Prostitución: una polémica abierta dentro del feminismo
La prostitución en nuestro país se encuentra en un limbo jurídico; no es delito pero tampoco hay regulación estatal. Sólo se penaliza si se demuestra la “imposición de condiciones gravosas, desproporcionadas o abusivas”. Este “limbo” es aprovechado por proxenetas y traficantes de personas: la mayoría de las víctimas de explotación sexual no se encuentran en la calle, sino en establecimientos regentados “empresarios del sexo”, donde supuestamente las mujeres trabajan en régimen de “prostitución consentida”. Los gobiernos llevan años haciendo la vista gorda porque estamos hablando de una industria que mueve miles de millones.
Por Laura R.
Desde C.R., denunciamos cualquier forma de violencia y criminalizacion hacia las personas que se prostituyen. Estamos en contra de que se les aplique la Ley Mordaza o el artículo 36.6 de desobediencia a la autoridad, por las que se las multa en el espacio público. Defendemos de forma incondicional, su derecho a la salud, a educacion, a vivienda digna y a protección contra cualquier forma de violencia y maltrato.
Pero no consideramos la prostitución como “un trabajo cualquiera”. Es cierto que en este sistema económico la inmensa mayoría nos vemos obligadas a vender nuestra fuerza de trabajo y por lo tanto no podemos escapar de la “esclavitud salarial”. Pero la solución no es resignarnos a someter TODO al dominio del mercado, convirtiendo tambien las relaciones sexuales en una mercancía más, sino en luchar por una sociedad libre de opresión y explotación.
La prostitución es una práctica sexual basada en una relación de poder en la que el cuerpo de la mujer es un objeto que los hombres obtienen a cambio de dinero. La prostitución es parte de la cultura de la violación.
En consecuencia, no estamos a favor de sindicalizarla ni de legalizarla como se ha hecho en Holanda o Alemania. España es hoy epicentro mundial de las redes de trata. Para quienes argumentan que legalizar esta actividad es la forma de acabar con la prostitución forzada y clandestina, la experiencia demuestra que no es así. En Holanda es legal desde el 2000, pero sigue habiendo un sector ilegal. En Alemania, desde 2002. Dieciseis años después, más de la mitad, en su mayoría extranjeras, trabajan de forma ilegal
También estamos en contra de ordenanzas municipales que tienen como estrategia principal, multar a los “clientes” de la prostitución. Distintos estudios demuestran que donde esta medida se ha aplicado, no ha conseguido acabar con la prostitución, sino que esta se realice en condiciones de mayor clandestinidad y riesgo.
No hay forma de abolir la prostitución, sin derribar el sistema capitalista
La prostitución, al igual que otros males que aquejan a las mujeres, no tiene solución definitiva dentro de este sistema capitalista. En primer lugar porque es la otra cara de la moneda de la institución familiar patriarcal, propia de las sociedades de clases y con propiedad privada.
Y en segundo lugar porque para ello es preciso acabar con la miseria, la degradación moral, la desigualdad y la violencia que provocan el capitalismo y las politicas de los gobiernos a su servicio y de las que se nutre la prostitución.
Denunciamos la hipocresía y cinismo del gobierno Sanchez que se declara abolicionista, pero lo único que quiere es seguir escondiendo la prostitución debajo de la alfombra y supeditó los recursos contra la desigualdad y la violencia machista, a la aprobación de su senda del déficit. Dice combatir policialmente las redes de trata y estar a favor de acoger personas refugiadas por “razones humanitarias”, mientras acata las politicas de control de fronteras y devolución en caliente que le dicta la UE, promoviendo con ello el tráfico ilegal de personas para la prostitución.
Este 8M también tenemos que salir a la calle para exigir:
¡Basta de justicia patriarcal. El proxenetismo de cualquier tipo es delito, no una actividad empresarial!
¡Recursos de atención, protección y regularización inmediata para víctimas de trata y explotación sexual, sin necesidad de que denuncien, ya que muchas no lo hacen por miedo y por su situación administrativa!
¡Juicio y castigo a quienes ejerzan violencia contra quienes se prostituyen, acabando con la normalización social que existe!
¡Acceso a la sanidad pública para TODAS, planes de acceso preferente al empleo y cursos de capacitación y formación laboral que les permitan dejar la prostitución!