Un gobierno con soberanía «alternada»: las primeras medidas del gobierno de Meloni
Tras ganar las elecciones políticas a finales de setiembre, aproximadamente un mes después, los días 22 y 23 de octubre, Giorgia Meloni, líder de Fratelli d’Italia y de la coalición de centro-derecha, instaló su gobierno. Un gobierno que, según los manifiestos de la campaña electoral, habría estado «preparado para revivir Italia» y que, sobre la base de la ideología nacionalista del partido de Giorgia Meloni y las declaraciones de los años en los que hizo una «oposición» de fachada a los gobiernos de Conte y Draghi, tuvo que defender los intereses nacionales (y el «Made in Italy») vendidos por los gobiernos anteriores que aceptaron los dictados de las instituciones europeas. Sin embargo, la realidad dista mucho de las proclamas gritadas en los últimos años por Meloni, Salvini y compañía.
Por: Matteo Bavassano
Un gobierno burgués como cualquier otro
No podemos dejar de notar cómo el gobierno presidido por Giorgia Meloni está absolutamente en continuidad con todos los gobiernos anteriores desde todos los puntos de vista. Como todos los gobiernos de los últimos años, ve un número desproporcionado de ministros (el número de ministros ha ido en constante crecimiento en los últimos gobiernos), con una división de competencias entre ministerios similares que simplemente responde a razones de equilibrio político dentro de la coalición de centro-derecha, con los Fratelli d’Italia [Hermanos de Italia] que se reservaron todos los ministerios más importantes (excepto el de Asuntos Exteriores, cedido a Tajani de Forza Italia, y el de Economía, a Giorgetti della Lega, mientras que el de Interior fue confiado a un «independiente» de confianza de Salvini, que se encargaba del de Infraestructuras y Transportes) y por lo tanto tuvo que ceder oficinas a las demás fuerzas políticas para satisfacer sus apetitos. Una prueba más, aunque superflua, de cómo los gobiernos burgueses no se forman sobre la base de la funcionalidad o el «bien del país», sino simplemente como contrapartida a la casta política que administra fielmente los asuntos de la burguesía, como plásticamente demuestra el «caso ZangrilloPichetto Frattin»: ambos exponentes de Forza Italia, que por un supuesto error de transcripción en la lista de ministros, han visto intercambiados sus ministerios asignados, Medio Ambiente y Administraciones Públicas; el caso es que ambos, inmediatamente después de su nombramiento, hicieron declaraciones a la prensa como jefes del Ministerio equivocado… ¡ni siquiera sabían qué Ministerio iban a dirigir!
En segundo lugar, notamos que gran parte de la comnposición gubernamental (e institucional, pensemos en La Russa, electo presidente del Senado) está formado por ministros de gobiernos anteriores, no solo de los de centro-derecha en los que también participó Giorgia Meloni, sino también aquellos de los que Fratelli d’Italia estaba en la «oposición»: encontramos así a Giorgetti, que del Desarrollo económico con Draghi pasa al de Economía y las Finanzas con Meloni; Antonio Tajani, que ha tenido una dilatada trayectoria en esas mismas instituciones europeas de las que Giorgia Meloni dice querer liberar a Italia, y que hoy se convierte en vicepresidente junto a Matteo Salvini; Guido Crosetto, histórico exponente primero de Forza Italia y luego fundador de Fratelli d’Italia con Meloni y La Russa, es el nuevo ministro de Defensa, después de haber sido ya su subsecretario en el tercer gobierno de Berlusconi, y sobre todo después de haber presidido la Federación de empresas italianas de aeroespacio, defensa y seguridad, una asociación de fabricantes de armas de Confindustria; Alessandra Locatelli, miembro de la Liga ya en el gobierno con Conte, nombrada ministra de Discapacidad, conocida por sus políticas racistas cuando era asesora en Como; Gennaro Sangiuliano, nombrado ministro de Cultura, sobre cuya cultura nos referimos en nuestra breve nota escrita hace algunos años1; y luego, Daniela Santanché, Roberto Calderoli, Raffaele Fitto, Anna Maria Bernini, todos nombres conocidos de los gobiernos de centroderecha (y no solo) de los últimos 20 años.
Por último, no podemos dejar de señalar que Giorgia Meloni es la primera mujer premier de Italia, pero esto, como ya hemos dicho en ocasiones dedicadas a este tema específico, no solo no se traduce en ningún beneficio para las mujeres, sino para su gobierno, porque por su ideología y por sus vínculos con el Vaticano y los sectores más reaccionarios de la Iglesia, atacará duramente los derechos de los sectores oprimidos de las masas populares, en rimer lugar de las mujeres, además de los inmigrantes y las personas LGBT… Giorgia Meloni, como primera dama, representa la hoja de parra que trata de esconder, no muy bien a decir verdad, las intenciones de la derecha italiana de restringir libertades como las del aborto, de debilitar la lucha contra la discriminación de género y orientación sexual, etc.
