Jue Mar 28, 2024
28 marzo, 2024

La “consulta ciudadana” en México: una farsa para prolongar la impunidad

Los resultados de la consulta ciudadana del 1° de agosto pasado, que algunos llamaron “popular”, confirman plenamente lo que hemos denunciado antes de su realización. López Obrador montó una farsa, por un lado para cumplir el pacto de impunidad, en particular con el PRI y en general, con el viejo y podrido régimen. Y por otro lado, para simular “no ser tapadera de nadie” y dar por “cumplido” el mandato de millones, que en el 2018 lo votaron para qué se investigue y se castigue a los que han estado a la cabeza del Estado mexicano y “altos” cargos de gobierno durante largas décadas de infamia. Todos ellos son responsables de crímenes de lesa humanidad y violaciones a los derechos humanos para favorecer el saqueo colonial del país e imponer la miseria de su pueblo trabajador. En realidad, y eso es lo más indignante, esta farsa de la “Cuarta Transformación” apuntó a prolongar la impunidad y perpetuar en lo esencial los tremendos agravios producidos.

Por Corriente Socialista de los Trabajadores, México

Una interminable serie de maniobras retóricas y ambigüedades por parte del presidente antes, durante y después de la “consulta”, fue el condimento cotidiano y mañanero para el montaje de esta farsa (ver nota https://litci.org/es/millones-exigen-castigo-a-ex-presidentes-amlo-monta-una-farsa/ )

Los resultados y las diversas interpretaciones

El 3 de agosto, el Instituto Nacional Electoral (INE) publicó los resultados definitivos de la Consulta Popular, a la cual acudieron 6 millones 600 mil votantes. Es decir, votó el 7,11% del electorado, que abarca un total de 93,5 millones de electores. Significa que cerca de 87 millones de personas no fueron a votar, 92,3 % del padrón electoral no participó. Recordemos que, por la propia ley de consultas, recientemente promulgada a instancias de AMLO, es necesaria una participación mínima del 40% del padrón para que el resultado sea vinculante. Era necesario superar los 37,5 millones de votantes y acudieron 6,6 millones. Pero también es importante subrayar que 97,72% de ellos –6 millones 511mil 835 ciudadanos– se manifestaron por el Sí. Mientras 1,54 % –102 mil 945– por el No y 48 mil 878 votos se declararon nulos.

A partir de estos datos es interesante conocer las más diversas interpretaciones. Empecemos por la conclusión del actual presidente, autor intelectual de esta farsa: ‘‘Fue un triunfo’’. AMLO, paradójicamente coincidió con la opinión del titular del INE, Lorenzo Córdova: “La consulta fue un éxito, no sólo por tratarse de la primera que se realiza a nivel nacional bajo un marco legal, sino por la participación de 6.6 millones de ciudadanos y que se desarrolló en paz”. A continuación ambos se cruzaron críticas. AMLO, su esposa Beatriz Gutiérrez y todo el aparato Morena, con el diario La Jornada a la cabeza de la red mediática adicta, acusaron de boicot al INE, por supuestas deficiencias informativas y organizativas. Las acusaciones al INE, en realidad abundaban desde antes de la votación. Y el INE, se defendió denunciando: “Mas allá de los inéditos intentos de descalificación, ataques reiterados por quienes no logran digerir el hecho que en el INE se ejerce la autonomía e independencia de intereses políticos y partidistas, ha refrendado que no trabaja más que con la sociedad. Por eso, pésele a quien le pese, hay INE para rato”.

Por otra parte, los ex presidentes, señalados duramente por sus crímenes durante la campaña previa, se manifestaron –de muy distinta manera– satisfechos por la muy escasa participación, como si hubieran recibido un certificado de “inocencia” o hubieran resultado “absueltos” por sus crímenes. Los del PAN –Fox y Calderón– expresando júbilo y los del PRI –Salinas de Gortari, Zedillo y Peña Nieto– en discreto silencio.

¿“Un estrepitoso fracaso”?

La mayoría de los opositores del gobierno, que son parte del mismo régimen burgués neocolonial mexicano, basándose en el minúsculo 7,11% de participación electoral, hablan de “rotundo fracaso” y simulan interpretar que la abrumadora mayoría no se prestó a “favorecer la venganza del gobierno contra ellos” o que el pueblo no quiere que “se los distraiga de los problemas actuales discutiendo los del pasado”. Aunque los problemas actuales, en medio del genocidio de la pandemia y la crisis de subsistencia del pueblo trabajador son muy graves, ni esos mismos opositores se creen sus interpretaciones sobre la consulta.

