Portugal: ¡Defendamos la lucha de los maestros!
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¡Por un debate político sobre la alternativa para la Escuela Pública y el país! ¡Un programa electoralista y la moral del “vale todo” no son la salida!
Por: EM LUTA, 15 de julio de 2023
Desde diciembre de 2022, la lucha de los docentes invadió las escuelas, las calles del país y llamó la atención de activistas y luchadores de otros sectores sociales en la lucha contra los ataques del Gobierno de António Costa. A diferencia de las huelgas de calendario, tan típicas del sindicalismo portugués, surgió una nueva forma de organizar las huelgas, con comisiones por escuela y encuentros nacionales que se reunían para decidir la conducción de la lucha, rompiendo con la domesticación de la FENPROF, lo que planteó un nuevo sindicato, el STOP.
La lucha de los profesores comenzó como una lucha sindical de un sector profesional. Pero quedó claro que esta tenía un carácter cada vez más político, en la medida en que el gobierno de António Costa no estaba dispuesto a hacer concesiones. Las opciones del Gobierno son garantizar a cualquier costo las ganancias de los ricos y millonarios y el cumplimiento de las reglas de déficit de la Unión Europea, destruyendo no solo la Educación, sino también la Salud y cualquier otra posibilidad de proyecto de país que sirva a la clase trabajadora. En este sentido, en nuestra opinión, la lucha por las Escuelas Públicas y de Calidad debe estar ligada no sólo a la lucha contra este Gobierno, sino también contra el sistema capitalista, en el que Portugal juega hoy un papel cada vez más dependiente y sumiso a los intereses de los grandes banqueros del mundo y, en particular, de la Unión Europea.
El surgimiento de la Plataforma “Juntos Vamos Mudar” busca expresar el descontento político de los docentes –y de otros sectores combativos–, que no han encontrado una alternativa para su lucha y para sus aspiraciones en un Gobierno (y un Parlamento) que no representa los intereses de la clase trabajadora y de la población más pobre. Sin embargo, su programa se limita a cuestionar solo las mayorías absolutas y la extrema derecha, proponiendo así reformar la democracia de los poderosos. En este sentido, su proyecto se diferencia poco de los existentes actualmente, como los del PCP, BE y Livre, de mejora de la actual democracia y sometimiento al Estado capitalista. Ya vimos como el PCP y el BE entregaron toda la lucha y combatividad contra la Troika y contra los gobiernos de Passos Coelho-Portas, pasando a sostener y apoyar los gobiernos de la Geringonça, que nada cambiaron para los trabajadores. De hecho, el proyecto “Juntos Vamos Mudar” no vincula la destrucción en curso de los derechos de los docentes y de la escuela pública (así como de la salud y de la seguridad social) ni los de todos los trabajadores con la decadencia del sistema capitalista. El proyecto que propone esta Plataforma es un proyecto electoral más, que pretende cambiar algo, pero para que en lo esencial todo siga igual. Esto no es lo que necesitan los docentes para ganar su lucha, sino sí un partido y un programa revolucionario que vincule la digna lucha de los docentes con la lucha de los profesionales de la salud, de los tribunales, y también de los trabajadores de Autoeuropa o de los transportes contra la creciente explotación y el capitalismo.
Además, si la plataforma “Juntos Vamos Mudar” quiere dialogar con las legítimas aspiraciones de los profesores, debería plantear esta discusión de manera abierta y transparente con los organismos de los docentes. No estamos de acuerdo con la defensa del apartidismo. De hecho, los sindicatos deben reflejar la voluntad de los trabajadores y no agendas ajenas a ellos, pero ningún grupo de trabajadores debe sentirse intimidado por querer construir una alternativa política o adherir a las que ya existen. Al mismo tiempo, los “dueños de todo esto” están muy bien organizados: tienen partidos, instituciones y mucho dinero. Fingir que no hay partidos en las luchas, sindicatos o movimientos sociales sirve solo para ocultar las verdaderas intenciones y estrategias partidarias de los poderes instalados y del statu quo.
Defender el derecho de los partidos a actuar políticamente y en el ámbito de la actividad sindical es una conquista histórica del 25 de abril de 1974, por la que lucharon tantas generaciones y, en ese sentido, debe ser defendida. Por eso, nosotros de Em Luta defendemos la autonomía de los sindicatos, es decir, que tomen sus decisiones democráticamente y cuenten con mecanismos internos que eviten el crecimiento de direcciones alejadas de los trabajadores y dependientes de la dirección, así como que permitan la diversidad de opiniones y tendencias que pueden expresarlas. En el caso de la plataforma “Juntos Vamos Mudar”, su vinculación a dirigentes del MAS, como lo fue André Pestana, es completamente legítimo, pero debe quedar claro para todos los sectores que adhieren a ella, lo que no sucedió. Estamos en contra de esconder que los dirigentes sindicales tienen afiliaciones políticas, fingiendo que no existen proyectos y organizaciones diferentes, como si estos no influyeran positiva y negativamente el curso de las luchas. Basta ver cómo durante la Geringonça (apoyada por el PCP), los sindicatos dirigidos por la CGTP, siguiendo las directrices de su partido, se opusieron a la mayoría de las luchas que enfrentaban al gobierno. Las luchas de la clase trabajadora tienen siempre un contenido político, pues se enfrentan no sólo a los patrones sino también a los intereses políticos en boga. Una lucha victoriosa exige, necesariamente, una lucha política por los intereses de nuestra clase.
