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25N 2024

Pilares de la resistencia: las mujeres palestinas son el objetivo prioritario del genocidio

noviembre 28, 2024

Por Soraya Misleh

“Ella continuó pateándome y golpeándome. […] Ellos estaban abusando de mí en todos los sentidos, física, emocional y sexualmente”.

“Los soldados me amenazaron con un arma y me obligaron a desnudarme por completo. Luego me hicieron agacharme y me pincharon todo el cuerpo con un dispositivo, incluyendo la zona genital, el recto y los senos”.

Los dos informes de mujeres palestinas, publicados respectivamente en Middle East Eye en febrero de este año y en The New Arab el 7 de octubre último, son una pequeña muestra de la brutal violencia a que están sometidas durante los más de 400 días de genocidio en Gaza, e históricamente en la Nakba en curso –la catástrofe palestina cuya piedra angular es la formación del Estado de Israel el 15 de mayo de 1948 sobre los cuerpos palestinos y los escombros de sus aldeas–.

En este 25 de noviembre, Día Internacional por la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, urge arrojar luz sobre la violencia colonial sionista, cuyo objetivo preferencial son las mujeres y los niños. Este grupo representa 70% de los martirizados en el genocidio de Gaza; las mujeres representan 26% de este porcentaje, o al menos más de 12.000, una cifra subestimada, ya que hay miles bajo los escombros.

Ellas son un objetivo preferencial en la búsqueda sionista de una “solución final” en la continua Nakba, es decir, en el exterminio del pueblo palestino. Como actores de la sociedad y agentes de producción y reproducción de la vida, son los que más sufren frente a la limpieza étnica, la colonización, el apartheid y el genocidio.

Además de ser blanco de las balas y las bombas que siguen cayendo sobre las cabezas palestinas en Gaza, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reveló que 180 madres han dado a luz cada día en medio del genocidio. Con todos los hospitales de la estrecha franja destruidos total o parcialmente, cuando hay complicaciones y/o necesidad de una cesárea, se realizan sin anestesia. El número de abortos espontáneos aumentó en un asombroso 300%.

Además, con los niños en el punto de mira del genocida Estado de Israel –para eliminar el mañana–, no es raro que tener sus hijos un día sus hijos y al siguiente envolver sus cuerpos sin vida o recoger lo que queda de sus cuerpos despedazados.

Las mujeres y las niñas también se han enfrentado a la brutalidad en las cárceles israelíes, que alcanza a todos los palestinos. La violación es fundamental en la continua Nakba. Se estima que alrededor de 17.000 mujeres y niñas han pasado ya por las odiosas cárceles sionistas, donde la tortura está institucionalizada y, en esta búsqueda de una “solución final”, se vuelve aún más horrenda.

Las mujeres son desnudadas, humilladas, agredidas física, psicológica y sexualmente, ven a sus hijos y familiares torturados y asesinados delante de ellas, mueren de hambre, de sed, de enfermedades e infecciones.

Las mujeres palestinas subliman el luto, el dolor, porque no tienen otra alternativa. No existe estrés postraumático, el trauma es un continuo.

Como para toda la sociedad, para ellas la resistencia no es una elección, es la existencia misma, bajo la amenaza constante de ser borrados del mapa. Así, con firmeza, persistencia y resiliencia (sumud) reinventan formas para aliviar el sufrimiento, incluso en condiciones inimaginables. Son los pilares de la resistencia.

Son mujeres jóvenes como Roya, que tocan instrumentos y entretienen a los niños para distraerlos del terrible sonido de las bombas genocidas sionistas que no dejan de ser lanzadas; otras que brindan asistencia psicológica para aliviar los traumas, mientras lidian con su propio dolor y pérdidas, al lado de organizaciones de mujeres que han volcado todas sus actividades en Gaza hacia un desafío gigantesco: tratar de garantizar un mínimo de asistencia cuando falta todo, desde comida y agua hasta medicamentos y absorbentes.

Las palestinas incluso se encuentran entre los heroicos periodistas que continúan denunciando su propio genocidio al mundo. Se inspiran en el histórico protagonismo femenino en la resistencia, por todos los medios, hacia una Palestina libre del río al mar, para que todas puedan ser libres. Por la eliminación de la violencia contra la mujer, en cualquier parte del mundo.

Traducción: Natalia Estrada.

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