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Guerra contra Ucrania

Salvaguardar la soberanía de Ucrania y rechazar el oportunismo explotador

En el puesto fronterizo de Palanca, en territorio Moldavo, cientos de refugiados ucranianos se enfrentan a las bajas temparaturas mientras esperan que pequeños autobuses los recogen para llevarlos al centro de acogida donde podran tomar otros autobuses que los llevan a la capital del país moldavo o directamente a Rumanía. Palanca, Moldavia. 8 Marzo 2022. © Gonzalo Höhr
febrero 27, 2025




Por HK Anti-war Mobilization

Reproducimos esta declaración, que nos fue enviada por Lam Chi Leung, miembro de la plataforma anti guerra de Hong Kong.

Estimados ciudadanos, somos un grupo de ciudadanos de Hong Kong que nos movilizamos para oponernos a la guerra. Hoy tomamos una posición para salvaguardar la soberanía ucraniana y rechazar el oportunismo explotador.

Introducción

Mañana se cumple el tercer aniversario de la invasión total de Ucrania por parte de Rusia. Esta guerra injusta es una invasión imperialista lanzada con el objetivo de restaurar el territorio del régimen zarista. En vísperas de la guerra, el dictador Vladimir Putin publicó un absurdo pseudohistórico, alegando que los rusos y los ucranianos han sido un solo pueblo desde tiempos inmemoriales, negando la legitimidad de Ucrania como Estado independiente y afirmando falsamente que la existencia de Ucrania es una conspiración antirrusa diseñada por occidente.

Esta invasión y esta retórica niegan al pueblo ucraniano su derecho a la autodeterminación y han reducido a los civiles de ambos países a carne de cañón para los intereses geopolíticos y económicos de la clase dominante rusa. Nos gustaría expresar nuestro más profundo respeto y admiración por la valiente resistencia ucraniana durante los últimos tres años.

Situación actual

La prolongada guerra y la disparidad en la fuerza militar significan que Ucrania está en problemas. Según estimaciones conservadoras, desde el 24 de febrero de 2022 han muerto casi 80.000 soldados y civiles ucranianos. Es probable que el número real de víctimas, más el de personas desaparecidas, capturadas y desplazadas, sea muchas veces mayor. Aproximadamente, una quinta parte del territorio de Ucrania está en la actualidad ocupada ilegalmente por Rusia. Desde el comienzo de la agresión en gran escala, las deudas acumuladas de Ucrania con el BCE, el FMI y el BM se han más que triplicado (hasta 80.000 millones de dólares), y la deuda total ha alcanzado los 160.000 millones de dólares (casi 90% del PIB). Increíblemente, el FMI y el BM siguieron exigiendo que el gobierno ucraniano pagase su deuda y llevase a cabo reformas neoliberales, incluida la desregulación del mercado, el recorte de gastos sociales, la privatización de las industrias de transporte y energía, etcétera. Esto hará que la reconstrucción de Ucrania después de la guerra sea aún más difícil, y las condiciones de vida de su población aún peores.

El sueño de Donald Trump de lucrar con el caos de la Ayuda a Ucrania se ha desmoronado dramáticamente desde que asumió nuevamente el cargo. Además de congelar la USAID, Trump exige que Ucrania entregue la mitad de sus depósitos de tierras raras, valorados en 500.000 millones de dólares, de forma gratuita, a cambio de la ayuda estadounidense proporcionada durante los últimos tres años. Trump dijo que «EE.UU. no será estúpido» e incluso acusó falsamente a Ucrania de iniciar la guerra. Trump sólo quiere recuperar su dinero y hasta ahora se ha negado a comprometer cualquier apoyo de defensa a Ucrania después de la guerra. La verdad es que Estados Unidos está aislando a Ucrania y, en cambio, está compartiendo los despojos de la guerra con Rusia, aprovechando el momento de vulnerabilidad de Ucrania para robarle sus recursos. La priorización que hace Trump de las ganancias por sobre las personas recuerda su salvaje declaración de que Estados Unidos se apoderará de Gaza, expulsará a los palestinos para siempre y construirá una “Riviera del Medio Oriente” de propiedad estadounidense.

