Vie Mar 29, 2024
29 marzo, 2024

¡Armas para la Resistencia Ucraniana!

Los últimos hechos reafirman que estamos en la decadencia de la época imperialista. Lenin previó que esta sería una época de catástrofes y conflictos, guerras y revoluciones. Luego de una pandemia que causó millones de muertos, con conflictos sociales y militares en gran parte del globo, aumento de la crisis económica, con el consiguiente aumento del hambre y la miseria para la mayoría de la población del planeta.

Por: Américo Gomes, 23/3/2022.-

Como escribió Trotsky, “La vida del capitalismo monopolista en nuestra época es una cadena de crisis. Cada una de las crisis es una catástrofe (que el intento de superarla…) prepara el terreno para otras crisis más profundas y más extensas”.

Putin quiere reconstruir el imperio ruso destruido por los bolcheviques

Para entender el significado real de la guerra en Ucrania tenemos que partir del concepto de naciones opresoras y oprimidas desarrollado desde un punto de vista teórico y político por Lenin. Fue suyo el mérito por el desarrollo de una estrategia revolucionaria para las naciones oprimidas [1], a partir de las conclusiones de Marx sobre la cuestión irlandesa.

Lenin escribió que en la época imperialista, la política de la gran burguesía internacional es de anexiones y guerras, para la opresión y la explotación. Estableció el concepto de “naciones opresoras y oprimidas” [2]. Con la diferenciación entre el nacionalismo de la nación opresora, regresivo, y el nacionalismo de los oprimidos, progresivo, y el derecho a la autodeterminación. Al hacerlo, convirtió la lucha por la soberanía nacional contra la opresión colonial en una de las demandas democráticas fundamentales del programa de la revolución permanente de los revolucionarios marxistas como parte de la revolución socialista.

Después de la Revolución de 1917 y la toma del poder por los bolcheviques, la política concreta de Lenin fue la formación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas de forma completamente antagónica a como se formó el Imperio ruso, al que llamaron “la prisión de los pueblos”. Los bolcheviques defendieron la autodeterminación de todas las nacionalidades y su adhesión libre a la URSS.

Stalin hizo lo contrario, cuando intentó rusificar Georgia, con Lenin aún vivo, hecho que llevó incluso a la ruptura de las relaciones personales entre ambos. Tras la muerte de Lenin, Stalin avanzó con esta política en toda la URSS, asfixiando a las nacionalidades, realizando genocidios y grandes traslados de poblaciones, como ocurrió en Crimea [3] .

Por eso Putin polemiza con Lenin sobre el tema [4] . Lo cual en cierto sentido es correcto. Putin, como él mismo dice, quiere establecer el Imperio ruso que fue destrozado por Lenin y los bolcheviques. Para ello, el régimen dentro de Rusia es también violento contra el pueblo ruso, un régimen bonapartista capitalista, que reprime violentamente a la clase trabajadora y las más de 160 nacionalidades.

Los granrrusos fomentan prejuicios contra los tártaros musulmanes de Crimea, los chechenos, los georgianos y los kazajos, y todos los pueblos no blancos, los que representan aproximadamente la mitad de los operarios en Rusia y ocupan los peores puestos de trabajos y reciben los peores salarios.

Actualmente, Putin apoya las dictaduras de Belarus, Kazajistán y Chechenia. Para eso ganó la sangrienta guerra de Chechenia en 2009; después de invadir Georgia en 2008 para controlar Osetia del Sur; en 2020 amenazó enviar tropas a Belarus para reprimir el levantamiento popular contra Lukashenko; en enero de 2022, se enviaron tropas rusas a Kazajistán para reprimir los movimientos de protesta. En una política chovinista y opresiva donde se hace explícito que la invasión de Ucrania no es una guerra defensiva contra la OTAN sino una guerra ofensiva en su parte del proyecto de restablecer lo que sería su espacio vital.

El pacifismo y la neutralidad ayudan a Putin

Como en todo gran acontecimiento de la lucha de clases, las organizaciones que se dicen de la clase trabajadora y del movimiento social se dividieron, al igual que las burguesas. Los estalinistas y neoestalinistas y la mayoría de los partidos comunistas de todo el mundo han vuelto a utilizar la teoría de los campos, tratando de descubrir algo de progresivo en el gobierno de Putin, lanzando mentiras y falsificaciones sobre el pueblo ucraniano, todo para atrincherarse del lado del sanguinario y represor[5]. Los que tristemente son seguidos por algunas organizaciones trotskistas.