En ese sentido, consideramos que el proyecto que el sector del MAS, liderado por Gil García y André Pestana, presenta para dar voz al descontento de los profesores es equivocado. Es muy importante que haya voces de los trabajadores, y entre ellos, una voz de los profesores expresando las luchas y batallando en defensa de sus intereses en el parlamento. Pero debemos darnos cuenta de que esta lucha sólo puede ser consecuente si tiene una perspectiva revolucionaria, de cambio de sistema. No será un diputado más en el parlamento, elegido con un programa reformista, lo que resolverá los problemas de los profesores y de la clase trabajadora. Plantear eso como el gran proyecto político, como lo hace este sector, es la expresión de su conformismo con la democracia de ricos en la que vivimos, mostrando que abdicaron de luchar por una nueva revolución que cuestione el actual sistema. Sin duda, un diputado, o más, que defienda un programa revolucionario dentro del parlamento es también un refuerzo de la lucha de la clase trabajadora. Sin embargo, lo que se propone es un proyecto político que tenga como objetivo central elegir un diputado, lo que si sucede está destinado a entregar las luchas y los intereses de los docentes y de la clase trabajadora en las manos de los capitalistas y poderosos. La propuesta de este sector del MAS lleva la ejemplar lucha de los profesores al callejón sin salida de la vía electoral, abriendo, lamentablemente, espacio para el aprovechamiento del sindicalismo del PCP y para la desmoralización de un conjunto de luchadores y luchadoras. Por otro lado, es de la desilusión con proyectos como estos, que prometen “Cambiar” pero tienden a mantener todo como está, que se alimenta la extrema derecha.
La acción antidemocrática de estos dirigentes en relación con su propio partido, el MAS, nos parece incluso equivocada cuando no aceptan la decisión de la mayoría de su organización. En una práctica desleal, deciden transformar el dominio que tenían sobre las tareas y el aparato interno del partido, así como de su personería jurídica, en un control exclusivo del mismo por parte de su sector, excluyendo de todo derecho a la mayoría del partido sobre la legalidad del mismo. Esta moral de vale todo para alcanzar los fines deseados es una moral ajena a la clase trabajadora, que debe repudiar maniobras nada transparentes y que solo sirven a la burguesía para desmoralizar la construcción de alternativas al sistema. La moral de los trabajadores y de los revolucionarios debe ser la de la solidaridad de clase, la de la nitidez política y la de que los medios tienen que fortalecer los fines: quien lucha por una sociedad sin opresión y explotación, no puede tener convivencia alguna con los métodos de los explotadores y opresores; quien quiere construir la democracia para aquellos para quien trabaja debe aceptar las decisiones tomadas por la mayoría. Por eso, Em Luta, como organización de la LIT-CI (Liga Internacional de los Trabajadores – Cuarta Internacional), sigue defendiendo una moral revolucionaria contra la moral del vale todo, y el centralismo democrático de los organismos de nuestro partido, por encima de cualquier dirigente.
Esta forma de actuación de estos dirigentes no debe confundirse con la lucha heroica de los profesores, que construyeron poderosas huelgas que empujaron al gobierno contra la pared como hace mucho no se veía. A esta lucha le faltó una dirección que exigiese a fondo, y de forma consecuente, la unidad de todos los profesionales de la educación para una gran hulega nacional unificada que derrocase al ministro y el gobierno. Este es el camino que hay que retomar, ligado a la lucha por cambiar el sistema capitalista de conjunto. Nosotros de Em Luta, como sección de la LIT-CI, estamos al servicio de fortalecer las luchas de los docentes y de toda la clase trabajadora, defendiendo que es fundamental una moral revolucionaria. Cuando nos acercamos al 50° aniversario del 25 de Abril de 1974, tenemos que reafirmar la necesidad de construir un partido revolucionario que luche por una nueva revolución en Portugal, que ponga en el orden del día el fin del sistema capitalista y la construcción de una sociedad sin explotación ni opresión, el socialismo. Nuestra organización está al servicio de este proyecto, y de todos aquellos que quieran fortalecerlo.
Traducción: Natalia Estrada.