Trump está dejando de lado a Ucrania para negociar con Putin. Su administración incluso se ha tomado la libertad de adherir a las demandas rusas, incluso socavando el deseo de Ucrania de recuperar todo su territorio, rechazando la adhesión de Ucrania a la OTAN y negándose a estacionar tropas estadounidenses en el país. Si bien no creemos que la seguridad de Ucrania pueda garantizarse uniéndose a la OTAN o permitiendo que Estados Unidos estacione allí sus tropas, tanto la OTAN liderada por Estados Unidos como la OTSC liderada por Rusia son sólo herramientas para la expansión hegemónica de las grandes potencias. Sin embargo, las concesiones unilaterales de Estados Unidos tienen el efecto de debilitar enormemente el poder de negociación de Ucrania, lo que equivale a forzarla a rendirse. De este modo, Ucrania se encuentra ante la falsa opción de someterse a Rusia o dejarse aprovechar por Estados Unidos.

La soberanía sólo existe en el nombre y se sacrifican así los intereses del pueblo ucraniano. Esto no es una verdadera negociación de paz, sino una explotación colonial. Además, una tregua temporal no puede impedir que Rusia se reagrupe, se rearme y reanude su ataque contra Ucrania y Europa del Este. Las negociaciones de paz bajo control estadounidense y ruso generarán un conflicto regional mayor. Ni nosotros ni el pueblo ucraniano aceptaremos esa paz.

La extrema derecha global

Nos oponemos tanto a la diplomacia tradicional liderada por las elites como al abordaje más simple y poderoso de Trump. Porque ambos son medios de las potencias imperialistas para dividir el mundo en sus esferas de influencia. Esto no puede traer una paz duradera y sólo traería ruina a los países más débiles y a las personas comunes. Sin embargo, debemos tener cuidado con el ascenso de la extrema derecha liderada por Trump, que podría reescribir el orden político mundial con consecuencias terribles.

Para consolidar los intereses de los capitalistas ultra ricos en Estados Unidos e implementar la agenda conservadora cristiana y de supremacista blanca, internamente, Trump realizó recortes radicales a los departamentos gubernamentales; redujo impuestos a las empresas tecnológicas y de combustibles fósiles; cortó el Medicaid; y atacó los derechos de las mujeres, los inmigrantes, los grupos étnicos no blancos, y las personas transgénero.

Externamente, aumentó los aranceles, congeló la ayuda, se retiró de Europa, e incluso intentó aprovechar el poder hegemónico de Estados Unidos para extraer el máximo de ganancia y anexar territorios de otros países. Este tipo de política nativista estadounidense, que utiliza a los pobres, los desfavorecidos y otros como chivos expiatorios, ha envalentonado a partidos de extrema derecha en todo el mundo a presentar agendas nacionalistas extremas. Esto, sumado a la creciente cercanía de Trump a dictadores como Vladimir Putin, representará una gran amenaza para el progreso democrático y los derechos humanos en todo el mundo.

Lo que debemos hacer es apoyar la lucha autónoma por los derechos políticos y sociales en todo el mundo, para acabar con la hegemonía y construir un mundo donde las diferentes comunidades puedan vivir juntas como iguales. Autodeterminación sobre la base de la justicia y el bienestar del pueblo ucraniano; exigimos que Rusia detenga inmediatamente la invasión, devuelva los territorios de Ucrania, y haga reparaciones por los daños causados. Nos solidarizamos con el pueblo ucraniano en su legítima lucha y exigimos que el dictador Vladimir Putin y su coalición sean responsabilizados. Nos oponemos a la guerra, pero no abogamos por la aceptación ciega de cualquier forma de paz, especialmente aquella que se logra sacrificando los intereses de la clase trabajadora común. Nos oponemos a que cualquier otro país aproveche la situación para intervenir en las negociaciones de paz y extraer ganancias y recursos. Buscamos la paz con justicia: ¡Sin justicia, sin paz!

Traducción: Natalia Estrada.

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