Esta posición apoya cualquier régimen capitalista, por más repugnante que sea, como el de Putin, Díaz-Canel, Ortega, Maduro o Bashar al Assad porque supuestamente se opone al imperialismo estadounidense. Cierran lo ojos ante estos gobiernos que explotan a la clase trabajadora, cometen crímenes y terrorismo de Estado, opresiones nacionales, e incluso guerras y contrarrevoluciones contra su propio pueblo. En Ucrania, están del lado de la invasión y la ocupación.

Por otro lado, entre los que, correctamente, apoyan el derecho a la autodeterminación del pueblo ucraniano, la protección de los derechos de las minorías nacionales, y están a favor de la resistencia, lamentablemente, están los pacifistas. Basados en el sentimiento de paz de gran parte de la población mundial y el rechazo a las ofensivas imperialistas, no defiende el apoyo material a la resistencia, como el envío de medicamentos y armas a la resistencia ucraniana. Todos con el lema “Alto a la guerra en Ucrania”, “No a la expansión de la OTAN”, pero negándose a promover campañas que envíen solidaridad material a Ucrania[6].

Los marxistas revolucionarios deben diferenciarse de la política estalinista, que defiende la victoria de Putin; y también de los pacifistas, que apuestan a que las “pseudo-sanciones” imperialistas puedan detener al ejército ruso, o que los ucranianos deben aceptar un trato que desmembre a Ucrania o que viole su soberanía nacional.

Solo la movilización independiente de los trabajadores puede derrotar la invasión rusa. La paz solo se logrará con la derrota militar de Putin, y no decir eso es sembrar ilusiones. Defender que los trabajadores no tomen las armas para su autodefensa en caso de guerra es una política impotente y derrotista para la clase, en esta que debería transformarse en una lucha revolucionaria.

Ucranianos preparando cócteles molotov

En esta trinchera deben estar los verdaderos revolucionarios. El deber del proletariado mundial debe estar dictado por ayudar a los pueblos oprimidos en su lucha nacional contra las naciones opresoras y contra su propio imperialismo.

Ucrania: una nación oprimida que lucha por la soberanía nacional

La lucha de resistencia en Ucrania, como en otros países de la región, contra la cárcel de los pueblos, se convierte en una lucha por la soberanía nacional frente a un poder opresor, invasor y ocupante.

En Ucrania, la revolución democrática llegó en 2014 y derrocó al dictador títere de Moscú, Yanucovich. Estableció una democracia burguesa. Fue elegido Zelensky, un gobierno burgués proimperialista, partidario de la adhesión a la Unión Europea, al igual que las direcciones nacionalistas de Cataluña y Escocia. Antes de la ocupación rusa aplicaba un duro paquete del FMI: cambio en la constitución, que permite la venta de tierras a extranjeros; reducción de salarios y un recorte brutal en el gasto social y despidos; a favor de los oligarcas ucranianos y rusos que tienen empresas en Ucrania [7 ] .

Cuando la Italia de Mussolini invadió Etiopía, esta estaba gobernada por el emperador etíope Haile Selassie, y Trotsky respondió que aquellos que opinaban que la guerra ítalo-etíope sería un conflicto entre dos dictadores rivales estaban equivocados, no veían que Etiopía era una nación oprimida y que, por lo tanto, la victoria de Mussolini sería una victoria imperialista contra los movimientos nacionalistas. Mientras que la victoria de Etiopía sería un golpe poderoso, no solo para el imperialismo italiano sino para el imperialismo como un todo y daría un poderoso impulso a las fuerzas rebeldes de los pueblos oprimidos[8].

Entonces, si Putin triunfa en Ucrania, significa el refuerzo del uso de la fuerza por parte de una nación opresora contra una nación oprimida y el ataque a los pueblos oprimidos de todo el mundo. Su victoria fortalecerá a las naciones imperialistas que tienen mayor poderío militar y legalizará el uso de la fuerza para realizar sus conquistas en colonias y semicolonias. Por eso ya está justificando, para ellos, la escalada armamentista.

