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Siria ¿Fue una derrota o un triunfo de las masas?

Una imagen del derrocado presidente sirio Bashar Assad arde en el fuego mientras un miembro sirio de las fuerzas rebeldes destruye drogas y bebidas alcohólicas encontradas en un edificio en Damasco, Siria, el 25 de diciembre de 2024. (AP Foto/Omar Sanadiki)
enero 21, 2025

Debate con la FT/PTS

Por Alejandro Iturbe

El 8 de diciembre pasado, luego de una larga y cruenta guerra civil, el pueblo sirio derribó el sangriento régimen dictatorial de Bashar Al-Assad que llevaba 25 años en el poder. En una declaración, la LIT-CI definió este hecho como una gran victoria de las masas sirias[1]. A inicios de este año, la FT (Fracción Trotskista, cuya principal organización es el PTS-Partido de los Trabajadores Socialistas de Argentina) publicó un artículo con fuertes críticas a esta declaración[2]. En este artículo, abordaremos ese debate.

En el marco de un texto muy largo, la crítica de la FT/PTS se resume en este párrafo: “La LIT-CI demuestra una vez más la bancarrota de su tesis morenista semi-etapista de la ‘revolución democrática’. Califica de ‘revolución democrática y popular’ el derrocamiento de Al-Assad por facciones islamistas, adaptándose así una vez más al campo burgués anti-Assad y nada menos que a potencias como Israel, Turquía y el propio imperialismo norteamericano, que buscan capitalizar la caída de este gobierno en su propio beneficio”.

En este párrafo, la FT/PTS toca tres cuestiones distintas. La primera es la crítica a las elaboraciones de Nahuel Moreno y de la LIT-CI sobre las “revoluciones democráticas”, en las décadas de 1970 y 1980. La segunda es una caracterización de que lo esencial de lo ocurrido en Siria fue que, luego del derrocamiento de Assad, tomaron el poder las “facciones islamistas”. La tercera es que Israel, Turquía y EE.UU. habrían sido beneficiadas por el derrocamiento de Assad. Vamos a abordar separadamente cada una de estas cuestiones.

Las críticas de la FT a las elaboraciones de Moreno y de la LIT-CI no son nuevas: surgieron desde el propio origen del PTS, como una ruptura con el MAS argentino y la LIT-CI, en 1988. Hemos publicado extensos artículos de debate con estas críticas[3]. En ellos abordamos, por un lado, las cuestiones de fondo analizadas por Moreno, sobre la base de la experiencia histórica de las revoluciones de la Segunda Posguerra y de Latinoamérica. Es decir, la existencia de procesos revolucionarios de masas contra regímenes burgueses dictatoriales con el objetivo de derribarlos e imponer un nuevo régimen. Por el otro, cómo esas “revoluciones democráticas” se insertaban como un momento específico (con consignas y tácticas propias) en la dinámica general de la revolución permanente, de un modo diferente a como lo había formulado Trotsky en sus Tesis de la Revolución Permanente (incluidas al final de su última versión, en 1929/1930)[4].

Moreno actuó como un verdadero marxista: estudió la realidad, constató las contradicciones con la teoría, y criticó y corrigió los aspectos de la teoría que consideraba equivocados. En términos de lógica dialéctica realizó una acción de “negar afirmando”: “negó” los aspectos que consideraba incorrectos y “afirmó” la totalidad y la esencia de la teoría, a la que enriqueció.

Para el PTS/FT, Moreno no solo no realizó ningún aporte al marxismo sino que sus elaboraciones eran una adaptación a los modelos de la dinámica de la revolución que había adoptado la mayoría de la dirección de la IV Internacional en la Segunda Posguerra (encabezada por el griego Michel Pablo y el belga Ernest Mandel) a la que Moreno combatió con firmeza. Por su lado, los análisis y posiciones de Pablo y Mandel se acercaban a la visión estalinista de la “lucha de campos enfrentados” y de la “revolución por etapas”. El PTS denominó esta dirección como “trotskismo de Yalta y Potsdam”, al que Moreno comenzaba a adaptarse con sus elaboraciones. En ese punto, define romper con el MAS y la LIT-CI para volver “trotskismo de Trotsky”.

