En solidaridad con los estudiantes de Bangladesh
Las escenas actuales en Dhaka recuerdan escenas del pasado, cuando miles de jóvenes bengalíes marcharon contra la imposición del urdu como lengua nacional. En 1954, los estudiantes y jóvenes de Bangladesh habían puesto en marcha una cadena de acontecimientos que culminaron con la liberación de Bangladesh 17 años después.
Por Adhiraj (New Wave – India)
Hoy, miles de estudiantes vuelven a marchar por las calles y se abre fuego contra ellos. Esta vez, no son las legiones del Estado policial y del ejército paquistaníes, sino los paramilitares, la policía y los matones de la república de Bangladesh encabezada por la Liga Awami.
Mientras escribo esto, 105 personas han sido asesinadas, la mayoría a manos del Estado. En respuesta a las protestas pacíficas de los estudiantes, el gobierno liberó a los paramilitares y bandidos armados de la Liga Awami. Las demandas de los estudiantes fueron rechazadas por un gobierno arrogante y antipático, que ahora responde con una fuerza abrumadora.
La primera ministra Sheikh Hasina cuenta con el apoyo incondicional de la India y de China, así como con el éxito de unas elecciones amañadas y montadas, en las que los partidos de oposición desaparecieron por completo.
Fuerzas históricas y materiales en juego
Pakistán implosionó bajo el peso de sus contradicciones internas. Acorralado por la lucha por Estados principescos que siguió a la división de la India, se encontró más pobre y en peor situación que su vecina, la India, mucho más grande. La burguesía tuvo que militarizarse, no sólo para igualar la fuerza de las fuerzas armadas de la India, sino también para garantizar que las otras repúblicas de Pakistán permaneciesen bajo el dominio de la elite burguesa propietaria de tierras en Punjab. Esta militarización no sería suficiente para mantener atado al pueblo bengalí, que fue el primero en rebelarse con éxito contra el Estado paquistaní.
El Estado paquistaní reprimió brutalmente la lucha por la independencia utilizando la coerción y la fuerza militar para restaurar el gobierno paquistaní, pero esto fracasó debido a la resistencia del pueblo bengalí y la intervención del ejército indio. La intervención de la India, si bien garantizó la independencia de Bangladesh, aseguró que la burguesa Liga Awami llegara al poder. Lo que siguió fue otro desastre, esta vez causado por la mala gestión de la economía por la Liga Awami y por la corrupción. Tan pronto como surgió el naciente Estado de Bangladesh, se hundió en la autocracia con la Liga Awami en el comando.
Esta autocracia, apoyada por la India, cayó poco después en un golpe militar, lanzado por ambiciosos oficiales del recién formado Ejército de Bangladesh, un ejército creado con la ayuda de la India, forjado en la lucha por la independencia. A lo largo de su breve autocracia, la Liga Awami, bajo el mando del jeque Mujibar Rehman, regaló al pueblo de Bangladesh una hambruna devastadora y el terror del régimen BAKSAL. El régimen militar que surgió poco después revirtió algunos de los logros progresivos alcanzados por la guerra de liberación; el régimen del general Zia hizo del islamismo la religión del Estado y comenzó un proceso de normalización con Pakistán y Estados Unidos.
Se restableció el orden, pero no la democracia. Bangladesh siguió tan empobrecido como antes. Finalmente, el general Zia murió, supuestamente asesinado, y fue reemplazado por el general Ershad, con un gobierno mucho más favorable a la India, aunque con una dictadura de derecha, que formalizó la transición de Bangladesh a una república islámica.
La democracia y el secularismo, los pilares ideológicos gemelos de la guerra de liberación, estaban muertos y enterrados. Sin embargo, las masas no estuvieron inactivas por mucho tiempo. Los movimientos para restaurar la democracia lograron derrocar la dictadura de Ershad. La democracia regresó, pero bajo el liderazgo de dos partidos burgueses cruelmente corruptos y explotadores. La Liga Awami, liderada por Sheikh Hasina Wajed (que es el actual partido en el poder y que gobierna ininterrumpidamente desde 2009) y el Partido Nacionalista de Bangladesh, partido que fue formado por el general Zia y liderado por su hija Khaleda Zia. Gran parte de las últimas décadas del siglo XX y la primera década de este siglo estuvieron marcadas por la rivalidad de las dos «begums». Su rivalidad política empapó de sangre al país y comenzó un reinado de terror contra la minoría hindú de Bangladesh, que anteriormente había sido privada de derechos y sufría discriminación institucionalizada. Nuevamente se produjeron pogromos en Bangladesh, en respuesta a disturbios masivos contra musulmanes en la India.
Mientras las begums luchaban, el país seguía siendo pobre y su gente entre los más pobres del mundo. Bangladesh fue descartado como un «caso perdido». Esto continuó así, hasta que la suerte del país cambió a partir de 2006, cuando el «caso perdido» se convertiría en la fábrica de sudor para la industria textil mundial.
