Por Profesor Francisco Bravo
Los pasados días 26, 27 y 28 de abril se celebró en la Ciudad de México, el VI Congreso Nacional Extraordinario de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, con la participación de más de 400 delegados de 28 secciones de todo el país. El evento tuvo una gran relevancia, pues constituyó el espacio para que la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación reconociera autocríticamente que durante los años de gobierno de AMLO, su accionar fue muy pobre, por no decir, nulo. Son varias las razones que explican esta parálisis, entre ellas está que una parte de la CNTE, creyó que López Obrador era el mesías que transformaría todo a favor de la clase trabajadora.
Otra explicación es que el gobierno diseñó una estrategia de cómo enfrentarnos (léase adormecernos), que consistió en reunirse múltiples ocasiones con nosotros sin resolver nada. De igual manera puso en práctica una política de atención diferenciada, donde a la Sección XXII de Oaxaca se le ha dado un trato privilegiado con reuniones y respuestas exclusivas. Ello alentó divisiones internas y sembró desconfianza entre los contingentes. De igual forma, cuando fue necesario, el gobierno de la autollamada 4ª. Transformación ejecutó una política de atención fraccionada, que fue reforzada por alguna de las dirigencias de nuestras secciones consolidadas.
A todo ello, hay que agregar las fracturas internas que hubieron en bastiones de la CNTE como en la Sección XVIII de Michoacán, en donde, por cierto, tuvo gran efecto la clásica política de cooptación de cuadros, desde el gobierno de Peña Nieto.
Como contrapartida la CNTE no fue capaz de diseñar una estrategia de cómo enfrentar a un gobierno capitalista, que se armó de un discurso progresista-nacionalista, y que cuenta con apoyo social (incluido el magisterio), mediante la administración de la pobreza.
En ese contexto, fue muy importante la resolución del VI Congreso con respecto a volver a priorizar las políticas de unidad y acción nacional, y dar su justa dimensión a las políticas locales, dando como resultado un Plan Nacional de Lucha. Podemos decir que la CNTE reafirmó su capacidad para recomponer el rumbo político, siendo éste uno de los rasgos que han permitido su existencia por más de 44 años.
También hubo otras definiciones o ratificaciones muy importantes para fortalecernos como organización, he aquí algunas de ellas:
1) Se consolidó nuestra independencia de cualquier partido u organización política y se reiteró el principio fundamental de consulta a la base magisterial para la toma de decisiones. Ambas definiciones constituyen otra parte sustancial de nuestra identidad, al rechazar cualquier proceso de corporativismo y fortalecer el principio de que nuestro sustento es desde abajo. Ello ha sido trascendental para enfrentar con solidez los múltiples intentos que ha habido por desaparecernos. Por ejemplo, cuando han encarcelado o asesinado a los representantes (como fue en el sexenio de Peña Nieto), la CNTE no se desbarató, ni mucho menos desapareció, porque su esencia no es de “líderes” (aunque éstos juegan un papel importante), sino de bases.
3) Una definición política de gran importancia, fue que no se votó ningún resolutivo y se llegó al acuerdo siempre por consenso, lo cual permitió construir acercamientos mediante el debate y fortalecer la Unidad. La tarea no fue nada fácil, si consideramos que en la CNTE coexistimos diversas formas de pensamiento ideológico, derivadas del marxismo.
4) Se visualizó que es importante fortalecer nuestros mecanismos de prensa y propaganda, así como tener posicionamientos más ágiles en temas educativos y sociales. Igualmente se dio una primera discusión sobre si nuestras estructuras de funcionamiento y toma de decisiones es lo mejor, o debe ser modificada. Reconocimos que es necesario conformar equipos de trabajo que preparen documentos de propuestas que planteemos a las autoridades, por ejemplo, empezar a trabajar en torno a nuestra propuesta de estatutos. De tal forma que no solo nos quedemos en el nivel de rechazar o admitir parcialmente lo que nos presenten, sino tengamos propuestas acabadas.
