Por Fabio Bosco
El 26 de octubre, el Estado de Israel bombardeó instalaciones militares en territorio iraní, matando a dos soldados.
Los criminales sionistas justificaron la acción como una respuesta a los bombardeos que las fuerzas militares iraníes realizaron contra bases militares israelíes, incluyendo la sede de su servicio de inteligencia militar, el 1 de octubre. Dijeron incluso que buscaban destruir instalaciones de producción de misiles iraníes.
El hecho es que, además de los ataques genocidas contra palestinos y libaneses, todos los días, los sionistas bombardean objetivos en Irán, en Irak, en Siria y en Yemen, a escala inferior comparados con Gaza y Líbano, regionalizando sus agresiones militares.
¿Quién quiere la regionalización?
Los dirigentes sionistas apuestan a la regionalización de sus agresiones genocidas para imponer un nuevo orden regional bajo su comando. Para tener éxito necesitan involucrar, política y militarmente, a los países imperialistas, particularmente los Estados Unidos. Joe Biden apoyó las acciones genocidas en amplia escala en el Líbano, y el asesinato de Yahya Sinwar. Pero su gobierno prefiere que no haya una guerra generalizada contra Irán antes de las elecciones estadounidenses del 5 de noviembre.
Por motivos opuestos, una parte de la población palestina apoya la regionalización de las acciones militares contra Israel, apostando que nuevos frentes de batalla obligarán a los sionistas a reducir las acciones genocidas en Gaza y en Cisjordania, e incluso acelerarán un alto el fuego.
Los marxistas revolucionarios también apoyamos la regionalización de las acciones militares contra Israel, y llamamos al régimen iraní y a los regímenes árabes a hacerlo, no solo para paralizar el genocidio sino también para multiplicar la crisis económica y social israelí, y abrir el camino hacia una derrota política y militar de Israel, que ponga en el horizonte una Palestina libre del río al mar.
El régimen iraní prometió devolver el ataque, lo que es justo y necesario. No obstante, nos parece que sería necesario hacer mucho más que lo que hizo hasta ahora, e involucrarse realmente en la lucha junto con Gaza contra Israel.
Sin embargo, los regímenes árabes (Arabia Saudita y países del Golfo, Egipto, Jordania, Siria, Líbano…) que critican el genocidio en Gaza y en el Líbano, se niegan a realizar acciones militares contra Israel, e impiden la auto-organización de palestinos y sus simpatizantes, ya sea para realizar protestas pacíficas o acciones militares contra Israel.
El régimen iraní no es diferente. Su prioridad son las relaciones políticas, económicas y militares con los imperialismos ruso y chino. Así como la normalización de relaciones con el imperialismo occidental, para evitar las durísimas sanciones a las cuales está sometido el país. El ayatolá Khamenei ya declaró que no atacará a Israel por cuenta del genocidio en Gaza, sino sólo si fuera atacado. Y lo hizo dos veces, para responder a las agresiones israelíes, en abril y en octubre de este año.
La mayoría de los drones Shaheed y de los misiles Fathi producidos por Irán son entregados al imperialismo ruso para promover un genocidio en Ucrania. Si la prioridad del régimen iraní fuese el apoyo militar a la resistencia palestina, todas las semanas tendríamos ataques con centenas de drones y misiles iraníes contra el enemigo sionista, lanzados desde Irán y desde varios países de la región.
Por eso nosotros, marxistas revolucionarios, defendemos la autoorganización independiente de la resistencia palestina, al lado de la clase trabajadora y de la juventud de los países árabes, para luchar, por medios pacíficos y/o militares, por el fin del genocidio y del Estado sionista y por una Palestina libre del río al mar.
En esta lucha tiene un papel clave la solidaridad internacional, para impedir el envío de armas y fondos a Israel, y para luchar por la ruptura de relaciones comerciales y diplomáticas de cada país con el Estado de Israel.
Resaltamos el importante papel de los judíos antisionistas en la construcción de la solidaridad internacional. Los judíos antisionistas crecen en todo el mundo, excepto dentro de la Palestina ocupada, donde la mayoría de la población judía es beneficiaria del robo de tierras palestinas y, por eso, apoya el genocidio de palestinos y libaneses.
Más que nunca es válido el eslogan, abandonado por la mayoría de la izquierda palestina y árabe, que afirma que el camino para la liberación de Al-Quds (Jerusalén) comienza en Amán, Beirut, El Cairo y Damasco.
Esa alianza de fuerzas obreras y populares en la región y en todo el mundo puede poner fin al Estado de Israel y a las dictaduras árabes, liberando a Palestina, del río al mar, y poniendo un punto final a la presencia de varias fuerzas imperialistas en la región, abriendo el camino para una Federación Árabe de Repúblicas Socialistas.
Traducción: Natalia Estrada