Ninguna confianza en Zelensky

Al mismo tiempo que apostamos por la autoorganización de la resistencia ucraniana, debemos alertar a los combatientes que no pueden tener confianza en el gobierno de Zelensky, porque como burgués proimperialista capitulará y negociará con Putin, renunciando a la integridad territorial ucraniana y aceptando la “finlandización de Ucrania”, manteniendo al país proimperialista sin adherir a la OTAN, defendida por sectores del imperialismo alemán y francés, expresado por Emmanuel Macron[9] .

Zelensky es parte de la burguesía ucraniana que entregó todo su arsenal, el tercer arsenal nuclear más grande del mundo, con más de 3.000 ojivas nucleares y 100 misiles balísticos, a Rusia a cambio de protección, con el Memorando de Budapest en 1994. Que fue apoyado por Estados Unidos y Francia.

La misma burguesía que sometió al país al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial, con una deuda que supera los 129.000 millones de dólares, obligando a la clase trabajadora y al pueblo pobre a pagar esta deuda a través de recortes de programas sociales, privatizaciones de industrias, despidos de trabajadores y trabajadoras públicos y reducción de salarios.

«Marx y Engels apoyaron la lucha revolucionaria de los irlandeses contra Gran Bretaña, de los polacos contra el zar, aunque en estas dos guerras nacionalistas los líderes fuesen, en su mayoría, miembros de la burguesía e incluso de la aristocracia feudal. … en todo los eventos, reaccionarios católicos. (…) Pero nosotros, marxistas y bolcheviques, consideramos la lucha de los rifeños contra la dominación imperialista como una guerra progresiva. (…) Hablar de “derrotismo revolucionario” en general, sin distinguir entre países explotadores y explotados, es hacer una caricatura miserable del bolchevismo y poner esa caricatura al servicio de los imperialistas. (…) Chiang Kai-shek es el verdugo de los trabajadores y campesinos chinos. Pero hoy se ve obligado, a su pesar, a luchar contra el Japón por el resto de la independencia de China. Mañana podrá traicionar nuevamente. Es posible. Es probable. Incluso es inevitable. Pero hoy está luchando. Solo los cobardes, canallas o completos imbéciles pueden negarse a participar de esta lucha”[10].

Como está planteado, “inevitablemente”, que Zelensky capitule ante la invasión rusa, es fundamental que la resistencia y la clase trabajadora construyan su propia organización y comando militar, para no quedar subordinados a la dirección burguesa y proimperialista.

Sobre las sanciones y la guerra de Ucrania

Entre los que defienden la derrota rusa en Ucrania, están los que apoyan las sanciones económicas contra Rusia llevadas a cabo por los países imperialistas; entre ellos encontraremos al “Buró Político de la IV Internacional”[11], el antiguo Secretariado Unificado.

Debemos entender que por encima del conflicto entre el imperialismo estadounidense y europeo contra el gobierno de Putin, prevalecen sus intereses de clase. Los imperialismos priorizan el mantenimiento del orden mundial imperialista en Europa y el mundo, que está en crisis, y no el derecho a la autodeterminación del pueblo ucraniano.

Por eso, el apoyo de los gobiernos imperialistas a Ucrania es simbólico, parcial e insuficiente. Aceptando en última instancia que esta sea ocupada y dividida por Rusia (finlandización). Similar a lo que hicieron los imperialistas británicos y franceses cuando los nazis ocuparon Checoslovaquia en vísperas de la Segunda Guerra Mundial. Macron, a la cabeza de los gobernantes europeos, anunció que no aceptarán a Ucrania en la Unión Europea[12] .

Hablan de congelar los bienes de los oligarcas rusos, e incluso eso es parcial, pero no de expropiar o confiscar esos bienes para enviárselos a los combatientes ucranianos. En el Reino Unido, el dinero de los Oligachs es necesario para equilibrar el déficit comercial y forma parte del flujo anual de financiación extranjera. El ejemplo más grotesco fue en Portugal, donde los bancos confiscaron la fortuna de 242 euros de uno de estos oligarcas rusos.