5) Ubicamos que es necesario sistematizar y concretar un proyecto o proyectos de educación alternativa, bajo la consideración que algunos de nuestros contingentes tienen propuestas muy avanzadas y que permanentemente cientos de profesoras y profesores generan experiencias significativas en diversos lugares y contextos en toda la República. El objetivo es elaborar un documento que pueda ser su Plan y Programa en el trabajo docente cotidiano.
6) También se vislumbró la necesidad de elaborar un Plan de crecimiento cualitativo y cuantitativo de la CNTE, partiendo de un diagnóstico realista y documentado, que entre otros aspectos considere las demandas más sentidas de la base. Se hizo hincapié en la importancia de contar con un programa de formación de cuadros con solidez teórica y práctica en el contexto de la lucha de clases.
7) Se estableció de manera más precisa la necesidad de la alianza con los trabajadores de otros gremios y organizaciones, en la perspectiva de la construcción de un Gran Frente Nacional, que priorice las coincidencias y sea capaz de conformar un programa de Trabajo. No se pasó por alto la solidaridad y unidad del proletariado internacional, en sentido de que, si el neoliberalismo es global, la organización de los trabajadores también debe serlo. Hubo una condena unánime al genocidio del pueblo palestino y la invasión imperialista y muerte del pueblo ucraniano.
También quedaron temas no discutidos o que no se reflexionaron lo suficiente, por ejemplo, el tema sindical. Debimos reconocer que no fuimos capaces de construir una definición única con respecto a que si era conveniente participar o no, en la renovación de los Comités Ejecutivos Seccionales a través de un mañoso y antidemocrático “Reglamento para la Elección de Directivas Sindicales”, elaborado por el “charrismo” burocracia sindical y avalado por la que hoy es secretaria de Gobernación, es decir, fue con el apoyo del gobierno federal, quien en vía de los hechos, no combatió al charrismo (como lo prometió) sino lo fortaleció, con el engaño de “voto universal y secreto” sin establecer “piso parejo”, como requisito de una real disputa sindical. Es importante reconocer que en las “elecciones sindicales” cada sección actuó aislada, sin apoyo de la CNTE.
Otro aspecto que prácticamente no se discutió fue lo relacionado con la viabilidad de mantenernos en la estrategia de luchar por la democratización del SNTE, tomando en cuenta que en esa vía llevamos 44 años con poco avance. El tema tiene que ser reflexionado sin tabúes ni condenas. Es hora de poner sobre la mesa los argumentos en pro y en contra.
La actual Jornada de Lucha
Como dijimos arriba, la actual Jornada de Lucha fue acordada por el VI Congreso Nacional de la CNTE. Incluyó el estallamiento de un Paro de Labores Indefinido a partir del 15 de mayo de 2024, fortalecido principalmente por Chiapas, Oaxaca, y en menor grado por Guerrero y la Sección IX de la Ciudad de México. Las demandas que exigimos se cumplan son tres: a) Abrogación de la Reforma Educativa, particularmente en lo relacionado con la excepción laboral. b) La Abrogación de la Ley del ISSSTE, que tiene como objetivo central el regreso del sistema de pensiones con el esquema solidario, c) Incremento salarial del 100%.
Esta última demanda fue discutida sobre si era o no conveniente manejar ese porcentaje. Al final ganó el argumento de que no era descabellado, si se considera que un altísimo número de maestros y maestras, sobre todo jóvenes, sobrevive con un salario mensual neto de alrededor de 13,000 pesos. Hasta ahora, el gobierno de Lopez Obrador no ha dado respuestas satisfactorias, provocando que la movilización continúe.
En el caso de las y los docentes de la Ciudad de México, no se han incorporado como se hubiera querido, no obstante, hay un número importante de escuelas que se ha ido involucrando
Es obligado realizar un análisis permanente de la situación que priva en la Jornada Nacional, por ello, la Asamblea Representativa se declaró en sesión permanente, quien definirá las acciones de todos los días y de realizar un balance del crecimiento o debilidad del plantón y del propio paro indefinido. Lo más destacado de todo es que la CNTE está de vuelta en la lucha, después de un largo letargo sindical. La experiencia debe ser asimilada para aprender y construir un mejor camino.