Un método dogmático

Para el PTS no había ninguna divergencia entre la realidad y la teoría (así fuera con aspectos de ella). Todo había sido previsto por Trotsky y no había nada sobre qué preocuparse, reflexionar, o corregir. El nacimiento de la FT/PTS está íntimamente asociado a este método que transforma el marxismo en un “dogma bíblico”.

A partir de este método erróneo, esta corriente siempre hace análisis y caracterizaciones equivocadas sobre los procesos revolucionarios de lucha contra regímenes dictatoriales. Una incomprensión que se profundiza cuando esta lucha se transforma en guerra civil (una de las formas más extremas de la lucha de clases) en la que se conforman en la realidad “campos militares enfrentados” (le guste o no a la FT/PTS). En este caso, la pregunta clave es si uno de los dos campos militares expresa, así sea de modo distorsionado, los intereses y necesidades de las masas. Es decir, si en uno de ellos participa el “pueblo en armas” como expresión de lo que Trotsky llamaba “la intervención directa de las masas en los acontecimientos históricos”.

Para tener una política correcta frente a una guerra civil es necesario diferenciar el “campo de clase” del “campo militar” porque, muchas veces, en el “campo militar” se distorsionan y confunden los campos de clase que define el marxismo (burguesía y proletariado). La burguesía se ha dividido en facciones que se enfrentan militarmente y un sector de ella es parte del “campo rebelde” y, muchas veces, lo dirige. Al tratarse de facciones burguesas habrá sectores reaccionarios, proimperialistas, e incluso claramente contrarrevolucionarios a los que “la vida” los ha obligado a participar de esa lucha para defender sus intereses de clase.

En este marco muy complejo, la única forma de tener una política revolucionaria correcta es responder a la pregunta clave que ya realizamos: ¿Hay un campo militar

en  el  que  participan  los  trabajadores  y  el  pueblo porque pueden defender mejor sus intereses de clase? Si es así, los revolucionarios debemos ser parte de ese campo militar sin dudar, y apoyarlo en su lucha. En otras palabras, impulsar la unidad de acción militar con el “campo rebelde”.

Una aguda contradicción

En esta situación, a los revolucionarios se les plantea una aguda contradicción: cómo impulsar la unidad de acción militar y, al mismo tiempo, combatir políticamente las direcciones burguesas que integran y/o dirigen el “campo rebelde”, para defender los intereses de la clase obrera contra esas direcciones que permanentemente tratan de impedir su acción independiente y, si no lo consiguen “por las buenas”, la atacan y reprimen.  

Trotsky enfrentó esta contradicción en la Guerra Civil Española entre el campo militar republicano y el franquista. En el campo republicano había diversos sectores burgueses de Cataluña y Madrid que querían frenar y paralizar la revolución. A ellos, se sumó la acción contrarrevolucionaria del estalinismo como sostén principal de la república burguesa.

Se planteaban, entonces, dos tareas combinadas: participar activamente del campo militar y al mismo tiempo combatir a la burguesía republicana y al estalinismo para ir construyendo un campo político de clase, independiente, que preparase las tareas estratégicas de la revolución socialista. Pero eso sólo puede hacerse con la condición de ser parte el campo militar unificado, lo que implica, muchas veces, una cierta disciplina militar. Es una política con profundas contradicciones, pero es la única posible en estas condiciones.

En un texto de la época, Trotsky resumió estos dos aspectos de una política revolucionaria: “Participamos en la lucha contra Franco como los mejores soldados y, al mismo tiempo, en interés de la victoria sobre el fascismo, agitamos la revolución social y preparamos el derrocamiento del gobierno derrotista de Negrín. Sólo una actitud semejante puede acercarnos a las masas”[5].

En este y en otros escritos de la época de la Guerra Civil Española, Trotsky deja muy claroque el punto de partida de una política revolucionaria era participar “como los mejores soldados en la lucha contra Franco” (el eje que, en esos momentos, movilizaba a los trabajadores y a las masas), y combatecon dureza las propuestas de no participar militarmente dentro del campo republicano (el “derrotismo”).