La fábrica clandestina del mundo
Décadas de empobrecimiento han creado una fuerza laboral barata y fácil de explotar. A medida que los centros tradicionales de producción textil mundial comenzaron a decaer, la producción se desplazó a zonas de bajos salarios en el sur y el sudeste de Asia. Bangladesh se tornó un beneficiario de este cambio. En el año 2006, el gobierno del BNP colapsó, seguido por un gobierno interino que duró más que su mandato, hasta 2009. En las elecciones de ese año, la Liga Awami ganó por un amplio margen y comenzó la transformación de Bangladesh en un taller de explotación autocrática.
La Liga Awami modeló su régimen basándose en la forma más autocrática del gobierno del Congreso con Indira Gandhi. Aunque pareciese apaciguar las demandas de las masas, el partido permaneció firmemente arraigado en los intereses de la burguesía. De hecho, la Liga Awami se convirtió en un pilar principal de la burguesía emergente de Bangladesh. Muchas facetas del gobierno de la Liga Awami imitan la antigua autocracia del régimen BAKSAL en la década de 1970. La Liga Awami buscó legitimarse aún más utilizando el legado de las luchas por la independencia. No importa el hecho de que la liberación de Bangladesh fue lograda en gran medida por fuerzas de izquierda y organizaciones revolucionarias, que la Liga Awami aplastó activamente una vez en el poder.
Un momento clave en la historia reciente de Bangladesh fueron las protestas en la plaza Shahbag, donde una vez más los jóvenes salieron a las calles pidiendo justicia para las víctimas del genocidio perpetrado por el ejército paquistaní y sus colaboradores durante la guerra de liberación. Las protestas centradas en la plaza Shahbag se convirtieron en un movimiento de masas en todo el país, pero la Liga Awami logró secuestrarlo y volcó su atención en la pena de muerte para algunos criminales de guerra encarcelados. Utilizaron los movimientos populares como herramienta para sus propios beneficios políticos.
Desde entonces, la Liga Awami ha reforzado su control, al tiempo que persigue a sus oponentes políticos, principalmente a la oposición burguesa de derecha, el BNP y sus aliados. Si bien la supresión activa de las fuerzas reaccionarias siempre es bienvenida, especialmente cuando viene de manos de fuerzas progresivas, en manos de la Liga Awami, lo que en realidad se logró fue una legitimación de los partidos islámicos de derecha. El pueblo ahora sufre bajo la autocracia de la Liga Awami, cuyos ministros se enriquecen con fábricas clandestinas que producen ropa para la fast fashion. Se ganan miles de millones mientras los trabajadores que producen esta riqueza están sometidos a algunas de las peores condiciones laborales y a los peores salarios.
El desastre en Rana Plaza, ocurrido dos años antes de las protestas de Shahbag, arrojó luz sobre esta realidad. Bajo Sheikh Hasina, Bangladesh se convirtió en la fábrica de sudor del mundo, una «historia de crecimiento» alabada por los principales medios capitalistas. Hoy en día, los jóvenes están quemando este «modelo» hasta el piso.
La pandemia de Covid y la crisis del empleo en Bangladesh
Pocas naciones en desarrollo se han visto tan afectadas por la pandemia como Bangladesh. La pandemia de Covid y las consiguientes medidas de lockdown impuestas en todo el mundo paralizaron bruscamente las economías. Bangladesh, que depende en gran medida de las remesas de la mano de obra inmigrante y de las exportaciones baratas de ropa, ha visto cómo cientos de miles de trabajadores migrantes fueron despedidos o enviados de vuelta, y se han cancelado contratos por ropa.
La cancelación de contratos resultó en una reducción de los ingresos y, como siempre, el peso de la crisis pasó a la clase trabajadora. Mientras los ricos patrones de la industria textil lograron evitar la crisis con sus millones, el trabajador promedio de la industria textil, que a menudo es el único sostén de la familia, tendría que sufrir con desempleo y recortes salariales. Los trabajadores de la industria textil se pusieron en pie de guerra, declararon huelga y protestaron por salarios justos, contra despidos y por aumentos salariales. Con el pilar central de la economía desmoronándose, el resto de la tambaleante economía de Bangladesh comenzó a resquebrajarse. A su vez, esto ha creado una crisis de empleos para los jóvenes.
A la pandemia de Covid le siguió otra crisis, provocada por la invasión rusa de Ucrania y las posteriores sanciones a las exportaciones de petróleo ruso. La ya debilitada economía de Bangladesh se encontró en la peor situación posible, con los altos precios del petróleo aumentando aún más la presión inflacionaria.
