No a la esclavitud moderna: ¡Abajo la escala 6×1, el Marco Fiscal y todos los demás ataques!
Por PSTU – Brasil
Mientras la lucha contra la escala 6×1 se masifica, en los pasillos de Planalto y del Congreso Nacional, el gobierno de Lula, junto con el Centrão, la derecha y representantes de la Faria Lima (la avenida, en São Paulo, símbolo del capital financiero), negocia los detalles del paquete de recortes, que prometió anunciar poco después del término de las elecciones municipales. Y la Comisión de Constitución y Justicia de la Cámara continúa discutiendo la Propuesta de Enmienda Constitucional (PEC) 164/12, que prohíbe el aborto legal en el país.
El Gobierno pone los derechos en la mira
La profundización en los recortes ya se viene realizando. Ahora, la situación empeorará con un paquete con ataques estructurales, como el fin del piso presupuestario de Salud y de Educación. En un momento en el que, al mismo tiempo que sufre una derrota electoral, el gobierno de Lula sigue moviéndose hacia la derecha, buscando atender los intereses de los multimillonarios capitalistas y aliarse con el Centrão y la derecha, lo que genera aún más desgaste para el gobierno.
Hay un debate en el gobierno, pero no se trata de si debe haber o no recortes sociales; sino como hacerlos. Sectores, como el de José Dirceu, defienden la tasación de los millonarios y los dividendos, además de algunos privilegios. El martes 11 de noviembre, el propio presidente Lula declaró que “si hay que recortar, recortamos de los militares, de los políticos, de las empresas, de todo el mundo”.
Al cerrar esta edición, Lula se encontraba reunido con el ministro de Defensa, José Múcio, para discutir una reforma en las pensiones de los militares, y cuando el gobierno decidió recortar R$ 6 mil millones del Beneficio de Prestación Continuada (BPC), para ancianos y personas con deficiencia, no se reunió con ningún representante de jubilados o pensionados.
¿Cuál es el problema ahí? En primer lugar, este paquete es precisamente para cumplir con el Marco y garantizar los intereses de los banqueros y multimillonarios. Esto a costa de recortar y reducir las inversiones en las áreas sociales. En segundo lugar, incluso si el gobierno, para dar la falsa imagen de que todos contribuyen al llamado “equilibrio fiscal”, negocia el fin de uno u otro privilegio de los militares, esto no redundará en ningún beneficio para la población. Se convertirá en efectivo para cumplir el objetivo de déficit fiscal.
Es un bombón envenenado para convencer al pueblo a aceptar ataques y retrocesos históricos en derechos como el seguro de desempleo, el FGTS [fondo de garantía], el bono salarial y muchos otros que están en la mira, arrojando la crisis sobre las espaldas de los trabajadores y del pueblo pobre, haciendo el trabajo sucio para la derecha.
Fin de la escala 6×1, reducción de la jornada y fin del Marco Fiscal
Ya nadie soporta más tanta explotación y masacre, en esta escala 6×1, que es una verdadera forma de esclavitud moderna, promovida por el sistema capitalista. La lucha creció tanto que la derecha y la ultraderecha se pusieron a la defensiva sobre este tema. Figuras execrables, como el diputado Nikolas Ferreira (PL-MG), se vieron obligadas a responder a las demandas de sus propias bases a favor de la medida.
Ahora pensemos. Gran parte de la izquierda justifica los ataques del gobierno de Lula basándose en la presión de los mercados y de una supuesta correlación de fuerzas desfavorable. Si realmente fuera así, el gobierno se apoyaría en ese movimiento, que se está masificando, no sólo para reducir la jornada laboral, sino también para ampliar derechos y enfrentarse verdaderamente a la ultraderecha, al propio Centrão y a los multimillonarios capitalistas. Sin embargo, el gobierno no se está moviendo para aprobar la medida.
El gobierno de Lula no está en disputa. Es un gobierno con y para la burguesía, con un proyecto económico socioliberal, que sólo beneficia a los multimillonarios y avanza en la entrega del país al imperialismo. Por eso, es necesario que los trabajadores lo enfrenten y lo derroten. Pero esto no sucederá sin una oposición de izquierda, de clase, revolucionaria y socialista. Sin esto, será la ultraderecha la que seguirá nadando a brazadas frente a cada ataque del gobierno.
Avanzar en la lucha por reducir la jornada laboral e ir más allá
Es necesario avanzar en la lucha para acabar con la escala 6×1, con la reducción de la jornada laboral a 30 horas semanales, sin reducción de los salarios. El crecimiento del movimiento iniciado por “Vida Além do Trabalho” (VAT – Vida más allá del trabajo) ha mostrado que esto es posible. A medida que nos acercamos al 20 de noviembre, Día de la Conciencia Negra, es necesario recordar que la mayoría de los trabajadores sometidos a esta esclavitud moderna es negra.
Es necesario presionar para la aprobación de la PEC en el Congreso, pero esto, por sí solo, no garantizará esta demanda. La derecha sostiene que “alguien tendrá que pagar” por la reducción de jornada. ¡Y es verdad! Entonces, que sean los multimillonarios y los grandes empresarios, ya que fue el pueblo el que pagó por 500 años de explotación. Y sigue pagando.
Es decir, hay que luchar para que no haya reducción de salario ni aumento en los precios de los productos. De modo que los costos necesarios para atender las demandas salgan de las ganancias de los grandes capitalistas y multimillonarios, que, sólo hasta agosto, según la Receta Federal, recibieron R$ 97,7 mil millones en beneficios fiscales.
Que los grandes capitalistas paguen también por los micro y pequeños empresarios, igualmente asfixiados por los banqueros con tasas de interés exorbitantes, ya que, en este país, quienes nadan en subsidios y exenciones son sólo los grandes terratenientes, los banqueros, los grandes industriales y los mega empresarios millonarios del comercio, de las cadenas de farmacias, del telemarketing, etc. Siempre a costa de nuestro dinero y de nuestra explotación.
Es necesario unir esta lucha a la lucha al combate contra el Marco Fiscal y también contra cualquier ataque a la Salud, la Educación, el seguro de desempleo, las bonificaciones salariales, el BPC, la jubilación o cualesquier otro derecho. Es necesario derogar la Reforma Laboral, la Reforma Previsional de Bolsonaro y todos los dispositivos que transfieren nuestra riqueza a los banqueros, como la Ley de Responsabilidad Fiscal.
Esta es una lucha que culmina en el enfrentamiento con el gran capital, la gran propiedad privada, el imperialismo y el propio sistema capitalista. Por eso, urge la necesidad de construir una alternativa revolucionaria y socialista, que coloque en el horizonte de la clase trabajadora un nuevo modelo de sociedad, gobernada por la clase que produce las riquezas y que, por lo tanto, debe administrarlas, en lugar de ser explotada por un puñado de capitalistas multimillonarios que se enriquecen con nuestra esclavitud y aumentan sus ganancias. Traducción: Natalia Estrada.