Coherente con su posición, Trotsky orientó a las pequeñas fuerzas de trotskistas españoles a trabajar junto con la mejor expresión del anarquismo en el país (“los amigos de [Buenaventura] Durruti”) y así poder aplicar mejor su política en el “campo republicano”. ¿Qué hubiera hecho la FT/PTS en estas condiciones: ser los mejores soldados contra Franco o abstenerse de “elegir campo”?

El “derrotismo” del PTS frente a la revolución siria

La FT/PTS reivindica ser la única representante del “trotskismo de Trotsky”. Su editorial (el CEIP) ha reeditado muchos de sus textos, incluyendo aquellos referidos a la revolución y a la guerra civil en España. Sin embargo, parece haber interpretado muy mal su contenido: frente a la revolución y a la guerra civil en Siria tuvieron una política “derrotista” de cara al campo militar “rebelde”, opuesta a la planteada por Trotsky en España.

Para justificar su política equivocada, la FT/PTS debe recurrir a diversas “coberturas”. La principal de ellas es una interpretación completamente deformada del proceso sirio desde su inicio, en 2011, hasta ahora: En la dinámica de la lucha de clases en Siria, hasta finales de 2011 prevaleció el carácter de levantamiento popular, pero con la derrota de los llamamientos a la huelga general y las movilizaciones a principios de 2012, ahogadas en sangre por Al-Assad, el carácter del conflicto cambió definitivamente, algo que la LIT fue incapaz de caracterizar. El levantamiento sirio estaba siendo secuestrado, dando el poder a los movimientos reaccionarios y a sus patrocinadores extranjeros”[6].

Por nuestra parte, consideramos que es el método dogmático y el encuadre teórico de la FT/PTS lo que hace que esta corriente haya sido “incapaz de caracterizar” todo el proceso de Siria entre 2011 y la caída del régimen de Bashar Al-Assad, sus altibajos y complejidades y, en ese curso tortuoso y lleno de contradicciones, su hilo de continuidad.

El primer error de la FT/PTS fue no caracterizar el proceso iniciado en 2011 como un proceso de revolución democrática contra la dictadura de Bashar Al-Assad, con una clara dinámica insurreccional, sino apenas como un “levantamiento popular” de profundidad mucho menor. En ese marco conceptual, considera que este “levantamiento popular” es derrotado de modo definitivo. Peor aún, la lucha contra el régimen dictatorial había cambiado de carácter: ya no expresaba ningún aspecto progresivo y había pasado a ser, en su totalidad, una lucha de “movimientos reaccionarios y sus patrocinadores extranjeros”.

Coherente con esa visión equivocada de dos campos militares igualmente negativos, la FT/PTS propuso para Siria una política “ni-ni”: ni Assad ni rebeldes. Es decir, llamó a los trabajadores y a las masas sirias a no realizar ninguna acción militar contra el régimen y a esperar la revolución socialista en la región y en el mundo.

Hemos definido esta política de la FT/PTS como sectaria y propagandística. Es sectaria frente a las luchas reales del movimiento de masas, que intenta desarrollarlas en condiciones complejas y llenas de contradicciones, porque no responden a las “recetas de manual”. Es propagandística porque que en lugar de proponer políticas y tácticas concretas que puedan ayudar al desarrollo de las luchas en esas condiciones, se limita a repetir fórmulas generales y aconsejar a las masas que las tomen.

La LIT-CI, armada teórica y políticamente con su concepción de que se trataba de un proceso de lucha revolucionaria de masas contra una dictadura, en la medida de sus fuerzas buscó intervenir activamente en ella con políticas concretas, además de desarrollar una gran campaña de solidaridad[7]. Por ejemplo, se ligó a batallones del Ejército Libre de Siria que combatían en ese país y ayudó a organizar una gira internacional de su comandante Abou Maen para difundir su lucha, lograr solidaridad y, especialmente, exigir entrega de armamento para esa lucha[8]. Al mismo tiempo, pudo establecer fuertes lazos con activistas y luchadores antidictatoriales que, en todos esos años, fueron obligados a exiliarse en otros países[9]. Estamos orgullosos de todo lo que hemos hecho.

