¡Hagamos como Francia! Las huelgas y la protesta de masas contra Macron no cesan
Huelgas y protestas contra el gobierno de Macron se suceden desde hace meses en Francia. La protesta comenzó en enero contra una «reforma» de las pensiones que pretende elevar la edad de jubilación de 62 a 64 años, pero pronto fue mucho más allá de esta simple reivindicación: hoy la movilización de masas apunta objetivamente a la caída de Macron y del gobierno.
Por PdAC, Italia
Desde enero se han realizado ocho jornadas de huelga nacional, de las cuales la más concurrida fue la del 23 de marzo, que tuvo lugar al día siguiente del acto autoritario de Macron, quien, haciendo uso del art. 49.3 de la Constitución, consiguió hacer aprobar la reforma pasando por encima de la Asamblea Nacional.
La reacción de las masas francesas fue histórica: el 23 de marzo, millones de trabajadores y estudiantes salieron a las calles de todas las ciudades de Francia (900.000 solo en París), organizando barricadas y autodefensas contra la represión policial (que en muchos casos fue obligada a retroceder). En París, el aeropuerto Charles de Gaulle y la estación de trenes Gare de Lyon estuvieron bloqueados durante horas. En algunas ciudades, los ayuntamientos y las municipalidades fueron asaltados (en Burdeos, el fue incendiado el Palacio Municipal). El 28 de marzo también fue un día intenso de lucha, con duros enfrentamientos, en particular en París.
Sobre todo, muchos sectores de trabajadores y muchas fábricas han decidido autónomamente organizar huelgas prolongadas (paros atribuibles o debidos): esto sucedió en el sector del transporte (los trabajadores ferroviarios son uno de los sectores más combativos: lamentablemente un trabajador ferroviario de Sud Rail perdió un ojo por la represión), en refinerías, en empresas del sector energético y en limpieza pública. París y otras ciudades son invadidas por la basura debido a la huelga indefinida de los recolectores de residuos. Cientos de escuelas y universidades también están ocupadas.
Las grandes jornadas de huelga nacional son proclamadas conjuntamente por todos los sindicatos franceses, los llamados «intersindicales», que reúnen a los sindicatos confederales y de base (Solidaires y otros). Si, en comparación con las direcciones sindicales italianas, las francesas están dando un ejemplo positivo –aquí la CGIL invita a Meloni a hablar en su Congreso y los sindicatos de base a menudo se niegan a proclamar huelgas unitarias con los confederales–, al mismo tiempo demuestran fuertes límites, que corren el riesgo de debilitar la protesta y llevarla a un callejón sin salida. La «intersindical», incluida la dirección nacional de la CGT, en lugar de apoyar activamente las acciones de huelga prolongada decididas por sectores de su propia base, proclamando, como sería necesario, una huelga general prolongada, se limita a convocar individuales y aisladas «jornadas de acción», con huelgas y manifestaciones a intervalos variables. Después de la jornada del 23 de marzo, estaban dadas las condiciones para una acción prolongada disruptiva y exitosa, capaz de doblegar a Macron, el gobierno y los patrones. En cambio, se optó nuevamente por jornadas simples de huelga (28 de marzo y 6 de abril): este modo de acción aísla y sofoca las valientes acciones de huelga prolongada.
¡Los militantes de la LIT-Cuarta Internacional en Francia están activos en la lucha para favorecer la organización de comités de lucha que puedan eludir las direcciones burocráticas y construir una gran acción de huelga prolongada hasta el derrocamiento de Macron y del gobierno! Y, al mismo tiempo, construir esa dirección política revolucionaria sin la cual es imposible llevar la lucha a la victoria.
Traducción: Natalia Estrada.