El presidente insiste en que el “triunfo” del 1° de agosto no consiste en si llegó a ser vinculante, sino en que “ahora ya se sabe que no hay intocables”. Y que está “avanzando la democracia”, porque “es la primera vez en la historia” en que, formal y legalmente, tanta gente es consultada porque “ésa es la democracia participativa” que él impulsa. E insiste en que los que no fueron a votar es porque no tienen conciencia democrática, que es cuestión de un ejercicio constante de “consultar al pueblo”. Y que el boicot del INE y la “prensa conservadora” fueron una importante traba a ese avance.

Sin embargo, si hablamos de “conciencia democrática” y de “boicot”, debemos analizar la conducta del propio presidente. Empezó afirmando que no estaba por juzgar a los presidentes y que no iría a votar, pero… que se debía “consultar al pueblo, que el pueblo decidirá y no el presidente”. Después, a partir de los sondeos, que anunciaban escasa participación y muy pocos días antes de la consulta, dijo que sí iba a participar porque es un derecho y un deber democrático de todos. Pero que votaría por el No. Sin embargo… llegado el día 1° de agosto, AMLO se fue de gira “a supervisar construcción de carreteras en Nayarit”, arriba de un helicóptero y no votó. Dado que él pretende ser una guía para la acción de millones, es evidente que no tenía la mínima intención, que más de 37 millones fueran a decidir “¡Si al juicio y castigo!”. ¿O cómo se puede calificar este comportamiento, si no como maniobras de boicot a cualquier decisión que amenace o desnude el pacto de impunidad? Es evidente que, entre el pacto de impunidad con los ex presidentes del régimen y sus promesas electorales, optó por el pacto.

Del juicio y castigo a los ex presidentes AMLO ya no habla más

Ahora López Obrador sólo habla en abstracto de las ventajas de votar en consultas. Y ya anuncia la próxima para marzo de 2022, que será sobre si revocar o no anticipadamente el mandato presidencial. No pocos oportunistas se deshacen en explicaciones ante este bochornoso silencio ante el tema central: ¿Se juzgará y castigará a los ex gobernantes criminales? Por eso ahora buscan alguna “salida elegante”, hablando de formar una “Comisión de la verdad” y de un “Tribunal de los pueblos”…Todo apunta a un nuevo laberinto hacia una justicia inalcanzable dentro de los marcos de este régimen.

Cuando calificamos a la consulta del 1° de agosto como farsa, nos referimos a eso. El presidente habló del boicot del INE y de la prensa opositora. Nosotros no confiamos en absoluto en ninguna de esas instituciones del viejo régimen, ni de las reformadas por la 4T. Sin embargo, AMLO no habla de su propio y decisivo boicot. Eso demuestra que el régimen político no cambió. Eso demuestra que más que asistir al “rotundo fracaso” de una farsa, asistimos a un golpe, a una traición a la exigencia de millones de mexicanos: juicio y castigo a los criminales que gobernaron este país, muchos de los cuales son parte del actual gobierno y abanderados de la 4T. Y también los que encabezan órganos judiciales como la FGR, encargados de investigar crímenes o de las Fuerzas Armadas, involucradas en graves violaciones a los derechos humanos.

¿Quién revertirá los daños producidos por esos crímenes?

Pero aún quedan pendientes las graves consecuencias para México y su pueblo explotado. Y si aspiramos lograr defender nuestra subsistencia en el futuro cercano, no podemos omitir que se consagró constitucionalmente el saqueo neocolonial de recursos naturales y energéticos y se empeño la soberanía nacional y el despojo territorial. Ese sometimiento obligó a decenas de millones a emigrar para vender su fuerza de trabajo y sostener a sus familias. Y hasta hoy esos paisanos, alimentan a la economía mexicana con sus remesas –que superan los 40 mil millones de dólares anuales– y sirven para solapar a los parásitos, beneficiarios de esos crímenes que se mantienen en la sombra: la oligarquía generada y alimentada de la mano de esos crímenes de Estado y asociada con las corporaciones imperialistas. Ahí los vemos a los Slim, Salinas Pliego, Larrea, Bailleres… Magnates que compraron su impunidad vitalicia y hereditaria “a precios de remate”. ¡Porque aunque AMLO diga que “ahora no hay intocables”, a estos oligarcas hasta ahora no los ha tocado nadie!

Y no será AMLO ni futuros farsantes los que organicen las “consultas” indispensables y urgentes. Seremos los trabajadores del campo y la ciudad movilizados y organizados, los que tomaremos las decisiones soberanas y revolucionarias: Devolver Telmex al Estado y al pueblo mexicanos. Renacionalizar toda la industria petrolera, gasífera y minera. Renacionalizar los Bancos, Televisa y TV Azteca. Suspender el pago de la fraudulenta deuda pública externa e interna… Tribunales populares para juzgar y llevar a la cárcel a los responsables de crímenes de lesa humanidad y de vinculaciones con el narcotráfico y trata de personas.

 

 

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