Por el contrario, la FT/PTS se limitó a acompañar el proceso sirio por los diarios y los noticieros televisivos, y a opinar sobre él desde sus oficinas.   

Se suman “nuevos actores”

Veamos ahora lo ocurrido en Siria a partir del inicio del proceso. En 2012, el régimen de Al-Assad no hubiera sobrevivido frente a la revolución sin la intervención y el respaldo militar de las fuerzas rusas de Putin, del régimen iraní, y de las milicias libanesas de Hezbolá. Gracias a ese respaldo, consiguió detener la ofensiva de los rebeldes sobre Damasco y, con métodos genocidas y de tierra arrasada, recuperar el control de parte importante del territorio sirio. Fue sin dudas una derrota de las masas sirias. Pero no significó su derrota definitiva, como lo demuestra ahora la caída del régimen de Al-Assad.

En primer lugar, el régimen nunca consiguió el control total del territorio sirio. Sobrevivieron bastiones rebeldes en Idlib y en parte de Alepo y otras ciudades. Por su parte, los kurdos habían logrado el dominio de toda la región que llaman Rojava (cuatro cantones en el Nordeste del país) con un pacto implícito de no agresión con Al-Assad.

Haciendo aún más compleja la situación siria y regional, en 2014 aparece un nuevo participante: el Estado Islámico (EI) y su proyecto de construir un “califato” (es decir, un nuevo país) con la parte del territorio iraquí que ya dominaba y una parte de territorio sirio[10].

Con ese proyecto, sus fuerzas avanzaron “cortando” y dominando una franja en el medio de Siria. Para consolidar ese dominio, el EI necesitaba apoderarse de la ciudad kurda de Kobane, donde enfrentó una durísima resistencia y finalmente fue derrotado[11]. El tema del pueblo kurdo es una cuestión de gran peso regional, que abarca varios países en los que son una minoría oprimida. En todos estos años, le hemos dedicado numerosos artículos defendiendo su derecho de autodeterminación y de reunificación en un único Estado kurdo[12].

El EI era un “actor que no había sido invitado” al “drama sirio”. El imperialismo estadounidense lo consideró el “enemigo principal en la región” y se propuso liquidarlo, primero en Siria y luego en Irak. En ese contexto, estableció una alianza con la dirección kurda de Rojava (el PYD), suministró armas e instrucción militar a sus milicias y, con base en ellas, construyó una fuerza armada que fuera capaz de derrotar y desalojar al EI y, al mismo tiempo, dominar parte del territorio sirio (bastante más amplia que Rojava)[13]. Esta dirección kurda se transformó así en el principal aliado de EE.UU. en el complejo panorama sirio. Una política que se profundizó durante la primera presidencia de Donald Trump. El imperialismo estadounidense buscaba repetir la exitosa experiencia que había hecho con Masoud  Barzani en el Kurdistán iraquí (los kurdos llaman Basur a esta región).

En este contexto, el ejército turco invadió el Norte de Siria (país con el que comparte una extensa frontera). Tal como vimos en materiales ya citados, en Turquía existe una fuerte minoría kurda oprimida, en el Sur del país. El presidente turco, Recep Erdogan, consideró inaceptable el establecimiento de un Estado kurdo fuertemente armado en sus fronteras y con profundas conexiones con los kurdos de Turquía. Ante ese riesgo, Erdogan invadió el Norte de Siria y se apropió de territorios de ese país. Su objetivo principal era establecer un “cinturón de seguridad” que separase los territorios kurdos de Turquía y de Siria y, así, dejar aislados entre sí los cantones kurdos de Siria. La operación fue finalmente avalada por Donald Trump[14].

Turquía completó su ofensiva impulsando la formación de una milicia siria a su servicio (el llamado Ejército Nacional Sirio), que controla esos territorios y ni siquiera dejó de atacar a los kurdos en medio de la ofensiva de diversas fuerzas contra Al-Assad[15].