Las sanciones anunciadas por el imperialismo son paliativas, demagógicas y cínicas. Su objetivo es tratar de concienciar a la clase trabajadora de que la ONU y la OTAN pueden garantizar la “seguridad colectiva”, con sanciones gubernamentales contra los que ellos consideran “agresores”. Con la falsa apariencia de legalidad de un cuerpo pseudo internacional. Creando un clima de “unidad nacional” contra la guerra, como si fuese posible una alianza entre la clase obrera y el imperialismo.

Al hacerlo, buscan que los trabajadores no crean en sus propias fuerzas y evitar así la movilización de la clase trabajadora para apoyar a los ucranianos en esta guerra. En este sentido, estas sanciones ni siquiera son complementarias a las acciones de nuestra clase, de hecho son opuestas.

Basta ver que mientras anuncian estas medidas parciales, siguen comprando y pagando el petróleo y el gas rusos[13] . Los alemanes y los italianos dicen que no pueden dejar de recibirlo, los británicos, que solo obtienen 4% de su gas de Rusia, y los holandeses anunciar planes para cortarlo en diciembre, posiblemente cuando la guerra haya acabado. Para tener una idea, Rusia ha aumentado la producción y las exportaciones de petróleo desde la invasión de Ucrania[14] . Unos 15.000 millones de euros han entrado en Rusia desde el comienzo de la invasión gracias a las exportaciones de gas, petróleo y carbón de la Unión Europea[15].

Esto no es nada nuevo, porque en el caso de la invasión de Abisinia, hoy Etiopía, por la Italia fascista, la Sociedad de las Naciones, llamada por Lenin la “Cueva de Ladrones”, votó sanciones económicas contra Italia, y condenó la guerra como ilegal y de agresión, los estalinistas apoyaron estas sanciones. Pero extraoficialmente, los gobiernos británico y francés no tomaron ninguna medida seria contra Italia, Estados Unidos continuó exportando incluso material de guerra, y los estalinistas continuaron vendiendo petróleo. Denunciados por trotskistas y panafricanistas, como Padmore y James[16].

Para Trotsky, “Su apoyo a las sanciones es parte integrante de su participación con los socialdemócratas en el traicionero frente del “pacifismo oficial”. Para él , asumir la defensa de Abisinia contra Italia no significaría alentar al imperialismo británico a tomar sanciones contra Italia” [17] .

Esto explica por qué el gobierno de Estados Unidos, cabeza de la OTAN, se mostró en contra de enviar aviones polacos a los luchadores ucranianos o el equipamiento necesario para que los propios ucranianos puedan defender su territorio por tierra, aire y mar, sin el envío de tropas de la OTAN.

El canciller alemán, Olaf Scholz, declaró sin rodeos: “Una cosa también debe quedar clara: la OTAN no intervendrá militarmente en esta guerra”.

El Estado español e Italia están enviando los peores lanzamisiles y ametralladoras, auténticas escorias para los combatientes ucranianos.

Las exigencias que los revolucionarios deben hacer a los gobiernos imperialistas se subordinan a la estrategia de lucha contra la nación opresora, en este caso Rusia, y contra su enemigo interno, en cada país capitalista.

En los países imperialistas, que estén aliados con los países que están haciendo guerras progresivas y revolucionarias, todo se reduce a esto: que el proletariado luche con medios revolucionarios por el apoyo militar directo, efectivo, controlado por él, incluso por la causa progresiva (“¡Aviones para España!”, gritaban los trabajadores franceses)[18].

Por el desmantelamiento de la OTAN

Debemos exigir a los gobiernos, especialmente de los países imperialistas, que entreguen armas y todo el material necesario a la resistencia ucraniana, sin ninguna condición. Estar totalmente contra la entrada de las tropas de la OTAN en el país, y más aún, nunca someter el comando de las milicias a oficiales imperialistas.

Nadie olvida la larga y sangrienta historia del imperialismo estadounidense desde la guerra hispano-estadounidense pasando por las guerras mundiales, la guerra de Vietnam, las invasiones de Irak y Afganistán, y su actual apoyo a la ocupación de Palestina, y la Arabia Saudita en Yemen, así como todos los gobiernos miembros de la OTAN y de la Unión Europea tienen una sórdida historia de ocupaciones imperialistas en todo el mundo. Por eso defendemos la liquidación de la OTAN, con el desmantelamiento de todas sus bases militares.

