Venezuela: Referéndum consultivo. Un duro revés para el gobierno.
Por: Unidad Socialista de los Trabajadores (UST)
Sección venezolana de la Liga Internacional de los Trabajadores (LITCI)
13/12/2023
A poco más de una semana de la realización del Referéndum consultivo, convocado para el pasado 03/12/2023, por el gobierno de Nicolás Maduro, en torno al tema del diferendo territorial sobre la región del Esequibo con la República de Guyana. La disputa continúa abierta, así como el debate alrededor de la misma; motivando declaraciones y acciones políticas por parte de mandatarios y dirigentes políticos del continente, evidentemente “preocupados” por la “estabilidad” política del mismo, necesaria para el buen desenvolvimiento de los negocios de las transnacionales, principalmente petroleras y mineras, en los que las burguesías nacionales que representan intervienen como socios minoritarios.
Lo cierto es que, por diversas razones, el conflicto, continúan marcando el debate en la palestra política tanto nacional como continental. Por tal razón consideramos pertinente expresar nuestra opinión a partir de la situación abierta a posterior del evento electoral y sus resultados.
La derrota del gobierno y su pretensión de maquillarla
A finales de la noche del domingo 03/12/2023, el Consejo Nacional Electoral (CNE), en la persona de su Presidente, Elvis Amoroso anunció un resultado, preliminar, debido a que aún se escrutaban actas, en el cual se habrían emitido un total de 10.554.320 votos, hecho que distaba mucho de la realidad observada en los centros electorales en la jornada de ese día, en los que lo que prevaleció fue la notoria ausencia de electores.
Las características de dicho anuncio, sin ofrecer mayores detalles en cuanto a cifras de abstención, sin detallar si se estaba refiriendo a votantes de carne y hueso o a votos emitidos por cada participante, causó mucha confusión, lo que aunado al contraste de lo ocurrido ese día, con relación a otras elecciones donde se obtuvieron cifras de votación (o participación) similares a la anunciada, hizo pensar que el titular del CNE se refería a que tales resultados eran debidos a multiplicar cada una de las respuestas a las cinco preguntas contenidas en la consulta, por el número real de votantes, el cual en este caso excedería por poco los 2.100.000 votantes. Siendo esto lo que realmente acudió a las urnas electorales. Lo que representaría apenas el 10% de participación sobre un registro electoral nacional que supera los 20 millones de electores, traduciéndose en una abstención aproximada del 90%.
Posteriormente, en un acto junto a Nicolás Maduro, el lunes 04/12/2023, el mismo Elvis Amoroso, anunció una participación total de 10.431.907 venezolanos que habrían votado mayoritariamente por el Sí en cada una de las interrogantes del referéndum. Lo curioso de esto es que, habiéndose escrutado la totalidad de las actas, la cantidad de votantes disminuyó con respecto al anuncio preliminar realizado cuando aún faltaban actas que contabilizar. Algo inexplicable desde todo punto de vista.
Acá igualmente el anuncio careció de detalles sobre totalidad de actas escrutadas, cifras de abstención, desglose de participación por estados, entre otros detalles acostumbrados a señalarse en otros comicios.
Lo cierto es que las imágenes de los centros electorales vacíos durante toda la jornada, la ausencia de colas (filas) y aglomeraciones características de una participación tan masiva como la anunciada, e incluso los testimonios de miembros de mesas electorales, dejan claro los intentos del gobierno de maquillar la escasísima participación en la consulta convocada a través de una descomunal campaña que incluyó un enorme derroche de dinero en, conciertos, cuñas televisivas haciendo uso de reconocidos personajes del deporte y la farándula del país, movilizaciones, concentraciones y la impresión de una enorme cantidad de material de propaganda.
Pero además también, el uso de recursos públicos para movilizar gente a votar, falsas promesas, compra de votos, pero principalmente chantajes, amenazas y todo tipo de coacción principalmente contra el funcionariado público, así como de personas de los sectores populares para obligarlos a votar.
Pese a esto el gobierno se llevó una durísima derrota política, expresada en la exigua participación de la gente, que, pese a mayoritariamente reivindicar como justo el reclamo territorial venezolano, no dejó de identificar la convocatoria al referéndum consultivo como una maniobra política del gobierno, para obtener réditos electorales en función de un eventual proceso electoral en 2024 y recuperar una popularidad perdida hace ya bastante tiempo, mediante la exacerbación del sentimiento nacionalista y patriotero.
Es esta derrota la que el gobierno pretende disimular, no reconociendo la bajísima participación, maquillando cifras mediante anuncios plagados de medias verdades y mentiras completas.
La continuidad de la maniobra
Argumentando “cumplir con el mandato del pueblo”, que este último le habría conferido a través de su significativa participación en el referéndum consultivo, al cual, según lo expresado por él, la constitución nacional le otorga un carácter “vinculante” (es decir, que la respuesta con la votación mayoritaria se debe aplicar), Nicolás Maduro, ha manifestado “tener un plan para continuar la defensa del territorio Esequibo y recuperar los derechos históricos de Venezuela sobre el mismo”.