En todos estos años, en Siria se fue conformando lo que hemos llamado un “complejo polígono de fuerzas”, tanto por la dinámica de los sectores internos como por la intervención directa o indirecta de potencias internacionales y regionales apoyando alguna de esas fuerzas. Un polígono de fuerzas en el que, además del conflicto central entre el régimen de Al-Ássad y sus opositores, se combinaron otros. En el campo anti-Assad, muchas veces esas fuerzas luchaban entre sí. El territorio de Siria quedó cada vez más fragmentado. Un mapa elaborado por el ISW (Institute for the Study of War) en 2018 muestra esta fragmentación[16]. Una situación que, en otra guerra civil, fue denominado “libanización”.

Pero incluso en este marco complejo, es necesario analizar y caracterizar los procesos e ir identificando la continuidad del hilo conductor de la lucha revolucionaria para tomar posición y hacer propuestas concretas en los complejos procesos que se producen. Fue lo que hizo la LIT-CI a lo largo de todos estos años, realizando actividades públicas de apoyo, incluso en medio de las dificultades que planteaba la pandemia[17].

El triunfo de la revolución

A finales de 2024, se produjo un punto crítico. Por un lado, el régimen de Al-Assad estaba muy debilitado. Sin el apoyo de las fuerzas rusas, iraníes y de Hezbolá (concentradas en otros conflictos), su capacidad militar y su ejército comenzaron a “derretirse”.

En ese contexto, las fuerzas rebeldes iniciaron una ofensiva militar desde Idlib, con una columna de 20.000 combatientes, liderada por la HTS (sigla en árabe de la    Organización para la Liberación del Levante). El ejército sirio retrocedía sin dar combate.

La HTS es una organización de ideología islamista sunita surgida a inicios de 2017 de la fusión de varias organizaciones. Se planteó derrocar el régimen de Al-Assad e instalar un gobierno islámico[18]. Fue ganando un peso creciente en la lucha contra el régimen, tanto por su capacidad militar como por el debilitamiento de las fracciones laicas, duramente perseguidas y reprimidas por Al-Assad, cuyos dirigentes fueron asesinados o debieron exiliarse.

Una columna menor salió de la ciudad de Deraa en el Sur del país (cerca de la frontera con Jordania). Esta ciudad se reivindica como la “cuna de la revolución” porque allí se produjeron las primeras movilizaciones masivas contra la represión del régimen en 2011[19]. La columna de Deraa llegó antes a Damasco: Los revolucionarios de Deraa han avanzado antes de lo pactado’, asegura Jaled Joya, expresidente de la Coalición Nacional Siria, alianza de las fuerzas políticas opositoras”[20]. El proceso se repitió en otras capitales provinciales del Sur del país, como Suweida y Quneitra, donde “grupos locales se levantaron en armas… ocuparon la ciudad y comenzaron a penetrar el sábado por la noche en los barrios meridionales de la capital [Damasco]”, antes de que las fuerzas del HTS llegaran a los barrios del norte.

Al mismo tiempo que avanzaban las columnas armadas, en los barrios obreros y populares del Gran Damasco se producían levantamientos que retomaban experiencias de autoorganización y movilización dados en el inicio de la revolución. Todas esas movilizaciones avanzaron sobre Damasco, tomaron las cárceles, liberaron miles de presos políticos de Al-Assad, y comenzaron a perseguir y tomar represalias contra los militares del régimen (que desesperadamente se sacaban sus uniformes y trataban de huir como podían) y otros agentes del régimen. Este proceso autónomo de las masas, típico de una revolución democrática triunfante, era tan fuerte que obligó al HTS (que no tenía esa política) a tener que encabezarlo para centralizarlo y “disciplinarlo”.

En este contexto, renunció Bashar Al-Assad y, con la cobardía típica de los sangrientos dictadores, huyó del país en avión hacia Moscú, donde Putin le dio asilo político.

Fue el triunfo de una gran revolución democrática, después de muchos y durísimos años de lucha contra el régimen dictatorial. Fue emocionante ver las multitudes que festejaron ese triunfo en la plaza principal de Damasco y en muchas otras del país[21]. El festejo se repitió en varias ciudades del mundo, donde viven emigrantes y exiliados sirios, y en varios países de Medio Oriente[22].

