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Brasil | No sea rehén del “mal menor”: por qué el voto útil es Vera y la 16

septiembre 28, 2022

Para derrotar a Bolsonaro y cambiar el país, es necesario fortalecer una alternativa independiente de la burguesía y socialista. Cada voto en las candidaturas del PSTU es un paso en este proyecto.

Por: Redacción PSTU Brasil

Al cerrar esta edición, las encuestas apuntaban a la posibilidad de que la candidatura Lula-Alckmin gane las elecciones en primera vuelta. Mucho más que una expectativa real de lo que vendría con un gobierno del PT, lo que predomina es el profundo rechazo a Bolsonaro.

La candidatura Lula-Alckmin refuerza la campaña por lo que llaman un “voto útil”, como forma de derrotar a Bolsonaro. ¿Cuál es el problema con este discurso? No será votando por Lula-Alckmin que realmente derrotaremos a Bolsonaro y a la ultraderecha, y mucho menos resolveremos los problemas de la clase trabajadora. No los problemas más inmediatos, como los 33 millones de brasileños que pasan hambre, y mucho menos el desempleo, producto de este sistema de explotación y opresión, centrado en la ganancia y la acumulación de capital.

El “mal menor” es la decepción que se avecina

La entrada del banquero Henrique Meirelles, exdirector del BankBoston, en la campaña Lula-Alckmin provocó una suba en la Bolsa, indicando la aprobación del mercado financiero. Apenas anunció su adhesión a la fórmula, Meirelles dijo lo que debería hacer el futuro gobierno para resolver la crisis: “reforma administrativa rigurosa” (léase, atacar los servicios públicos), privatizaciones y ajuste fiscal.

No llega a ser una novedad. Meirelles fue presidente del Banco Central durante el gobierno de Lula cuando se aprobó la Reforma de las Pensiones del Sector Público, todavía en 2003. Casi 15 años después, bajo la dirección de Michel Temer, encabezó, entonces como ministro de Hacienda, la Reforma Laboral que alteró más de 100 puntos a CLT [Código Laboral] y retiró numerosos derechos. El resultado lo conocemos muy bien: no solo no se crearon nuevos puestos de trabajo, sino que aumentó el desempleo y la precarización dio un salto.

En otras palabras, si en el inicio de la campaña Lula llegó a coquetear con una crítica a la Reforma Laboral, lo que sirvió de justificación para la adhesión del PSOL, ahora abraza a uno de sus principales mentores.

Muchos llegan a decir: “No tengo ninguna expectativa en el futuro gobierno Lula, pero, frente a la barbarie del gobierno de Bolsonaro, todo vale para sacarlo de ahí”. ¿Cuál es el gran problema de este argumento? Es pensar que se puede derrotar a la ultraderecha a través del voto y con un gobierno aliado a los banqueros, las multinacionales y el agronegocio, y dejar para después la construcción de una alternativa de independencia de clase, socialista y revolucionaria. Esto porque, al ser elegido y no resolver los principales problemas del país (por el contrario, por esa política económica que viene señalando, solo se agudizarían en un escenario de profundización de la crisis capitalista), un eventual Lula-Alckmin no tendrá otro camino que no sea atacar a la clase trabajadora, mantener este sistema de tremenda desigualdad, generar decepción y desmoralización. O sea, engrosar el caldo de cultivo para el mantenimiento y hasta el fortalecimiento del bolsonarismo.

En la primera vuelta, tenemos que fortalecer una alternativa de la clase trabajadora, revolucionaria y socialista, que pueda ayudar en el avance de la conciencia, de la organización y de la lucha de nuestra clase. Fortalecer una alternativa para enfrentar a la extrema derecha por la raíz; o sea, enfrentando también a los multimillonarios, la “Faria Lima” (avenida de São Paulo símbolo del poder capitalista), sus gobiernos, la corrupta “ricocracia” de siempre y este sistema capitalista. Este es el camino para acabar realmente con el hambre, el desempleo, la vergonzosa desigualdad social, y conquistar la soberanía para el país.

Fortalecer una alternativa socialista. Bolsonaro y la crisis se derrotan con organización y lucha

Para enfrentar y derrotar a Bolsonaro, el bolsonarismo, y resolver los principales problemas que aquejan a la gran mayoría de la población, como el desempleo, la carestía, la caída de los ingresos y la precariación, es necesario avanzar en la organización independiente de la clase trabajadora y luchar.

Y esto es así por una razón muy sencilla: es imposible resolver las necesidades más inmediatas, como el hambre, e incluso las más estructurales, como el desempleo o la salud y la educación, sin atacar las ganancias, los privilegios y las propiedades de los súper ricos y multimillonarios. De esa minúscula porción que controla las 100 empresas más grandes y que, juntas, dominan más de 60% de nuestra economía.

No existe esa historia de derrotar a Bolsonaro y la extrema derecha sin resolver la crisis económica y social que nos empujó a este infierno. El bolsonarismo no es un rayo en un cielo azul, sino el resultado de la profundización de una larga crisis y de décadas de retroceso. Es expresión del retroceso del país comandado por el imperialismo, y administrado por sucesivos gobiernos, que pretende entregar el Brasil de una vez por todas, reprimarizar nuestra economía (es decir, reducirlo al papel de exportador de productos primarios, como los agrícolas y minerales) e imponer, como viene imponiendo, un nuevo padrón de explotación.