Dicho “plan” fue detallado, el día martes 05/12 2023, durante su participación en la Asamblea General del Consejo Federal de Gobierno, desde la Academia Militar del Ejercito Bolivariano en Caracas. Como parte del mismo anunció: la creación de una Alta Comisión por la Defensa de la Guayana Esequiba; la introducción para su debate y aprobación de una Ley Orgánica para la creación del Estado Guayana Esequiba; la creación de la Zona de Defensa Integral (ZODI) de Guayana Esequiba[1]; la designación de una Autoridad Única de la Guayana Esequiba[2] (M/G. Alexis Rodríguez Cabello); la creación de las divisiones PDVSA[3] Esequibo y CVG[4] Esequibo, “con todas las competencias administrativas y operativas para la explotación de los recursos de la región del Esequibo”; la entrega y divulgación del “mapa completo” de Venezuela incluyendo a la Guayana Esequiba en las escuelas, liceos y universidades del país; un plan social integral para los habitantes de la Guayana Esequiba, que incluiría en primer lugar cedulación; propuso la aprobación por la Asamblea Nacional de una Ley Especial para la Protección del Esequibo; asimismo estableció un plazo de tres meses para “el retiro de las empresas/concesiones unilaterales en la Guayana Esequiba; a la par que anunció el otorgamiento “inmediato” de licencias para la explotación de petróleo, gas y minas en el territorio en disputa.
Seguido a estos anuncios, en la sesión ordinaria del miércoles 06/12/2023 la Asamblea Nacional, de amplia mayoría oficialista aprobó por unanimidad, en primera discusión el Proyecto de Ley Orgánica para la Defensa de la Guayana Esequiba. La celeridad de tal aprobación deja claro que dicha ley ya estaba redactada por el oficialismo incluso antes de la consulta y se elaboró sin esperar los resultados de la misma. De igual manera han circulado por los medios nacionales públicos y privados noticias sobre la realización de operativos de cedulación, en la población de Tumeremo (contigua al Esequibo), de ciudadanos supuestos habitantes de la Guayana Esequiba.
Consideramos que todos estos anuncios y acciones del gobierno nacional y su parlamento afecto, no son más que la muestra de la pretensión gubernamental de continuar azuzando el conflicto territorial como maniobra política para obtener algún tipo de ventaja electoral, a partir de insuflar la animosidad “nacionalista” y “patriótica”, en perspectiva de un eventual proceso de elecciones presidenciales en 2024, o de crearse una base de apoyo para suspenderlo mediante la declaratoria de un estado de emergencia, caso no obtener la ventaja requerida y verse en la necesidad de apelar a este recurso extremo para mantenerse en el poder. Asimismo, estimamos que buscan también posicionarse de la mejor manera posible para un proceso de negociación en una disputa que, más allá del diferendo territorial, de fondo lo que encierra es forcejeo por quien administra en carácter de socio minoritario la entrega de los recursos petroleros, gasíferos, mineros y de biodiversidad presentes en el Esequibo a las transnacionales norteamericanas, europeas, rusas y chinas.
Resulta un hecho cierto que el gobierno burgués y dictatorial de Maduro, pretende ser un administrador directo de esta política de rapiña imperialista en la Guayana Esequiba, para en ese carácter, procurar migajas del pastel para los sectores burgueses que representa y para su burocracia militar y civil, tal como ya hace en el país con las concesiones petroleras y las del Arco Minero del Orinoco (AMO), y tal como desde el lado guyanés en la región del Esequibo.
Unos objetivos similares tienen los sectores burgueses agrupados en FEDECAMARAS y otros gremios patronales opositores (aunque cada vez con mayores alianzas con Maduro), de allí su discurso hipócrita de “defensa de la integridad nacional”.
La reunión del 14 de diciembre y sus objetivos
En tal sentido, la reunión de “alto nivel”, concertada para este 14/12/2023, en la isla de San Vicente y las Granadinas, entre los presidentes de Venezuela y Guyana, a instancias del gobierno brasileño (con Lula a la cabeza), con el apoyo del Consejo directivo de la CELAC y del Secretario General de la ONU Antonio Guterres, nos parece que tiene como principal objetivo la negociación sobre el reparto de la entrega de los recursos a las transnacionales y los porcentajes de participación en el negocio como socios menores. Esto parece confirmarlo las declaraciones de diversos actores involucrados en el conflicto.
Ejemplo de esto lo encontramos las afirmaciones del Presidente Guyanés Irfaan Ali, del pasado martes 12/12/2023, negando que la reunión del jueves 14 de diciembre, con su par venezolano, abordará la disputa territorial e insistiendo que es un caso que debe resolver la Corte Internacional de Justicia (CIJ).
