El escándalo de P. Diddy como producto de la decadencia del capitalismo monopolista
En los círculos del hip-hop se suele decir que el rap ha ganado el mercado; en realidad, el proceso fue lo opuesto: el mercado capitalista se apropió del rap.
Por Hertz Dias*
“Al fomentar el desarrollo progresivo de la técnica, la competencia no sólo consume gradualmente las capas intermedias, sino que también se consume a sí misma. Sobre los cadáveres y semi-cadáveres de los pequeños y medianos capitalistas emerge un número cada vez menor de magnates capitalistas cada vez más poderosos. De este modo, la competencia honesta, democrática y progresista engendra irrevocablemente un monopolio pernicioso, parasitario y reaccionario” (León Trotsky, Competencia y Monopolio).
Los escándalos que involucran a P. Diddy se encuentran entre los mayores de la historia de la industria cultural. El reconocido rapero, empresario y ejecutivo renombrado de la música mundial se encuentra en prisión desde el 16 de setiembre. Celebridades como Rihanna, Jay-Z, Beyoncé, Justin Bieber, Cuba Gooding Jr. y Jennifer López integran la lista de los citados, además de artistas como Eminem y 50 Cent que hacen graves acusaciones contra Diddy.
Sean “Diddy” Combs está siendo acusado formalmente por tráfico sexual, asociación ilícita y promoción de la prostitución. Además, hay denuncias de sobornos, tráfico de drogas, violaciones, palizas e incluso asesinatos de personalidades como 2Pac Shakur y la modelo y ex esposa Kim Porter. También circulan teorías de la conspiración que atribuyen a Diddy la muerte de celebridades como Michael Jackson.
Sin embargo, pocos relacionan estos escándalos con la naturaleza decadente del capitalismo y su industria cultural monopólica, que convirtió a Diddy en uno de sus principales exponentes. Este artículo busca mostrar que el monstruo detrás de P. Diddy es producto de esta fábrica de monstruos llamada capitalismo, especialmente capitalismo monopolista.
Los métodos de P. Diddy son los métodos de los monopolios
En el mundo del hip-hop se suele decir que el rap ganó mercado, pero en realidad el proceso fue el contrario: el mercado capitalista se apropió del rap. De este proceso surgieron grandes monopolios, como las grabadoras Roc Nation de Jay-Z y Bad Boy Records de P. Diddy. El patrimonio neto de Jay-Z se estima en 2.500 millones de dólares. El patrimonio neto de P. Diddy es de 600 millones de dólares.
Como se menciona en el epígrafe de este texto, todo indica que el desarrollo de estos monopolios, especialmente el de P. Diddy, se produjo de manera perniciosa y reaccionaria.
Los testimonios de Duane “Keefe D” Davis, arrestado acusado de asesinar a 2Pac en 1996, afirman que P. Diddy ordenó esta muerte que sacudió la escena hip-hop mundial. Keefe D declaró que Diddy ofreció un millón de dólares por la muerte de 2Pac y que dijo que las cosas debían cambiar, incluso si eso significaba la muerte de los raperos.
2Pac era de Death Row Records, el sello que lanzó álbumes icónicos como “Chronic” y “All Eyez On Me”. Mientras tanto, Bad Boy Records representaba la Costa Este del hip-hop. Si se acusa a P. Diddy de mandar a asesinar a 2Pac, a Suge Knight se le acusa de matar a Notorious BIG, siete meses después de la muerte de 2Pac.
Está claro que P. Diddy utilizó los métodos de los grandes monopolios para eliminar a los competidores y construir su imperio en el entretenimiento. El imperio de Diddy se construyó sobre la base del chantaje, el tráfico sexual, el tráfico de drogas, las violaciones y los asesinatos. Los principales medios de comunicación vendieron esto como una guerra entre dos regiones; sin embargo, se trataba de una guerra entre dos imperios burgueses.
P. Diddy no era un hombre negro más que se hizo burgués en la “tierra de los sueños”, sino un megaburgués que, como todos los megaburgueses, hizo del Estado y de la justicia burguesa sus “mostradores de negocios”. Su influencia nunca se limitó al mundo de la música, se extendió a la política y al narcotráfico. Donald Trump dijo una vez que adoraba a Diddy y que lo consideraba un buen sujeto. Diddy también lo llamó de amigo.
Lobotomizaron el hip-hop para hacerlo menos peligroso
Es importante recordar que tales monopolios no se construyen sólo con violencia y soborno. P. Diddy y otros son partes fundamentales del proceso descrito por Chuck D del Public Enemy como lobotomía: la destrucción de la memoria histórica del hip-hop. Estos “dineros negros” fueron esenciales para lobotomizar la cultura hip-hop.
El hip-hop nació bajo la fuerte influencia de Malcolm X y los Panteras Negras. La madre de 2Pac, Afeni Shakur, fue una de las grandes líderes femeninas de este movimiento. Después de la muerte de Malcolm X y la destrucción física y política del Partido de los Panteras Negras, el hip-hop pasó a ser el hilo conductor de la “pesadilla negra” que la burguesía estadounidense tanto temía.
Para incorporar el hip-hop al mercado capitalista monopolista fue necesario vaciarlo políticamente, llevar a cabo una operación de lobotomía que transformara a algunos de sus miembros en megaburgueses.
Antes de eso, era la juventud burguesa la que escuchaba rap para entender la vida más allá de los muros de los lujosos condominios. Hoy vemos a los residentes de las favelas intentando imitar estilos de vida burgueses inspirados en figuras como P. Diddy.
Cada vez es más común ver a jóvenes de favelas cantando rap como si fuesen empresarios sin capital o dueños de autos de lujo sin dinero para tomar un ómnibus. El machismo y la ostentación reemplazaron al odio de clase y raza. Este comportamiento es producto de la ideología construida en este proceso.
En las décadas de 1980 y 1990, Brasil importó el hip-hop como un importante arma política y cultural para los jóvenes negros y de las favelas. Sin embargo, a partir de la segunda mitad de los años ’90, toda la basura cultural producida por el “negocio del hip-hop” completamente lobotomizado llegó al país.
Lo que está saliendo a la luz en el caso de P. Diddy no es producto de la decadencia del hip-hop. Es reflejo del capitalismo en su fase más decadente –el capital monopolista–, que es el Midas de la decadencia humana, que pudre todo lo que toca.
Para los jóvenes que hacen hip-hop en las quebradas [los barrios pobres], este puede ser un momento interesante para reflexionar sobre sus prácticas artísticas. Nadie debería aceptar reglas en el mundo del arte; de lo contrario, la cultura deja de ser cultura.
Sin embargo, mucho de lo que está presente en el hip-hop actual no es fruto natural de los barrios pobres. Es una imposición de lo peor que tiene la industria cultural monopolista disfrazada de evolución y modernidad.
Con todo, si no es posible que exista arte libre en el capitalismo, es necesario destruir esta forma de organización social para dar al arte las alas de la libertad.
*Hertz Dias es miembro de la Secretaría de Negros del PSTU y vocalista del grupo de rap Gíria Vermelha
Artículo publicado en www.opiniaosocialista.com.br, 7/10/2024.-
Traducción: Natalia Estrada.