El asesinato de las Hermanas Mirabal

Cada 25 de noviembre se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (DIEVCM) que instituyera la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) en 1999, partiendo de una propuesta de la República Dominicana a la que adhirieron otros ochenta países, a raíz del asesinato de las Hermanas Mirabal, ocurrido en esa misma fecha de 1960, por orden del entonces dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo.
Por: Marta Morales
¿Quiénes fueron las Hermanas Mirabal?
Las hermanas Mirabal Reyes –Patria Mercedes, Minerva Argentina, María Teresa y Bélgica Adela– eran hijas de un hacendado y hombre de negocios de la República Dominicana, que poseía una finca en Ojo de Agua, Salcedo, y que perdió casi toda su fortuna con la llegada de Trujillo al poder.
Sus hijas (particularmente, Minerva y María Teresa) se opusieron abiertamente a la dictadura trujillista y formaron parte de un grupo de oposición al régimen, llamado Agrupación Política 14 de Junio, desde el que combatieron contra él pese a las cárceles, torturas y violaciones que sufrieron. Por su parte, Patria, si bien no tenía el mismo compromiso político que sus hermanas, ayudaba en la lucha guardando en su casa el armamento de los que se insurreccionaban contra Trujillo. Y la cuarta hermana, Bélgica “Dedé”, que nunca se involucró directamente en esta pelea, fue la única que sobrevivió al régimen; murió en febrero de 2014. Escribió en 2009 el libro Vivas en su jardín y trabajó en pro de preservar la memoria de sus hermanas con el Museo Hermanas Mirabal.
En mayo de 1960, el Estado dominicano del dictador Trujillo juzgó a las hermanas Mirabal, junto a sus esposos, por atentar contra la seguridad del Estado. Todos fueron declarados culpables y encarcelados, pero apenas tres meses después –el 9 de agosto– ellas fueron dejadas en libertad por orden del propio Trujillo, quien de esta manera pretendía mostrar su “generosidad” cuando, en realidad, no era más que un pretexto para continuar persiguiéndolas.
Las Mariposas, nombre con el cual también se conocía a las hermanas Mirabal, fueron emboscadas durante una de las visitas a sus maridos, aún en la cárcel, y asesinadas por el Servicio de Inteligencia Militar (SIM), no sin antes torturarlas, golpeándolas hasta la muerte, para luego meter los cuerpos en el jeep y simular el accidente automovilístico que terminó con los cuerpos de las hermanas y del chofer Rufino de La Cruz en un precipicio.
Este hecho, lejos de “eliminar” el problema, se convirtió para Trujillo en el principio de su fin. El asesinato de “Las Mariposas” produjo en el pueblo dominicano una ola de simpatía por sus posiciones y su lucha, y Trujillo fue asesinado el 30 de mayo de 1961.
En 1962 se inició un juicio contra los involucrados y cómplices del asesinato de las hermanas Mirabal y su chofer. El tribunal condenó a los principales responsables a la pena de 30 y 20 años de prisión, si bien grupos militares afines al antiguo dictador consiguieron pasaportes con los que estos condenados salieron del país poco después.
La finca de La Cumbre, en Ojo de Agua, Salcedo, donde ellas vivieron, es hoy un museo que conserva sus trajes y pertenencias. Existe, además, una vasta filmografía y documentales que las recuerdan y las reivindican en su tenaz lucha democrática contra la dictadura del Estado dominicano, así como una estación del metro de Santo Domingo que lleva su nombre, un billete de 200 pesos alusivo a ellas, emitido en 2007, y hasta un arbolito endémico de “La Española” que fue descubierto en las montañas de la provincia Hermanas Mirabal.
¿Por qué la ONU las eligió como símbolo?
La ONU “necesitó” instaurar este día de “no violencia contra las mujeres”, y debió hacerlo como una reivindicación de la lucha democrática de las Hermanas Mirabal contra la dictadura de Trujillo, a partir del Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, que tuvo lugar en Bogotá, Colombia, en 1981.
Y si bien cabe reivindicar a las Hermanas Mirabal en su lucha democrática contra la dictadura, y condenar la manera atroz como fueron torturadas y asesinadas, es necesario a la vez decir que la ONU las escoge como símbolo precisamente por su procedencia de clase, dejando muy claro qué intereses defiende.
Mientras tanto, hay miles de mujeres trabajadoras en el mundo que sufren de manera cotidiana todo tipo de violencia, mujeres trabajadoras anónimas, que también han dado y dejado sus vidas en la lucha no sólo contra la violencia machista sino también contra la violenta explotación capitalista. Ellas son para nosotras el símbolo de la lucha de la clase obrera y los explotados por transformar esta sociedad y construir otra sin opresiones, sin violencia, sin explotación. Una sociedad socialista en la que hombres y mujeres tengamos los mismos derechos.