“…Ya hemos dejado claro que la CIJ va a decidir la controversia en torno a las fronteras de Guyana y Venezuela. Nos mantenemos firmes en este asunto y no está abierto a discusión…”[5]
Cabe entonces preguntarse ¿Cuál es el tema de discusión si no es el diferendo territorial? La respuesta a esta interrogante parece estar en las declaraciones de Mike Wirth, Director Ejecutivo de Chevron Corp., desestimando la posibilidad de una confrontación bélica entre ambos países. “…la disputa entre Venezuela y Guyana por la defensa del territorio Esequibo no terminara en guerra…”; “…estas cosas se resuelven mucho más a menudo mediante discusión, negociación y compromiso que mediante acciones militares…”[6] (negritas nuestras).
Chevron Corp., es una compañía transnacional con intereses en ambos países, tiene acuerdos con el gobierno de Maduro que le permiten saquear el petróleo venezolano en condiciones ultrafavorables exonerados de pagos de impuestos y regalías y recientemente se convirtió en socio de la Exxon Mobil en la explotación del bloque petrolífero Stabroek de 26.000 Km2, ubicado en la zona en disputa en el océano Atlántico, al adquirir la por 53.000 millones de $ la empresa energética estadounidense Hess Corp., pasando a controlar 30% de la explotación de dicho bloque, es claro que, al hablar de negociación se refieren a sus intereses.
Pero más claro aún lo deja el mismísimo Canciller de Venezuela Yvan Gil. “…el gobierno de Venezuela mantiene en marcha su plan de otorgar licencias para la explotación petrolera en la zona disputada con Guyana, en la que ya operan compañías autorizadas por Georgetown…, PDVSA y la Corporación Venezolana de Guyana están trabajando en la elaboración del dossier, de los mapas, de todo lo que tiene que ver con los términos de referencia de lo que lleva una concesión y el trabajo técnico que está en marcha…, el tema petrolero será uno de los discutidos en San Vicente y las Granadinas el jueves…”[7]
No obstante que el objetivo de la reunión apunta a ser la negociación y el reparto de la entrega petrolera, el afán de rapiña del imperialismo, y de los gobiernos burgueses de ambos países, en medio de una aguda crisis económica, agravada por la inflación en materia energética y lo convulso del orden mundial nos lleva a no descartar del todo la posibilidad de una eventual confrontación bélica; lo que suceda en la reunión del 14/12/2023 marcara esta dinámica.
Desde la Unidad Socialista de los Trabajadores (UST), consideramos que los trabajadores tanto de Venezuela como también sus pares guyaneses, no podemos tener mayores expectativas en dicha reunión, los acuerdos que puedan salir de allí siempre serán para privilegiar los intereses del imperialismo, sus transnacionales y de las burguesías nacionales de ambos países en tanto aspirantes a socios minoritarios del saqueo.
Rechazamos la injerencia imperialista en la región y exigimos la salida de las transnacionales petroleras, gasíferas y mineras; norteamericanas, europeas rusas y chinas del Esequibo y de ambos países; exigimos la salida del imperialismo de la reunión del 14/12/2023 y rechazamos su injerencia en la misma.
De igual manera, nos manifestamos en contra de las posturas belicistas de Irfaan Alí, azuzadas por el imperialismo, sus amenazas y declaraciones sobre sus alianzas con el Comando Sur de las fuerzas armadas norteamericanas y con el Reino Unido, sus pedidos al Comando Sur de que sea garante de la política guyanesa, repudiamos los ejercicios conjuntos de este Comando con la Fuerza de Defensa de Guyana (GDF)[8], realizados el pasado jueves 07/12/2023, así como otras acciones anteriores en el mismo tenor. Tal y como nos hemos opuesto a las posturas belicistas de la dictadura madurista. Rechazamos cualquier pretensión belicista que pueda existir de parte de ambos gobiernos. No a la injerencia imperialista en la región.
Del lado venezolano insistimos en rechazar la continuidad de la maniobra política que el gobierno de Nicolás Maduro pretende llevar a cabo con el conflicto en cuestión, reiteramos el llamado a la unidad de y entre las clases obreras y los pueblos de Venezuela y Guyana, para enfrentar al imperialismo, expulsar a las transnacionales del Esequibo, así como del resto del territorio de ambos países, enfrentar a sus gobiernos burgueses, sus medidas antiobreras y antipopulares, hasta derribarlos e imponer gobiernos obreros y socialistas en ambas naciones.
[1] Con sede administrativa y militar en la región de Tumeremo, contigua al Esequibo.
[2] Idem.
[3] Petróleos de Venezuela S.A., estatal petrolera principal industria del país.
[4] Corporación Venezolana de Guyana, agrupa a las empresas básicas de Guayana, del sector siderúrgico, metalúrgico y minero.
[5] https://www.france24.com/es/minuto-a-minuto/20231213-presidente-guyan%C3%A9s-niega-que-abordar%C3%A1-controversia-territoral-en-reuni%C3%B3n-con-maduro
[6] https://revistadiplomatica.com/2023/12/director-de-chevron-asegura-que-no-habra-guerra-entre-venezuela-y-guyana-por-el-esequibo/
[7] https://efectococuyo.com/politica/venezuela-tiene-en-marcha-su-plan-de-licencias-petroleras-en-el-esequibo/
[8] Fuerzas Armadas Guyanesas