Es muy significativo el festejo del pueblo palestino, en diversos lugares, ante la caída de un dictador árabe que siempre fue un enemigo de su lucha. En 2015, atacó duramente y destruyó el campo de refugiados de Yarmouk, obligando a la mayoría de sus 150.000 pobladores a huir hacia otras regiones del país. Después de la caída del régimen, una parte de esos refugiados ha vuelto allí para intentar reconstruir sus hogares[23]. Al mismo tiempo, le garantizaba al Estado sionista de Israel una frontera “pacífica y segura”.

Una alegría que la LIT-CI comparte con las masas sirias y palestinas frente al triunfo de una revolución democrática, que apoyó y defendió desde sus inicios. Así lo expresó en la declaración, que recibió tantas críticas por parte de la FT/PTS.   

De espaldas a las masas

En su declaración ante la caída de Bashar Al-Assad, esta organización reconoce que“miles de sirios, dentro y fuera de sus fronteras, han celebrado…”. Sin embargo, de inmediato, agrega: Comprendemos su alegría por la caída de un régimen odiado y su esperanza de volver a casa y disfrutar de la liberación, aunque lamentablemente no la podamos compartir”.

Cuál es el principal factor que considera la FT/PTS para darle la espalda a la alegría de las masas por lo que consideran, con justicia, un triunfo de su lucha: el carácter de las direcciones del proceso de la lucha contra el régimen de Al-Assad. Un criterio que ya había utilizado al calificar la Guerra Civil Siria, que condujo a la caída de la dictadura, como una “guerra reaccionaria” con “dos lados iguales”.

Ahora extiende este criterio al resultado de esa guerra civil: “Las fuerzas que derrocaron a Al-Assad y tomaron el poder en Damasco son un conjunto heterogéneo de facciones islamistas y milicias respaldadas por Turquía”. Los procesos autónomos de las ciudades del sur del país y de los barrios del Gran Damasco son analizados con desprecio porque no alcanzan el nivel de los shoras (consejos obreros y populares de la revolución iraní de 1979).

En todos sus análisis de lo ocurrido en Siria, la FT/PT incurre en un error típico de los sectarios dogmáticos: caracterizar los procesos de lucha de las masas por el carácter político-social de sus direcciones y no por el contenido objetivo del proceso. Es un error grave, porque la crisis de dirección revolucionaria hace, de modo cada vez mayor, que muchos procesos de lucha (en especial los de revoluciones democráticas contra dictaduras o luchas antiimperialistas contra invasiones y agresiones) sean dirigidos por direcciones burguesas y reaccionarias. En el marco de esa profunda contradicción, los revolucionarios debemos saber caracterizar el contenido objetivo y profundo de esa lucha y, si es progresiva, “tenemos lado”, intervenimos activamente en él, y festejamos cuando triunfa.

Por el contrario, frente a esta contradicción, la FT/PTS dice “gracias, no fumo, voy a esperar un proceso de lucha sin tantas complicaciones”, y lo analiza desde sus oficinas. En el caso de Siria, han profundizado esta actitud. Sabemos que tenemos concepciones distintas frente a este tipo de procesos de lucha. Podemos incluso entender que hayan caracterizado que “estaba muerto” entre 2012 y 2014. Pero ante la continuidad de la lucha y su triunfo, festejado las masas, su pedantería sectaria frente a los procesos políticos reales que viven las masas alcanza niveles increíbles. Para la FT/PTS la lucha de las masas sirias y su triunfo han sido inútiles por el carácter de la dirección: “Su triunfo no augura nada bueno para la mayoría de la población siria”.     

Para nosotros, la caída de Bashar abre una segunda fase del proceso revolucionario sirio. Un componente central de esa segunda fase es, sin dudas, el carácter burgués del HTS, que ya “ha mostrado su hilacha” en el corto período del nuevo gobierno que logró instalar en Damasco: al igual que todas estas organización islámicas que llegan al poder, quieren un lugar “bajo el sol”. Su objetivo es ser aceptada por las potencias internacionales y regionales, en el marco de mantener el capitalismo en el país. Por eso, busca relaciones tranquilas con el imperialismo estadounidense, con Turquía, Irán, Arabia Saudita, Qatar, Rusia y China, en la búsqueda de inversiones para “reconstruir” el país. También ha dicho que va a respetar el cese el fuego con Israel en los Altos. Es decir, también le va a dar la espalda al pueblo palestino. Es en ese sentido que este gobierno “no augura nada bueno”.

