Francia: hagamos balance de la movilización
Entrevista realizada por la redacción de la web del Partido de Alternativa Comunista (PdAC) Italia
El 6 de junio será una nueva jornada de movilizaciones y huelgas contra la «reforma» previsional y contra Macron. Fabiana Stefanoni, dirigente de la LIT-Cuarta International y directora del sitio web alternativacomunista.org, se reunió en París con Michaël Lenoir, compañero de la LIT en Francia, quien ha participado activamente en las movilizaciones de los últimos meses (particularmente en su sector de trabajo, el de la educación, pero no sólo allí). En esta entrevista, Michaël intenta hacer un balance de la lucha y, sobre todo, de sus actuales direcciones políticas y sindicales.
Michaël, en primer lugar queríamos pedirte que cuentes a nuestros lectores cómo fue el Primero de Mayo aquí en París y en toda Francia.
Fue un Primero de Mayo de grandes movilizaciones de masa, a pesar del temor de los activistas sobre un posible descenso de las protestas. En cuanto a la participación, hemos llegado aproximadamente a los niveles ya vistos el 19 de enero pasado. Como siempre, hay diferentes valoraciones respecto de los números –la policía da números más bajos que los sindicatos– pero nuestra impresión es que hemos vuelto a alcanzar los imponentes números de enero.
Al final del día hubo enfrentamientos con la policía, en particular en la Place de la Nation de París, con una fuerte represión. Dos compañeros, con los que hemos estado codo con codo en las movilizaciones de los últimos meses, fueron detenidos y llevados presos por la policía sin haber hecho nada. Hay una técnica policial represiva que funciona así: rodean a los manifestantes, los golpean violentamente y luego los llevan a la comisaría por 24 o 48 horas, tratando de sacarles información. En teoría, deberían justificar este modo de actuar, pero nunca lo hacen.
¿La movilización se limitó solo a París o también hubo grandes manifestaciones en otras ciudades? ¿Fue significativa la participación obrera? ¿Y la estudiantil?
Hubo grandes manifestaciones en todas las principales ciudades de Francia, incluidos enfrentamientos con la policía, por ejemplo, en el norte del país, en Rennes y otras ciudades. Pero también en el sur, como en Marsella. Hubo una significativa participación obrera, y también de estudiantes. La juventud está ahora mucho más presente que al inicio del movimiento.
Hablemos un poco sobre las direcciones actuales del movimiento. Por ejemplo, ¿cómo está actuando la Intersindical?
La Intersindical [la coordinación de todos los sindicatos franceses, confederales y de base, ndr.] está actuando de la peor manera imaginable. No han dado ninguna perspectiva a la movilización, más allá de la convocatoria de una nueva jornada de protesta el 6 de junio (¡un mes después!), centrando efectivamente toda su acción en una perspectiva parlamentaria, es decir, en un texto con el que algunos parlamentarios de centro rechazan la ley de Macron. Además, la única acción que realizan las direcciones nacionales de los sindicatos, incluida la de la CGT, es intentar que el texto sea aprobado en el parlamento. El gobierno está tratando de impedir el debate sobre este texto, afirmando que la discusión sería inconstitucional, lo cual es una mentira. Lo cierto es que el gobierno quiere impedir cualquier discusión sobre la «reforma», para asegurar que la ley sea aplicada a partir de setiembre. Pero el gobierno está aislado en esto, casi sin ningún apoyo entre la población.
Desde nuestro punto de vista, es grave que los sindicatos hayan decidido que ya no vale la pena luchar, empujando su apoyo únicamente a la iniciativa parlamentaria, al «papel de los políticos» y bla, bla, bla… Así, dejan a los trabajadores sin ninguna perspectiva de lucha. Hay sectores de trabajadores muy determinados y habría muchas buenas razones para llamar a la lucha, por ejemplo, el tema del costo de vida o, en lo que a mi gremio se refiere, el tema de los colegios profesionales.
Dinos qué pretende hacer el gobierno en relación con la formación profesional y qué protestas se están llevando a cabo.