Una posición similar a la adoptada por el Comité Ejecutivo de la IV Internacional cuando Japón invadió China. Los revolucionarios se declararon a favor de la victoria del ejército chino, comandado por Chan Kai-shek, contra el imperialismo japonés. Denunciando las intenciones del imperialismo norteamericano y la política reaccionaria de Chan Kai-shek, mientras apoyaban el envío de material militar. Rechazando el desembarco de las tropas y, en ninguna circunstancia, la subordinación de la estrategia del ejército chino al comando del imperialismo[19].

Siguiendo la posición en el conflicto de Abisinia, que era “la derrota de Italia y la victoria de Etiopía”, impidiendo que el gobierno italiano recibiera el apoyo de otras potencias imperialistas y propiciando el envío de armas al pueblo etíope[20].

Solidaridad de clase

Las “sanciones imperialistas” no tienen nada que ver con el “boicot internacional de los trabajadores”, que es una forma de acción de la clase trabajadora, y un instrumento de lucha.

Debemos apoyar las acciones de los trabajadores que a través de sus organizaciones boicotean los productos rusos. Comenzando con el petróleo y el gas; por eso, es ejemplar lo que hicieron los trabajadores portuarios de Inglaterra, los Países Bajos y los Estados Unidos que se negaron a descargar petróleo proveniente de Rusia. En Liverpool y Kent detuvieron la carga y descarga de petróleo, con mociones de apoyo de los bomberos (FBU) y trabajadores en general (Unite) que condenaron la invasión y a la OTAN. Con sus dirigentes declarando que este petróleo viene “sucio de sangre del pueblo ucraniano ”, porque está sirviendo para financiar al ejército ruso.

Esta debe ser la principal tarea de los trabajadores. “Una verdadera paralización de las exportaciones a Italia por decisión de los sindicatos soviéticos habría evocado un movimiento mundial de boicot incomparablemente más real que las “sanciones” traicioneras, medidas de antemano por diplomáticos y juristas de acuerdo con Mussolini ”[21].

Armas para la resistencia ucraniana

El primer paso es realizar movilizaciones y manifestaciones públicas en apoyo a la resistencia ucraniana y la derrota militar de Rusia. Pero no podemos quedarnos ahí, tenemos que concretar ese apoyo en finanzas, medicinas, material militar y armas para los combatientes.

A diferencia de los pacifistas que solo dicen “No a la guerra” o “Fuera las tropas de Ucrania”, nosotros defendemos que la resistencia ucraniana tiene que vencer la invasión rusa. Por eso no podemos creer en la demagogia imperialista, con sus sanciones parciales, o que Zelensky lleve esta lucha hasta el final. Debemos construir una verdadera solidaridad de clase para que ganen la guerra.

Ya hay voluntarios de organizaciones de clase que están construyendo convoyes para apoyar la resistencia e incluso van como voluntarios a combatir contra los rusos. Como los pilotos de aviones, negros norteamericanos que fueron a combatir a Etiopía. Uno de ellos, Hubert Julian, llegó a ser conocido como el “Águila Negra del Harlem”; otro, John C. Robinson, el “Cóndor Negro”, fueron responsables de fundar la Fuerza Aérea de Etiopía[22].

Al imperialismo le aterra armar a estas milicias de voluntarios y civiles, dicen que abriría una caja de pandora de proporciones inimaginables en Europa.

Milicias formadas por hombres y mujeres con uniformes militares, como en Kharkiv, que cargan granadas y AK-47 o sacos de arena para proteger los edificios. En el cuartel general de estas Fuerzas de Defensa Territoriales, cientos de personas esperaban en la fila para incorporarse a la fuerza civil. Se cree que ya hay 130.000 voluntarios que realizan entrenamiento.

Esto también ocurre en otras ciudades, como Dnipro, Lviv, Kramatorsk y Kiev, donde decenas de voluntarios llenan botellas de vidrio y cortan mechas para preparar cócteles molotov. Entre ellos hay ingenieros, choferes, albañiles, cocineros, enfermeros y profesionales de la salud. En la región de Kiev, se estima que se entregaron a civiles unas 18.000 armas. Los prisioneros con experiencia militar fueron liberados siempre que entraran en combate y se sumaron a los 36.000 reservistas, 5.000 retirados de la Guardia Nacional y otros 5.000 retirados de la Policía de Frontera.

