Nahuel Moreno, nuestro maestro

Por Alicia Sagra
El 24 de abril, Nahuel Moreno hubiera cumplido 101 años. Hace 38 años que murió, pero está totalmente presente. Fue el fundador de la LIT-CI, nuestro principal dirigente, pero centralmente nuestro maestro.
El internacionalismo
Fue el gran constructor del partido revolucionario en la clase obrera y nos transmitió esa pasión. Y nos educó en el internacionalismo, en la concepción de que es imposible construir un partido marxista, revolucionario por fuera de la Internacional. Que todo partido que intente construirse por fuera de la Internacional, por más brillantes que sean sus dirigentes, está condenado a degenerarse, porque no podrá escapar de las múltiples presiones nacionales. Por lo que las Tesis fundacionales de la LIT-CI afirman:
“ La mayor necesidad material, objetiva, de la humanidad, la revolución socialista mundial, tiene un correlato subjetivo: una dirección revolucionaria mundial. Sin ésta, aquélla es imposible. Así, la crisis de la humanidad se agudiza día a día sin solución. Afirmamos que, más de seis décadas de revoluciones y contrarrevoluciones prueban inapelablemente que con direcciones burocráticas, sin dirección revolucionaria internacional, hasta los más grandes triunfos del proletariado, los más grandes avances en el camino de la revolución socialista mundial, se trasforman en sus contrarios. La necesidad absoluta objetiva de la revolución socialista mundial se concreta, se encarna en la necesidad absoluta subjetiva de una dirección revolucionaria -no burocrática- internacional”.
Y las misma Tesis, afirman que esa dirección internacional, no puede ser un foro de discusión, ni una federación de partidos nacionales. Que debe ser, siguiendo el modelo de Tercera Internacional dirigida por Lenin, un partido que funcione con el principio del centralismo democrático, porque “sin excepción alguna, todas las experiencias de federalismo o de trotskismo nacional han terminado en el basurero de la historia. Queremos, como es nuestra norma, llamara las cosas por su nombre: Federalismo es sinónimo de disolución.”
“… La III Internacional fue el primero y el más fuerte intento de construir una dirección revolucionaria internacional. Desde su derrumbe, este problema decisivo ha quedado sin resolver”.[1] “Fue en ese momento que Trotsky sacó la conclusión que sería su mayor obsesión: una nueva dirección revolucionaria internacional. O hay partido mundial o será imposible ni tan siquiera que se desarrollen direcciones revolucionarias nacionales y grandes partidos obreros revolucionarios capaces de tomar el poder. Para Trotsky, el de la dirección internacional pasaba a ser el primer eslabón de la dialéctica nacional internacional.”[2]
A partir de una identificación total con esa definición de Trotsky, Moreno dedico toda su vida a luchar por esa estrategia, la construcción de la Internacional[3]. Así la LIT-CI se funda con la estrategia de reconstruir- reorganizar la IV Internacional, como continuidad de la Tercera dirigida por Lenin.
La lucha contra el reformismo y las burocracias.
Nos educó en que no existimos solo nosotros y las masas, sino que la lucha por construir la dirección revolucionaria, tiene que encararse a través de un combate permanente contra el reformismo y las burocracias. “La lucha por la construcción de una dirección revolucionaria internacional (como también de direcciones revolucionarias nacionales) implica la lucha por la destrucción de todas las direcciones burocráticas o nacionalistas que nos hacen competencia en el seno de las masas. El proceso de construcción de una dirección revolucionaria significa al mismo tiempo una “guerra implacable” (como dice con justeza El Programa de Transición) contra toda otra corriente burocrática y/o pequeño burguesa del movimiento de masas. Esto es lo que el revisionismo no hace: las distintas tendencias revisionistas que han existido en nuestro movimiento, tienen un rasgo común: el propugnar no la “guerra implacable” sino algún tipo de bloque con alguna tendencia burocrática y/o nacionalista, porque ésta supuestamente cumple un papel progresivo y aún revolucionario.”[4]
Los tres elementos centrales del trotskismo: internacionalismo, democracia obrera, dirección obrera.
La otra gran pasión de Moreno, junto con la construcción en la clase obrera, era la de formar a los cuadros en el marxismo. La actividad de formación marxista, es una de las pocas tareas que nunca derivó, siempre se dedicó, no sólo a formar cuadros, sino también a formar “formadores” que pudieran continuar con esa tarea que él consideraba fundamental. Y utilizaba los cursos las escuelas, para incentivar la elaboración colectiva, para testar sus últimas elaboraciones. Así, en una escuela que desarrolló en Argentina, en 1984, presentó las conclusiones a las que había llegado sobre qué es lo que identificaba al trotskismo
“Así que, cáiganse de espaldas (…) descubrimos que la esencia del trotskismo es esa sola gran categoría: la revolución socialista internacional.
Hay también una segunda categoría (…) nos vamos a sorprender de lo sencilla que es. Los trotskistas son hoy en día los únicos que la defienden: es, cáiganse de espaldas, la democracia obrera. Nosotros creemos en la democracia obrera. Es decir, queremos que la clase obrera se exprese democráticamente a través de sus organismos y tome el poder ejerciendo esa democracia. Somos enemigos implacables de todo régimen que no sea democrático. Y un subproducto de esto es que queremos que el partido que dirija y acaudille las organizaciones democráticas de la clase obrera, también sea democrático.
