sobre diversos temas y a veces son más burocráticos. Hay activistas de otra generación, de otro nivel, que duermen en tiendas de campaña y que se preocupan más por las acciones. Esto dio lugar a algunas rupturas.
Esas rupturas han dificultado establecer un análisis común. No hemos conseguido construir un balance común. Estamos tratando de construir esos balances, pero esta es otra batalla. Por ejemplo, hay grupos que declaran victoria, no sé cómo decirlo, pero esa no es la realidad todavía.
Portal LIT: Hay quienes afirman que hay victorias, pero aún no las ha habido, ¿verdad?
Abel: Sí, la gente quiere tener una victoria que mostrar, pero en realidad no es así. Nuestro movimiento aquí en SOAS es el único que no cerró durante las vacaciones de verano. Se nos impide seguir el ciclo académico. Es un campamento que está muy vivo a pesar de todas las dificultades. Tuvimos una ruptura con la Asociación de Estudiantes de la Facultad, pero ellos están muy institucionalizados. Dicen que apoyan a Palestina, pero sin enfrentarse directamente con la institución. Se reúnen con la dirección del Instituto para hablar de la posibilidad de cambiar los lineamientos del mismo, pero sin enfrentarse. Y nosotros estamos fuera de este sistema; para decir verdad, estamos completamente en contra de él. Tenemos que construir nuestra fuerza con una política principista.
Una política principista, eso es lo que necesitamos, una política principista. Llevamos más de diez meses acampando, somos casi una comunidad de estudiantes que nos sentamos todos los días y discutimos lo que está pasando en Palestina, lo que está pasando en la política universitaria, y con otros grupos. Nosotros estamos tratando de mantener una posición de resistencia, de no dar un paso atrás y decir que tenemos que mantener la resistencia y también denunciar a las autoridades y exponerlas, denunciar las facultades, la realidad.
Creo que vivimos en un período de cambios. Durante años, el movimiento se basó en gran medida en las universidades. Ahora, en este proceso, están intentando llevar el caso de Palestina a la esfera académica y vaciar de poder a los campamentos. La gente es llamada a escribir tesis, defender posiciones académicas, y, para ellos, eso es actividad política. Los que acampan saben que esto no es suficiente. Los académicos se reúnen con nosotros y no pueden decir nada, permanecen en silencio. Y se quedan callados porque tienen miedo de perder su trabajo, sus becas, etc., y aún así ven su trabajo como acción política. Las contradicciones entre la lucha de los que acampan y la de los académicos son cada vez más evidentes.
Portal LIT: En todo el mundo ocurre persecución contra los activistas de la causa palestina. Quería que me contases cuál es la situación en el Reino Unido y también cuál es la situación en SOAS.
Abel: Creo que en los últimos meses hemos sentido mucho los efectos de esta persecución. Lo que sucede en la universidad también sucede en el ámbito estatal. Hablaré primero de SOAS. En octubre de 2023, la primera reacción de la facultad ante el genocidio fue suspender a cuatro estudiantes y prohibir el ingreso a la institución a tres graduados. Esta represión comenzó en SOAS y no era normal en otras facultades. SOAS fue la primera en tomar esta decisión represiva, y esto fue una señal para lo que se estaba gestando. Después de eso, más universidades comenzaron a utilizar medidas disciplinarias, como suspender a estudiantes, impedir el acceso a exalumnos, y siempre con la excusa de la salud y la seguridad.
Hay otras instituciones acusadas de antisemitismo para justificar las persecuciones. En la mayoría de los casos, al final de la investigación, deciden que no hay razón para seguir con la acción. Sin embargo, durante el proceso de investigación no se permite el ingreso de los estudiantes a la institución. Hicieron lo mismo en SOAS. Me tomaron como blanco.
Fui elegido presidente de la Asociación de Estudiantes. Este es un cargo remunerado por la facultad, entonces, debido a ese vínculo, fuimos despedidos de la Asociación. Esto fue durante las vacaciones de verano, cuando la universidad está vacía, más tranquila, pero con guardias de seguridad afuera. Los guardias de seguridad esperaron a que la gente saliera y cerraron las puertas de la universidad. Eso fue lo que pasó con la Asociación de Estudiantes, y después me prohibieron, de forma permanente, entrar en la facultad. Tenemos una demanda contra el rector de la facultad y también contra la Asociación de Estudiantes, por discriminación y despido injustificado del trabajo.
A nivel nacional, el caso Filton atrajo mucha atención. Un grupo de 10 compañeros realizó acciones en una fábrica cerca de Bristol. Invadieron la fábrica desde el interior de una camioneta con el objetivo de destruir las armas, en este caso drones cuadricópteros utilizados para lanzar bombas y que serían enviados a Israel. La policía intervino y detuvo a diez personas implicadas, y ocho lograron escapar. Tres meses después, la policía allanó las casas de estos ocho, a las cinco de la mañana, y los detuvo uno por uno. Les aplicaron la ley antiterrorista para llevar a estas personas a prisión, sin juicio y sin condena.
Tras estas detenciones, las persecuciones han aumentado mucho más en los últimos seis meses. Hay una campaña llamada Filton 18, que es la combinación del nombre de la empresa y el número de personas arrestadas. Este es un caso específico, pero hay otras situaciones de represión. En octubre de 2023, una compañera habló en una manifestación que apoyaba la victoria de la resistencia armada. Los órganos represivos del Estado tenían la grabación de ese discurso y la utilizaron para detener a la compañera amparándose en la ley antiterrorista.
Estas formas represivas se utilizan para que nadie pueda mostrar su apoyo a la resistencia palestina. Inglaterra es un país con muchas formas de vigilancia. Ahora prohíbe que la gente se cubra el rostro durante las manifestaciones, incluso si es para protegerse de los gases. Entonces, en este clima represivo, resulta cada vez más difícil movilizarse. Podrás escapar de la represión, pero vendrán a buscarte a tu casa. Es muy similar con el método de vigilancia de los sionistas. Pero eso no nos preocupa, muchos de nosotros sabemos del peligro de hacer el gesto del triángulo en solidaridad con los palestinos. Haces el gesto y, con el mismo método del sionismo, te toman fotos o te graban y luego presionan para que la policía haga los arrestos. Algunos grupos, estúpidamente, publican fotos de las movilizaciones, de la gente, y luego esas imágenes son capturadas por la inteligencia y sirven como pruebas contra los activistas. Pero, en general, no podemos tener miedo a la represión. Los compañeros afectados por el proceso Filton 18, son quienes sufren mayor persecución y prisiones. Estamos muy orgullosos de ellos.
Portal LIT: Para concluir. Mencionaste la Campaña de Bristol por los 18, la Campaña de SOAS por los tres, donde tú eres uno de ellos. ¿Estas campañas continúan en curso? ¿Podemos divulgar esto?
Abel: Sí, pueden divulgarlo. Será muy importante crear redes de conexiones. Algunas personas nos enviaron videos de apoyo a nuestra lucha y eso fue muy bueno. También nos gustaría hablar directamente con la gente sobre nuestras experiencias. Sobre la lucha de SOAS, lo que dijimos y lo que exigimos, qué lecciones aprendimos en este proceso, y qué ayuda necesitamos ahora. Al mismo tiempo necesitamos ampliar las conexiones, necesitamos extender estas conexiones a los trabajadores, a aquellos que no son de la universidad. Necesitamos llevar estas discusiones a los barrios y a las escuelas. La gente está sufriendo los efectos de la guerra contra Palestina, necesitamos actuar ya.
Traducción: Natalia Estrada.