¡No a la UE-BCE-FMI!

noviembre 16, 2011

Desde hace muchos años el capitalismo europeo viene construyendo la UE como herramienta central para poder aplicar sus planes políticos y económicos. Desde 2000 lo hace con la ayuda del euro. Para esta “construcción europea” contaron y siguen contando con el apoyo de la mayoría de los partidos políticos (IU incluida) y las organizaciones del sistema, que al compás de la 9ª Sinfonía de Beethoven y las falsas promesas de mejorar nuestra calidad de vida, nos metieron en la UE. Aquí contaron con la complicidad de las cúpulas de CCOO y UGT, que salieron a respaldar a la UE y su Constitución sin hacer ninguna consulta a sus afiliados.
Sólo pequeñas organizaciones estuvimos desde un principio en contra de la UE y la denunciamos como la Europa del capital, en la que se escudan los gobiernos para atacarnos envueltos en la bandera azul con estrellas amarillas.
El significado de la entrada en el euro
Stoiber, un influyente político alemán, definió a finales de los 90 el significado de la implantación de la “moneda única”: “El euro significa una competencia claramente más dura. (…) y también ejercerá una presión para que el mercado de trabajo sea flexible. En las nuevas condiciones de mayor competencia, habrá ganadores y perdedores. Saldrán ganando las empresas altamente competitivas que produzcan en Estados y regiones con buenas condiciones marco. El que no soporte la dura competencia no podrá devaluar y deberá estar dispuesto a recortar los estándares sociales y los salarios”.
Los pronósticos de Stoiber están siendo totalmente confirmados. Desde el primer momento, la UE ha sido, ante todo, una herramienta del capitalismo alemán y francés que, a la sombra del euro (y aprovechando unos años de especulación financiera desenfrenada), impusieron su dominio industrial y comercial en la UE. Y con el gran superávit comercial conseguido, sus bancos prestaron sin límite a la periferia europea, compartiendo beneficios con banqueros y promotores inmobiliarios de estos países. Mientras tanto, en toda la UE, iban atacando derechos sociales y laborales y subordinándolo todo al capital financiero.
Ahora, con la crisis mundial y de la deuda, la UE muestra con crudeza su verdadero papel de instrumento de los grandes bancos y empresas alemanes y franceses para saquear la periferia europea y atacar a sus propias clases trabajadoras. Por semanas se están dilapidando conquistas que nos costaron décadas y mucha sangre trabajadora conseguir, y aunque parezca mentira, todavía lo peor está por venir. Y no sólo en la periferia.
Salir del euro, romper con la UE y el FMI
Como decimos en este mismo número, luchar contra los planes capitalistas exige, en primer lugar, dejar de pagar una deuda pública ilegítima que empobrece en masa a los pueblos. Y como es obvio, negarse a pagar la deuda y rechazar sus planes significa automáticamente la ruptura con el euro y de la UE.
Sin embargo, los mismos sinvergüenzas que nos metieron en la UE nos dicen ahora que fuera de ella sólo hay el abismo y que nos queda más que agachar la cabeza, pagar la deuda y aceptar los recortes. Pero mienten descaradamente, porque Grecia, Portugal, Irlanda o nuestro propio país demuestran lo contrario: que, con toda seguridad, seguir en la UE es deslizarse por la pendiente de una catástrofe social sin final a la vista.
¡Por los Estados Unidos Socialistas de Europa!
Es verdad, sin embargo, que salir de la UE manteniendo intactas las bases del capitalismo, dejaría completamente indefenso a país y a los trabajadores/as, frente a la ofensiva capitalista extranjera y propia. Por eso, como explicamos al hablar de Grecia, para impedir que el país se hunda y empezar a reorganizar la economía en beneficio de la inmensa mayoría, es imprescindible tomar medidas como expropiar a los bancos, controlar férreamente todos los movimientos de capitales…
Y todavía hay que ir más allá, porque no hay posibilidad alguna de triunfar si al final nos quedamos encerrados en un país y no extendemos la revolución al resto de Europa .
No hay salvación aislados, sin organizar la economía a escala de toda Europa, sin abrir la vía a los Estados Unidos Socialistas de Europa, basados en la democracia obrera y unidos estrechamente al resto de los trabajadores/as del mundo.
¡Unir las luchas para preparar así la Huelga General! ¡Organizar la respuesta unida en Europa!
Impulsar y organizar el apoyo masivo a las luchas, en particular, a los profesores/as y a los trabajadores de la salud, es una de las tareas más importantes del momento. La lucha de estos compañeros/as es, además, la de todos/as, en defensa de la Enseñanza y la Sanidad públicas. Este apoyo ha de ser parte de la batalla por unir todas las luchas en curso, que es la mejor manera de pre-parar las condiciones para una huelga general, necesaria para enfrentar esta guerra social que nos han declarado, poner abiertamente en el punto de mira al gobierno que salga del fraude del 20N e imponer un cambio favorable a los trabajadores y el pueblo.
Del mismo modo, hay que decir que el 15-O es un ejemplo de que se puede y se debe unificar a nivel europeo (e internacional) la respuesta a los planes capitalistas. Es un verdadero escándalo y directa responsabilidad de la CES (de la que forman parte CCOO y UGT) que no haya habido ninguna respuesta europea seria a la guerra social desencadenada por la UE y el FMI. No en vano, la CES, formada por las grandes burocracias sindicales europeas, es parte institucional de la Unión Europea. Es por eso más que necesario que la izquierda sindical europea se junte y aúne fuerzas a escala europea, al servicio de una respuesta unificada, al tiempo que exige a los sindicatos mayoritarios que dejen de actuar como instrumentos de la UE y asuman la convocatoria de una huelga general europea.
Fuente: Bandera Roja n° 8, Noviembre 2011