Llegamos así al presente, en el que los jóvenes no tienen perspectivas de empleo y tienen que sobrevivir cuando los precios suben y suben. El resultado que vemos hoy es que cientos de miles de jóvenes estudiantes en todo el país están protestando, desafiando a la policía y la fuerza bruta de la Liga Awami, para lograr que sus demandas sean atendidas.
El sistema de cuotas en Bangladesh
El sistema de cuotas de Bangladesh reserva un número determinado de plazas en establecimientos educativos y puestos públicos. Las cuotas reservadas son las siguientes: 10% de las vacantes reservadas para mujeres, 10% reservadas para quienes presenten solicitudes de determinados distritos, 5% para minorías étnicas (de las colinas de Chittagong y grupos semejantes). A esto, el gobierno de Sheikh Hasina añadió una cuota de 30% para los descendientes de quienes lucharon en la guerra de liberación. Esto llega en un momento en que los jóvenes de Bangladesh tienen que lidiar con tasas de desempleo superiores a 12% y una inflación galopante.
Aunque superficialmente, la intención puede parecer benigna, como una recompensa a quienes se sacrificaron por la guerra de liberación, en la práctica, sin embargo, esto se convierte en una estratagema para monopolizar lugares para aquellos vinculados al partido en el poder. Indirectamente, esto sólo aumenta el poder de la Liga Awami sobre las instituciones educativas del país y en el ámbito del empleo público. El cambio fue propuesto en 2018, cuando fue retirado y enviado al Tribunal Superior para sentencia. Posteriormente, el Tribunal Superior se pronunció a favor del sistema de cuotas, manteniendo su constitucionalidad.
Los estudiantes protestaron de nuevo y la primera pinistra Sheikh Hasina respondió llamándolos «Razakars», en homenaje a los temidos colaboradores paramilitares del ejército de Pakistán en 1971. El insulto sólo encendió las pasiones de los estudiantes que se declararon en huelga. La Liga Awami respondió con duras acciones policiales y envió a sus secuaces lúmpenes para poner fin a la huelga. Esto tuvo el efecto contrario y envió al país, y especialmente a la capital, a una espiral de violencia. Sheikh Hasina ve con razón la revuelta estudiantil como una amenaza a su autocracia, ya que los estudiantes están luchando contra algo más que el sistema de cuotas; este es un punto crítico de un movimiento mucho más grande y más profundo para luchar contra la autocracia del gobierno de la Liga Awami.
Las protestas van más allá del sistema de cuotas
Si bien las cuotas excesivas son la primera chispa de las protestas, hablan de un problema más amplio: la autocracia de la Liga Awami. El sistema que Sheikh Hasina construyó y perfeccionó durante los 15 años de su gobierno, donde convirtió a Bangladesh en un taller autocrático de trabajo esclavo para conglomerados multinacionales del vestido, es fundamentalmente lo que aquí se desafía.
Las cuotas llegan en un momento en que Bangladesh enfrenta un aumento del desempleo, una inflación creciente y una crisis económica general. Los efectos de la pandemia de Covid aún se están manifestando, y las industrias luchan por recuperar pérdidas impresionantes y cortando las contrataciones. La débil economía de Bangladesh sigue dependiendo de un comercio adverso con la India y de relaciones desiguales con el núcleo imperialista. La exportación de textiles baratos y la exportación directa de mano de obra a través de la oferta de mano de obra inmigrante son los dos pilares de este país agrario y en gran parte rural. La burguesía ha tenido 50 años para cambiar Bangladesh, y lo único que ha mostrado es su capacidad para reprimir al pueblo de Bangladesh. Sheikh Hasina se une ahora a una larga línea de autócratas en la historia de Bangladesh, que se remonta a su padre, Sheikh Mujibar Rahman.
En noviembre del año pasado, los trabajadores de la industria textil estaban en pie de guerra en Bangladesh y se declararon en huelga para aumentar sus salarios abismalmente bajos y mejorar las condiciones de trabajo. También tuvieron que enfrentar la infame y ruin represión de la policía y de los paramilitares de Bangladesh. Ahora, los estudiantes enfrentan esto después de protestar pacíficamente por sus demandas. El gobierno no escucha, no quiere escuchar, sólo quiere aferrarse al poder, no importa cuantos cadáveres se acumulen y por cuanto daño se haga. Deben hacer causa común contra un enemigo común en la forma de Sheikh Hasina y del partido Liga Awami.
¡Frente a semejante enemigo, los estudiantes y los jóvenes de Bangladesh deben tener a la clase trabajadora y a la juventud del mundo de su lado!
¡SEA SOLIDARIO CON LOS ESTUDIANTES DE BANGLADESH!
¡ABAJO EL GOBIERNO DE HASINA!
¡REFORMAS DE CUOTAS YA!
¡EDUCACIÓN GRATUITRA E IGUAL PARA TODOS!
21 de julio de 2024
Traducción: Natalia Estrada.