Sáb Sep 07, 2024
7 septiembre, 2024

Masivas concentraciones en Alemania contra la derecha

Por militantes de la LIT-CI en Alemania, 24 de enero de 2024

Durante el fin de semana del 20 y 21 de enero tuvieron lugar en muchas ciudades de Alemania concentraciones masivas contra la derecha. En Bremen se estima la participación de unas 45.000 personas, en Hanover cerca de 35.000 y cifras similares en varias ciudades más, como Berlín o Hamburgo. Algunas concentraciones tuvieron incluso que ser desconvocadas rápidamente por el desborde de asistentes. Estas manifestaciones fueron convocadas por “plataformas ciudadanas” a las que luego se sumaron los partidos oficiales, los sindicatos y diferentes asociaciones y grupos sociales. Pensamos que empezar a hacer un balance sobre estos acontecimientos para sacar algunas conclusiones, se vuelve muy necesario a la hora de poder plantear las perspectivas y su continuidad. En este artículo intentaremos abordar algunas de esas cuestiones.

La reunión en Potsdam

En noviembre de 2023, según se dio a conocer a través del medio Correctiv, la ultraderecha realizó una reunión en la ciudad de Potsdam con la participación de conocidos empresarios, abogados, políticos, médicos, miembros de la alta y mediana burguesía alemana de ultraderecha y varios miembros de AFD “Alternative für Deutschland” (Alternativa para Alemania). De esa reunión, que era en teoría secreta, se filtraron fotos y audios donde se hablaba de hacer un plan para deportar a más de 2 millones de inmigrantes con el objetivo de “defender la identidad alemana”. Se habló de elaborar un plan para expulsar y enviar al norte de África a los asilados, a las personas con derecho de permanencia y a los “no asimilados”. Además se habló de expulsar a los judios a Madagascar, como en su momento fue el plan del nazismo. A este proyecto le llaman “remigracion”.

Otro tema en debate fue organizar una red para tomar el poder. Uno de los puntos centrales para llevar a cabo este proyecto era invertir dinero para ganar la “batalla cultural” y convencer de la idea. Es por eso que para poder asistir a la reunión había que pagar 5.000 euros. El influencer y neonazi austríaco Martin Schellner fue el que presentó el proyecto a los allí reunidos.

Una estrategia muy similar a la de Trump, Bolsonaro o Milei, en la que las redes sociales juegan un rol propagandístico central, y la juventud y la población decepcionada son el objetivo principal a convencer.

En esta reunión participaron varios destacados dirigentes del partido AFD. Este partido ha sacado altos porcentajes de votos en algunas de las últimas elecciones regionales. En zonas como Turingia y Sajonia aparece como el partido con mayor intención de voto, llegando a un 30%, los mejores resultados de la ultraderecha desde la II Guerra Mundial. Si bien de momento su peso es en algunos estados (Länder) del este de Alemania, es el partido que actualmente aparece como lo “nuevo” y se proyecta también como alternativa para un sector en el oeste del país.

¿Por qué crece la derecha?

Ante estos hechos, la pregunta que debemos hacernos es ¿por qué crece la derecha?

Hay causas históricas antiguas, como la decisión consciente de no acabar en su momento con la estructura de políticos, militares, jueces y empresarios nazis, dejándoles ir de rositas tras la derrota de la II Guerra.

Existen otros elementos históricos más recientes, como el de la caída del Muro. Las conquistas económicas y sociales (pleno empleo, educación, salud y vivienda gratuita, etc), obtenidas con la expropiación en la República Democrática Alemana, fueron rápidamente desmanteladas por la tropa de Kohl y sus pandilleros capitalistas. Así, el prometido paraíso se transformó en un infierno cotidiano para los alemanes del Este. A cambio de poder elegir quiénes los iban a explotar cada 4 años, recibieron desempleo, destrucción de su industria (sólo dejaron funcionando el 30% aproximadamente), salarios y pensiones hasta el día de hoy más bajos, inseguridad, y un largo etcétera. Esta situación ha generado un sentimiento de frustración y engaño que provoca entre otras cosas que parte de la población apoye a estos partidos como forma de rechazo a los partidos de “occidente”. Por eso no es casual que el crecimiento más importante se dé en la zona de la ex-RDA.