Pero esta es solo una parte de la realidad. La otra es que la caída de Bashar ha sido el resultado de una gran lucha de las masas que, además de la columna controlada por la HTS, también realizó muchas acciones autónomas. Unas masas que se sienten fortalecidas por este triunfo y con la voluntad de lograr sus aspiraciones democráticas, económico-sociales, y de apoyo al pueblo palestino.

Se abre así un posible período de lucha entre las masas y el gobierno del HTS por estas aspiraciones. Una lucha cuyos ritmos, dinámicas y métodos habrá que ir considerando basados en la realidad (la evolución de las acciones, la experiencia y la conciencia de las masas). Lejos de embellecer o capitularle a esta dirección, la LIT-CI denuncia la política del nuevo gobierno y le propone a las masas sirias un programa de lucha, para que esa lucha sea la llama que encienda una nueva oleada de revoluciones en la región y de apoyo al pueblo palestino contra el Estado sionista de Israel. Puede hacerlo desde el respeto que se ganó por su apoyo permanente a la lucha del pueblo y los lazos que estableció con sus combatientes y exiliados. La FT/PTS, por su lado, seguirá “predicando” desde sus oficinas.

Una extraña coincidencia

En uno de sus textos, la FT/PTS cita una entrevista a Gilbert Achcar, que comparte sus análisis y caracterizaciones sobre el significado de la caída de Bashar y las perspectivas de la situación siria:no es una revolución”[24].

Gilbert Achcar es un profesor universitario e intelectual libanés radicado en Francia. Es el principal referente sobre temas referidos al mundo árabe de la corriente que en el movimiento trotskista era conocida como Secretariado Unificado de la IV Internacional (o simplemente SU), cuyo principal orientador fue durante décadas el fallecido trotskista belga Ernest Mandel (el mandelismo). Es decir, el principal exponente de lo que la FT/PTS definían como “trotskismo de Yalta y Potsdam”, con el que había que romper para volver al “trotskismo de Trotsky”.

Debemos agregar que, después de la restauración capitalista, a pesar de mantener el nombre de IV Internacional, el SU adoptó un profundo curso revisionista cada más hacia la derecha, abandonó el programa trotskista y la lucha por la revolución para adoptar un programa cada vez más reformista y pacifista, del que Gilbert Achcar es su principal exponente en lo que respecta al mundo árabe. A lo largo de estos años, hemos debatido muchas veces con sus artículos[25].

Veamos más profundamente este acercamiento. Lo que caracterizó al sector del trotskismo que la FT/PTS llama de “Yalta y Potsdam” (la línea Pablo-Mandel) fue su capitulación al estalinismo. En Siria, una mayoría de la izquierda mundial (derivada del estalinismo o influida por sus criterios de análisis de la realidad mundial) estuvo del lado de la dictadura de Bashar al-Assad contra los rebeldes, mientras. Una parte minoritaria, como la LIT-CI y otras organizaciones trotskistas estuvimos en el campo militar rebelde (siguiendo la orientación de Trotsky para la guerra civil española).

En una guerra civil como la de Siria, donde los trotskistas debíamos “tener lado”, adoptar una posición “Ni Assad ni rebeldes” significa una capitulación y una adaptación oportunista a la posición de estalinismo. Exactamente lo mismo que   hacía el “trotskismo de Yalta y Potsdam”.

Sin embargo, en función de atacar al morenismo y a la LIT-CI, la FT/PTS no se “pone colorada” al utilizar, en su apoyo, sus coincidencias con la evolución degradada de esta corriente. Una coincidencia que, en realidad, califica a la FT/PTS y su evolución hacia la derecha de los últimos años[26].     