En definitiva, un gobierno a la altura de todos los demás gobiernos burgueses de los últimos 30 años, sean de centroderecha, de centroizquierda, de unidad nacional o técnicos: mismas políticas económicas, mismas personas (al menos en una parte importante). Ni siquiera en el tema de los «derechos civiles» en el que hay un deterioro sustancial, porque de hecho la «izquierda institucional» nunca los ha defendido, permitiendo su vaciamiento (ver, a modo de ejemplo, la ley 194 y la cuestión de la objeción de conciencia). Durante años nos han dicho que la centroizquierda es lo menos peor: la verdad es que no se puede vencer a la derecha sin combatir a la derecha, sin una propuesta política de clase e independiente, es decir, sin luchar al mismo tiempo contra la centroizquierda.
Decreto «anti-rave», políticas racistas y farsa «soberana»
Mientras los trabajadores se preocupan por las facturas y la inflación galopante (mientras los salarios permanecen estancados), la primera medida del nuevo gobierno es el decreto anti-rave [anti-fiesta], que es claramente un decreto destinado no a una reunión caótica esporádica de jóvenes, donde no circulan más drogas que en cualquier discoteca «legal», sino a exacerbar las penas por ocupación de terrenos y edificios con fines gremiales o políticos, tales como manifestaciones no autorizadas, u ocupaciones de escuelas o fábricas. Una regla vergonzosa que apunta a la represión. Sin embargo, no podemos dejar de indignarnos ante la falsa indignación de quienes, apenas ayer, votaron a favor de los decretos de seguridad propuestos por Salvini (M5s), y por quienes, después de haberlas impugnado verbalmente, no las derogaron una vez en el gobierno (PD y Sinistra [Izquierda] Italiana). ¡No solo no hay medidas concretas para los trabajadores, sino que se prepara la represión de la lucha! Lo mismo puede decirse de las vergonzosas políticas racistas y xenófobas de este gobierno: la tragedia de los migrantes secuestrados en barcos de las ONG fue preparada por leyes y acuerdos criminales con Libia sellados con el Pd y el M5s.
Giorgia Meloni se presentó al país en los años de «oposición» y en la campaña electoral como la alternativa fuerte, decisoria (una nueva versión del «gobierno del hacer»), poco proclive a los intereses de la Unión Europea y dispuesta a defender a los italianos. Muchos trabajadores también la apoyaron electoralmente creyendo esta propaganda. Sin embargo, el carácter «soberano» de este gobierno no es más que una farsa, que corre el riesgo de convertirse en tragedia si los trabajadores no encuentran el camino hacia sus intereses de clase.
Incluso antes de asumir el cargo, Giorgia Meloni confirmó la posición atlantista de Italia bajo su gobierno: no es que hubiera muchas dudas, pero al hacerlo silenció las voces de disidencia dentro de su coalición, voces provenientes de Berlusconi (por sus lazos de amistad con Putin) y de la Liga (que notoriamente fue financiada por el propio Putin), asegurando no solo a Estados Unidos, sino sobre todo a los fabricantes de armas italianos que no se cuestionará el aumento del gasto militar previsto por Draghi. Por lo tanto, las declaraciones de solidaridad con Ucrania no son declaraciones a favor de las masas trabajadoras ucranianas que luchan contra la invasión rusa, sino garantías para nuestros propios capitalistas de que el negocio no está en peligro y para los Estados Unidos de que no habrá márgenes para Putin. Pero no debemos pensar que el gobierno de Meloni solo se inclinará por los Estados occidentales más fuertes. El lunes 7 de noviembre, en el ámbito de la Cop27 que tuvo lugar en Egipto, Giorgia Meloni se reunió con el dictador al-Sissi para discutir sobre fuentes de energía e inmigración, de hecho, inclinando la cabeza ante el régimen egipcio y dejando caer los temas Regeni y Zaki. No es exactamente este el prototipo del gobierno soberano.
Pero, por otro lado, Fratelli d’Italia –y su gobierno– es tan nacionalista como la burguesía italiana (no diferente en esto de las demás burguesías del mundo): es soberanista y nacionalista en la medida en que necesita un Estado nacional para defender sus propios negocios, y es «cosmopolita» cada vez que tiene que obtener beneficios como socio minoritario de algún negocio gestionado por una burguesía que se encuentra en una situación ventajosa. Giorgia Meloni ha creado, para usar un eslogan fácil pero veraz, un gobierno fuerte contra los débiles (las masas trabajadoras y oprimidas) y débil contra los fuertes (burguesía, multinacionales extranjeras). Ningún beneficio puede venir a los trabajadores italianos de este gobierno.
Sin embargo, el gobierno de Meloni solo es fuerte en la medida en que los trabajadores están divididos y, por lo tanto, débiles. Al unirse, independientemente del sexo, la raza, la nacionalidad, superando cualquier ilusión en las promesas de la derecha y de la centro-izquierda, los trabajadores pueden volverse lo suficientemente fuertes como para construir la perspectiva de un gobierno de los trabajadores que gobierne en interés de los trabajadores No hay compromisos ni medias tintas para vencer a la derecha: debemos luchar para derribar el corrupto sistema capaitalista a partir de Italia y, luego, en toda Europa y en el mundo.
1) https://www.alternativecomunista.org/politica/nazionale/sangiuliano-ei-qfatti-verificatiq
Artículo original publicado en www.partitodialternativacomunista.org, 9/11/2022.-
Traducción: Natalia Estrada.