Chile
La otra cara del Papa Francisco

enero 15, 2018
Este 15 de Enero el papa Francisco visita Chile, lo que abre una serie de polémicas. Muchos, llenos de expectativas, lo han nombrado como “el papa de izquierda”, o como “el papa más humilde”, a continuación mostraremos su verdadera cara.
Por MIT-Chile
¿Se asemeja el rol y figura de Michelle Bachelet con el papa Francisco?
Sí, en el rol que cumplen, en la máscara que llevan de frente, por ende, nuestra tarea es la de desenmascararlos. En números anteriores de LVT hemos ido denunciando el contenido de las reformas que impulsó Bachelet: la reforma educacional, tributaria, laboral, entre otras, fueron proyectos que atacaron a los trabajadores y a la juventud. Bachelet se muestra con la máscara de un gobierno de izquierda, que respondería justamente a las movilizaciones que se habían dado en el país, y así fue, solo una máscara; nunca llamamos a confiar en ella, al contrario, estar atentos a los ataques que propiciaría, con el tiempo nos terminó mostrando su verdadera cara, al gobernar de la mano con los empresarios.
Esta misma máscara es la que presenta el mandato del papa Francisco, mostrándose como un papa distinto, progresista, de los tiempos modernos. Pero la realidad es otra: es un defensor de una Iglesia católica, inundada en el mundo por casos de pedofilia y sus encubrimientos; Francisco impulsa la negación a los derechos de la mujer, como por ejemplo, la libre decisión –necesidad- de abortar; los derechos LGBTI, como el matrimonio igualitario y la adopción; o basta ver el pasado del Papa con su militancia de derecha y relaciones con la Dictadura Argentina de Videla (1976-1983), pues fue acusado de entregar a dos sacerdotes al régimen militar. Es decir, el papa Francisco ni alcanza a ser una renovación de la Iglesia católica, sino una máscara, una táctica de parte de la Iglesia para enfrentarse a estas décadas de ascenso de luchas de los trabajadores y de la juventud, quienes han cuestionado los marcos conservadores de la Iglesia, y su claro rol de servidores al empresariado y sus gobiernos.
Gasto millonario ¿Un papa humilde?
La máscara del Papa también se comienza a caer al ver el excesivo e injustificado gasto monetario que ha significado para el Estado su visita, pues tendríamos que desenvolver unos 7 mil millones de pesos para costear cuestiones logísticas de la visita del papa, mientras a los trabajadores nos suben el sueldo en 6 mil pesos, ¡una burla!. Para costear esta visita, se tendrán que hacer reasignaciones del presupuesto del año 2017 y 2018, conociendo a Bachelet y Piñera se harán recortes de nuestras necesidades prioritarias, como las pensiones, salud, y educación. Sin importar si eres católico o no, si estás de acuerdo o no con la visita del papa, de igual manera el gasto de su visita se está pagando con el bolsillo de cada uno de nosotros, ¿es necesario? ¿No sería mejor gastar ese dinero para nuestras necesidades como salud, o revertir el reciente despido de decenas de profesores? ¿Cómo es que de un momento a otro aparece dinero para costear la visita del papa?
¡No confiar en la Iglesia. Los costos de la visita para nuestras necesidades!
Francisco, como fiel representante de la Iglesia, cumple un rol de conciliar intereses contrapuestos: de los trabajadores y de abusivos empresarios. No podemos permitir a la Iglesia nos convenza del engaño de que “salvación” es simplemente algo extraterrenal que se conquista en “otra vida”, y que por tanto hoy tenemos que asumir los abusos, menos podemos permitir su discurso homófobo y machista, ¡debemos con más fuerza levantar las banderas por los derechos de las mujeres y LGBTIs!. No debemos permitir que nos engañen con que debemos confiar en este o el próximo Gobierno, o ser pacientes frente a los ataques, porque los ricos y empresarios hacen festín con la explotación de los trabajadores. Tampoco podemos permitir que esos 7 mil millones de pesos vayan a una “visita humilde”, ¡debemos exigir que el mismo monto se gaste para reincorporar a los docentes despedidos! ¡O para lograr mejoras en el sistema de salud o pensiones!
¡El pueblo trabajador chileno debe alertar a Francisco de que en este país no aceptamos a agentes de dictaduras, ni a impulsores de la brutal homofobia o machismo! ¡No queremos que nuestras platas del Estado vayan al servicio de esas ideas opresivas que debilitan a nuestra clase trabajadora!