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Brasil

Lula se reúne con el presidente de la Shell para discutir el petróleo en la Amazonía

octubre 20, 2024

Mientras estaba en Nueva York para hablar en la inauguración de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), el presidente Lula se reunió con el presidente global de la multinacional petrolera británica Shell, Wael Sawan, y con el presidente de la Shell Brasil, Cristiano Pinto.

Por Jeferson Choma

En el discurso de la ONU, Lula habló sobre las guerras y también sobre el cambio climático y reclamó a los países capitalistas centrales cumplir con los objetivos de reducción de emisiones de carbono.

Cuando se le preguntó si no veía contradicción entre su discurso y una reunión fuera de agenda con una de las mayores compañías petroleras del mundo, Lula respondió: “No veo ninguna contradicción. Recibí a un empresario [de una compañía] que simplemente está hace cien años en el Brasil (…). Es una empresa que contribuyó dentro de la lógica de las exigencias de la política energética del Brasil”, dijo.

En pauta, la exploración petrolera en la desembocadura del río Amazonas

La pauta era la exploración petrolera en la Amazonía, en el Margen Ecuatorial. Según la prensa, el CEO de la Shell entregó al presidente un estudio que defiende la necesidad de que el Brasil avance en la exploración petrolera. No es ningún secreto que Lula, el presidente de Petrobras, líderes de la situación y de la oposición de derecha, defienden la arriesgada exploración petrolera en la región. Hasta ahora, ninguna compañía petrolera ha comprobado junto al IBAMA que la exploración puede ser segura y sin riesgos ambientales. Pero hay mucho dinero y poder en juego, y las presiones sobre la agencia ambiental para que permita la exploración petrolera son enormes.

Petrobras presiona para que el IBAMA autorice la perforación del Bloque 59, ubicado a 160 kilómetros de la costa del Amapá. De otorgarse, esta autorización sería la primera de una catarata de autorizaciones para la apertura de esta nueva frontera petrolífera.

Brasil tiene 45 bloques de exploración petrolera en el Margen Ecuatorial. Fueron subastados en 2013. Petrobras posee actualmente 17 bloques y la Shell 11 bloques. Pero 60% de la exploración de la Petrobras se realizará en conjunto con la petrolera extranjera.

La farsa del desarrollo nacional

El Margen Ecuatorial ya es llamado “el nuevo presal brasileño”, con posibilidades de producir entre 5.000 y 7.500 millones de barriles de petróleo. El gobierno justifica la explotación (y también la mayoría de la oposición bolsonarista) diciendo que servirá al desarrollo nacional. Viejas palabras que ya han sido utilizadas para justificar la explotación del presal y la construcción de la central hidroeléctrica de Belo Monte. El país no se desarrolló, se volvió más desigual y más dependiente, incluso de la refinación de petróleo, y vulnerable a las crisis energéticas. No hay razón para pensar que el petróleo de la Amazonía mejorará la vida del pueblo. Sí, mejorará la vida de algunos políticos y, sobre todo, pondrá mucho dinero en los bolsillos de los grandes accionistas de Petrobras y Shell.

El petróleo no es nuestro

Esto se debe a que la expansión de esta nueva frontera petrolera se dará en el marco de la profunda desnacionalización de la explotación y producción petrolera en Brasil. El fin del monopolio petrolero estatal (en 1997), la venta de acciones de la Petrobras a inversores extranjeros que la convirtieron en una empresa de capital mixto, las innumerables subastas de yacimientos petrolíferos (como la de Libra, vendida a multinacionales por un precio que correspondía a 1% de su valor real), los planes de desinversión y ventas de activos de la petrolera (venta de la BR distribuidora y refinerías), la política de Precios de Paridad de Importación y la exportación de crudo para comprar petróleo refinado son ejemplos del fondo del pozo neocolonial en que el país fue arrojado por los gobiernos de FHC, Lula, Dilma, PT, Temer y Bolsonaro. Por eso, la explotación de petróleo en el Margen Ecuatorial, directa o indirectamente, representará un saqueo más de los recursos energéticos del Brasil por parte del imperialismo mundial.

Margen Ecuatorial: amenaza contra el clima y la Amazonía Azul

Pero la exploración petrolera también contribuirá al calentamiento global, causado por las emisiones de carbono provocadas por la quema de petróleo. Las consecuencias del calentamiento son más que visibles en olas de calor, sequías, lluvias intensas y huracanes devastadores, y si no hay una reducción drástica de las emisiones, la humanidad se encaminará hacia el colapso climático en este siglo.

Además, la exploración amenaza la desembocadura del río Amazonas y la llamada “Amazonía Azul”, caracterizada por extensos manglares que se extienden desde Amapá hasta Maranhão –es la franja continua de manglares más grande del planeta y representa un enorme “vivero” para innumerables especies marinas–. Los manglares también desempeñan un papel fundamental en la captura de gases de efecto invernadero (GEI) y tienen la increíble capacidad de capturar el doble de carbono que la propia selva tropical.

Brasil no necesita esta explotación que enriquecerá aún más a algunos capitalistas. Necesita el desarrollo de nuevas fuentes de energía renovable. Esto podría lograrse nacionalizando todos los recursos energéticos del país –incluido el petróleo y la producción de electricidad– y utilizando sus ingresos para garantizar inversiones e investigaciones científicas que garanticen la transición energética. Es necesaria una Petrobras 100% estatal y controlada por los trabajadores para que la petrolera se convierta en una empresa de energía renovable. Para lograrlo, es necesario enfrentar a los mayores enemigos de la transición energética, que son los capitalistas y accionistas privados que mandan en la Petrobras. Traducción: Natalia Estrada.

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