[1] https://litci.org/es/la-caida-de-al-assad-es-una-victoria-para-el-pueblo-sirio-y-los-oprimidos-del-mundo/?utm_source=copylink&utm_medium=browser

[2] https://www.laizquierdadiario.com/La-LIT-CI-ante-la-caida-de-Al-Assad-otro-episodio-de-su-capitulacion-en-Medio-Oriente

[3] Ver, por ejemplo, “El sectarismo mata el concepto de revolución” en Marxismo VivoNueva Época No. 3 (setiembre 2013, (pp. 53-72) en https://archivoleontrotsky.org/view?mfn=16154 y

https://litci.org/es/fraccion-trotskista-pts-del-sectarismo-propagandistico-al-oportunismo-electoralista-parte-i/?utm_source=copylink&utm_medium=browser

[4] https://www.marxists.org/espanol/trotsky/revperm/index.htm

[5] https://ceip.org.ar/Contra-el-derrotismo-en-Espana

[6] https://www.laizquierdadiario.com/La-LIT-CI-ante-la-caida-de-Al-Assad-otro-episodio-de-su-capitulacion-en-Medio-Oriente

[7] https://litci.org/es/solidaridad-internacional-con-la-revolucion-siria/?utm_source=copylink&utm_medium=browser

[8] https://litci.org/es/buenos-aires-acto-en-apoyo-a-la-revolucion-siria/?utm_source=copylink&utm_medium=browser

[9] https://litci.org/es/en-acto-virtual-militantes-y-refugiados-conmemoran-los-diez-anos-de-la-revolucion-siria/?utm_source=copylink&utm_medium=browser

[10] https://litci.org/es/un-ano-de-califato-en-irak-y-siria/?utm_source=copylink&utm_medium=browser

[11] https://litci.org/es/la-victoria-del-pueblo-kurdo-en-kobane/?utm_source=copylink&utm_medium=browser

[12] https://litci.org/es/sobre-la-lucha-del-pueblo-kurdo/?utm_source=copylink&utm_medium=browser

[13] https://litci.org/es/rojava-kurdistan-sirio-las-alianzas-peligrosas-del-pyd/?utm_source=copylink&utm_medium=browser

[14] https://litci.org/es/repudiamos-el-ataque-del-ejercito-turco-contra-rojava-kurdistan-sirio/?utm_source=copylink&utm_medium=browser

[15]https://www.pucara.org/post/el-conflicto-en-siria-trae-m%C3%A1s-actores-turqu%C3%ADa-las-potencias-sunitas-los-intereses-europeos-la-i

[16] https://www.understandingwar.org/project/control-terrain-syria y https://ichef.bbci.co.uk/ace/ws/640/cpsprodpb/6971/live/bd85fc50-b7d0-11ef-a0f2-fd81ae5962f4.png.webp

[17] https://litci.org/es/en-acto-virtual-militantes-y-refugiados-conmemoran-los-diez-anos-de-la-revolucion-siria/?utm_source=copylink&utm_medium=browser

[18] https://www.longwarjournal.org/archives/2017/02/hayat-tahrir-al-sham-leader-calls-for-unity-in-syrian-insurgency.php

[19] https://www.hrw.org/news/2011/06/01/syria-crimes-against-humanity-Deraa

[20] https://elpais.com/internacional/2024-12-08/los-rebeldes-derriban-el-regimen-de-el-asad-tras-13-anos-de-guerra-y-el-dirigente-huye-de-damasco-en-avion.html

[21] https://www.youtube.com/watch?v=12TUVfiIp5U

[22] https://www.france24.com/es/medio-oriente/20241208-en-im%C3%A1genes-los-sirios-en-el-mundo-celebran-la-ca%C3%ADda-de-bashar-al-assad

[23] https://www.youtube.com/watch?v=Y0SOm8nIGx8

[24] https://vientosur.info/el-colapso-del-regimen-de-assad-entrevista-con-gilbert-achcar-sobre-siria/

[25] Ver por ejemplo: https://litci.org/es/debate-con-gilbert-achcar-sobre-palestina-piedras-contra-tanques-y-misiles/?utm_source=copylink&utm_medium=browser

[26] https://litci.org/es/fraccion-trotskista-pts-del-sectarismo-propagandistico-al-oportunismo-electoralista-parte-ii/?utm_source=copylink&utm_medium=browser

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