Es evidente que el núcleo de cuadros y financiadores de estos proyectos ultraderechistas viene de la burguesía que apoya y vota estas variantes, porque les benefician y porque ideológicamente defienden ese programa. Pero por otro lado, hay un sector, y no menor, de trabajadores, pequeños comerciantes o jóvenes, que les dan su voto porque honestamente piensan que es un voto que sirve para cambiar el curso actual y que de esta manera podrán vivir mejor. A estos compañeros/as les decimos que su rabia ante la situación actual es más que justificada, pero que la solución a estos problemas no pasa por apoyar a esta “nueva alternativa” de partidos de derecha, sino todo lo contrario. Estos partidos, al igual que el resto de los partidos que hoy actúan en el parlamento y en las instituciones alemanas, hacen y harán siempre lo mismo. Tienen un discurso y un programa durante la campaña electoral, pero luego cuando asumen los cargos aplican otros. Como el SPD (Partido Socialdemócrata de Alemania) o Die Grünen (los Verdes), que nos hablan de los derechos laborales, la ecología o de la lucha contra el cambio climático, pero cuando gobiernan hacen todo lo contrario a lo prometido, y aplican recortes a los trabajadores/as, apoyan el genocidio a Palestina o le venden armas a medio mundo. Lo mismo hará AFD o su variante de turno. Ninguno de estos partidos nos dicen la verdad sobre por qué tenemos problemas. Ninguno nos va a decir que el problema es el sistema capitalista y sus millonarios, ni mucho menos que ellos gobiernan para los ricos.

El AFD dice que el problema son los inmigrantes, que son quienes generan el desempleo o la falta de presupuesto del Estado, porque cobran subsidios. Pero los que realmente generan el desempleo son los empresarios cuando echan trabajadores para poder producir más con menos mano de obra, y así poder ganar más dinero. Lo mismo sucede con la supuesta “falta de presupuesto”. No hay falta de presupuesto para sanidad, educación o para construir viviendas porque los asilados ucranianos cobran un subsidio. La falta de presupuesto se debe a que el gobierno gastó 100.000 millones de euros en la industria armamentística y para modernizar al ejército, le dió 9.000 millones a la compañía aérea Lufthansa para que despidiera trabajadores/as y renovase su flota, le da subvenciones a la industria automotriz que tiene ganancias millonarias todos los años, etc. Es decir, dinero hay, y mucho, el problema es que el dinero público generado con nuestro trabajo va a parar a los más ricos. Y si AFD mañana llega al gobierno va a hacer lo mismo, gobernar para los más ricos y reprimir a los trabajadores, ya sean inmigrantes o nativos.

Debate sobre la prohibición de AFD:

Ya desde que irrumpieron en la arena política se discutía la posibilidad de prohibir a este partido. Ante el conocimiento de esta “reunión secreta”, desde el gobierno se propone ilegalizar al partido AFD, que fue clasificado como “organización terrorista” por el organismo llamado en alemán “Verfassungsschutz” por considerar que este partido va contra la dignidad humana, la democracia y los principios del Estado.

¿Qué es la Verfassungsschutz?

Un capítulo aparte para explicar brevemente qué es esta “Verfassungsschutz”.

Lo que se llama oficialmente en castellano la Oficina Federal para la Protección de la Constitución (Bundestamt für Verfassungsschutz), tiene según se informa en su página oficial la tarea de funcionar como «sistema de alerta temprana, tiene la tarea de reconocer y evaluar las amenazas del extremismo político, el terrorismo y las actividades de espionaje con suficiente antelación a las medidas policiales. Además interviene en el ámbito de la protección de secretos y sabotajes.”

Dicho en otras palabras es un órgano como los servicios secretos, que también existen en Alemania, cuya función es preventiva, y que hacen públicos sus informes y decisiones para resguardar el orden capitalista burgués y prohibir y perseguir a todo aquel que intente cambiar algo en Alemania por fuera de las reglas burguesas. Este órgano publica anualmente la lista de organizaciones que se consideran deben estar controladas por el Estado. Por supuesto que esa lista está plagada de organizaciones, partidos y asociaciones de izquierda. Una “Oficina” de muy dudosa legalidad, aún desde el punto de vista del derecho burgués.

¿Por qué surgen estas concentraciones y qué reflejan?

