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Crisis climática y ambiental

¡No hay futuro con el capitalismo!

Ilustración de Alejandra Svriz.
octubre 6, 2023

Folleto del PDAC, Italia, para la huelga por el clima

El último informe del IPCC prevee que el aumento exponencial e incontrolable de la temperatura media global superará ya en 2030 los 1,5°C (el límite fijado por el Acuerdo de París) en comparación con los niveles preindustriales. El informe concluye que ya se están produciendo cambios rápidos y generalizados en la atmósfera, el océano, la criosfera y la biosfera. El nivel medio global del mar, por ejemplo, aumentó 0,20 cm entre 1901 y 2018. Peor aún: la tasa media de aumento del nivel del mar se aceleró: fue de 1,3 mm por año entre 1901 y 1971 y de 3,7 mm/año entre 2006 y 2018.

La mitad de la humanidad vive ya en “contextos altamente vulnerables al cambio climático”, expuesta a la inseguridad alimentaria, hídrica y habitacional. Y entre 2010 y 2020, el informe estima que la mortalidad humana por inundaciones, sequías y tempestades fue 15 veces mayor en regiones altamente vulnerables, en comparación con regiones con vulnerabilidad muy baja. El informe del IPCC muestra que no hay futuro para los combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas) si no queremos comprometer irreparablemente la civilización y todo el sistema terrestre, desencadenando puntos sin retorno.

Según el IPCC, instalar nuevas fuentes de energía limpia es la única manera de limitar las temperaturas por debajo de los 2°C, pero esto requiere una transformación urgente, revolucionaria y sin precedentes del suministro de energía en escala global, en la que las emisiones globales de Co2 deberían reducirse en aproximadamente 7% cada año hasta 2050 (actualmente se emiten a la atmósfera cerca de 35.000 millones de toneladas de Co2 al año). Sin embargo, en el mundo capitalista ningún acuerdo climático ha funcionado ni puede funcionar. Todos naufragan, a pesar de los datos científicos que se acumulan.

En el capitalismo la transición energética no es más que una farsa y no detendrá la catástrofe anunciada. Sabemos que el obstáculo para esto son los enormes subsidios que los gobiernos otorgan a las grandes compañías petroleras. Un informe de 2020 de la Agencia Internacional de Energías Renovables monitoreó alrededor de U$S 634.000 millones en subsidios al sector energético en 2020 y encontró que alrededor de 70% se destinó a combustibles fósiles y solo 20% se destinó a la producción de energía renovable.

Mientras muchas vanguardias de los movimientos, algunas muy jóvenes, son sometidas a diversas medidas represivas que tienen su origen en instrumentos específicamente creados, que van desde el Código Rocco de Mussolini hasta los «decretos de seguridad» del dúo Salvini-Conte, los gobiernos, con la complicidad de organizaciones políticas reformistas y de las burocracias sindicatos, engañan a poblaciones enteras proponiendo objetivos tranquilizadores para calmar y frenar los focos de revueltas. Una práctica consolidada que acaba por deprimir y dejar pasivos a activistas y movimientos enteros que por su propia naturaleza no tienen continuidad y están sujetos a flujos y reflujos.

Para evitar que la fuerza destructiva del capitalismo haga capitular ante la ideología dominante las extraordinarias movilizaciones de jóvenes de todo el mundo, se necesita un partido revolucionario que tenga una delimitación programática y organizativa y que se mueva dentro del perímetro de la unidad de acción contra el enemigo de clase.

¡No hay futuro con el capitalismo! Para detener la catástrofe ambiental que toca a las puertas y amenaza a toda civilización, es esencial superar el capitalismo y construir una sociedad socialista y ecológicamente equilibrada.

Folleto publicado en www.alternativacomunista.it, 5/10/2023.-

Traducción: Natalia Estrada.

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