Sáb Jul 27, 2024
27 julio, 2024

No más regimen de excepción, la salida es la unidad de las y los luchadores

Entre los días del 25 y 27 de marzo del presente año, la clase trabajadora salvadoreña volvió a ser golpeada por una escalada de violencia que incluyo, el día con mas homicidios desde el fin de la guerra civil en El Salvador (62 asesinatos el 26 de marzo); y que entre los 3 días se reportaron, según cifras oficiales, alrededor de 90 personas asesinadas por el accionar de las pandillas.

Éste fenómeno no es nuevo, pues en ocasiones anteriores hemos sido testigos de como las pandillas deciden elevar la cantidad de asesinatos como parte de su estrategia de comunicación (presión) con el gobierno y como muestra  de su poder en los territorios. Sin embargo lo que si se mostró como “nueva” fue la respuesta del gobierno de Bukele , quien el 26 de marzo de manera express solicito a la Asamblea Legislativa dominada por el oficialismo, la aprobación de un régimen de excepción que suspende garantías constitucionales importantes como la libertad de asociación, de reunión, el debido proceso, entre otras garantías ciudadanas.

No conforme con esto, el 30 de marzo se presentó a iniciativa del gobierno central, un paquete de reformas a leyes que contienen penas mas largas y severas para los pandilleros, sus lideres, aliados y financistas. A la fecha ya se han capturado mas de 50,000 personas, entre las cuales la mayoría son pandilleros, sin embargo un porcentaje de éstas capturas se trata de gente trabajadora, de las cuales se han documentado torturas, vejaciones, incluso muertes en los centros penales sin mayor explicación a los familiares. Por otro lado también se ha prestado para capturas de lideres sindicales, religiosos y comunitarios, así como se han ya documentado miles de violaciones a los derechos humanos en el marco del régimen de excepción que la semana pasada acumuló su quinta prorroga.

Por lo tanto desde La Plataforma de la Clase Trabajadora, debemos decir con claridad que este tipo de respuesta para nada es la que se necesita para abordar esta problemática con amplias raíces sociales. Lo más grave es que Bukele y su gobierno han estado presumiendo desde que comenzó, la que ellos han dado en llamar “guerra contra las pandillas”,  han exhibido algunos de los abusos que se están cometiendo a la hora de realizar estas capturas y encarcelarlos (sacarlos de sus casas sin orden judicial, golpeados, exhibidos impudorosamente, racionándoles la alimentación y no informando a que centro penal es trasladado cada uno). Existen a estas alturas abundancia de estudios y recomendaciones de cómo y cuáles deberían ser las estrategias y medidas para ir sanando esta grave situación a la que ningún gobierno anterior y menos el actual tiene interés en resolver de raíz y verdaderamente; esto por la simple y sencilla razón que, además de ser utilizados en época electoral, para Bukele y su círculo, las pandillas y su accionar son la excusa perfecta para continuar y profundizar sus medidas de corte dictatorial y represivas.

¿Que es lo que realmente sucedió en la negociación del gobierno con las pandillas? es algo que solo podemos inferir al subir los asesinatos y al ver la respuesta de parte del aparato estatal y las investigaciones periodísticas que nos han dado luces para entender lo acontecido. Pero detrás de esa situación se muestran otras que la clase trabajadora debe tener presente para poder entender las verdaderas intenciones del gobierno.

Desde hace meses hemos venido denunciando el carácter antidemocrático y las medidas autoritarias con rasgos bonapartistas de Bukele. Uno de los objetivos del régimen de excepción y de las reformas legales aprobadas es criminalizar a quienes se opongan a las medidas del presidente. Llama poderosamente la atención el lenguaje ambiguo y sumamente amplio de los decretos aprobados y las reformas autorizadas al grado de que se prohíbe una medida diferente a la cárcel a quien sea capturado y acusado de “desórdenes públicos” y se ha legalizado la posibilidad de violar la privacidad de las comunicaciones. Bukele quiere infundir miedo en la gente, miedo a manifestarse, miedo a exigir que las cosas sean diferentes, trasparentes y que se diga la verdad y no se mienta ni se esconda la realidad. Hay una serie de medidas impopulares que el gobierno tiene que tomar y que nosotros también hemos venido anunciando y cuestionando debido al despilfarro, corrupción y mal manejo de las finanzas públicas, ósea de los impuestos de la gente.

Habrá quienes dirán que esto no es verdad, pues el presidente impulso 11 medidas contra la inflación y la crisis. A ellos debemos responder que esas medidas están desfinanciadas y no son sostenibles, además de que algunas de ellas no repercuten en beneficio para la gente sino para los grandes importadores y acaparadores. Lo cierto es que Bukele ha venido retrasando la presentación de la reforma al sistema previsional salvadoreño, tema sumamente sensible para la clase trabajadora y el día después de aprobadas las reformas solicitadas, el ministro de trabajo anuncia que la reforma esta lista y que “va a mover las capas tectónicas del país”1, se habla de 12 mil millones de dólares que el gobierno persigue y que pertenecen a las personas trabajadoras. Además, se anuncia la construcción de proyectos hoteleros en la llamada bitcoin city2, , SURF CITY 2 con una mega carretera, avanzan los megaproyectos en la zona sur del oriente salvadoreño, a pesar de que los estudios de impacto ambiental los desaconsejan.

Hay ya “jubilaciones obligadas” de personal policial y se espera una política similar en el resto de instituciones del estado. Comienza el cierre de instituciones estatales, como ISDEM, FISDEL, DIGESTYC, ISNA, CONNA, y otras más que están por anunciar. Estas y otras medidas impopulares es la “medicina amarga” que Bukele anunció el día de su toma de posesión, por eso es que no debemos dejarnos impresionar por el poderoso aparato de propaganda del gobierno y debemos estar atentos para descubrir las verdades intenciones que se esconden detrás de todas estas medidas que solo buscan preparar el camino para aplastar las protestas que de seguro se darán cuando esas medidas sean aprobadas. Es necesaria la más amplia unidad para luchar y vencer ésta arremetida contra el pueblo pobre y trabajador.

¡NO MAS REGIMEN DE EXCEPCIÓN!

¡UNIDAD DE ACCIÓN DE TODAS Y TODOS LOS LUCHADORES

¡A MÁS REPRESIÓN, MÁS LUCHA!.

San Salvador, 23 de agosto de 2022

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