El fracaso de la guerra relámpago (blitzkrieg) del ejército ruso intensificó, por un lado, el bombardeo de centros urbanos en Kharkiv, Mariupol y Kiev, y, por otro lado, la acción de la resistencia. Los combates se intensifican en los suburbios del noroeste de Kiev, en Irpin, Borodyanka, Bucha, Gostomel, dejando a la población privada de electricidad, calefacción y cobertura telefónica, pasando varios días en sótanos fríos y húmedos, inadecuados para protegerse de los misiles Grad o Iskander, utilizados por el ejército ruso.

Si Kiev, Kharkov, Mariupol y otras ciudades resisten, con una impresionante desventaja militar, es porque hay una gran movilización popular no solo de los combatientes sino de personas desarmadas, que forma cadenas humanas para impedir el avance de los tanques rusos y lleva a cabo manifestaciones de protesta contra el invasor, como en Energodar.

Derrotismo revolucionario ruso

Lenin defendía que el derrotismo revolucionario de su propia burguesía era una política estratégica del proletariado, lo que se materializaba en la fórmula de Karl Liebknecht en que el enemigo de los trabajadores está dentro de su propio país. Trotsky advierte que esta política, como todas las demás, no puede ser encarada de manera dogmática, diferenciando las particularidades de cada conflicto. Los bolcheviques aplicaron la política derrotista de manera diferente en el período del zar y después de febrero de 1917[23].

Lo fundamental es establecer una política de independencia del proletariado para establecer su lucha y su proceso de movilización, que abre la posibilidad de la propaganda revolucionaria para la lucha por el poder. «El derrotismo es la política de la clase del proletariado, que incluso durante la guerra ve a su principal enemigo en casa, en su propio país imperialista. El patriotismo, por el contrario, es una política que sitúa a su principal enemigo fuera de su propio país. La idea de derrotismo en realidad significa lo siguiente: llevar a cabo una lucha revolucionaria irreconciliable contra la propia burguesía como el enemigo principal. Sin detenerse en que esta lucha puede causar la derrota del propio gobierno; dado un movimiento revolucionario, la derrota del propio gobierno es un mal menor. Lenin no dijo ni quiso decir otra cosa. Ni siquiera se puede hablar de alguna otra forma de “ayuda” para causar la derrota. ¿Debería renunciaser al derrotismo revolucionario en relación con los países no fascistas?”[24].

Trotsky defendía que ni siquiera para derrocar a Hitler sería correcto apoyar las democracias burguesas imperialistas, renunciando a una política revolucionaria independiente[25]. Incluso la lucha contra el fascismo debe estar embutida en una lucha a muerte contra su propio imperialismo[26]. Esta enseñanza es fundamental para el pueblo ruso, pero también para los demás países imperialistas.

Dentro de Rusia, las manifestaciones derrotistas contra la guerra son fundamentales, y de hecho pueden conducir a la derrota de la invasión, como ya ha ocurrido en Vietnam con el ejército estadounidense. Putin conoce y teme estas movilizaciones, por lo que la represión contra estos manifestantes es brutal. En Rusia, 15.000 personas han sido detenidas en protestas contra la guerra desde la invasión del 24 de febrero, según la organización de derechos humanos OVD-Info. Rusia ha adoptado una nueva ley que amenaza con penas de prisión de hasta 15 años por difundir «noticias falsas» sobre sus militares o pedir sanciones contra el país (sic). Putin anunció recientemente que llevará a cabo una depuración para “ limpiar a Rusia de escoria y traidores”, anunciando que las personas van a desaparecer “ por sí mismas”. La amenaza de Putin se produjo dos días después de que una productora del canal estatal ruso Channel One, Marina Ovsyannikova, interrumpiera las noticias con una pancarta detrás del presentador, que decía: » Te están mintiendo”, en una protesta pública contra la guerra en Ucrania. El presidente de la cámara baja del parlamento ruso denunció la protesta como «traición» y pidió que se la castigue «con todo rigor».