El tema de la formación profesional está ligado al tema de las pensiones, porque Macron quiere dar por sentada la aprobación de la ley previsional y, por ello, pasa al ataque en otros frentes, por ejemplo, los servicios públicos, incluida la educación, que es uno de los sectores más afectados. Están tratando de desmantelar el sistema público de educación profesional, el que interesa a los obreros y futuros trabajadores del país: están cerrando muchos sectores de formación y, en consecuencia, despidiendo a muchos profesores. El ministro de Educación declaró, provocativamente, que, si estos maestros pierden sus trabajos, ¡podrán hacer otras cosas en los jardines de infancia u otros ámbitos educativos que no tienen nada que ver con su formación! También están tratando de acompañar este proceso con una especie de «amnistía» para los estudiantes matriculados en estas escuelas, permitiéndoles ir a hacer prácticas en empresas… para que los patrones tengan a su disposición una fuerza de trabajo muy barata: para estas prácticas en empresas estamos hablando de compensaciones que oscilan entre 1,50 y 2,50 euros la hora. Desafortunadamente, los jóvenes proletarios son tan pobres que muchos tienden a ver esto como una oportunidad para ganar algo.
La política del gobierno está conduciendo a un retorno al siglo XIX: al mismo tiempo que paga a los trabajadores jóvenes con salarios de hambre, obliga a los ancianos a permanecer más tiempo en el trabajo con la «reforma» de las pensiones.
¿Hay alguna lucha en curso para contrarrestar todo esto?
Hay un colegio profesional que está al frente de la resistencia en este proceso, la esperanza es que pueda convertirse en un referente también para otros. Los profesores de este colegio secundario no están en huelga, pero están bloqueando todos los exámenes. Lo bueno es que hay muchos padres de alumnos que apoyan estos bloqueos e a su vez invitan a sus hijos a boicotear los exámenes.
¿Continúa también la resistencia obrera?
Sí, claro, por ejemplo en el sector de la energía, que siempre ha sido uno de los más radicales en la lucha contra Macron, los trabajadores intentan boicotear las acciones del gobierno. Te doy algunos ejemplos divertidos: en abril, Macron realizó una visita a una empresa en Alsacia –la primera visita oficial de Macron desde la aprobación de la ley de previsión– y los obreros del sector energético emitieron un comunicado en el cual proclamaban que Macron y su camarilla (la «macronia», la llamamos aquí) necesitaban «sobriedad energética» … y bloquearon el flujo de energía, por lo que Macron y su comitiva permanecieron en la oscuridad.
Otro ejemplo: Macron fue a visitar un colegio, donde pronunció un discurso muy agresivo sobre el tema educativo: hubo una huelga de docentes y los trabajadores del sector energético los apoyaron apagando todas las luces, siempre con el llamado a la «sobriedad energética». A menudo sucede que los diputados del partido de Macron y sus colaboradores se encuentran sin luz…
Hay que agregar que no son sólo los trabajadores del sector eléctrico quienes realizan acciones efectivas de rebelión. Con frecuencia hemos visto formarse colectivos militantes al calor de las luchas. En muchas zonas del país han surgido grupos muy radicales de activistas, muchas veces sobre la base de la unidad de acción entre diferentes sectores laborales e incluso entre diferentes generaciones. Es un fenómeno destinado a dejar huella. Se están realizando acciones audaces. Una de las más exitosas y, desde el punto de vista de clase, más gustosa, fue la reciente acción nocturna que provocó el cierre de la sede de la Medef [la asociación de industriales francesa, ndt.] en Lyon: amuraron la puerta con ladrillos y hormigón, imposibilitando la entrada.
¡Sí, sin duda, muy gustosa! Una última pregunta sobre el 6 de junio: ¿cómo se está organizando este día?
Será una jornada de huelga y manifestaciones nacionales, convocadas por la Intersindical, que, sin embargo, al mismo tiempo, está iniciando un diálogo con el gobierno, a diferencia de lo que había dicho anteriormente. No podemos predecir lo que sucederá en las plazas, pero una cosa es cierta: la Intersindical está tratando de hacer pasar este día como un día de apoyo, en las plazas, a los parlamentarios que firmaron la moción contra la ley de pensiones.
Las perspectivas parlamentarias de los reformistas y de las direcciones sindicales ciertamente tienen la posibilidad de chocarse con la lógica cada vez más autoritaria (a veces dictatorial) del gobierno de Macron. Pero, ¿qué carta jugarán estas direcciones después de todo esto? Es urgente y necesario preparar una salida de clase que permita a nuestro campo social recuperar terreno, ante la cobardía e incoherencia de los aparatos burocráticos.
El 6 de junio, independientemente de las intenciones de los burócratas, creo que volveremos a tener mucha gente en las calles, porque la base sindical es combativa. Ahora el tema central es construir una dirección alternativa a la de la Intersindical. Hay dos tareas fundamentales: fortalecer el protagonismo y la autoorganización de las bases y, al mismo tiempo, presionar dentro de los sindicatos a sus direcciones, exigiéndoles que cambien su accionar, a partir de la organización de una verdadera gran huelga general y de masas.
Traducción: Natalia Estrada.