Digo esto porque toda esta teoría que yo estoy diciendo lleva a la LIT a una cuestión muy importante: nosotros somos los defensores incondicionales del régimen de la dictadura del proletariado que está por la democracia obrera. Nosotros levantamos un tipo de régimen contra todos los otros regímenes existentes. Es decir, nos caracteriza la revolución política, la lucha por un tipo de régimen, hoy en día inexistente, que es el de la democracia obrera. Inexistente en los organismos obreros [en los países] capitalistas; y mucho menos existente en los Estados obreros.
Y lo tercero es un fenómeno social: nosotros creemos que es la clase obrera la que tiene que volver a tomar, ser la vanguardia del proceso histórico.”[5]
No enamorarse de las propias ideas.
Era contrario a todo fetichismo, a todo endiosamiento de los maestros. Una y otra vez insistía en que el marxismo no es una iglesia, que en el marxismo no existen dogmas de fé. Nos educó en entender que no hay documentos totalmente terminados, que permanentemente hay que contrastarlos con la realidad. Insistía en que, como decía Lenin, los revolucionarios tienen que ser rebeldes, críticos, con los dirigentes, con los maestros y consigo mismos. Explicaba que, como estaba cansado en trabajar con “sabios” que consideraban que nunca se equivocaban, él asumía una actitud opuesta y repetía, una y otra vez, que “la historia la historia de nuestra corriente es la historia de nuestros errores”.
Con esa concepción, no tuvo problemas en plantear que en Las Tesis de la Revolución, no en la teoría, Trotsky se había equivocado[6]. Con la misma rigurosidad actuaba cuando descubría un error suyo. Así, en 1973 llegó a la conclusión de que estaba equivocado su planteo de autodeterminación para Palestina. Se autocriticó públicamente y asumió la propuesta que defendemos hasta hoy: Por un Estado Palestino Único, Laico, Democrático y no Racista, lo que implica la destrucción del Estado de Israel. [7] De la misma manera que se autocrítico, públicamente, de la expectativa que había tenido con la dirección cubana[8]
La defensa de la moral revolucionaria.
Esa tal vez sea una de las más grandes lecciones que nos dejó. Nos educó en que para un revolucionario, la vida del compañero es más importante que la propia vida[9]
De esa moral, fueron un gran ejemplo, los más de 200 militantes del PST argentino, presos, muertos y desaparecidos, por la dictadura, que soportaron todo tipo de tortura, sin denunciar a sus camaradas. A diferencia de lo que pasó con otras organizaciones, esa tortura no les sirvió para destruir la estructura partidaria. Esa moral es lo que explica que presos[10] que fueron liberados, después 7 años de prisión, se ofrecieran como voluntarios durante la guerra de Malvinas.
Explica también la gran campaña realizada en defensa de la moral revolucionaria de Ricardo Napurí, que enfrentaba una campaña de calumnias de quien había sido su dirigente, Pierre Lambert. Campaña que estuvo en la base de la fundación de la LIT-CI.[11]
El monumento vivo
Cuando murió Nahuel Moreno, dijimos que había dejado un monumento vivo: La Liga Internacional de los Trabajadores- IV Internacional (LIT-CI) . Para celebrar los 101 años que estaría cumpliendo nuestro maestro, nada mejor que seguir construyendo ese monumento vivo, con el objetivo estratégico de reconstruir la IV Internacional como el Partido de la Revolución Socialista Mundial.
[1] Tesis Fundacionales, t. VII
[2] Idem, t.VIII
[3] “Yo diría más bien que la mayor parte de mi militancia política ha estado, sigue estando, volcada al partido mundial, a la construcción de la Cuarta Internacional.” Conversaciones con Nahuel Moreno, cap. 3
[4] Idem, t.XV
[5] Nahuel Moreno, Escuela de Cuadros, Argentina 1984
[6] Él relativizaba ese error, diciendo que reivindicaba íntegramente la Teoría y las Tesis, y que “las Tesis solo se equivocaron para algunos países en el punto de la estación donde se paraba el proceso de revolución permanente conducida por partido pequeñoburgueses- entre ellos el estalinismo- pero acertaron en que el proceso se detenía inevitablemente si no era dirigido por un partido marxista leninista, es decir trotskista” Actualización del Programa de Transición, T. XXXIX
[7] Revista de América, 1973
[8] “A lo largo de mi vida política, después, por ejemplo, de mirar con simpatía al régimen que surgió de la Revolución Cubana, he llegado a la conclusión de que es necesario continuar con la política revolucionaria de clase, aunque postergue la llegada al poder para nosotros en veinte o treinta años, o te que sea. Nosotros aspiramos a que sea la clase obrera la que verdaderamente llegue al poder, por eso queremos dirigirla.” Conversaciones con Nahuel Moreno, Cap 2
[9] Nahuel Moreno, Moral Bolche o moral espontaneísta
[10] Se trata de José Páez dirigente del Cordobazo y de Matosas, un viejo cuadro del partido argentino.
[11] La LIT-CI, se fundó en una Conferencia realizada entre el 5 y 11 de enero de 1982. Esa Conferencia de Consulta, para ver como se reagrupaba al trotskismo ortodoxo, tenía como uno de sus objetivos defender la honra revolucionaria de Ricardo Napurí, atacada por una campaña de calumnias por parte de Lambert. Ver Conferencia de Fundación , Resoluciones y Documentos, Ediciones Marxismo Vivo