Ante esta intimidación, miles firman peticiones contra la guerra, artistas se manifiestan contra Putin, profesores de la Universidad de Moscú e incluso algunos diputados. El sentimiento contra la guerra podría aumentar aún más a medida que los soldados y reclutas rusos pierdan la vida en los combates con la resistencia militar ucraniana.

Estas protestas tienen que ser apoyadas por los trabajadores de todo el mundo. Incentivadas para que se transformen en manifestaciones y huelgas, e incluso deserciones, como en la Primera Guerra Mundial o como ocurrió con el Ejército portugués en las luchas por la independencia de las colonias.

La estrategia de lucha contra los gobiernos capitalistas e imperialistas que dicen apoyar la lucha del pueblo ucraniano debe hacerse a través de otras tácticas. Hay que exigir armas para Ucrania, pero sin que se confunda con el apoyo a las eventuales medidas que adopten estos gobiernos, ni pueden ser una justificación para el aumento de la carrera armamentista en estos países, tan deseada por estos gobiernos.

Alemania ha anunciado que triplicará su presupuesto de defensa para reestructurar sus Fuerzas Armadas. Con el fraude del argumento de la defensa de la “ libertad y la democracia” o como respuesta a la agresión de Putin. Francia tiene una de las industrias militares más grandes, rivalizada en Europa solo por el Reino Unido. Ambos países tienen armas nucleares propias. Italia se comprometió a aumentar el gasto en defensa en 2%, Macron anunció que en su segundo mandato el gasto militar será el más alto de todos los tiempos, y Boris Johnson que estos serán los mayores desde la Guerra Fría. Varios otros países europeos están realizando aumentos similares en sus presupuestos militares.

Por la derrota militar de Rusia

Solo la acción independiente y solidaria de los trabajadores de todo el mundo, asociada a la resistencia armada de Ucrania y el derrotismo revolucionario de los trabajadores rusos, puede detener la agresión de Putin y derrotarlo.

Armar al proletariado para su autodefensa es la principal lección que la clase tiene que aprender en este conflicto. Como en China y Etiopía, hoy en Ucrania es fundamental que los trabajadores participen en la lucha contra la agresión y la invasión rusa, como antes del imperio japonés y de los fascistas italianos. Incluso bajo el comando de Zelensky, como antes sobre la dirección del Kuomintang o del emperador Haile Selassie.

Una política pacifista va contra la solidaridad con la resistencia ucraniana. Pero no todas las formas de violencia y de guerra son reaccionarias; en manos de los oprimidos son instrumentos de liberación frente a la opresión. La lucha de liberación en Vietnam, que derrotó al imperialismo francés y estadounidense, contó con el uso de la fuerza militar, así como la lucha de liberación de las colonias portuguesas en África, y la Guerra Civil estadounidense que terminó con la esclavitud en los Estados Unidos.

La neutralidad en la lucha entre opresores y oprimidos favorece al opresor. Por eso los revolucionarios apoyan todas las guerras contra la dominación, la opresión y la explotación.

Los movimientos sociales y las organizaciones de la clase trabajadora tienen que apoyar la resistencia ucraniana por ser esta una nación oprimida. Debemos solidarizarnos con el movimiento antiguerra ruso, que puede expandirse hasta cuestionar el gobierno de Putin. Estamos contra cualquier intervención imperialista a través de la OTAN. No apoyamos el fraude de las falsas e hipócritas sanciones imperialistas. Debemos exigir del gobierno imperialista el fin del comercio de gas y petróleo ruso en todo el mundo, así como armas para los combatientes de la resistencia, en primer lugar para desenmascarar a estos gobiernos.

Efectivamente tenemos que desarrollar una solidaridad de la clase trabajadora, con el envío de medicinas y material militar para nuestros hermanos ucranianos. Porque sabemos que solo esta solidaridad puede derrotar la invasión de Putin.

Esta acción educará a las masas sobre que para el derrocamiento de sus propios gobiernos deben participar en la lucha militar, aunque sea un período, bajo sus órdenes, ya que, lamentablemente, son ellos [los propios gobiernos] quienes tienen el mando en la guerra por la independencia o su autodeterminación. Mientras tanto, los revolucionarios deben prepararse políticamente para el derrocamiento de estos gobiernos; “esta es la única política revolucionaria ”[27].

