Mar Mar 19, 2024
19 marzo, 2024

Portugal | Las ideologías, la práctica y la falta de perspectiva reinante en la clase trabajadora

Al contrario de lo que dice la sabiduría popular, no basta vestir la piel para que alguien se vuelva lobo. En un mundo de apariencias y de frases de efecto, es necesario ser riguroso con los rumbos de las organizaciones políticas presentes en la clase trabajadora, para que esta no pierda la perspectiva de lucha por un mundo libre de explotación y opresión, un mundo socialista.

Por: João Reis

El “son todos iguales” y la falta de perspectiva entre los trabajadores

Conocemos entre los trabajadores un sentimiento generalizado de falta de creencia en la política y en los políticos. Este sentimiento es reflejo de una crisis de representatividad del régimen actual, que no da respuesta a las necesidades de la mayoría de la población, y de la desilusión con aquellos que en nombre de los trabajadores han frustrado las expectativas de mejoras de las condiciones de vida y de trabajo.

Vivimos esa experiencia, recientemente, con los gobiernos de la Geringonça, que diciendo venir para dar vuelta la página de la austeridad mantuvieron las principales medidas de austeridad de los gobiernos del PSD/CDS y de la Troika.

El desgaste con los partidos actuales es aprovechado de forma oportunista por los patrones para desarmar a los trabajadores e impedirles, en medio de las experiencias y desilusiones, construir herramientas políticas que no repitan los errores del pasado y reconstruyan soluciones que den respuesta para sus vidas. Es ese el contenido del discurso del “son todos iguales” o de aquellos que, en oposición al gobierno del Partido Socialista, los desilusionados con el Partido Comunista Portugués (PCP), atribuyen culpas al “socialismo” o al “comunismo”. Este tipo de discurso vacío de contenido, más que un desahogo es una herramienta que desorganiza a los trabajadores, para que estos desistan de construir otros caminos.

La práctica como criterio de la verdad – De la Revolución Portuguesa a los días de hoy

Pero no es solo a la derecha que hay responsabilidades. Las organizaciones de trabajadores que en el transcurso de los últimos años y, principalmente, a partir del derrumbe del fascismo defraudaron las expectativas de los trabajadores tienen la mayor parte de responsabilidad, por ser de ellas que dependió la dirección de las luchas de los trabajadores, usando el “socialismo” y el “comunismo” como bandera en los procesos que llevaron a la derrota.

Desde los primeros minutos del PREC (Proceso Revolucionario en Curso – período marcado por luchas de los trabajadores contra la explotación y por libertades democráticas que pusieron en cuestión el modo de producción capitalista en el país), el PCP y el PS nunca tuvieron como objetivo derrocar el capitalismo en Portugal.

Después del 25 de Abril de 1974, el PCP estuvo presente en todos los gobiernos provisorios, junto con el PPD/PSD y el PS. Defendía, en la época, que no había espacio para una revolución socialista que cuestionase el poder de los patrones, de la burguesía. El objetivo, según esta organización, era derribar el fascismo e instaurar una democracia como la que existe hasta hoy, dirigida por los intereses de los patrones, como sabemos por la experiencia de las últimas décadas.

Para eso se unió con los dichos sectores progresistas en gobiernos que englobaban franjas de la burguesía nacional. Al mismo tiempo, combatió ferozmente todos los procesos de lucha que más cuestionaban el capitalismo. Fueron progenitores de la primera Ley de Huelga, que restringía este derecho en el momento en que era más necesario, y también de la primera Ley de Requisición Civil, usada por el gobierno de la Geringonça para combatir las huelgas de los enfermeros, de los trabajadores de la aviación, de los estibadores, de los choferes, de los policías del SEF, etc.

Por su parte, el PS, bajo el manto del “socialismo” y de la democracia, dirigió el proceso de integración de Portugal en la Unión Europea, que avanzó en el saqueo del país y en pérdida de la soberanía nacional.

¿Qué es el socialismo y el comunismo?

Pero si estos partidos no son, como los nombres indican, socialistas o comunistas, ¿qué significan estas palabras?

El socialismo y el comunismo son, antes que nada, formas de leer el mundo capitalista en que vivimos, identificar de forma científica sus problemas, y apuntar un rumbo que supere estos mismos problemas. Quien dio soporte a estas ideas fueron Marx y Engels, que en sus estudios verificaron que vivimos en un mundo en que la producción no es proyectada para satisfacer las necesidades de la humanidad sino sí para aumentar las ganancias de media docena de seres humanos que parasitan el trabajo de los otros. Un mundo en que los medios para satisfacer las necesidades humanas están en manos de privados para que estos obtengan ganancias, con los estragos ambientales y la pérdida de vidas humanas que conocemos en la actualidad. Concluyeron que, para superar estos problemas del capitalismo, los únicos que lo podrían hacer serían los trabajadores, la mayoría de la población que sufre la explotación de los patrones, y que de forma racional podrían organizar colectiva y democráticamente la producción de forma de atender las necesidades del conjunto y no de media docena.

Ejemplos de la quiebra de este sistema desorganizado hemos tenido varios en los últimos años. Véase lo que continúa en los días de hoy, lo que ocurre con las patentes de las vacunas de Covid-19, cuya existencia continúa impidiendo a la mayoría de la población mundial tener acceso a esta protección solo para que media docena de farmacéuticas se quede con las ganancias.

O, por ejemplo, el avance de la automatización en la industria, que, en lugar de reducir los esfuerzos físicos o el horario de trabajo, lleva a los trabajadores al drama del desempleo.

El socialismo aparece así como una superación del modo capitalista de organizar la producción, poniendo la atención de las necesidades de la humanidad en el centro y bajo la dirección de la única clase social de intereses comunes: los trabajadores.

El comunismo sería el desarrollo natural de la sociedad socialista, en el cual el avance científico, social y humano harían desaparecer totalmente las desigualdades.

Afirmar la necesidad de una herramienta revolucionaria y socialista

Es preciso entender el sentimiento de los trabajadores y lo que los lleva a estas conclusiones, para evitar que sean llevados a los brazos de los partidos de los patrones, como el PSD, o el Chega, o la Iniciativa Liberal, o incluso hacia el callejón sin salida de la desmoralización. Al mismo tiempo, es también importante combatir el discurso de aquellos que, como el Bloco de Esquerda (BE) y el PCP, bajo el disfraz de socialistas y comunistas, llevan a los trabajadores a soluciones “geringoncistas” de confianza en los gobiernos que actúan contra los trabajadores. En este contexto, es fundamental afirmar la necesidad de la construcción de una organización de trabajadores que tenga como objetivo principal, a partir de cada experiencia, contribuir a la comprensión de la necesidad de superar el capitalismo para garantizar el derecho a un vida digna, que solo un mundo sin explotación ni opresión podrá ofrecer, un mundo socialista.

Artículo publicado en emluta.net, 18/11/2021.-
Traducción: Natalia Estrada.

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