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Portugal

Mario Soares, el verdadero socialdemócrata

enero 12, 2017

El título no está escogido al azar. Soares se decía socialista pero, nos van a disculpar, él era un socialdemócrata.

Por Gil García, del MAS de Portugal

Su base de apoyo, de masas, estaba genuinamente por el socialismo. Los millones (!) de trabajadores, mujeres y jóvenes, de varias generaciones, que votaron y apoyaron al fundador del PS, defendían una sociedad socialista.

En cuanto a los amigos más próximos de Soares, en el plano internacional, Willy Brandt, canciller alemán, Olof Palm, en Suecia, “mi amigo” Miterrand, en Francia, o Callaghan, en Inglaterra, eran, como todos sabemos, por un capitalismo «moderado» -bajo regímenes políticos democráticos o con algunas reformas parlamentarias, a través de elecciones, pero, en donde la explotación de la clase trabajadora permanece exactamente como hasta entonces­­-, esta es la esencia de los socialdemócratas.

O sea, Mario Soares y sus principales aliados políticos defendían, por encima de todo, que no existiesen alteraciones sociales cualitativas (revoluciones sociales), en el sentido de la construcción efectiva de una nueva sociedad humana -que era y que es aquello a lo que el término socialismo, de forma simple, se refiere.

Actualmente, hay nuevos socialdemócratas en el país (ya llegaremos ahí). Sin embargo, socialdemócratas, en el sentido clásico del término, también no lo fueron Sá Carneiro, y menos aún, Cavaco Silva o Passos Coelho. Todos estos son, como bien conocemos, adeptos al “capitalismo salvaje”.

Soares era (y siempre fue) más astuto que todos ellos juntos. Más político. Soares llamó al FMI a Portugal (1978 y 1983), impuso los primeros y más violentos programas de austeridad pero, también, fue un crítico de la Troika en el «último rescate» (2011). Soares, a pesar de “socialista», fue el primero en hacer un gobierno constitucional con el partido que rozaba la extrema derecha, en el país, el CDS- PP (en 1978). Soares, apoyó, sin titubear, al corrupto «socialista» José Sócrates y lo visito varias veces en la prisión de Evora.

Es cierto que, cuando era joven, militó contra la dictadura de Salazar; es cierto, también, que por poco tiempo, militó en el PCP. Estuvo preso y exiliado. Innumerables fueron, además, las figuras, adeptas de un capitalismo “cívico” (como si tal cosa fuese posible), que lucharon igualmente contra el rostro autoritario y dictatorial del capitalismo, y que se prestigiaron pero, también, es cierto que no alteraron su faceta de de explotación.

Alvaro Cunhal, por su parte, que con Soares entabló varias batallas, que estuvo (incluso más años y en peores condiciones) encarcelado en las prisiones de la dictadura de Salazar, que, igualmente, luchó contra el rostro autoritario y dictatorial del capitalismo, también ganó prestigio, pero, al mismo tiempo, apoyó otras dictaduras (¡todas!) de los regímenes de partido único, desde los PCs del este de Europa al resto del mundo.

Estas son las dos caras que, con mayor relevancia y más prestigio, acabaron por dictar el desenlace de la Revolución de 1974. Sin desvalorizar la lucha desencadenada contra la dictadura salazarista, que los diferentes sectores políticos desarrollaron, es cierto que el capitalismo continuó y continúa con su faceta de explotación.

Soares, el «padre de la democracia» (refieren paladines interesados, hasta de la derecha portuguesa) fue el principal responsable por la entrada de Portugal a la CEE (Comunidad Económica Europea), hoy UE Unión Europea.

Actualmente, es cada vez más visible que el Euro y la UE fueron los enterradores de la economía portuguesa, reduciendo al país más antiguo e independiente de Europa (800 años) a una nueva semicolonia, bajo los intereses de Alemania. En realidad, este no es un proceso exclusivamente desencadenado por Alemania, sino con la profunda participación de los, ya supra citados, antiguos amigos políticos de Mario Soares. Dime con quién andas, y me dirá para dónde vas.

Lo triste, sin embargo, no es que Soares fallece a los 92 años (una vida larga, por lo tanto, que muchos de nosotros, queramos o no, con tanto desempleo, bajos salarios y precariedad, no tendremos oportunidad de gozar); lo triste, como decíamos, son los nuevos aduladores de Soares, los nuevos socialdemócratas.

Aquí están comprendidos todos los que apoyan (como el viejo Soares) al gobierno de la jerigonza (jerga). Los nuevos socialdemócratas son todos los que antes se oponían a los FMIs, a las privatizaciones, al Euro y a la UE, todos sin excepción, de Francisco Louçã a Jerónimo de Sousa, del BE (Bloque de Izquierda) al PCP, de Catarina Martins a Daniel Oliveira (del falso «Libre»), todos ellos, hoy, a favor de un gobierno del PS, que continua la obra máxima de Soares: mantener a Portugal en la UE y en el Euro (y hasta en la NATO-OTAN).

El gobierno que mantiene privatizaciones y que no las revierte, que mantiene a Portugal en el Euro, obligando al país a 8 mil millones de euros (US$ 8.39 mil millones) de austeridad todos los años, a través de sucesivos Presupuestos del Estado, aprobados por los antiguos «enemigos» de Soares.

Este es el último triunfo de Soares. No por casualidad, leemos de Francisco Louçã (“Una vida excepcional”, en el Público) elogiar a Soares por «nunca desistir de su punto de vista y propuesta» y que ésta sería una cualidad de un “político entero”. Punto de vista y propuesta esas que, precisamente por mantener la “explotación capitalista”, abre nuevamente las puertas, fuera de Europa, ¡a los más viles regímenes dictatoriales! Lamentable.

Traducción Laura Sánchez

 

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