Los buenos resultados electorales de AFD, la publicación de la reunión de Potsdam y el debate en los medios sobre su posible prohibición son el motor de estas convocatorias. Además creemos que hay que agregar como motivo importante el descontento generalizado de la población en su conjunto ante la situación económica y social actual. Estas convocatorias están precedidas por huelgas y manifestaciones como la de los maquinistas ferroviarios, los campesinos que con sus tractores en la calle tuvieron gran repercusión en todo el Estado o la de los camioneros. A esto hay que sumarle que las medidas anunciadas por el actual gobierno Federal para este año son en su mayoría recortes sociales, y que la patronal ya ha anunciado despidos en varios sectores industriales.

Hay encuestas que dicen que más del 90% de la población está disconforme o preocupada por la situación actual. Eso explica el porqué de la rápida convocatoria y de la masiva asistencia.

En estas concentraciones se vieron expresiones de solidaridad con un sin número de luchas. Había carteles de apoyo a Palestina, al movimiento LGTBI, a Sudáfrica por su denuncia de genocidio ante los Tribunales Internacionales, contra el imperialismo, etc,… Pero las dos reivindicaciones más sentidas claramente fueron contra la ultraderecha-nazi-AFD y de solidaridad con la inmigración.

Es claro que es un primer movimiento de una sociedad que comienza a reflejar malestar y polarización, sumándose a la tendencia que estamos viendo en muchos países desde hace algún tiempo.

Buenas intenciones, malas direcciones…

Como decimos en este artículo está claro que los asistentes a las concentraciones fueron con toda su buena voluntad y deseo de impedir el crecimiento de la derecha, de la xenofobia y el racismo y a expresar su descontento, lo cual saludamos y seguiremos apoyando e impulsando. Pero al mismo tiempo es importante reflexionar sobre cómo darle continuidad, con qué perspectivas, etc.

Las concentraciones fueron llamadas por plataformas ciudadanas que no se sabe bien de dónde surgieron. Las consignas de la convocatoria eran por la democracia, en defensa de la Constitución o contra la derecha, consignas sin duda muy ambiguas y sin ningún contenido de clase. Por eso no es sorprendente que rápidamente la mayoría de los partidos del régimen y los sindicatos se hayan sumado a las convocatorias.

Por eso pensamos que los participantes y los que realmente queremos combatir a la derecha, luchar por los derechos democráticos, contra los recortes, etc. debemos hacernos algunas preguntas como, por ejemplo: ¿Es posible con estos partidos luchar contra la derecha y contra la xenofobia, si son ellos mismos los que tanto a nivel de la Unión Europea o a nivel estatal votan una tras otra leyes que restringen cada vez más el derecho de asilo o la inmigración?

¿Debemos apoyar la ilegalidad de AFD, cuando sabemos que la ultraderecha y el facismo es una estructura que nunca se quiso desmantelar desde el propio Estado, ya desde la farsa de los procesos de Nüremberg en la que se juzgó a unos pocos responsables y se dejó libre a todos los responsables materiales e intelectuales del Holocausto hasta hoy? Muchos piensan que ilegalizar a AFD sería una buena medida, pero debemos tener en cuenta también que así como hoy clasifican a AFD de “organización terrorista” mañana pueden hacerlo con cualquier organización de izquierda, con la diferencia de que a AFD y a la derecha nunca les terminará pasando nada y los que sentimos todo el rigor de la represión institucional somos los partidos y organizaciones de izquierda. Pedir la ilegalización de AFD o dejar en manos del Estado alemán el combate a la derecha es pedirle al lobo que cuide a las ovejas.

Por eso nosotros, los militantes de la LIT.ci en Alemania, pensamos que debemos participar de las concentraciones e impulsar este movimiento pero sin caer presos de los partidos tradicionales y sus “plataformas de ciudadanos” con programas y consignas ambiguas. Sin una política alternativa clara quedaremos como meros espectadores y queramos o no terminaremos siendo furgón de cola de los intereses de los partidos patronales.

Es tarea de los/as activistas y organizaciones políticas, barriales, estudiantiles y sociales, discutir un programa y plan de trabajo que respondan a nuestros intereses y que de verdad luche contra la derecha, la xenofobia y los recortes democráticos y económicos.

¡Contra la derecha, organización y lucha!

¡Plenos derechos de asilo y para los/as inmigrantes!

¡No a los decretos de la UE y del gobierno contra la inmigración y los asilados!

¡Basta de recortes sociales!

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