Notas:

[1] Trotsky, L. A 90 Años del Manifiesto Comunista.

[2]  “La revolución socialista y el derecho de las naciones a la autodeterminación (Tesis)”, feb. 1916,

[3] Texto de referencia: Últimos escritos y diarios de las secretaraas, Editora Sundermann.

[4] https://br.rbth.com/politica/2016/01/26/putin-esclarece-declaracao-polemica-sobre-lenin_562435

[5]  https://www.brasildefato.com.br/2022/03/01/como-a-esquerda-mundial-ve-a-guerra-entre-russia-e-ucrania

[6] Entre estas organizaciones encontraremos la “Coalición Stop the War” (STWC), bajo el liderazgo de los corbynistas y del SWP; el “Manifiesto: Resistencia Feminista Contra la Guerra”; y la “Declaración de la Fracción Trotskista – Cuarta Internacional” (FT-CI), https://www.laizquierdadiario.com/No-a-la-guerra-Fuera-las-tropas-rusas-de-Ucrania-Fuera- la-OTAN-de-Europa-del-este-No-al-rearme-imperialista-Por-la-unidad-internacional-de-la-clase-trabajadora-Por-una-politica-independiente-en-Ucrania-para-enfrentar-la-ocupacion-rusa-y-la-dominacion ;

[7] Roberts, Michael. https://thenextrecession.wordpress.com/2022/03/20/ukraine-russia-like-an-earthquake

[8] Trotskismo versus centrismo en Gran Bretaña – Parte III, La decadencia del ILP, SOBRE LOS DICTADORES Y LAS ALTURAS DE OSLO

[9]  https://www.abc.es/internacional/abci-finlandizacion-ucrania-posible-salida-conflicto-rusia-o-brindis-202202081342_noticia.html

[10] Trotsky, León. Sobre la Guerra Sino-Japonesa (setiembre de 1937).

[11] Declaración sobre la guerra. https://puntodevistainternacional.org/project/no-a-la-invasion-de-ucrania-por-parte-de-putin-apoyo-a-la-resistencia-ucrania-solidaridad-con-la-oposicion-rusa-a-la-guerra /

[12] https://www.gazetadopovo.com.br/mundo/breves/lideres-da-ue-descartam-rapida-adesao-da-ucrania/

[13] https://elpais.com/internacional/2022-03-19/bruselas-teme-que-las-sanciones-a-la-energia-rusa-quiebren-la-unidad-europea-frente-a-putin.html

[14] https://www.elfinanciero.com.mx/mundo/2022/03/17/sanciones-economicas-le-hacen-cosquillas-a-rusia-su-produccion-y-exportaciones-de-petroleo-subieron-en marzo/

[15] Datos del Centro de Estudios CREA (Centre for Research on Energy and Clean Air – Centro de Investigación en Energía y Aire Limpio).

[16] Américo Gomes, Estalinismo y panafricanismo, https://litci.org/es/estalinismo-y-panafricanismo/

[17] Trotskismo versus centrismo en Gran Bretaña – Parte III, La decadencia del ILP, SOBRE LOS DICTADORES Y LAS ALTURAS DE OSLO

[18] Klemente, Rudolfe. Principios y tácticas en la guerra, 1937.

[19] Resolución sobre la intervención norteamericana en China, 1941, Comité Ejecutivo de la IV Internacional.

[20] Trotsky, León. El conflicto entre Italia y Etiopía, 1935.

[21] Trotsky, León. La revolución traicionada, Capítulo 8, “Política exterior y el ejército”.

[22] Américo Gomes, Estalinismo y panafricanismo, https://litci.org/es/stalinismo-y-panafricanismo/

[23] Trotsky, León. “El derrotismo siempre es válido”, 1936.

[24] Un paso hacia el socialpatriotismo, 1939.

[25] La Guerra y la Cuarta Internacional, 1934.

[26] Trotsky, León. Frases y realidad.

[27] Trotsky, León. Sobre la Guerra Sino-Japonesa (setiembre de 1937).

Traducción: Natalia Estrada.

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