ABAJO EL GOLPE DE ESTADO EN GUINEA-BISSAU.ES NECESARIO OCUPAR LAS CALLES PARA DERRIBAR EL RÉGIMEN DICTATORIAL ENCABEZADO POR UMARO SISSOCO EMBALÓ
Exigimos el respeto a la voluntad popular expresada en las urnas.
En la tarde de este miércoles, 26 de noviembre, fue anunciado a través de la TGB (Televisión de Guinea-Bissau) – emisora pública guineana – “la creación de un comando militar que asume el control del país, suspendiendo la constitución y el proceso electoral en curso hasta que se creen las condiciones adecuadas para el retorno a la normalidad”. Así fue anunciado el golpe de Estado en Guinea-Bissau. Para nosotros es necesario, antes que nada, ser claros: se trata de un autogolpe de Umaro Sissoco Embaló y la cúpula militar, al percibir su derrota en las elecciones presidenciales del 23 de noviembre, mediante la expresión inequívoca del pueblo guineano rechazando su proyecto dictatorial.
La historia de Guinea-Bissau está marcada por una lucha incansable por la libertad y la soberanía popular. Desde la resistencia anticolonial hasta los avances democráticos de las últimas décadas, el pueblo guineano ha demostrado repetidamente que no acepta vivir bajo regímenes autoritarios. El autogolpe de Sissoco Embaló se inscribe, por tanto, en un intento desesperado de borrar esa memoria de lucha e imponer un retroceso político que no será tolerado.
Como hemos dicho a lo largo de los 6 años de la dictadura de Sissoco, ningún régimen de este tipo cae por medio del voto. Esto quiere decir que solo la movilización y la organización popular podrán garantizar las libertades democráticas y los derechos políticos de asociación de un pueblo. Sissoco ha faltado al respeto a la constitución y a la división de poderes en Guinea, intentando establecerse como el único jefe del país. No es la primera vez que este régimen desprecia la voluntad del pueblo: ya lo hizo en las elecciones legislativas, en las que fue rotundamente derrotado, disolviendo la Asamblea Nacional Popular de Guinea-Bissau en 2023, donde la oposición organizada en la coalición PAI-Terra Ranka tenía la mayoría absoluta, una disolución en clara contradicción con la ley constitucional guineana. Sissoco colocó entonces a su propio presidente de la Asamblea y a su propio Gobierno, consolidando su poder absolutista y asestando un duro golpe a la oposición guineana y a la voluntad popular.
En estas elecciones, el régimen ya había maniobrado para impedir que se repitiera la derrota de 2023. En ese sentido, la participación de la oposición organizada en esa misma coalición fue rechazada. Aun así, la población guineana respondió masivamente apoyando la candidatura respaldada por la oposición, representada por Fernando Dias, antiguo vicepresidente de la Asamblea Nacional disuelta en 2023. Así, Sissoco y sus aliados no tienen otra alternativa que recurrir a la fuerza de las armas para mantenerse en el poder.
Denunciamos enérgicamente el golpe de Estado en curso, y llamamos a los soldados y a la baja oficialidad a que se comprometan con la voluntad popular y se nieguen a obedecer las órdenes de los golpistas. Estos militares traidores están imponiendo un toque de queda y un control de las comunicaciones, así como de los medios y redes de comunicación, con el objetivo principal de impedir la movilización popular contra el golpe. Es necesario llamar la atención, responsabilizar y denunciar a todos aquellos que en la comunidad internacional han apoyado —y siguen apoyando— al régimen dictatorial que mantiene al pueblo guineano como rehén, y exigimos que se posicionen a favor del restablecimiento de las libertades democráticas en Guinea-Bissau, respetando la voluntad popular expresada en estas elecciones.
Convocamos también a la solidaridad internacional, especialmente de los pueblos africanos y de la comunidad lusófona (PALOP), para que se alcen contra este ataque a las libertades democráticas. La lucha del pueblo guineano forma parte de una batalla más amplia contra el autoritarismo y por la afirmación de la dignidad humana. Es imperativo que las organizaciones internacionales, los movimientos sociales y los partidos progresistas se posicionen claramente del lado de las libertades democráticas y de la soberanía popular en Guinea-Bissau.
Todos aquellos que atentan contra el pueblo y la clase trabajadora guineana deben ser responsabilizados.
Es necesario que el pueblo y la clase trabajadora no se desmovilicen y que continúen firmes y determinados en defender su voluntad. En este sentido, es fundamental que todas las organizaciones populares, sindicales y demás miembros de la sociedad civil se posicionen y se unan a las movilizaciones convocadas para este jueves 27, exigiendo la liberación inmediata e incondicional de todos los presos políticos.
Por último, hacemos un llamamiento en particular a los movimientos representativos de los trabajadores en Guinea-Bissau, como la UNTG y los sindicatos afiliados, para que convoquen desde ya una huelga general que paralice el país, mostrando la total indisponibilidad de la población para convivir con un nuevo régimen militar. ¡Unidad y lucha contra el golpe!
¡Fuera Sissocó! ¡Abajo el golpe!
¡Viva la lucha del heroico pueblo guineano!