Votar un proyecto socialista y revolucionario

La presión por el llamado “voto útil” es una forma de chantaje para mantenernos rehenes de las mismas alternativas de siempre. La única manera de resolver esta dramática crisis económica y social, así como la causada por las amenazas a las libertades democráticas, desde el punto de vista de la clase trabajadora y de la mayoría de la población, de los negros, de las mujeres, de los indígenas y y de la juventud, es avanzar en organización, movilización y una estrategia independiente y socialista.

En estas elecciones, cada voto por Vera y Raquel Tremembé es un ladrillo en la construcción de esta alternativa. Cada voto es un paso adelante en la derrota, de verdad, del bolsonarismo, de la ultraderecha y, también, de los males que desde hace 500 años nos condenan a una vida de explotación y opresión. El verdadero voto útil para la clase trabajadora es el voto por el proyecto socialista y revolucionario. Es el voto 16.

Útil es expropiar a los multimillonarios para generar empleo y acabar con la pobreza.

16 medidas obreras para enfrentar la crisis capitalista

1.    Reducción de la jornada de trabajo, sin reducción de los salarios, hasta alcanzar el pleno empleo; trabajo para todos y todas con plenos derechos y contrato formal.

2.    Plan de obras públicas para generar empleos y suplir las necesidades básicas, como infraestructura, vivienda y saneamiento.

3.    Aumento general de salarios, hacia el mínimo del Dieese (R$ 6.298,91).

4.    Auxilio de Emergencia de un salario mínimo para todos los desempleados, mientras no haya pleno empleo.

5.    Derogación integral de las reformas de Trabajo y Previsional.

6.    Educación, Salud y servicios públicos de calidad para todos. Estatización de la Salud y de la Educación privadas y su incorporación al sistema público.

7.    Reforma agraria radical bajo control de los trabajadores; apoyo y sostén a la producción familiar.

8.    En defensa del medio ambiente y de los pueblos indígenas. Fin del Marco Temporal, demarcación y titulación de tierras indígenas y quilombolas, y expropiación del latifundio.

9.    Fin de todas las opresiones. Combate al racismo y defensa de reparaciones históricas. Fin del exterminio y del encarcelamiento en masa de la juventud negra por parte de la policía, desmilitarización de la Policía Militar y extinción de la Ley Antidrogas. Combate a la LGTBIfobia. ¡Contra el proyecto Escuela Sin Partido, por educación sexual en las escuelas y la criminalización de la LGBTfobia! Combate al machismo. Legalización del aborto, reversión de los cortes y aumento de fondos destinados a combatir la violencia contra la mujer.

10.  Exención de tasas y tarifas públicas para los desocupados; cancelación de las deudas de asalariados, desempleados y pequeños empresarios. Crédito barato al pequeño empresario.

11.  Exención del Impuesto a la Renta hasta 10 salarios mínimos.

12.  Impuesto sobre las grandes fortunas, pero también impuesto fuertemente progresivo sobre la gran propiedad, rentas, utilidades y dividendos del gran capital.

13.  Suspensión del pago de la deuda pública a los banqueros y realización de una auditoría, reorientando estos recursos para acabar con la escandalosa deuda social existente en nuestro país.

14.  Prohibición de la remesa de lucros por parte de bancos y multinacionales hacia afuera del país.

15.  Reestatización de todas las empresas privatizadas, bajo el control de los trabajadores y trabajadoras. Petrobrás 100% estatal, bajo control de los trabajadores, para la producción, a precio de costo, de combustible y gas para cocinar para la población, sin descuidar el medio ambiente.

16.  Expropiación a los 62 multimillonarios y a las 100 empresas más grandes, poniéndolas bajo el control de los trabajadores y de la mayoría de la población.

Gobierno socialista de los trabajadores. Para acabar con la pobreza, expropiar a los multimillonarios

Para acabar con la pobreza y la desigualdad, y derrotar de una vez por todas a la extrema derecha, es necesario enfrentarse a los superricos y no gobernar con ellos y para ellos.

Para la Faria Lima lo importante es controlar cada gobierno y, cuando crece el descontento con el sistema, apela a salidas autoritarias o busca componer gobiernos que solo den una apariencia de cambio para que todo siga igual.

Por eso nosotros, de la clase trabajadora, debemos decir “Fuera Bolsonaro”, pero, también, que la alianza Lula-Alckmin-Meirelles no es una solución. Porque las medidas necesarias, básicas y simples, para cambiar el país y derrotar a la extrema derecha nunca se conquistarán en alianza con la Faria Lima, sin lucha, a través de un gobierno de alianza con banqueros, latifundistas, grandes empresarios o, incluso, administrando esta “ricocracia” y un sistema capitalista corrupto.

El desempleo, la pobreza, la carestía y la desigualdad extrema son perpetuados por este sistema capitalista que combina un aumento cada vez mayor de la explotación con la entrega y la desnacionalización del país. Para cambiar de verdad, es necesario recuperar lo robado a los trabajadores y trabajadoras, expropiando las 100 empresas más grandes y poniéndolas bajo control obrero, para que funcionen de acuerdo con las necesidades de la población y no para la ganancia de unos pocos.

Es necesario dejar de pagar la falsa deuda pública a los banqueros, reorientando lo que va a los bolsillos de los megainversores hacia el empleo, la salud y la educación.

Lo que necesitamos es un gobierno socialista de los trabajadores, que gobierne a través de consejos populares y se apoye en la movilización unificada de los trabajadores y de la mayoría del pueblo.

El voto útil en el primer turno es lo que fortalece esta alternativa.

Artículo publicado en www.pstu.org.br, 21/9/2022.-

Traducción: Natalia Estrada.

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